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DECÁLOGO 3 (Krzysztof Kieslowski, 1990): : Santificarás las fiestas.

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RESENTIMIENTO, ENVIDIA Y REPARACIÓN

Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvé, tú Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. (Éxodo, 20, 8-10)

Decálogo 3 nos plantea una curiosa historia que transcurre durante la nochebuena y en la que  nuestro protagonista, Janusz (Daniel Olbrishky), un taxista que aparece disfrazado de Santa Claus para pasar la noche con su familia, será apartado de ella para ayudar a una ex-amante, Ewa (Maria Pakulnis) a encontrar a su esposo Edward. Dice el catecismo de la Iglesia Católica al respecto:

Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y los cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. (En par. 2186)

Deben dar todos un ejemplo público de oración, de respeto y alegría, y defender sus tradiciones como una congribución preciosa a la vida espiritual humana. (En par. 2187)

Obviamente Janusz, con su decisión de ayudar a su ex-amante, todo y asistir a la misa del Gallo como buen cristiano, se aparta del espíritu de la nochebuena, fiesta de precepto de naturaleza esencialmente familiar y religiosa, al poner una excusa - el robo de su taxi - para poder ayudarla.

Janusz y Ewa, protagonistas de Decálogo 3.

Para el comentario de la película vamos a dividir su trama en dos partes, cada una de ellas para dar cuenta de lo que, según mi comprensión, pretende transmitirnos la película.

I. PRIMERA PARTE: RESENTIMIENTO, ENVIDIA Y CULPA.

Hay noches en las que el porvenir queda abolido, en las que de todos sus instantes solo susbsiste aquel en el que elegiremos dejar de ser (E. M. Cioran) [1]

- La trama.

Este episodio de la serie merece una descripción de la trama antes de entrar en su análisis, precisamente para una mejor comprensión de éste. Como en todas las películas de Kieslowski el elemento simbólico tiene su importancia. Vemos así como, y después de la escena de Janusz disfrazado de Santa Claus (cruzándose, como es habitual en otros decálogos en Kieslowski, con el padre protagonista de Decálogo 1) repartiendo regalos para toda su familia, se nos muestra a una joven (Ewa) que visita a su tía en un asilo... Mientras la otra gente del asilo está celebrando la Nochebuena, la tía está sola en su habitación durmiendo. Ewa se acerca para dejarle sobre su mesa un regalo. La tía despierta y la reconoce si bien con algunas deficiencias debido a alguna enfermedad senil... Tras unas pocas palabras vuelve a dormirse... La evasión de  una realidad marcada por la soledad y los recuerdos confusos en el tiempo. Probablemente una imagen del miedo de la propia Ewa proyectada al futuro y que aclararemos en este comentario...

Otro elemento presente en toda la película es la nieve, las calles nevadas, gélidas, húmedas y vacías... como la propia soledad que siente Ewa.

Ewa con su tía
Posteriormente vemos a Janusz con su familia en la Misa del gallo y allí ve, para su sorpresa, a Ewa que desde unos bancos más atrás le sonríe...Más tarde, cuando Janusz está brindando con su familia a la vuelta de la misa suena el portero automático... le dice a su extrañada mujer que parece que les están robando el coche. Al bajar es cuando descubre que quien le ha llamado es Ewa. Ésta le cuenta que Edward, su esposo, ha desaparecido, que no ha llegado a casa y le pide que la ayude a buscarlo... Janusz accede a ello y para ello miente a su mujer diciendo que le han robado el coche. Le pide que llame a la policía mientras él sale a intentar buscarlo. Janusz y Ewa van entonces a un hospital que atiende las urgencias esta noche festiva, pero resulta que no se trata de éste sino de otro. Desde allí llaman a ese hospital y confirman el ingreso de alguien que ha tenido un accidente de coche y que ha perdido las dos piernas. Camino del hospital encuentran el coche de Edward (sorprendentemente sin nieve encima y sin humedad). Cuando lo miran y lo abren aparece el primer momento de tensión entre lo ex-amantes:

Ewa: ¿Por qué no vamos al hotel los dos y nos metemos en la cama? Así podrás llamarle y darle el número de la habitación.
Janusz: No, no fui yo quién le llamo aquella vez.
Ewa: Querías que acabáramos y volver a casa. A tu hogar, dulce hogar.
Janusz: Yo no le llamé...
Ewa: Fue él quien me lo dijo... Es cierto, no diste tu nombre...
Janusz: Ewa, en serio, no fui yo quien le llamó, debes creerme.
Ewa: Hacemos buena pareja. De acuerdo, olvidémoslo.

Aquí descubrimos que se reveló su condición de amantes y que parece que Ewa le culpa de haberlo hecho él para liberarse de ella y poder volver a su tranquilidad hogareña, si bien él lo niega.

Luego la lleva al hospital de guardia y allí al mostrarles el cadáver - pues el hombre ya ha fallecido, volvemos a tener un nuevo momento de tensión. Ewa reacciona como si fuera Edward... pero cuando se quedan solos le dice que no lo tape, que no es Edward y le dice entonces lo siguiente:

No hace falta que lo cubras. No se trata de él... Aunque me gustaría que lo fuese. O que lo fueses tú. Cuantas veces habré imaginado vuestras caras aplastadas por los neumáticos de un camión. Una vez soñé contigo. Tenías el cuello roto y la lengua completamente fuera. Cuando te vi me eché a reír. Me pregunté a quien hizo daño este de aquí - refiriéndose al cadáver - que se va a regocijar con lo que le ha pasado.

Ewa expresa su resentimiento a ambos hombres, por Edward y Janusz. Al salir del hospital Janusz conduce muy rápido y son parados en un túnel por la policía quienes creen que son los ladrones del coche (pues la mujer de Janusz ha puesto la denuncia). Al demostrar Janusz que es el propietario y al decir Ewa que lo han encontrado les dejan ir y entonces encontramos un tercer momento de tensión...

Janusz: Tienes razón respecto a que conduje demasiado rápido
Ewa: Podrías haber estrellado el coche y habernos matado a los dos. ¿Quieres que lo volvamos a hacer?
Janusz: ¿Quieres?
Ewa: - asiente en silencio -
Janusz: Ponte el cinturón.
Ewa: - niega en silencio -

Janusz arranca entonces bruscamente y encara el coche a toda velocidad contra un tren que va por el lateral del túnel... Lo enfrenta y observamos como Ewa asiste ello sin mover ni un músculo, sin pestañear... Aparece entonces "el ángel del destino"(el personaje que ya hemos ido viendo en los otros episodios) y justo unos metros antes del choque Janusz desvía el coche.

Unos metros antes del choque
Este es un momento importante para reflexionar... ¿Qué mueve a Ewa a plantear la idea del suicidio que no tiene nada de broma? Una idea que adquiere fuerza ante su impasibilidad frente la acción arriesgada de Janusz. ¿Desea realmente suicidarse Ewa? ¿En todo caso que quiere significar con ello Ewa? Hay algo en su expresión que transmite que realmente está dispuesta a suicidarse si es con Janusz... ¿Morir... pero quizá no morir sola? ¿Morir acompañada?

Tras ese momento deciden ir a casa de Ewa... Al llegar ésta le dice que antes de subir se espere por si Edward estuviera... que aguarde a una señal suya si no está. Observamos entonces algo que ya es muy sospechoso. Aunque la mesa está puesta para dos luego coloca en el cuarto de baño un cepillo, una maquinilla de afeitar y una brocha que humedece en agua. Se hace obvio para el espectador que algo no cuadra con la historia de Edward. Confirma que algo no va cuando además Ewa llama al servicio de urgencias para avisar que un tal Edward Garus está desvanecido en una parada de autobús... Luego avisa a Janusz para que suba. Es aquí donde la historia de lo que ocurrió entre ambos se va clarificando:

Janusz: En serio que no fui to quien hizo aquella llamada hace tres años... Aquello me importaba. Tú eras importante. Si realmente quieres saberlo... Yo te quería. Y estaba deseando cambiarlo todo. Cuando nos vestimos y él estaba allí de pie, dándonos la espalda ni tan siquiera me miraste. Te cogí la mano y me la rechazaste. Fue entonces cuando dijo que podías elegir o quedarte o irte con él. Y fuiste tras él sin decir palabra.
Ewa: Si, así fue como ocurrió... Pero Edward puso otra condición más. Podía volver con él siempre que no nos volviésemos a ver.
Janusz: Si, y tú dijiste que no tenías intención de volverme a ver. Y  yo dije que de acuerdo.
Ewa: Así es como fue... Dame la mano.

Pero Ewa sigue entonces con el resentimiento:

Ewa: Sin amor... Incomprendido. Tienes razón. Fue por mi culpa. Pero parece que has salido bien del paso. ¿No? Eres el mismo que eras antes. ¿No es cierto? Te las arreglaste para que todo volviera a funcionar de nuevo. Eres simpático, agradable, cuidadoso... Y nunca te olvidas de recoger la colada.
Janusz: ¡Suéltame! - dejándole la mano -
Ewa: ¡Con mucho gusto, apesta a gasolina!

Janusz va a lavarse las manos y Ewa, desde detrás de la puerta sigue...

Ewa: ¿¡Has pensado alguna vez en que ocurrió cuando dejamos aquel hotel!? ¿¡En cómo me sentía!? ¿Cómo me sentía cuando daban alguna película romántica en TV y el me miraba a mí en vez de mirar la tele? ¡No volvimos a hacer el amor desde aquella noche!

¿Has pensado alguna vez lo que ocurrió cuando dejamos aquel hotel?

Cuando Janusz sale del lavabo, Ewa dice que le ha mentido con lo que ha dicho, que Edward y ella son una pareja normal. Parece entonces que van a despedirse... Le da un beso en una mejilla, luego en la otra, y justo cuando va a besarla en los labios llaman a la puerta. Parece que Edward ha llegado (siempre tan oportuno - dice ella -). Pero no, son unos niños cantando villancicos... Se da entonces una tierna imagen donde ambos les miran abrazados... como una feliz pareja por unos instantes. Luego Ewa le recuerda para lo que están aquí, seguir buscando a Edward.

Como una feliz pareja por unos instantes...
Aquí acaba la primera parte de la trama de la película, cuando ya para el espectador es obvio que el tal Edward ya no está en la vida de Ewa, aunque de momento ignoramos que ha sido de él... Veamos algunos comentarios ahora sobre esta parte.

- Sobre el resentimiento y la envidia.

Observamos, hasta este momento, algunos aspectos que tenemos que destacar:

a) Su resentimiento con Janusz por un motivo que este niega: haber sido el quien denunciara su relación a Edward (probablemente una pequeña paranoia para no asumir el miedo que la llevó a elegir a Edward y sus condiciones)
b) Un incierto deseo de muerte manifestado en la escena del túnel.
c) La asunción de su culpa en relación a su separación de Janusz y elección de continuar con Edward pero que rápidamente es desviada a su envidia por el hecho de que Janusz haya rehecho su vida con su familia, a diferencia suya, y su autopercepción de víctima en toda la situación.

Es fundamental para entender este complejo comportamiento atender el siguiente texto:

La proyección de los propios impulsos destructivos del sujeto, activadas por el odio como consecuencia de la frustración y de la separación del objeto, y por la envidia ante la percepción de la capacidad autónoma que presenta el objeto para dar, crear y gozar, convierten el objeto en malo y retaliativo (resentimiento), lo cual provoca nuevos ataques defensivos contra él por incremento de las ansiedades persecutorias.

Por consiguiente, este objeto devenido malo por efectos del odio y la envidia proyectados, exacerba el resentimiento que, mediante sus fantasías vengativas funda su propia legalidad que le confiere derechos y lo exime de responsabilidad y culpa. Por ello el sujeto rencoroso necesita de una construcción paranoide, de un sistema interpretativo de la realidad hasta delirante, para sustentar la porción característica de la víctima privilegiada y castigadora. [2]

Obviamente el objeto malo es Janusz (y, como veremos más adelante, también Edward), quien es a la vez objeto de envidia al mantener y disfrutar de su familia (como veremos que también ocurre con Edward) y que por ello es también transformado en objeto de un resentimiento que libera a Ewa de su propio sentimiento de culpa y responsabilidad por la decisión que, bajo su responsabilidad, tomó de seguir con Edward. Y ya desde esta perspectiva adquiere pleno sentida la construcción paranoide de que fue Janusz quién llamó a Edward para denunciar su relación con el objeto de liberarse de ella y poder seguir con su familia lo cual permite a Ewa elaborarse como víctima privilegiada.

Dicho esto tenemos ahora que indicar que el resentimiento y la envidia forman parte de lo que se llaman pulsiones de muerte o de destrucción si bien de distinta manera. Dice Kancyper:

El impulso envidioso tiende a destruir el objeto en su capacidad creadora y de goce (M. Klein, 1960).
El impulso resentido en cambio, no persigue destruir el objeto sino castigarlo. El sujeto resentido mantiene que ese objeto, aunque malo en muchos aspectos, retiene para sí lo bueno; una posesión y un estado de los cuales ha sido "injustamente" privado, pero que "legalmente" espera aun reconquistar mediante un castigo reivindicatorio...[3]

Es lo que observamos en Ewa, el impulso envidioso como impulso destructor, cuando asiste impasible a la posibilidad de suicidarse cuando Janusz lanza el coche en dirección al tren que viene hacia ellos... (escena que me recuerda el final de Cara de Ángel, ya comentada en este blog (ver La femme fatal: perspectivas - II -) cuando Diane (Jeanne Simmons) precipita el coche al abismo junto con Frank (Robert Mitchum) incapaz de sostener su rechazo), mientras que la continua culpabilización a Janusz es más propia del impulso resentido. Si bien, según Ewa, Janusz es el objeto que la traicionó llamando a Edward para denunciar su relación, es también el hombre tierno y bueno del abrazo en la puerta frente a los niños cantando, hombre que, en todo caso, disfruta ahora otra mujer.

La familia de Janusz.
Y, por fin, un último comentario alrededor del resentimiento y de su relación con el narcisismo:

El resentimiento surge por la amenaza que significa la pérdida de completud o de la perfección narcisista que en su comienzo lo incluye todo [...]

En efecto, el resentimiento surge como consecuencia de la imposibilidad, por parte del sujeto, de asumir el desmoronamiento de la imaginaria unidad espacial y temporal, sin fracturas.


El movimiento que lo anima es regresivo: retorno a un anhelado e imposible estado anterior.


La totalidad que se ha quebrantado es la unidad mítica de completud y el intento de su recuperación reaparece por la necesidad de la naturaleza humana de poseer una unidad corporal e histórica totalizadora. [4]


Y esa es la culpa interna que siente en su interior Ewa, la culpa de haber perdido esa unidad que transforma su soledad en castigo para ella, una vez más la soledad como ausencia de amor. La culpa que por insoportable es proyectada exteriormente en Janusz a través de la paranoia de su supuesta denuncia. La venganza del resentimiento no es más que, finalmente, una venganza sobre sí mismo en lo que no es más que una imposibilidad para desarrollar una vida satisfactoria. El drama del resentimiento es que cree que a través del control y el castigo recuperará la frustración provocada por la unidad perdida. Por eso el resentido no puede destruir al objeto de resentimiento, sino mantenerlo objeto de control y castigo. Su destrucción, por el contrario, acarrearía para el sujeto dos graves problemas:

asumir la incompletud [...]; o transformarse el mismo entonces en el depositario de sus propias pulsiones, lo que acarrearía el peligro de su disgregación psicótica. [5]

Nos queda así planteada la problemática que esta primera parte de la película nos ofrece.

II. SEGUNDA PARTE: CULPA Y REPARACIÓN.

- La trama.

La trama sigue justo cuando Janusz llama de nuevo a urgencias y allá le dicen que ha habido una llamada en la cual han avisado de un desmayo de un tal Edward Garus en una parada de autobús, pero que cuando ha llegado la ambulancia ya no estaba. Le dicen que esos casos se dan a veces en borracheras y les recomiendan que miren en el centro de alcohólicos. Esta escena, como la de Ewa con su tía al principio, adquiere también una dimensión simbólica.

Ewa y Janusz van al centro de alcohólicos y allí les muestran los que han llegado esta noche. La escena que sigue es de maltrato y humillación. Les tienen encerrados y desnudos y el guardián, un tipo bastante sádico, les lanza agua fría a través de una manguera para desperezarlos mientras se ríe abiertamente... Janusz reacciona con vehemencia ante tal abuso y se enfrenta al guardia quitándole la manguera. Una infeliz imagen para Ewa que no es más que una representación de la relación de castigo que Ewa mantiene con Janusz y finalmente, consigo misma.

Cuando luego salen del centro Janusz la dice que ya no tiene sentido seguir buscando y que se vuelve a casa, que dónde quiere que la deje... Ewa le coge la mano que sujeta el cambio de marchas. Janusz arranca y a los pocos metros Ewa desvía por sorpresa el volante llevando el coche a chocar contra un árbol de navidad en la calle...

El accidente de coche provocado por Ewa

Esta escena es interesante, ya no se trata de chocar contra un tren y morir... Se trata de algo distinto, pues tras decirle que le ha estropeado el coche y que le ha arruinado la nochebuena le pide que le acompañe a la estación de tren... Tras preguntarle a una encargada de vigilancia si han visto a un hombre que Ewa describe a través de su ropa, ésta de repente le muestra una foto... La encargada niega haber visto a alguien parecido... Luego Ewa echa una mirada al reloj de la estación que marca las 7.02 y se aclara finalmente el misterio de Edward Garus y de nuestra historia, Ewa le muestra entonces a Janusz la foto en cuestión...

Janusz:¿Quién es ese?
Ewa: Edward

La foto que Ewa la muestra a Janusz de Edward
Janusz:¿Y la mujer?
Ewa: Su mujer. Y estos son sus hijos. Vive en Cracovia desde hace unos tres años.
Janusz: ¿Tres años?
Ewa: Más o menos. He dicho muchas mentiras esta noche...
Janusz: No lo sé.
Ewa:¿Conoces el juego? Si la persona que aparece por la esquina es un hombre, tendré suerte. Si es una mujer tendré mala suerte.
Janusz: Si lo conozco.
Ewa: He jugado a él esta noche. Me dije a mi misma. Si consigo pasar toda la noche contigo, hasta las 7 no importa cómo...
Janusz:¿Qué entonces?
Ewa: Entonces todo iría bien.
Janusz:¿Y si no lo conseguías?
Ewa: - le muestra entonces de su bolso las pastillas que pensaba tomarse -. Pensé en todo. Vivo sola. Es muy duro estar sola una noche como la de hoy. La gente...
Janusz: Si, se reúnen y encierran, corren las cortinas.
Ewa: Exacto

Es muy duro estar sola una noche como la de hoy.

Finalmente Janusz la lleva con su taxi donde el coche que Ewa dijo que era de Edward y allí se despiden. Es una bonita escena final donde antes de separarse Ewa le dice a Janusz que ya sabe queno fue él quien hizo la llamada aquella noche... Se nota la expresión de contento en Janusz... Ya nos veremos - le dice - Y ambos se despiden con unos guiños realizados con los faros de los coches.

La despedida.
En la última escena, además, asistimos, cuando Janusz llega a a su casa y encuentra a su mujer durmiendo en el sofá, a un descubrimiento más... La mujer de Janusz (quien ya sabía lo del coche porque había llamado por la noche) ya conoce la historia de Ewa con Janusz porque éste se la debió contar... La mujer le pregunta si volverá a salir por las noches otra vez... No, no lo haré. Me quedaré aquí - le responde -.

- Culpa y reparación.

Ewa se nos muestra en este episodio como el reverso de Dorota en el episodio dedicado al segundo mandamiento y que ya comentamos en este blog. Ewa es la mujer que se quedó sin nada, que se quedó sola. Se quedó sin su pareja, se quedó sin su amante y sin la posibilidad de formar su familia... Esta segunda parte de la película la podemos entender como el proceso de aceptación de la no completud para Ewa y la reparación de un vínculo que probablemente quedó mal cerrado siendo fuente del resentimiento que muestra Ewa:

El resentimiento puede también operar como defensa, ejerciendo una función anti-duelo, porque abandonar ese vínculo objetal significaría el derrumbe definitivo de la ilusión y la admisión de que se ha perdido real y verdaderamente el objeto. Resurge el ejercicio del poder como un intento defensivo, para cancelar o apaciguar la irrupción amenazante del dolor, de angustias y de otros afectos y representaciones intolerables para el sentimiento de la propia dignidad y para el mantenimiento de la estructuración psíquica; retornando a la memoria del rencor para huir del enfrentamiento y de la asunción de la propia responsabilidad ante los conflictos actuales y actuantes.

A diferencia de la memoria del dolor, la memoria del rencor reintroduce el tiempo circular repetitivo de los duelos interminables y comanda el destino trágicos de los sujetos y de los pueblos. [6]

Efectivamente la soledad, en ese día de nochebuena, se le hace insostenible a Ewa y lo que realiza es forzar una situación desde su resentimiento, el de ser acompañada como sea por Janusz, su ex-amante. Sin embargo, y esto es lo bonito de esta historia, el quebrantamiento de la fiesta de la nochebuena por parte de Janusz desatendiendo a su familia deriva en la transformación del resentimiento destructivo y auto-destructivo de Ewa, de su memoria del rencor a la memoria del dolor: 

La memoria del dolor admite el pasado como experiencia y no como lastre: no exige la renuncia de lo ocurrido y lo sabido. Opera como un no olvidar estructurante y organizador - pulsión de vida mediante -, como una señal de alarma que protege y previene la repetición de lo malo y da paso a una transformación y a una renovada construcción. [7]

El juego de Ewa esa noche (si llegó a las siete contigo todo irá bien) nos es más que la frontera que marca ese límite que va de la memoria del rencor a la del dolor. Del estancamiento a la transformación. Porque todo ese juego sólo tiene sentido por el amor y la importancia que le da Janusz a Ewa en esa travesía nocturna que es un "recuerdo" del amor que hubo en su momento: "Aquello me importaba. Tú eras importante. Si realmente quieres saberlo... Yo te quería. Y estaba deseando cambiarlo todo". Sólo alguien a quien se importa realiza esa entrega aun a costa de la propia familia y la propia fiesta: "Si, se reúnen y encierran, corren las cortinas". De la acusación en casa de Ewa pasamos al reconocimiento del dolor de la soledad, de las consecuencias de los hechos sucedidos (en esa caso ambos hombres tienen su familia y ella es la que ha quedado sola), la responsabilidad de la decisión que tomó y el reconocimiento de que fue él quien hizo la llamada en la estación (símbolo de puntos de partida y llegada) y en la despedida.

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(*) VER LA PELICULA EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=6WlF-aB1VzE

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[1] Cioran, E. M. El aciago demiurgo. Encuentros con el suicidio. Editorial Taurus, pág. 59
[2] Kancyper, Luis. Resentimiento y remordimiento. Estudio psicoanalítico. Lumen Tercer Milenio, pág. 61
[3] Ídem anterior, págs. 24 y 25.
[4] Ídem anterior, págs. 22 y 23
[5] Ídem anterior, pág. 25
[6] Ídem anterior, pág. 228 (en apéndice 2. La memoria del rencor y la memoria del dolor)
[7] Ídem anterior, pág. 205 (en apéndice 2. La memoria del rencor y la memoria del dolor)

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SERIE DECÁLOGO (pulsar en título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación.

HACIA RUTAS SALVAJES (Into the wild - Sean Penn, 2007 -): Sobre la discordia y el malestar del ser.

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Hacia rutas salvajes (2007) es una de las siempre interesantes incursiones que el actor Sean Penn ha hecho en el mundo de la dirección cinematográfica. Basada en el notable libro del alpinista y escritor Jon Krakauer, la película, del mismo título que el libro, nos narra la historia del joven Christopher McCandless, alias "Alexander Supertramp", quien a sus veinticuatro años fue hallado muerto en 1992 en un antiguo autobús abandonado a modo de refugio en las desoladas tierras de Alaska. La narración de la tragedia y las primeras investigaciones realizadas por Krakauer y publicadas en la revista Outside en el mismo año suscitaron un gran interés por la historia y aventura de este joven y derivaron posteriormente en 1996 en la publicacion del libro Into de Wild (Hacia rutas salvajes) con una investigación mucho más profunda y elaborada. La película es una muy buena adaptación del libro y de su espíritu, si bien hay algunos detalles inmportantes que se hallan en el libro y que la película no puede recoger en toda su extensión. La película cuenta con la reconocida interpretación de Cristopher por parte de Emile Hirsch, acompañado por William Hurt (Walt McCandless),Marcia Gay Harden(Billie McCandless) y Jena Malone (Carine McCandless) entre otros.

Sean Penn y Emile Hirsch

I. EL ARGUMENTO DE LA PELÍCULA.

Cristopher es un joven norteamericano de veintidos años que tras graduarse en sus estudios decide abandonar a su familia (que ya hasta su muerte no tuvieron más noticias de él) y su estilo de vida para embarcarse en un largo recorrido por tierras norteamericanas (California, Oregón, Dakota del sur, etc) en las cuales fue tomando figura el impulso de vivir una temporada sólo en la Naturaleza, eligiendo para ello las complicadas tierras de Alaska, en una zona conocida como la Senda de la Estampida. Al llegar a estas tierras encontró un autobus abandonado a modo de refugio (el autobús mágico) del que hizo su morada. La realización de este proyecto le costó la vida al complicarse su salida, debido al deshielo, por la crecida del río Teklanika que le cortó el paso. La Naturaleza que debía albergarle fue, poco a poco, mostrando también su faz más hostil hasta fallecer por inanición por lo que parece que fue la intoxicación debida a la ingestión de alguna planta, fruto o semilla tóxica. La película se divide en cinco fases que hacen referencia a su evolución a esos dos años de vida nómada por las tierras norteamericanas: mi propio nacimiento, adolescencia, adultez, y sabiduría

Arriba Cristopher McCandless, abajo su intérprete: Emile Hirsch.

La historia de Cristopher nos ofrece un marco de reflexión que nos permite contemplar su peripecia desde distintas perspectivas y puntos de vista. Más allá del marco psicológico que, obviamente, tendrá su lugar, la historia nos ofrece otro marco de reflexión que se enmarca dentro del conflicto entre Civilización y Naturaleza y el alejamiento progresivo que para el ser humano implica la una de la otra. Antes de clasificar, como así se ha clasificado por muchos, la historia de Cristopher como una tontería sin sentido o una locura de un joven arrogante enfrascado en una loca y peligrosa aventura, de la misma manera que ha despertado la admiración por las motivaciones que parecía tener. Creo que más allá de deplorar o exaltar su vivencia, es justo concederle el ejercicio de la reflexión. La exaltación del mundo de la Naturaleza por encima de la Civilización aparece en muchas ocasiones como una compensación de la locura que nuestro mundo civilizado también imprime al ser humano. Las reflexiones de filósofos como Rousseau o Thoreau, o escritores como Tolstoi o Jack London (frecuentados, con la excepción de Rousseau, por el joven Cristopher) ya se han desplazado por esta tensión existente con la que el hombre vive dicho conflicto. Que evidentemente el proyecto de vivir en la naturaleza salvaje de las tierras de Alaska tuvo las funciones de un "ritual iniciático" para Cristopher lo dejan claro sus propias palabras:

Hace dos años que camina por el mundo. Sin teléfono, sin piscina, sin mascotas, sin cigarrillos. La máxima libertad, un extremista, un viajero esteta cuyo hogar es la carretera. Escapó de Atlanta, jamás regresará. La causa: "no hay nada como el oeste". Y ahora, después de vagar dos años por el mundo, emprende su mayor y última aventura. La batalla decisiva para destruir su falso yo interior y culminar victoriosamente su revolución espiritual. Diez días y diez noches subiendo a trenes de carga lo han llevado al magnífico e indómito Norte. Huye del veneno de la civilización y camina sólo por el monte para perderse en una tierra salvaje. (Alexander Supertramp, 1992) [1]

Hacia rutas salvajes se corresponde al típo de película que Jordi Batlló y Xavier Pérez clasifican como "en busca del tesoro" y de ciertas road movies que definen como:

Un viaje donde curiosamente no existe encargo (al contrario, es el viajero quien quiere escapar del hogar donde insisten para que se quede) ni tampoco un objetivo final definido. En estos films de frontera parece importar únicamente la parte central: el viaje accidentado, los aliados en el camino, la necesidad de movimiento; como si detenerse equivaliera a morir. Héroes que saben que la felicidad es un bien escaso, y que si existe sólo puede encontrarse en el nomadismo, en la huida sin fin. Una disposición argumental y anímica, una metáfora del espacio que es capital en la conciencia moderna. [2]

Sin embargo, y para empezar nuestro comentario, me gustaría comenzar por hacernos una pregunta. ¿Porqué esa decisión de cortar todo tipo de comunicación con su familia? Empezaremos por esta vertiente netamente psicológica para, poco a poco, introducirnos en la ruta que llevará nuestra reflexión.

El autobús que sirvió de refugio a Cristopher McCandless en su estancia en Alaska

II. RELACIONES FAMILIARES.

Es evidente que la película, y aun más el libro de Krakauer, ponen de relieve las dificultades de la relación de Cristopher con sus padres. Sólo la relación con su hermana Carine era intensa, y a pesar de ello incluso con ella cortó todo tipo de comunicación durantes estos dos años y cuatro meses. En distintos momentos de la película se pone de relieve esa dificultad que deja entrever los efectos de un padre exigente y autoritario (Walt McCandless es un ingeniero catalogado de un genio en su campo que trabajó para la NASA y que luego, con su mujer, fundó una empresa exitosa sobre su misma especialidad) y de unas relaciones dificultuosas e incluso violentas entre sus padres, en especial, desde la fundación de la empresa que ambos constituyeron, y que les llevaron a un abandono de las relaciones con sus hijos. Veamos las siguientes palabras:

Tanto el padre como el hijo eran intransigentes y excitables. Dada la necesidad de controlar de Walt y el caracter exageradamente independiente de Chris, el enfrentamiento fue inevitable. Mientras estudió, Chris se sometió a la autoridad paterna hasta extremos sorprendentes, pero lo hizo a costa de acumular un resentimiento cada vez mayor. Fué obsesionándose por lo que percibía defectos morales de su padre, la hipocresía del estilo de vida de su familia, la tiranía de su amor con condiciones. Al final se rebeló, y lo hizo con la desmesura que le caracterizaba. [3]

William Hurt y Marcia Gay Harden en los papeles de Walt y Billie McCandless
Sin embargo, hay un hecho que se relata en el libro y que en la película no se cita y que afectó especialmente a Chris y que parece ser que fue determinante. Krakauer lo relata, además, poniendolo en relación al propio ejemplo con su propio padre, evidenciando así ciertos parecidos en los comportamientos de ambos. A través del contacto con diversos familiares Chris se enteró de una dolorosa historia envuelta en la relación de Walt con Billie y con la que fue su primera esposa, Marcia. La historia descrita por Krakauer es la siguiente:

La separación entre Walt y su primera esposa, Marcia, no había sido facil. Mucho tiempo después de haberse enamorado de Billie y de que esta diera a luz a chris, Walt seguía viéndose con Marcia en secreto, dividiendo su tiempo entre dos casas y dos familias. Para mantener el engaño, contó mentiras que al final se descubrieron y dieron pie a nuevas mentiras para justificar las mentiras anteriores. Dos años después de que Chris naciera, Walt tuvo otro hijo con Marcia, Quin McCandless. Cuanbo la doble vida de Walt fue descubierta, la revelación hirió a todas las partes implicadas, que sufrieron terriblemente. [4]

El descubrimiento de toda esta historia paterna llevó a Chris a desarrollar un fuerte resentimiento hacia su padre, a quien empezó a juzgar como un hipócrita que había predicado unas cosas y actuado otras bien distintas. Es decir, que al resentimiento que parecía consumir a Chris por la dureza y al autoritarismo paterno se le añadió el resentimiento de lo que Chris consideró la traición relacionada con la falsedad del padre. Krakauer hace un diagnóstico más que probable:

Tras descubrir las circunstancias del divorcio de Walt, tuvieron que pasar dos años para que el odio de Chris empezase a aflorar, pero al final ocurrió lo inevitable. No estaba dispuesto a perdonar los errores de juventud de su padre y aun menos sus intentos de ocultarlos. Más adelante dijo a Carine y a otrosque el engaño urdido por Walt y Billie había convertido "toda su infancia en una ficción". Sin embargo, nunca se enfrentó con sus padres para plantearles lo que sabía, ni en aquel momento ni más tarde. En lugar de ello, eligi´´o mantener en secreto una información que le hacía daño y expresar su rabia de modo indirecto, a través de un silencio hosco. [5]

Sean Penn con Jon Krakauer

III. EL CARACTER OBSESIVO: ENTRE EL SOMETIMIENTO Y EL SADISMO.

La reacción de Chris de condena a su familia a ese "silencio hosco" cabe reflexionarla desde una estructura obsesiva. Observamos en ella algunas de sus características. Surge una pregunta inevitable tras leer el comentario de Krakauer: ¿A quién se dirige ese "silencio hosco"? Vamos a centrar nuestro comentario en dos aspectos fundamentales del caracter obsesivo.

- La rivalidad con el padre.

Lacan ya nos indicó que una característica del obsesivo es la rivalidad con el padre, de la misma manera que también nos indica que en el punto máximo de entrega y sometimiento al otro, es el momento donde el sujeto se eclipsa y surge el sadismo. Durante largo tiempo Chris se sometió a la autoridad paterna de manera total, pero justo en ese extremo de sometimiento, es donde también se incuba el resentimiento. De él surgió el Chris que sin mediar palabra, a través del silencio impuesto por su ausencia, abandono su familia hasta el día de su muerte. ¿A quién se dirige ese "silencio hosco"? Es un silencio creado para la mirada del padre.Un silencio transformado en acusación y venganza. Un silencio a una injusticia, a la vez que a una falsedad que lleva a Chris a postularse como ejemplo de lo que no fue su padre: la honestidad y la verdad, a la vez que en implacable vengador (surge el sadismo). Chris se erige en un claro ejemplo de una característica de los obsesivos:

Muchos obsesivos luchan por la "única verdad", el "unico camino verdadero", "la mujer correcta" y demás, y sus ideales son tan elevados que resultan irrealizables y ningún esfuerzo humanamente posible parece lo suficientemente grande para constituir un genuino paso en dirección al ideal; por lo tanto no hacen nada. [6]

Pero el caso de Chris no es el de "no hacer nada". La maniobra de Chris es su elaboración como el opuesto del padre y  hace de la honestidad y de la verdad, ante lo que considera la hipocresía de sus principios y su falsedad, su divisa. Y aun algo  más, hace de la Naturaleza el lugar en la que se halla la verdad del hombre. Lector de Thoreau cita en la película las siguientes palabras (que se hallaron subrayadas en el libro Walden. La vida en los bosques que se encontró en el autobús donde falleció) que parecen un resumen de su decisión y de su rebelión:

Dadme la verdad antes que el amor, el dinero y la fama. Me senté a una mesa en la que había buena comida y vino en abundancia y un excelente servicio, pero no había ni sinceridad ni verdad; y me marché con hambre de aquel banquete inhóspito. La hospitalidad era glacial como los hielos. [7]

Dadme la verdad antes que el amor, el dinero y la fama.

En realidad el silencio de Chris hacia su padre y, por extensión a toda su familia le abandonó a una estrecha relación que Chris estableció con su propio superyó. Yo tengo la sensación que el final de Chris en tierras de Alaska, su muerte en sus desolados territorios, no es más que la consecuencia de su fidelidad a su propio imperativo superyoico en una fiel imagen de la demanda insaciable que éste representa. 

- No ceder al deseo del Otro.

Es en la relación con la Naturaleza y el nomadismo, el no atarse a ninguna relación, donde Chris encontró su manera de no ceder al deseo del Otro. Eso, y el ideal con el que invistió su estancia en Alaska y que debía ser su batalla decisiva para destruir su falso yo interior y culminar victoriosamente su revolución espiritual. Expresión ésta que, en si misma, ya suena sospechosamente a imperativo superyoico. A pesar de la fuerte impresión que la personalidad de Chris dejó en todos aquellos que conoció  (su determinación y su vitalismo, su honestidad) a lo largo de sus viajes (como va recogiendo la película en sus encuentros con Rainey y Jan Burres, Wayne Westenberg, Ron franz, Tracy Tatro), y el fuerte apreció que suscitó en muchos de ellos siempre siguió su camino en solitario. Chris siempre mostraba esta oscilación entre una fuerte necesidad de relacionarse para luego desaparecer en la soledad de su camino, de su viaje. Nunca se quedaba demasiado tiempo, como si buscara que la implicación emocional no le apartara de la búsqueda de su verdad. Pero esa búsqueda en realidad le libraba de entrar en su vertiente agresiva, la misma agresividad y sadismo con la que "castigó" a su familia con el silencio absoluto, o en lacaniano:

Lacan plantea que el fantasma del obsesivo es un fantasma sádico. El obsesivo que se presenta tan oblativo, dispuesto a satisfacer las demandas, cercano, simpático, solidario, encubre bajo ese amor al Otro su fantasma sádico inconsciente. Y para seguir desconociéndolo ese fantasma sádico de destrucción, el sujeto va a hacer todos esos montajes. [8]

Es importante observar que el ideal con el que Alaska queda investido (destrucción del falso yo interior, revolución espiritual) se relaciona con esa tendencia del obsesivo a alienar su deseo con imágenes e ideales. Y siguiendo ese hilo, en realidad observamos en Chris que se elabora como el ideal - el yo ideal - de un superyó que le exige honestidad, verdad y justicia a la vez que le exige el imperativo de gozar (¡¡goza!!). Un imperativo que parece decir por un lado: ¡No seas como tu padre! Y que, a la vez, le dice: ¡¡Goza!! - Vimos eso claramente en el comentario a la película Aflicción (Paul Schrader, 1997) -. Eso le convierte en un ferviente creyente de sus introyecciones. Un imperativo que le lleva a tener que ser extremadamente fiel a sus creencias hasta asumirlas como verdades incuestionables y en la que dicha verdad se sostiene sobre la congruencia entre su enunciado y la acción con las que van acompañadas (a diferencia de su padre). Al mismo tiempo las introyecciones que fundamentan este imperativo implica la represión de aquel que le obliga a gozar y que, como dice Lacan, se convierte en el auténtico fantasma del obsesivo. Vimos antes que el punto máximo de entrega y sometimiento al otro, es el momento donde el sujeto se eclipsa y surge el sadismo. La oscilación de Chris entre su necesidad de relacionarse y sus desapariciones tienen que ver con eso... El regreso al viaje, al camino le aleja de ese punto de transición donde el sometimiento se transforma an sadismo como ocurrió en la relación su padre y su familia. Por otro lado. y desde esta perspectiva, podemos también considerar su relación con la Naturaleza como un desplazamiento (que no sublimación) de sus impulsos reprimidos...

El encuentro con la Naturaleza Indómita de Alaska

En el ejemplar encontrado en el autobús de Walden. La vida en el bosque (Thoreau), se encontró subrayado:

La castidad es el florecimiento del hombre; y lo que llamamos Genio, Heroísmo, Santidad y otras cosas parecidas son los frutos  que genera.[9]

Dentro de esta dinámica cabe concebir también su relación con Tracy Tatro (Kristen Stewart, la protagonista de la saga Crepúsculo), la joven adolescente que se enamora de Chris y que en una escena la hace bien explícito su deseo sexual por él. Chris curiosamente se mantiene en una relativa distancia de ella manteniéndola como una amiga. Como todas las relaciones que mantiene, todas ellas siempre son mantenidas a una cierta distancia, a pesar de la profundidad que puedan alcanzar, hasta que finalmente se va, las separa... Ninguno de los muchos testimonios de aquellos que conocieron a Chris habla de que le viera intimando con alguna joven. Probablemente el sexo fue también una intimidad de la que se mantuvo alejado como demuestran sus subrayados y notas acerca de libros como el citado de Thoreau (que hizo de la castidad un valor) o La sonata Kreutzer de León Tolstoi donde también se abordan las virtudes de la castidad. Dice Krakauer al respecto:

parece como si McCandless hubiera sido movido por una especie de sed que suplantaba el deseo sexual. En cierto modo, esta sed era demasiado fuerte para que el contacto humano la saciase. Puede que McCandless se sintiera tentado por las pasiones que le ofrecían las mujeres, pero tales pasiones palidecían en comparación con la perspectiva de un encuentro tempestuoso con la naturaleza, con el cosmos mismo, que era lo que le arrastraba hacia Alaska. [10]

Chris con Tracy
He querido poner de relieve esta relación de Chris con Tracy porque nos invita a seguir y reflexionar con el objetivo del siguiente punto.

IV. LA FALLA DE LA METÁFORA PATERNA Y EL EXCESO DE GOCE: la gran comunión.

Dice Thoreau:

La mayoría de los hombres viven una vida de tranquila desesperación. Lo que llamamos resignación no es más que una confirmación de lo que llamamos desesperación. De la ciudad desesperada pasamos al campo desesperado, y tenemos que consolarnos con la magnificiencia de los visones y ratas almizcleras. Hasta detrás de los llamados juegos y diversiones de la humanidad se encuentra una desesperación estereotípica, aunque inconsciente. No hay diversión en ellos, porque esta viene sólo después del trabajo. Pero no hacer cosas desesperadas es una característica de la sabiduría. [11]

H. D. Thoreau
Esa desesperación a la que Thoreau hace referencia nos recuerda los conceptos de discordia primordial en Lacan o de malestar (de la cultura) en Freud. La discordia primordial de Lacan haría referencia al sentimiento de incompletitud que el ser humano percibe en sí mismo y en su existencia, mientras que el malestar de Freud se refiere más al conflicto que la civilización le plantea al ser humano y que es vivido y sentido como un malestar resultado de la represión que se le impone a sus impulsos o pulsiones y a sus instintos. Thoreau ejemplifica este malestar cuando al hablar de la diversión de ciertos juegos del hombre civilizado la pone en duda "porque esta viene sólo después del trabajo". Algo que se observa en filósofos y poetas como Thoreau (también en Rousseau o Ralph Waldo Emerson, y en grado distinto en Walt Withman) en relación al hombre y la Naturaleza es el intento que se plantea de la vuelta a los orígenes, la reintegración a una "madre" Naturaleza en la que el malestar y especialmente la discordia desaparece en una visión fundamentalmente "buena" de ella. Veamos un ejemplo en el siguiente fragmento de Walden:

Hace una tarde deliciosa, en la que el cuerpo es un único sentido y y se llena de placer por cada uno de sus poros. Voy y vengo en la Naturaleza con una extraña libertad , como parte de ella misma. Mientras camino po la orilla pedregosa de la laguna, en mangas de camisa, a pesar de que el día es frío, nublado y ventoso, no veo nada particular que atraiga mi atención: me siento inusualmente cercano a todos los elementos. Las ranas toro trompetean para anunciar la noche y el viento ondulante me trae la nota del chotacabras desde la orilla. La afinidad que siento con las palpitantes hojas de los alisos y de los álamos casi me corta la respiración, pero al igual que la del lago, mi serenidad se riza sin llegar a perturbarse. Estas pequeñas olas, levantadas por el viento de la tarde, están tan lejos de la tormenta como la tersa superficie reflectora. Aunque ya oscurece, el viento sopla y ruge aún en los bosques, las olas siguen chocando y algunas criaturas acallan al resto con sus cantos. [12]

Hallamos declaraciones parecidas en Rousseau:

Rousseau
Iba con paso tranquilo en busca de un lugar salvaje en el bosque, un paraje abandonado donde nada que mostrara la mano del hombre pudiera anunciarme la servidumbre y la dominación, un refugio donde pudiese creer que era el primero en entrar y donde ningún tercero inoportuno viniese a interponerse entre la Naturaleza y yo. Una nueva magnificiencia parecía desplegarse ante mis ojos [...] Luego, mi espíritu se perdió en esta inmensidad [...]  Creo que, de haber desvelado todos los misterios de la Naturaleza, no me habría sentido en un estado tan delicioso como aquel éxtasis aturdidor [...], que en la agitación de mi arrebato me hacía exclamar de tanto en tanto: "¡Oh gran Ser! ¡Oh gran Ser!", sin poder decir ni pensar nada más. [13]

Algo que observamos como una similaridad en Chris McCandless, Thoreau o Rousseau en la cuestión que nos trae, es la importancia de la soledad "donde ningún tercero inoportuno viniese a interponerse entre la Naturaleza y yo". Dice Thoreau:

Creo que es saludable estar solo la mayor parte del tiempo. La compañía, incluso la mejor, se hace pronto cansina y nociva. Me encanta estar solo. No he encontrado un compañero que me acompañe mejor que la soledad. Normalmente estamos más sólo cuando nos reunimos con los demás que cuando permanecemos en casa. [14]

Rousseau también menciona la palabra "refugio". Es significativa, como lectura desde un punto de vista del caracter obsesivo, la referencia del refugio a esa ausencia del tercero que no es más que la ausencia del "Otro" como algo que nos permite zafar la demanda y nos lleva a abandonarnos al goce de lo que Safranski denomina "la gran comunión" y que se corresponde con la idea del "sentimiento oceánico" que Freud tomó de Rostand en el "Malestar de la cultura". Esos sentimientos se caracterizan por la rotura de límites, por los sentimientos de fusión y autosatisfacción... e incluso por la eliminación de cualquier tipo de consciencia reflexiva para ser hecho puro (Rousseau y algunos místicos describen con claridad dicho estado).

Hacia rutas salvajes: la gran comunión.

Cuando indiqué que la relación de Chris con la Naturaleza y el nomadismo parecían un desplazamiento de sus impulsos reprimidos me refería aquí al goce, goce entendido como una experiencia de fusión con el todo que cabe entender como fusión con lo materno, un retorno a la gran comunión, al sentimiento oceánico, una vez más el retorno a lo materno de Withman tras "los portales de la muerte". Goce prohibido y a la vez exigido por el superyó implacable del obsesivo.

Para que esto suceda nos encontramos ante otra característica del obsesivo y que tiene que ver con un fallo en el papel de la metáfora paterna, fundamental en el complejo edípico, y entendida esta como la ley del intercambio que dicta la separación de las generaciones y que podríamos formular de una manera gráfica como: Hijo, no desearás a tu madre. Madre, no retendrás a tu hijo. Y con el tiempo, cuando crezcas, ya como hombre tu desearás a otra mujer. Algo falla en el papel del padre en el obsesivo en su papel de interdictor del deseo del hijo y de la madre. Es como si en esta falla se invirtiera el enunciado de la ley y se dejara al hijo a merced de la madre y que lo que se prohibiera, como consecuencia de ello, fueran las otras mujeres. Por eso el obsesivo niega su deseo, porque éste queda atrapado en lo materno, le pertenece a ello. Eso abandonaría al obsesivo a ese exceso de goce que le habita y sólo el mecanismo de desplazamiento de ese impulso incestuoso a la relación con la Naturaleza - en los casos que citamos - evita la relación que dicho goce tiene con la ley del superyó y el conflicto que establece con las otras normas interdictoras que éste implica. Su coste, en el caso de Chris: el aislamiento, la necesidad de soledad y el nomadismo geográfico y relacional.


El autobús mágico en la nieve...

V. MÁS ALLÁ DE LA PSICOLOGÍA: EL CONFLICTO CIVILIZACIÓN-NATURALEZA.

No obstante, y ya más allá de lo psicológico, Chris McCandless plantea un problema que está en el núcleo de la civilización y de su patología. La vida del hombre somo sujeto social y cultural a través de la historia nos muestra un hombre progresivamente más y más desarraigado de la Naturaleza y más sometido a las "leyes de la civilización" cuanto más esta se desarrolla, leyes que progresivamente se han ido construyendo sobre y en detrimento de la Naturaleza y de nuestra propia pertenencia a ella. Somos civilización y naturaleza, pero el drama de la civilización, y esencialmente de la civilización occidental es que como un virus infeccioso o un cáncer se construye arrogante destruyendo aquello de lo que finalmente hemos surgido, de la Naturaleza. Thoreau dice:

El naturalista Darwin dice, refiriéndose a los habitantes de la Tierra del Fuego, que mientras su cuadrilla de "hombres bien vestidos estaba sentada cerca del fuego, sin sentir demasiado calor, aquellos salvajes desnudos, situados algo más lejos, le causaron sorpresa, pues estaban sudando la gota gorda". También nos han dicho que los nativosv de Australia anda desnudos sin sufrir por ello, mientras los europeos tiemblan de frío bajo sus ropas. ¿No sería posible combinar la robustez de estos salvajes con la condición intelectual del hombre civilizado? [16]

Y más adelante insiste:

Mientras volvía a casa a través de los bosques con mi sarta de pescado, arrastrando mi caña y siendo ya noche cerrada, vislumbré una marmota que cruzó furtivamente el sendero y sentí una extraña sacudida de placer indómito y la poderosa tentación de cazarla y devorarla cruda, no porque tuviera hambre en aquel entonces, sino por aprehender la vida salvaje que representaba [...] Los lugares más salvajes me resultaban inexplicablemente familiares. Encontraba en mí mismo, y aun encuentro, un instinto dirigido hacia una vida más superior o, como suele decirse, espiritual, común a la mayoría de los hombres, y otro hacia un estado primitivo y salvaje; y siento el mismo respeto por ambos. Amo lo salvaje tanto como el bien. El aspecto salvaje y aventurero inherente a la pesca resulta muy recomendable para mí. A veces me gusta plantar los dos pies en la vida y pasar el día como un animal. Quizá deba a esta ocupación y a la caza, practicadas desde mi juventud, mi intimidad con la Naturaleza. [17]

El verdadero Chris McCandless en tierras de Alaska.

Thoreau siente la necesidad de unir ese polo del mundo de lo espiritual y lo elevado, de lo intelectual con el del mundo de lo instintivo y salvaje. Algo que Jung, muchos años después, ya definió en su hipótesis del inconsciente colectivo y sobre la naturaleza de los arquetipos. El viejo conflicto entre Apolo y Dionisos que en el hombre actual, y llevados ambos a sus extremos, enloquecen peligrosamente cuando se erigen como negadores uno del otro. Thoreau ya intuye que ambos se necesitan, que uno no es la negación del otro. Dice también algo que Jung diría tiempo después:

Toda nuestra vida es de una moral sorprendente. Entre la virtud y el vicio jamás hay un instante de tregua. La única inversión que nunca quiebra es la bondad.[17]

Fijaros que Thoreau situa la bondad fuera de la moral. Lo bueno está más allá del bien y del mal (parafraseando a Nietzsche) que define una moral, cualquier moral. Dice Thoreau en otra parte:

No sea demasiado moral. Sería como hacer trampas con uno mismo. Sitúese por encima de los principios morales. No sea simplemente bueno, sea bueno por algo. Todas las fábulas tienen su moraleja, pero a los inocentes lo que les gusta es escuchar la historia [...]

Es un hecho indiscutible que el hombre puede ser bueno o puede ser malo; su vida pueder ser verdadera o puede ser falsa; y puede representar para él la verguenza o la gloria. El hombre bueno se esculpe a sí mismo; el malo se destruye a sí mismo. [18]

Éste concepto de bondad que se halla por encima de las "morales" se ejemplifica en Thoreau en esa unión de lo espiritual e intelectual con lo instintivo y salvaje como vimos en la nota 17 y que se corresponde un tanto con las ideas de Aristóteles expuestas en la "Ética a Nicómano", cuando el filósofo griego discrimina que la felicidad surge del equilibrio entre lo que él llama las virtudes éticas (propias de la relación del hombre con la Naturaleza y su propia naturaleza animal) y las virtudes dianoéticas (relacionadas con el intelecto y el alma humana). De Aristóteles y Thoreau podemos inferir que no hay felicidad en nuestro alejamiento de la Naturaleza, y que cuando arrogantemente pasamos por encima de ella, incita y desarrolla los elementos destructivos de la Civilización a la que podemos ver regida por la racionalización de la pulsión de muerte, como ya desarrollamos en la entrada "Cuando el destino nos alcance: de psicópatas y zombies. El nucleo patológico del capitalismo" - ver en concreto nota 8 -. Compárese lo que en este artículo dijimos con las palabras de Leonardo Boff:

Leonardo Boff
La ética va más allá de la moral. Por ella expresamos el comportamiento justo y la manera correcta de relacionarse el ser humano, en consecuencia con su dinámica propia e intrínseca de la naturaleza de cada cosa. Lo decisivo en la ética no es lo que queremos que sea o lo que conseguimos imponer mediante el poder (ahí se crean las diferentes morales), sino lo que la realidad misma dice y exige de cada uno de los que se ponen a su escucha y en sintonía con ella.

La ética de la sociedad hoy dominante es utilitaria y antropocéntrica. El ser humano estima que todo se ordena a él. Se considera señor y patron de la naturaleza, que está ahí para satisfacer sus necesidades y realizar sus deseos. Como ya se observó anteriormente, tal postura básica lleva a la violencia y a la dominación de los demás y la naturaleza. Niega la subjetividad de los pueblos, la justicia a las clases y el valor intrínseco de los demás seres de la naturaleza. No percibe que los derechos sólo se aplican al ser humano y a los pueblos, sino también a los otros seres de la creación. Hay un derecho humano y social como hay un derecho ecológico y cósmico. No tenemos derecho a destruir lo que nosotros mismos no hemos creado. [19]

La rebelión de Chris, más allá de lo psíquico estructural nos pone de relieve la locura implícita en nuestra civilización: desarraigada de la Naturaleza nos acerca más al zombi que al vivo. Entre leyes y deberes, expectativas que ni tan sólo tenemos tiempo de digerir y que ni siquiera sabemos si son nuestras ingresamos sin darnos cuenta en una especie de Matrixque simplemente nos transforma en piezas de una maquinaria al servicio de los poderes que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, poderes religiosos, poderes políticos, económicos y los mass media... La rebelión de Chris contra su padre y su familia es también una rebelión contra la locura civilizada que nos dice que debemos querer, lo qué debemos desear, por qué debemos ilusionarnos, que tenemos que pensar... Sigo con Thoreau (como podríamos seguir con Rousseau, Walt Withman, Jung, Eric Fromm, Herbert Marcuse o Leonardo Boff):

Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, no fuera que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir nada que no fuera la vida, pues vivir es algo muy valioso, ni tampoco practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesaria. Quise vivir intensamente y extraer el meolllo de la vida, vivir de manera tan dura y espartana como para apartar todo lo que no fuera vida, surcar una divisoria y llevar la vida hacia un rincón y reducirla a elementos básicos y, si resultaba mezquina, obtener entonces toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo, y si fuera sublime, saberlo por experiencia y poder dar cuenta de ello en mi próxima excursión. Porque me parece que la mayoría de los hombres se halla en una extraña incertidumbre acerca de si la vida es cosa del diablo o de Dios, y han deducido algo apresuradamente que el fin principal del hombre aquí es “gloria a Dios y gozar de Él eternamente. [20]

Se podrá estar de acuerdo o no con las ideas de Thoreau pero, en todo caso, rezuman un sano vitalismo y un experiencialismo recomendable a todos contra esa desesperación y resignación que residen en la civilización cuando esta pretende imponerse por encima de la Naturaleza, y lo que es peor, cuando nos quiere imponer un estilo de vida basado en la pobreza del ser... cuando nos reclama ser sujetos pasivos ante su demanda. Chris, con todas sus cosas, con las críticas recibidas por su temeridad y el dolor infringido a sus padres, transmitía esto a quienes le conocieron, sus innegables ganas de vivir más allá de las estrechas miras a la que nos conmina nuestra Matrix civilizada gestionada por auténticos robots religioso-político-economico-comunicativos. Como una gran metáfora de nuestros tiempos Matrix nos ayuda a reflexionar sobre esa civilización que en nombre de un bienestar construido finalmente sobre un sinfín de inutilidades al servicio del consumo y una falsa libertad sostenida en el tener hace que de repente algunos despierten al "desierto de lo real" que no es más que el desierto del ser, en su pobreza y esclavitud, con la que vivimos alejados de nuestra esencia que se enraíza también en la Naturaleza. Nuestra civilización, más allá de las cuestiones psíquicas estructurales es altamente neurotizadora. Su estilo de vida genera enfermedad psíquica. Eso creo que lo compartimos muchos profesionales. Vivimos más pero... ¿cómo vivimos ese tiempo de más? ¿cómo inmersos en un civilización de la imagen, de la competitividad desleal, del engaño, de las falsas necesidades y de los deseos vanales, de los placeres compulsivos, de la inmediatez y el resultadismo, de la  manipulación y la desigualdad disimulada y la injusticia legalizada?

Guerrero Mursi con su Kalhasnikov
Y ya para finalizar una anécdota. Hace poco tiempo estuve visitando el sur de Etiopía. Visité algunas de las tribus que viven en las sabanas ya fronterizas con Kenia. Asistí con pena - y desgraciadamente como un farangi, como partícipe turista occidental - al impacto que la vanguardia de la civilización empieza a ejercer sobre esos hombres y mujeres que aun viven inmersos en la Naturaleza - y que al ser Naturaleza no necesitan reflexionarla, simplemente son con ella -, en los que su cultura aun forma parte de ella, cuidadosamente, no elevándose por encima y enfrentándola en su misterio y crudeza con agradecimiento, respeto y temor. Sin embargo, ejemplos de los primeros efectos de la llegada de la "civilización":Kalashnikov en lugar de lanzas (producto del tráfico de armas en la frontera Keniata), aparición del alcoholismo en algunas de ellas producto del ya incipiente desarraigo sobre sus formas naturales de vida y sobre los intentos de desplazarles de sus lugares (resultado de la aplastante colonización económica China), el triste y avaricioso efecto de la aparición del dinero en su mundo cuando no hace mucho aun comercializaban con trueque...

VI. UNA REFLEXIÓN FINAL.

Chris eligióla pastilla roja para dejar la Civilización, pero a su vez tomó otra azul que idealizó el "desierto de lo real"a través de la Naturaleza. Buscó refugio en ella, pero como bien se dice en el libro de Krakauer: "Desde hace mucho tiempo, Alaska ejerce una atracción magnética sobre los soñadores e inadaptados que creen que los enormes espacios inmaculados de la Última frontera llenarán el vacío de su existencia. Sin embargo, la Naturaleza es un lugar despiadado, al que le traen sin cuidado las esperanzas y anhelos de los viajeros". Sin embargo, alguna cosa hace pensar que ese encuentro final con "lo real" de Chris probablemente le habían dado un contrapunto de claridad en su búsqueda... Compensó su necesidad de refugio y soledad en la Naturaleza con la necesidad también de compartir. El último libro que tuvo oportunidad de leer fue Doctor Zivago (Boris Pasternak). Al lado de un pasaje del libro Chris anotó: "LA FELICIDAD SÓLO ES REAL CUANDO ES COMPARTIDA". El pasaje en cuestión dice lo siguiente: "Y así resultó que sólo una vida similar a la vida de aquellos que nos rodean, fusionándose con ella en armonía, es una vida genuina y que una felicidad no compartida no es felicidad". Y, no obstante, Chris nos dejó algunas reflexiones que a todos nos convendría quizá hacer de tanto en tanto. En una carta a Ron Franz, quién estableció con Chris una fuerte conexión antes de partir hacia Alaska, Chris dice:

Te equivocas si piensas que la dicha procede sólo o en su mayor parte de las relaciones humanas. Dios la ha puesto por doquier. Se encuentra en todas y cada una de las cosas que podemos experimentar. Sólo tenemos que ser valientes y empezar a vivir al margen de las convenciones.

Lo que quiero decir es que no necesitas tener a alguien contigo para traer una nueva luz en tu vida. Está ahí afuera, sencillamente, esperando que la agarres, y todo lo que tienes que hacer es el gesto de alcanzarla. Tú único enemigo eres tú mismo y esa terquedad que te impide cambiar las circunstancias que vives. [21]

Ron Franz (que es un pseudónimo) contaba en aquellos momentos con 81 años y tomó las palabras de Chris para dejar su terquedad y cambiar radicalmente su vida.

Ron Franz y Chris:
"todo los que tienes que hacer es el gesto de alcanzarla"

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[1] Krakauer, Jon.Hacia rutas salvajes. Ediciones B.S.A. pág. 132
[2] Batlló, Jordi y Pérez, Xavier. La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine. Anagrama. Colección Argumentos, págs. 24 y 25
[3] Ver nota 1, pág. 56
[4] Ídem anterior, pág. 101
[5] Ídem anterior, pág. 102
[6] Fink, Bruce. Introducción clínica al psicoanálisis lacaniano. Gedisa Editorial, pág. 177
[7] Thoreau, Henry David. Walden. La vida en los bosques. Errata Naturae. pág. 341
8] De Francisco, Mercedes. Un tipo de amor en la neurosis obsesiva. Ver: http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/textosonline/subseccion/La-neurosis-obsesiva/429/Un-tipo-de-amor-en-la-neurosis-obsesiva
[9] Ver nota 7, pág. 231
[10] Ver nota 1, pág. 58
[11] Ver nota 6, pág. 10
[12] Ver nota 7, pág. 137
[13] Safranski, Rudiger.¿Cuanta verdad necesita el hombre? Ensayo Tusquets, págs. 23 y 24. Cita de una carta de Rousseaua Malesherbes de 1762.
[14] Ver nota 7, pág. 144
[15] Ídem anterior, págs. 12 y 13
[16] Ídem anterior, págs. 19
[17] Ver nota 7, pág. 221
[18] Thoreau, Henry David. Cartas a un buscador de sí mismo. Errata naturae. págs. 19 y 23
[19] Boff, Leonardo. La dignidad de la tierra. Ecología, mundialización, espiritualidad. Editorial Trotta, pág. 39
[20] Ver nota 7, pág. 91
[21] Ver nota 1, pág. 52

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OTRAS PELÍCULAS RELACIONADAS DE INTERÉS EN EL BLOG.


Richard Fleischer (1974)









Paul Schrader (1997)


Peter Weir (1989)

DECÁLOGO 4 (Krzysztof Kieslowski, 1990): Honrarás a tus padres.

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EL EDIPO HONRADO.

Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el señor, tu Dios, te va a dar. (Éxodo, 20, 12)

Decálogo 4 nos plantea la historia de un padre, Michal (Janusz Gajos) y de su hija Anka (Adrianna Biedrezinska), cuya relación se va a ver perturbada por el descubrimiento de una carta dirigida al futuro dejada por una madre que falleció cuando su hija tenía unos pocos días para ser leída por esta cuando Michal muera... Como vamos a ver, en este episodio volvemos a tener la mentira como un elemento decisivo tanto en el desencadenamiento de los hechos como en el de su reordenamiento, volviendo a plantearnos el tema que Zizek indica al respecto sobre si podemos sostener una vida mediante una mentira que la fundamenta. Por otro lado, y como ya es habitual en Kieslowski, el mismo mandamiento será puesto en una situación paradójica.


I. INTRODUCCIÓN: LA EVANESCENCIA DEL LÍMITE.

Antes de la partida de Michal por un viaje de trabajo, vemos a Anka observar un sobre que pone "Abrir sólo tras mi muerte". Seguidamente podemos ver unas imágenes que nos muestran la buena relación que parece existir entre padre e hija. No obstante, también podemos observar algunos detalles como alguna mirada de Michal a su  hija, o como éste escucha una conversación de su hija con su novio en la que Anka dice que pueden estar tranquilos que "me ha venido el periodo esta mañana. Gracias a Dios".

Anka y Michal.

Tras despedirse en el aeropuerto Michal le dice a Anka que haga unas gestiones que se le olvidaron y le dice un cajón donde están los recibos que tiene que pagar... Y, curiosamente, en este cajón está también el misterioso sobre... Sigue luego una curiosa escena simbólica en el oculista, cuando Anka se está revisando la vista:

Oculista:¿Tienes problemas de visión?
Anka: Sí, ayer vi despegar un avión, se volvió un mancha borrosa. Al final sólo era una forma difusa. Y luego recordé que sólo veo bien los números de los autobuses cuando están muy cerca.

La oculista le coloca entonces un foroptor (aparato oftalmológico de lentes de prueba) y le empieza a señalar letras en los optotipos (paneles con diferentes tipos y tamaños)...

Anka: ... F ... A ... T... H ... ... ... Father (Padre)

[...]

Anka:¿Por qué eligió esta palabra?
Oculista: Reviso la inteligencia a la vez.
Anka: Mi padre subió a aquel avión que no pude ver claramente.

Curiosa escena donde se avanza aquello de lo que el episodio va a tratar, de la figura del padre que se torna evanescente y difusa en su función...

... F ... A ... T ... H ... E ... R ... Father

Anka prosigue observando el sobre... haciéndose clara la tentación de abrirlo. Luego, sentada delante de un lago la vemos con el sobre y unas tijeras. Justo cuando ya va a abrirlo se ve interrumpida por el personaje que ya hemos visto en los anteriores episodios del "Ángel del destino", un remero que sale del agua con su canoa a cuestas y que se queda mirándola interrogativamente. Guarda el sobre de nuevo y suelta las tijeras... Más tarde se hace clara que dentro del sobre hay otro sobre que pone: "Para mi hija Anna".

Sigue entonces otra escena simbólica. Anka está estudiando teatro y ensaya una escena de Romeo y Julieta con su novio Jarek, también estudiante. El profesor insiste a Anka en que se concentre... "Se supone que le quieres" - le dice -. Se establece entonces el siguiente diálogo entre ella y el profesor:

Anka: ¿Porqué le quiero? No sé qué significado oculto tiene.
Profesor: ¿Cómo que no? Todos tenemos algo por lo que ser amados.
Anka: Pero por qué le quiero.
Profesor: Encuentra una razón.
Anka: Pues...
Profesor: Porque te está mirando embobado.
Anka: Bueno si usted lo dice.

Sigue entonces el ensayo y el profesor le sigue indicando que no está concentrada hasta que él mismo la coge y recita el texto de Shakespeare: "Diciendo buenas noches otra vez no dejaría que te durmieras". El rostro de Anka muestra su sorpresa... "Lo ves, ahora estás concentrada".

"Diciendo buenas noches no dejaría que te durmieras..."
El cambio de interés de Anka que va de su interpretación desinteresada con Jarek, el que es su compañero y novio (¿Por qué le quiero?) a la concentrada cuando es sorprendida por su profesor en el papel de Romeo es obvio. Una nueva indicación de Kieslowski sobre lo que se va perfilando como el movimiento de algo que le ocurre a Anka con su padre: la evanescencia del límite que establece la función paterna conocida como el tabú del incesto.

Vemos luego a Anka revolviendo un bolso (que luego sabremos que es de su madre) y observando una foto que se halla entre su contenido. De él extrae también un sobre idéntico al sobre misterioso que su madre ha dejado para ella. Luego la vemos escribiendo, como intentando imitar la letra de la madre, en el sobre en blanco...

II. LA TRAMA: CRUZANDO EL LÍMITE.

Seguidamente vemos a Anka esperando en el aeropuerto la llegada de su padre. Le espera con una seria expresión en su rostro. Tras insistir Michal en que le ocurre, Anka empieza a decir ante el rostro de circunstancias de su padre:

Mi querida hija, no sé cómo serás cuando leas esta carta. Debes ser ya mayor, y Michal debe de haber muerto ya. Ahora eres un bebé y sólo te he visto una vez. Ya no te traen más porque me voy a morir. Tengo algo importante que contarte. Michal no es tu padre. Aunque no importa quién es tu padre. Fue una estupidez, un error. Sé que Michal te querrá como una hija. Estoy segura que estarás bien con él. Intento imaginarte en el momento en que leas esta carta, en tu casa. Tienes el pelo oscuro ¿verdad? Tus manos son delgadas y tienes un cuello suave. Me hubiese gustado tanto verte... Mamá.

El padre le da una bofetada y se va...

"Michal no es tu padre"
Tras las primeras reacciones de unos y otros (Michal rompe el cristal de una puerta después de propinarle una patada y Anka le dice a la madre de Jarek que quiere casarse ya, que Michal no es su padre) se produce luego el encuentro. Este se da en un ascensor y, como ocurre con los otros episodios, aparece también en él el protagonista de otro, en este caso del Doctor del episodio 2. Cosa nada gratuita viendo el desenlace que este episodio va a tener. Luego Michal y Anka bajan al sótano donde le muestra el bolso de la madre (el que antes ya había hurgado Anka) y la foto que antes ella había mirado (una foto que muestra dos mujeres y dos hombres, una de ellas su madre). Michal le dice que cree que uno de los dos puede ser el padre. Veamos el diálogo que se establece entre ellos:

Anka: ¿Cuándo lo supiste?
Michal: Nunca estuve seguro. Aunque siempre lo sospeché.
Anka: Me has decepcionado.
Michal: Nunca me preocupó. Siempre has sido mi hija.
Anka: Debiste decírmelo.
Michal: En principio pensé en darte esta carta cuando cumplieses los diez años. Pero eras demasiado joven. Entonces decidí dártela cuando cumplieses quince. Entonces ya eras demasiado mayor. Así que lo metí en aquel sobre amarillo.
Anka: Que fácil.
Michal: Pensé que no cambiaría nada entre nosotros.
Anka: Pero una mentira... es una mentira.

Veamos aquí como nos encontramos con la primera extrañeza. El sobre debía haber sido entregado a la hija no tras la muerte de Michal, eso lo determinó él al ocultarlo en el otro sobre. La siguiente escena pone de relieve un segundo tema... Michal había hecho lo posible en este viaje para que Anka lo descubriera... Anka le dice que leyó la carta porque él quería que lo hiciera, lo cual se revela como cierto. Sigue entonces el momento crucial, cuando Anka le revela "el significado oculto"de que ella la haya leído:

Desde hace años, intuía el significado de esa carta. Cuando tuve mi primer novio sentí que estaba traicionando a alguien. No podía entenderlo. Pero eras tú. Siempre estoy buscando a alguien. A otra persona. Cuando alguien me toca pienso que son tus manos. Cuando estoy cerca de alguien no estoy con él, sino... (se lleva las manos a la boca) ¿Cómo debo llamarte ahora?

No lo sé - responde Michal -.

"¿Cómo debo llamarte ahora?"
- El deseo de Anka por su padre.

El límite ha sido cruzado. Anka, al verse librada aparentemente de la paternidad biológica de Michal, puede liberar y manifestar su deseo por él. Como dice Nasio en su libro sobre El edipo, este momento se correspondería con el segundo momento edípico: La niña desea a su padre.

quiere ser el objeto del padre. ¿Qué significa esto? Significa que la pequeña quiere ser ella misma, en su totalidad, el preciado Falo. En otros términos, quiere llegar a ser la preferida del padre [...]  al deseo incestuoso de ser poseída por él... [1]

Como dice Zizek en su comentario: la hija "honra al padre" bajo la forma de un ardiente deseo incestuoso hacia él [1].  Se desatan entonces unos momentos de fuerte intensidad emocional en los que junto a la desesperación de Anka (quiere que su padre hable y esté con ella) se une una cierta confusión de Michal. Tras unos momentos de enfado Anka retoma seguir hablándole a Michal y la situación sigue clarificándose:

Anka: Siempre me he sentido culpable en la cama. Y ahora sé por qué. Te estaba engañando de algún modo.
Michal: Yo nunca lo he sentido.
Anka: Vamos a establecer unas normas. Si mientes y te pillo debes admitirlo, ¿Vale?
Michal: Muy bien.
Anka: Mentiste al decir que nunca sentiste eso.
Michal: Si.
Anka: Lo sentiste.
Michal: Lo sentí. Vives como te place. Eres libre de hacer lo que quieras. Yo finjo que no me cuesta. Incluso si quisieras casarte con ese Jarek, no te diría que no, a pesar de que sé que te gustaría si te dijera que no. No tengo derecho a prohibirte nada. Si te prohibiese algo o te forzara a hacer algo me consideraría celoso. No celoso como un padre hacia su hija. Serían como los típicos celos masculinos. Sobre una mujer. Yo nunca quise que fuese así, pero así es como ha sido. No sé por qué.


"No tengo derecho a prohibirte nada".

- Introyección paterna y  fidelidad al amor por el padre omnipresente.

Observamos que la hija es el resultado del padre... Un padre cuya función paterna se disuelve con su propio deseo incestuoso y la culpa que siente por él. Michal justamente enuncia el resultado de compensar la función de límite que debería ejercer como padre con  el exceso de libertad con el que deja a la hija por la culpa que siente como hombre: No tengo derecho a prohibirte nada. Curiosamente la consecuencia de la culpa de Michal por su deseo se transforma en la culpa de Anka por traicionarlo.

En esta fase asistimos, hablando en términos edípicos, a la manifestación del padre introyectado cuando ésta no está compensado adecuadamente por la madre con la consecuencia de lo que Nasio llama el desarrollo de una de las neurosis femeninas más tenaces, la histeria de amor:

que consiste en el rechazo del vínculo amoroso. La mujer enteramente habitada por su padre fantaseado no puede comprometerse en una relación amorosa duradera; todos sus receptores de amor están saturados por la omnipresencia paterna. No forma pareja sino que queda intensamente impregnada de su padre amado; permanece sola e insatisfecha pero colmada por su pasión secreta. No es resentida ni odiosa respecto de los hombres, sencillamente se retira de la vida amorosa y sexual. En suma, prefiere conservar a su padre interior antes que comprometerse en una relación afectiva, siempre frágil, en la cual se siente expuesta de ser abandonada. [2]

Sigue entonces un ejemplo de las consecuencias de ese "no derecho a prohibir". Michal encontró a su hija con un chico en la cama hacía tres años y simplemente se fue y les dejó... Unos momentos después Anka le dice que hace un año quedó embarazada y abortó... El diálogo que sigue es muy interesante:

Michal: Escúchame. Te dejaba sola porque deseaba que sucediese algo irreversible. Pensé que sucedería con el primero. Pero no. Desde entonces sueño que tendrás un bebé. ¿Entiendes?
Anka: Por eso aborté. Porque lo habrías aceptado sin remilgos. Y por eso tampoco te conté nada. Temía que me dijeses: "Bien, aborta si así lo deseas, no pasa nada cariño". ¿No pensaste que yo no quería que ocurriese nada irreversible? ¿Para qué quería que tuviese un bebé? Solo querías que las cosas sucediesen si verte implicada en ellas, al igual que la carta.

Michal espera que el mundo externo realice la función de separación que él no realizó, y la libertad que aparentemente le da a su hija no hace más que confirmar su deseo y cautivar el de Anka.

- Falla del la ley paterna: El exceso de sensualidad en la relación padre-hija.

Finalmente Anka descubre a su padre, el padre que refugió su afecto en su hija y que sintiéndose culpable no se dio el derecho a prohibir, sobrecargando a su hija con ese exceso. Queda muy claro en las palabras de Anka:

Cuando era pequeña me acariciabas la espalda cuando lloraba. A veces lloraba a propósito para que me acariciases debajo del pijama. Me estremecía. Nunca has querido que creciese verdad - Michal asiente -. Querías que siguiese siendo una niña - Michal sigue asintiendo -. Aunque tenía pecho no querías que llevase el top del bañador. Cuando tuve la regla por primera vez, me llevaste a las montañas para pararlo. Y no te casaste nunca, ni con Marta ni con ninguna otra. Me daban miedo. Miedo innecesario porque nunca te volviste a casar. Estabas esperándome verdad. Estabas esperando. Si. Tenía que ocurrir [...] Yo no soy hija tuya - tras quitarse la blusa y mostrarse desnuda ante Michal -. Y ahora ya soy una mujer. ¿Quieres tocarme? ¿Quieres?

"Yo no soy tu hija. Y ahora soy una mujer. ¿Quieres tocarme?"

Esa escena parece hacer realidad aquello que muchas niñas dicen de su padre: "cuando sea mayor me casaré con él". En todo caso aparece en ella ese exceso de sensualidad que precisamente en ese exceso deriva en traumatizante. Dice Nasio al respecto:

la persona experimentó un traspiés; si, el niño edípico sufrió la experiencia de haber sido superado por un placer erógeno demasiado intenso que se apoderó de él. Su yo, aun inexperto, no supo contener la impetuosidad de un deseo enloquecedor ni asimilar el excesivo placer resultante. ¿Deseo o placer?, dirá el lector. Es perfectamente equivalente pues,como hemos visto, el niño edípico vive las sensaciones, el deseo y el placer como una misma cosa. Nosotros somos quienes separamos los elementos de esa totalidad. Es por ello que, cuando el placer erógeno es excesivo, el yo infantil queda traumatizado.

[...] Así es como se moldea, en el inconsciente virginal del niño, el prototipo de una escena fantaseada en la que se ve seducido por uno de los padres. [3]

Anka finalmente revela no el abuso de Michal, por lo menos el abuso consciente, pero si el inconsciente... Observamos en Anka algo que está presente en la neurosis histérica en la que el sometimiento al padre se transforma en rebelión contra el hombre, rebelión causada por la angustia tanto a depender de él como a ser abandonada por él. Todo ello, finalmente, deriva en una fuerte incapacidad para amar. Como vimos en la anterior entrada en el caso de Chris McCandless, la falla de la metáfora paterna en el caso de Anka implica que la ley se invierte quedando a merced del deseo paterno a la vez que le prohíbe el acceso a los otros hombres y, además, le dificulta la identificación con lo femenino a través de la madre (exceso de introyección paterna y déficit de identificación materna).

III. EL FINAL Y RESTAURANDO EL LÍMITE: LA RESTAURACIÓN DEL PADRE.

Ante la desnudez de Anka, Michal reacciona tapándola con una chaqueta... Surge a partir de ese momentos el porqué de las mentiras. Anka le solicita una última pregunta que no es más que por qué quería que leyera la carta. Michal le responde:

Porque deseaba lo imposible [...] Por eso hoy, por primera vez, te he pegado... Por haber leído la carta. Por querer que la leyeras. Y por mamá. Porque en esa carta te dice cosas que a mí nunca me contó. Porque te quiero y no eres mi hija. Porque todo podría haber sido tan diferente. Y porque los días que dejamos atrás ya nunca vuelven. 

Por las veces que me acariciabas la espalda cuando lloraba, el Rey del Caramelo - dice Anka -. El Paje Pastelito, la Princesa Mazapán - sigue Michal -. Y ambos susurran una canción de la niñez.

Luego sigue la escena final en la que Anka, despertándose por la mañana y pensando que su padre se va al verle partir con una bolsa desde la ventana, le grita diciéndole que le ha mentido. Sale corriendo hacia él y le confiesa que ha mentido. Que la carta la escribió ella - en ese momento pasa el "Ángel del destino" con su canoa a cuestas como antes delante del lago. Apareció en la gestación de la mentira y surge ahora en la manifestación de la verdad. El padre simplemente iba a comprar leche... Surge entonces la cuestión de qué hacer con la verdadera carta... Ambos padre e hija deciden quemarla.

La Carta que no llega a su destino.

Finalmente queda una pequeña parte lateral visible de la carta. Anka lee: "Mi querida hija... Me gustaría decirte algo muy importante. Michal no es..." El resto de la carta está quemado. El episodio acaba enfocando la cámara la foto en la que la madre sale entre los dos hombres...

Este final se abre a distintas reflexiones. Dice Zizek en su comentario:

Padre e hija queman de común acuerdo la carta de la madre, asumiendo así la ignorancia como base de la relación: no una mentira, sino una retirada consensuada de la verdad, una actitud de "es mejor no saber". ¿No saber qué? No saber la verdad sobre la paternidad contenida en la "carta de una madre desconocida". En éste caso para mantener el frágil y delicado equilibrio libidinal de la vida diaria, es preciso que la carta NO llegue a su destino. [4]

IV. REFLEXIONES FINALES.

Es curioso precisamente que esta renuncia a la verdad que implica honrar al padre se base paradójicamente en no honrar la madre, en no respetar su voluntad de que la cartaSI llegue a su hija. Una vez más Kieslowki nos pone ante la mentira como desencadenante y la paradoja ante las lecturas absolutas de las leyes:

En primer lugar el ocultamiento del sobre de la hija para la madre en un sobre posterior que Michal pide sea abierto tras su muerte.
En segundo lugar la mentira del sobre supuestamente abierto que dice Anka haber leído.
En tercer lugar la verdad que se decide que no va a ser revelada para aplacar lo que la mentira sobre el supuesto sobre leído ha desatado.
En cuarto lugar, y finalmente, qué verdad o que mentira quizá no revelada por la madre dejó pendiente en ese sobre.

Y al mismo tiempo la paradoja. La mentira de Anka revela la verdad del amor incestuoso entre padre e hija. El sobre de la madre, cuyo contenido es finalmente desconocido, revela la verdad del miedo del esposo y del miedo a los ambiguos sentimientos del padre hacia su hija y, finalmente, la renuncia a saber de padre e hija les devuelve a su equilibrio... El teatro (como también anuncia la escena de Romeo y Julieta) como fuente de revelación de verdades ocultas que finalmente permiten hablar a padre e hija de aquello que es necesario hablar entre ellos para fundamentalmente decidir, y esa decisión es finalmente seguir como padre e hija.

Obsérvese como con cada episodio de Decálogo que vamos comentando, Kieslowski se mueve a partir de las bases propuestas en el primer episodio en el que poniendo en suspenso la existencia del absoluto se nos devuelve a la situación de vulnerabilidad y complejidad de la condición humana. Ese mismo suspenso se aplica a la ley como absoluto para entrar no en su administración ciega sino el espíritu de la ley,aquella que es animada por una voluntad de justicia que nos invita a pasar de la norma moral a la reflexión ética, de la mirada culpabilizadora a la  mirada compasiva. Del castigo al aprendizaje de la libertad y del amor y de sus complejas relaciones, estos los grandes aprendizajes como camino de vida del ser humano.

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(*) VER LA PELICULA EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=ZqHymM_eG5w

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[1] Nasio, Juan David. El Edipo. Concepto crucial psicoanálisis. Paidós, págs 61 y 62
[2] Ídem anterior, pág.
[3] Ídem anterior, pág.
[4] Zizek, Slavoj. Lacrimae rerum. Ensayo sobre cine moderno y ciberespacio. Debate, págs. 21 y 22

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SERIE DECÁLOGO (pulsar en título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.

STALKER (Andrej Tarkovsky, 1979) - PARTE I -: Sobre la naturaleza del camino y del deseo.

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Stalker (1979) es una de las grandes obras maestras de Andrej Tarkovsky,  y otra de esas películas que me marcaron cuando la ví por primera vez (como Solaris, del mismo Tarkosky, 2001 de Kubrick o El séptimo sello de Bergman). Tarkovsky es otro de mis más estimados directores en el que la poesía, la psicología, la filosofía y el misticismo se dan mágicamente la mano para constituir una envolvente obra donde la imagen, el sonido y la palabra nos llevan a los más misteriosos lugares de la psique y de la condición humana, no en vano Tarkovsky se enmarca en la tradición literaria rusa que marca Dostoievski con sus personajes atormentados y en "crisis interior". Basada en la conocida obra de ciencia ficción Picnic extraterrestre, de los hermanos Arkadi y Boris Strugatski, la película se aparta notablemente de la obra, todo y contar con los hermanos Strugatski como guionistas en colaboración con el mismo Tarkovsky. De la misma manera que ya ocurría con Solaris de Stanislav Lem, la ciencia ficción es lo de menos o, en todo caso, una mera excusa, para abrirnos a dimensiones ocultas del alma humana. Dice al respecto Tarkovsky:

En Stalker y en Solaris si algo no me interesaba era la ciencia ficción. Pero, desgraciadamente, en Solaris aun hubo muchos elementos de ciencia ficción, que distraían de lo esencial. Todas aquellas naves espaciales que aparecían en la novela de Stanislav Lem, indudablemente, estaban bien elaboradas y tenían su interés, pero, vistas las cosas desde hoy, opino que la idea fundamental de aquella película se habría expresado con mucha más claridad si hubiéramos prescindido de todo aquello.

La ciencia ficción no era en Stalker más que un punto de partida táctico, útil para ayudarnos a destacar aún más gráficamente el conflicto moral, que era lo esencial para nosotros. Pero en todo lo que le sucede al protagonista en esa película no hay ciencia ficción de ningún tipo. La película se hizo de tal manera que el espectador podía tener la impresión de que todo aquello podía suceder hoy mismo y de que la zona estaba muy próxima. [1]

La base argumental de la película de Tarkovsky gira alrededor de"la zona", en la que los rumores hablan de la caída de un meteorito o de que fue habitada por una civilización extraterrestre que posteriormente se fue. Esta zona se halla ahora cerrada y fuertemente protegida por los militares dado que muchos hombres que entraron en ella jamás volvieron. Dos hombres, llamados el escritor (Anatoly Solonitsin) y el profesor (Nicolay Grinko), se embarcan en un viaje acompañados por un "stalker"(un acechador, una excelente interpretación de Aleksander Kaidanovski), un personaje que en la película de Tarkovsky es un guía de "la zona". En "la zona" hay misteriosos objetos, pero ellos parten a la búsqueda de una habitación que se halla en su centro y que tiene la facultad de realizar los deseos más ocultos del ser humano. Sin embargo, es necesario indicar que aquí el stalker no es un  mero y simple guía:

Stalker no es simplemente el guía de un tour por la zona, él es también un guía espiritual. El hombre santo-loco que no puede dejar de predicar, y en el que la mayoría de sus monólogos conllevan un claro mensaje religioso. Su punto de vista tiene la forma de la tradición taoísta, pero su mansa filosofía de la no-violencia está infusa con temas visionarios apocalíptico-transfigurativos. [2]

El entorno de la película es efectivamente de tono post-apocalíptico y es utilizado por Tarkovsky, quien era un admirador del libro de la Biblia del Apocalipsis, también llamado libro de la Revelación, para justamente destacar ese elemento. Efectivamente, la zona es lugar de "revelaciones"entendidas como , sugiere la palabra, como manifestaciones de verdades o secretos ocultos de origen divino o sobrenatural. Veremos posteriormente como Tarkovsky utiliza esto para el tema de su película.

Arcadi i Boris Strugatski
Dentro del excelente análisis que hacen Jordi Batlló y Xavier Pérez sobre los grandes temas del cine, Stalker cae dentro del argumento de la búsqueda del tesoro, y al respecto de éste objeto maravilloso destacan:

su carácter dual y contradictorio que lo aproxima de manera ejemplar a la utilización que el cine hace de este tipo de tesoros [...] un objeto que contiene espiritualidad y pureza pero que también genera codicia y trivialidad. [3]

El vellocino de oro, el Santo Grial o el arca de la alianza son ejemplos de este tipo de tesoros. Batlló y Pérez destacan una clásica estructura en este tipo de películas: el encargo, el viaje lleno de vicisitudes, el enfrentamiento con el poseedor del objeto (o como veremos en stalker con el objeto mismo) y finalmente el retorno heroico que, con más o menos variaciones se corresponde con el viaje del héroe de Joseph Campbell que ya describimos en detalle en la entrada dedicada a la película IT. El viaje de retorno. Como veremos, Stalker nos ofrece una profunda reflexión apoyándose con unas interesantes variaciones sobre estos temas. En todo caso parece interesante leer las propias apreciaciones de Tarkovsky al respecto:

Hablar de la ruta, del viaje. Si hablamos del viaje, desde una perspectiva metafórica, es importante destacar que lo importante no es donde uno llega, lo importante es embarcarse en el viaje.

[...] lo importante no es lo que se logra al final del camino sino el entrar en el camino para lograrlo. ¿Por qué no importa donde se llegue? Porque el camino es infinito. Y el viaje no tiene fin. Por eso no tiene mucha importancia lo cerca o lejos que te encuentres del final, porque el viaje no tiene fin. Y si no entras en él, lo más importante es entrar. Y aquí reside el problema. Para mí es mucho más importante que el camino, el momento en el cual se entra en él, entrar en el camino.[4]

Nos encontramos aquí el tema que ya abordamos en 2001: Una odisea en el espacio de Kubrick, o en El séptimo sello de Bergman o más recientemente en Hacia rutas salvajes, de Sean Penn. No es lo importante el tesoro al final del camino, el tesoro es el camino en sí mismo y las experiencias que entrar en  él y su andadura nos depara.

Tarkovsky con el actor Aleksander Kaidanovski durante el rodaje.
Stalker es una película de largo y profundo calado como siempre lo fueron las películas de Tarkovsky, de múltiples temas: la metáfora del camino, sobre la naturaleza del deseo, del tiempo y su relación con la realidad, también de inquietud religiosa y finalmente un misterio. Es por ello que el comentario nos requerirá un largo comentario que nos ocupará dos entradas (correspondientes a cada parte de la película), como ya antes ocurrió con la película El proceso de Orson Wells o It de Tommy Lee Wallace, pero creo que una película así las merece.

I. EL LLAMADO O EL ENCARGO: LOS PERSONAJES Y LA ZONA

La película se inicia grabada en color sepia y con una de las características del cine de Tarkosky: la densidad y la profundidad del tiempo. La cámara avanza lentamente hacia una habitación entreabierta y penetra en ella. Luego enfoca una bandeja de comida que de repente empieza a temblar por la llegada de un tren. La cámara se desplaza hacia la izquierda lenta, muy lentamente y vemos primero a una mujer durmiendo, luego a una niña para llegar finalmente a nuestro protagonista, el stalker. Su familia. La cámara hace el camino inverso hacia la bandeja y luego vemos como él se levanta silencioso y procura no despertarles. La mujer no obstante esta despierta y sale acusándole temerosa de que vuelve a salir a la zona, de que vuelve a abandonarlas a ella y a su  hija y que si no tiene suficiente con cinco años de cárcel... Tras una discusión el stalker se zafa de ella y se va dejándola en estado de desesperación. Llega luego a una zona portuaria donde va a recoger a un hombre que le indica que una mujer elegante y con un coche deportivo quiere venir a la zona con ellos... Stalker la despacha con un directo y seco váyase (luego veremos por qué). Luego se dirigen con el hombre a una taberna donde aguarda por ellos otro hombre. Ahí se presentan por su oficio. "El escritor", "El profesor" y él mismo, el stalker.

El profesor, stalker y el escritor.
Es justo en este encuentro cuando "El escritor" plantea el problema esencial en relación a la búsqueda de la maravillosa habitación que realiza los más recónditos deseos:

¿Cómo puedo saber el nombre de lo que quiero? ¿Cómo puedo saber si en verdad no quiero lo que yo quiero? ¿O si realmente no quiero lo que no quiero? Son cosas imperceptibles. Basta con nombrarlas y su sentido desaparece, se desvanece y se disuelve como una medusa al sol. Mi consciencia desea la victoria del vegeterianismo en todo el mundo. Mi inconsciente anhela un pedazo de carne fresca. ¿Y qué quiero yo?

En un interesantísimo documental sobre cine y psicoanálisis "The pervert's guide to the cinema"(Guía de cine para el perverso, ver a pie de entrada información sobre el video) del filósofo Slavoj Zizek plantea el mismo problema:

El problema para nosotros no consiste en si nuestros deseos están o no satisfechos. El problema es: ¿Cómo sabemos qué desear? No hay nada espontáneo, nada natural en el deseo humano. Nuestros deseos son artificiales. Hay que "enseñarnos" a desear.

Como veremos más adelante el stalker sólo acepta guiar a personajes que se hallan desesperados o que son desgraciados - por eso rechaza la mujer elegante y con un coche deportivo que acompaña al escritor en su encuentro inicial -. Y, efectivamente, esto es así. Conforme avanza la película pronto vemos en "el escritor" a un personaje cínico y escéptico que ya no cree en nada y que ha perdido la inspiración, y"al profesor", un científico sin perspectivas, desengañado y dominado por el miedo y resentido. Es interesante que nos focalicemos en los personajes de la película y en "la zona" pues ellos ya nos dicen mucho de la película.

- SOBRE LOS PROTAGONISTAS.

Un elemento a destacar es que los protagonistas no tienen nombre, son identificados por su función:el stalker (acechador), el escritor, el profesor, monita (la hija mutante del stalker que carece de piernas) Puerco espín (el maestro de Stalker) y la mujer del stalker sin nombre ni identificación. Sutil detalle que ya nos sitúa en la identificación de los protagonistas con su "función", es decir, en la identificación de su ser con una representación de sí mismo y que se relaciona con ese aspecto que define al yo como una función de identificación. En términos junguianos podemos decir que cada personaje representa un arquetipo. Stalker sería un representante del arquetipo del self (el guía interior como representante del sí mismo, del ser), el escritor y el profesor representan el arquetipo de la persona (la máscara), monita el arquetipo de la niña divina y dejamos la mujer del Stalker (que no tiene nombre) para más adelante. Profundizemos un poco en cada uno de ellos:

Stalker (Aleksander Kaidanovski)
Stalker (Aleksander Kaidanovski). Como ya dijimos anteriormente Stalker no es ser un guía cualquiera. Primero de todo es una vocación y luego, ya en la zona, es un acechador, y no sólo de la zona sino también de sus viajeros. Su función está entre el guía espiritual y el loco iluminado. Entre el sabio taoísta y el místico cristiano. Mitad maestro mitad bufón. Recuerda a la carta del loco del Tarot (es curioso como en la zona le va siguiendo un perro negro). Su hogar esla zona, es allí donde él se siente libre, sintiendo el otro lado, el mundo convencional, como su cárcel. Dice en un momento de sí mismo:

El stalker no puede entrar en el cuarto. Aun más el stalker no puede entrar en la zona con fines lucrativos [...] No he hecho nada en este mundo y nada puedo hacer. Ni a mi esposa le he podido dar algo. Además no puedo tener amigos. ¡No me quiten lo mío! En si, ya me han arrebatado todo, allí, al otro lado de los alambres de púa. Todo lo mío esta aquí. ¿Me entienden? ¡Aquí! ¡En la zona! Mi felicidad, libertad, dignidad... ¡Todo lo tengo aquí! Pues traigo para acá a otros como yo, desdichados, desesperados... Soy su última esperanza. ¡Y puedo ayudarlos!

Stalker es el guía de la zona y del camino y él, un intermediario entre el mundo convencional y la zona... Una especie de Santo o místico que como hijo de Dios puede acceder a él mediando así entre el cielo y la tierra. Acusado de "simplón" en un momento de la película por el escritor, su simpleza, no obstante, es la sabiduría del hombre que es capaz de mirar como un niño viendo así  las cosas de manera distinta a como vemos los adultos, y así se dirige y se comporta en la zona con el respeto, el asombro, el miedo y el amor a ella debida. El camino requiere atención y prudencia. Dice de él Antonio Mengs en su excelente libro dedicado a esta película:

Mientras aguarda a los otros, antes de reemprender la marcha o adoptar la dirección a seguir, el Stalker a menudo busca recogerse por un instante, y su apartamiento implica una estrecha y directa relación física con la naturaleza. La tierra es a la vez lugar de contemplación, de veneración y profundo descanso: el reposo exige un lecho sustancial donde mantener la sensitividad activa. De manera análoga, caracteriza su andadura un dinamismo de fricción, por así decir, con el aire y la niebla, la piedra y el musgo, el charco y la arena en la que su propia entidad corporal evoluciona con cierta ligereza no exenta de esfuerzo, pero flexible y llena de soltura. [5]

El escritor (Anatoly Solonitsin)
El escritor (Anatoly Solonitsin).El escritor es el personaje más activo con el Stalker. Ya le definimos como cínico y escéptico, descreído y perdida su inspiración. Es rebelde y continuamente provoca al Stalker y mantiene una actitud desafiante hacia la zona. El stalker, a su vez, mantiene con él una acción más focalizada y le frustra (le acecha) constantemente: reacciona agresivamente cuando arranca una planta de la zona, le vacía la botella de vino que lleva, le quita una pistola que porta y le hace trampas en un sorteo para ver quien es el que va entrar en el túnel de hielo llamado el molino de carne por la cantidad de gente que en él murió. El cinismo y la rebeldía que muestra le hace, más tarde, encontrarse con la desesperación de la realidad de su persona como imagen, como máscara:

No tengo conciencia, sólo nervios. Una mala bestia me injuria: me provoca una herida. Otro canalla me elogia: me provoca otra herida. Si les dedicas tu alma y corazón, se los zampan. Si sacas las inmundicias del alma, se las tragan. Ellos son instruidos. Todos tienen hambre sensorial. Por eso se amontonan a tu alrededor: periodistas, redactores, críticos, ciertas mujeres en torrente constante. Todos exigen: ¡Dale, dale! ¡Que diablos de escritor soy yo, si odio escribir! Si para mi eso es un tormento, una ocupación dolorosa y bochornosa, algo así como la extracción de un hemorroide. Antes yo pensaba que algunos se hacían mejores leyendo mis libros. Pero... ¡No le hago falta a nadie! Cuando me muera, no pasarán dos días y ya comenzarán a comerse vivo a otro. ¡Yo pensaba transformarlos y ellos fueron los que me cambiaron! A su imagen y semejanza. Antes el futuro era la continuación del presente, y todos los cambios se traslucían más allá del horizonte. Ahora el futuro se ha mezclado con el presente.

Este texto creo que le define suficientemente y que nos lo muestra en lo más profundo de su desesperación y nos presenta un hombre perdido en su propia máscara.

El profesor (Nicolay Grinko)
El profesor (Nicolay Grinko). Personaje bien distinto al escritor, el profesor es más bien un personaje silencioso y frío, distante, de pocas palabras y con una interacción escasa con el Stalker, al que éste parece ignorar expresamente. Físico de profesión parece el clásico representante del mundo de la ciencia... enfrascado en su lógica y en su racionalismo intelectual da la sensación de estar allí por sus intereses (que al final se aclararán) y asentándose en su propia observación para aprender, negando la posibilidad de aprender de otro. Pretende sostenerse en la solidez de sus conocimientos. Conflictúa verbalmente en distintos momentos con el escritor de quien es su opuesto y, generalmente, provovado por el cinismo de éste. Al igual que el artista se confronta con su imagen en la sala de arena, el profesor lo hará en otra habitación (en la que misteriosamente suena un teléfono o una bombilla de luz genera un resplandor espectacular) donde se mostrará el resentimiento que anida en él contra un compañero de trabajo y aun más cuando se hace extensiva a la motivación política por la que se halla en la zona:

¿Se imagina que pasará cuando todos crean en la existencia de este cuarto? ¿Y cuando todos ellos se precipiten para acá? Eso es cuestión de tiempo. ¡Si no es hoy será mañana! ¡No serán diez, miles! Los emperadores frustrados, los grandes inquisidores, los fuhrer. ¡Y otros supuestos bienhechores del género humano! ¡No es por dinero, ni por inspiración, sino para transformar al mundo! [...] Usted  no es el único stalker del mundo. Ninguno de los stalkeros saben lo que traen para acá y que se llevan las personas que ustedes conducen. ¡Y aumentan los crímenes no motivados! ¿No es ese el resultado de su trabajo? ¿Qué decir de los golpes militares y de las mafias de los gobiernos? ¿No serán esos sus clientes? ¿Y las armas láser junto a las superbacterias, toda esa inmundicia oculta ahora en cajas fuertes?


Y para ello lleva una pequeña bomba atómica para volar la zona...

Monita, Natasha Abramova
Monita (la hija del Stalker, Natasha Abramova). La hija de Stalker es es una mutante que carece de piernas. Sin embargo, Monita se identifica con el arquetipo del niño divino... Ella es una extensión de la zona y por ello representa la posibilidad de ver más allá de la "apariencia de las formas" y la "ambiguedad de las palabras". Por ello tampoco habla. Ella pertenece al mundo de lo pre-consciente. Ella protagonizará el final de la película donde su presencia adquirirá una especial fuerza y dimensión. Dentro de los distintos significados del arquetipo del niño yo quisiera destacar uno que creo fundamental en la película: el niño como esperanza (que tan bellamente recoge la película Hijo de los hombres de Alfonso Cuaron). El niño como posibilidad de futuro y de totalidad. Dice Jung al respecto:

Un aspecto fundamental del motivo del niño es su caracter de futuro. El niño es futuro en potencia. Por eso, la aparición del motivo del niño en la psicología del individuo suele significar una anticipación de desarrollos futuros [...] La vida, no hay que olvidarlo, es un transcurrir, un fluir hacia el futuro, y no una marea en retroceso [...] El niño prepara una futura transformación de la personalidad [...] Es, por eso, un símbolo que une los opuestos, un mediador, un salvador, es decir, un hacedor-de-la-totalidad. [6] 

Mujer de Stalker, Alissa Freindlich
La mujer del Stalker (Alissa Freindlich).La mujer de Stalker es la mujer que sufre su vocación y su frustración (sentirse encarcelado en el mundo normal)... Pero al igual que Monita, al final de la película, esa mujer toma figura y manifiesta el amor y admiración que siente por Stalker también por ser como es, a pesar del sufrimiento que también le depara. Dice al respecto Tarkovsky:

En Stalker lo digo de forma abierta y yendo hasta las últimas consecuencias: al amor humano es ese milagro capaz de oponerse eficazmente a cualquier especulación sobre la falta de esperanza en nuestro mundo. Lo malo es que también nos hemos olvidado de qué es el amor

En Stalker, el escritor reflexiona sobre el aburrimiento de la vida a un mundo sometido a reglas, en el que incluso la casualidad es el resultado de una ley que para nosotras era hasta entonces desconocida.

Quizá por esto es por lo que el escritor está a gusto en la zona, donde se encuentra con algo desconocido, capaz de sorprenderle, de maravillarle. En realidad lo que maravilla es precisamente aquella mujer sencilla, con su fidelidad y sus valores humanos.¿Es qué realmente todo está sometido a la lógica? ¿Es qué realmente todo se puede disgregar en sus componentes, todo se puede calcular? [7]

La mujer de Stalker representa un elemento del existencialismo de Tarkovsky que él significa con la palabra sacrificio, y que posteriormente ampliará con sus dos últimas películas: Nostalgia y Sacrificio. Sacrificio, entendido más como entrega, como un acto libre y espontáneo.

Puerco Espín (Dikoobras). Puerco Espín es un personaje que se cita si bien no tiene presencia física. Se trata de un stalker que fue el maestro de nuestro stalker protagonista, y cuya historia nos orienta sobre la problemática de la habitación de los deseos que se halla en la zona. Sintiéndose culpable de la muerte de su hermano, Puerco Espín (a quien antes se llamaba simplemente maestro, dice Stalker) se dirigió a la habitación para que su hermano pudiera recobrar la vida. Al volver, el stalker se vió de repente enriquecido... A la semana se ahorcó. Esta es la realidad de la habitación de los deseos: no se cumplen los simples deseos que la persona cree desear, sino aquellos más recónditos e inconscientes.

- LA ZONA.

La zona es sencillamente la zona. Es la vida que el hombre debe atravesar y en la que sucumbe o aguanta. Y que resista depende tan sólo de la conciencia que tenga en su propio valor, de su capacidad de distinguir lo sustancial de lo accidental. [8]

La zona
En la zona aparece el color y se abandona el color sepia. Así se marca claramente un límite y una diferencia. A pesar de que es conocido como a Tarkovsky le enojaba que le preguntaran sobre que simbolizaban los temas que utilizaba en sus películas, en ese sentido me parecen interesantes las apreciaciones de Zizek al respecto cuando equipara la zona como la propia blancura de la pantalla de cine. El lugar donde podemos proyectar nuestras "proyecciones" y así recuperarlas, hacerlas nuestras:

No hay nada específico sobre la zona. Simplemente es un lugar donde un cierto límite es colocado, y aunque las cosas permanezcan como eran, lo percibimos ahora como un lugar distinto, precisamente el lugar sobre el cual podemos proyectar nuestras creencias, nuestros miedos, aspectos de nuestro espacio interior.

Podemos unir este texto de Zizek al anterior de Tarkovsky y precisar aun más qué es la zona: un lugar donde reapropiándonos de nuestras proyecciones podemos distinguir lo sustancial de lo accidental. La zona es el lugar donde la desesperación tiene una oportunidad, la oportunidad de perderse y así encontrar el camino hacia sí mismo.

Pero hay más, aun hay más en la zona. Recordemos a Thoreau en la película recientemente comentada Hacia rutas salvajes acerca de la tranquila desesperación del hombre. Vivimos una sociedad tranquilamente desesperada donde la desesperación se pretende amortiguar con el engaño y la evasión convirtiéndola así en una apacible resignación: el ser que languidece. A diferencia del color "sepia" del inicio de la película, que nos muestra una indeterminada ciudad industrial, sucia, contaminada, la zona se nos muestra en color y con la conjunción de objetos y construcciones humanas abandonados, oxidados y en ruinas entre la vegetación. La zona deriva así en una imagen que representa el pensamiento y el sentimiento de Tarkosvky: la futilidad del materialismo y la necesidad del misterio, la presencia de lo numinoso. Tarkovsky comparte con Jung esa misma sensibilidad, la zona representa también este misterio, este númen que está más allá del reduccionismo materialista:

Es importante que tengamos un secreto y el presentimiento de algo incognoscible. Ello llena la vida de algo impersonal, de un numinoso. Quien no ha experimentado esto, se ha perdido algo importante. El hombre debe percibir que vive en un mundo que en cierto sentido es enigmático. Que en él suceden y pueden experimentarse cosas que permanecen inexplicables y no tan sólo las cosas que acontecen dentro de lo que se espera. Lo inesperado y lo inaudito son propios de éste mundo. Sólo entonces la vida es completa. Para mí la vida fue desde sus comienzos infinitamente grande e incomprensible. [9]

La zona nos devuelve también a lo que Rudolf Otto llamó sentimiento de creatura, es decir, al sentimiento de pequeñez y anonadamiento que se siente ante una potencia superior o que nos embarga ante la grandiosidad del misterio (ver más detalle en la entrada 2001 Una odisea en el especio: mis aproximaciones). En este sentido el stalker es un claro ejemplo de este aspecto que representa la zona cuando nos manifiesta con claridad la cárcel que es para él el "otro lado de los alambres de púa": racionalismos, fundamentalismos, materialismos, espiritualismos vacíos e interesados y todo tipo de ismos que no son más que cárceles a la expansión que todo espíritu humano anhela. Es más allá de esos ismos y lo que nos deparan cuando determinan políticas, ideologías, economía, religión, espiritualidad etc. que el stalker dice que "mi felicidad, libertad, dignidad... ¡Todo lo tengo aquí!"

La zona es un lugar de transformación. Nadie que entra sale igual...

Tarkovsky en el pasisaje de La zona.

II. CAMINO DE LA ZONA: LAS RESISTENCIAS.

Tras conocerse en el bar, nuestros héroes inician su viaje hacia la zona. La salida de la ciudad se nos muestra de manera sencilla como una salida peligrosa... El camino hacia sí mismo es siempre un camino donde las amenazas siempre se hacen presentes. Esas amenazas que pretenden mantenernos en nuestra cárcel-matrix son conocidas, en un sentido psíquico, como las resistencias que se oponen a esa "dudosa" aventura que nos lleva hacia sí mismo. Como es sabido, Freud describió en su artículo Inhibición, síntoma y angustia cinco tipos de resistencia que tienen su origen en las tres instancias psíquicas: el yo, el ello y el superyó. Todas ellas tienen como objetivo "prohibir" el camino hacia la zona, también entendida como aquel lugar en el que reside nuestra verdad. Observamos en el momento en que atraviesan "el alambre de púas" a los militares disparándoles como esa frontera custodiada por la ley,o el guardián del umbral al que se refería Joseph Campbell y que ya observamos al comentar la película IT -Parte II -, aquella figura que pretende que no abandonemos nuestro mundo ordinario, nuestra cárcel-matrix.

Una vez atravesada la alambrada y los controles se inicia el viaje en motorrail hasta llegar a la zona donde la imagen cambia del sepia al color. Y una vez más asistimos en ese intermedio a esa densidad del tiempo que tanto caracteriza a Tarkovsky, en este caso para marcar el cambio de un lugar a otro... los espacios de transición que además se cargan de una sutil tensión emocional donde cada personaje está ensimismado en sus sentimientos y en sus pensamientos, en sus incertidumbres y en sus miedos y que la cámara va siguiendo con magistral lentitud... con el convencimiento de que la conciencia requiere lentitud, atención... apreciación.

Transición: hacia la zona
Cuando finalmente llegan a la zona, Stalker dice: ya estamos en casa.

III. LOS PRIMEROS PASOS EN LA ZONA.

Una vez llegados allí se nos muestran las primeras irregularidades en la zona y surgen los primeros desacuerdos entre Stalker y el escritor, mientras el profesor se mantiene silencioso sin poner aparentemente problemas. Desde la llegada empezamos a notar algunos temas que se irán repitiendo a lo largo de la estancia en ella:

En primer lugar observaremos las retiradas del stalker, su apartamiento de tanto en tanto de sus viajeros para estar en contacto íntimo con la zona. Recordemos las palabras antes dichas: su apartamiento implica una estrecha y directa relación física con la naturaleza. La tierra es a la vez lugar de contemplación, de veneración y profundo descanso: el reposo exige un lecho sustancial donde mantener la sensitividad activa.

Stalker en contacto con la zona
En segundo lugar veremos también que desde algunos de estos apartamientos, Stalker suele ofrecer algunos monólogos cuyo sentido iremos viendo a medida que aparezcan. En esta primera fase y tras "acechar" al escritor vaciándole la botella de vino, lanzándole una barra de hierro por arrancar unas hierbas (Este no es un lugar para paseos. La zona exige que la respeten, de lo contrario castiga) o avisándole de que en la zona el camino más corto puede ser el más peligroso... Tras pasar por todos estos encontronazos Stalker les dice:

La zona es un sistema muy complejo. Con sus trampas, todas mortales. No sé que pasa aquí, cuando no hay ningún ser humano. Pero basta que entren personas aquí para que todo se ponga en movimiento. Desaparecen las trampas viejas y aparecen nuevas. Lugares que eran seguros se hacen intransitables. El camino se pone fácil o complejo hasta lo imposible. Esto es la zona. Quizás parezca caprichosa. Pero ella es tal y como la hace el estado de ánimo del ser humano [...] Pero todo lo que ocurre aquí, no depende de la zona, sino de nosotros.

Observemos como en este punto Stalker nos da ese sentido de la zona como pantalla de proyección(ella es tal y como la hace el estado de ánimo del ser humano [...] todo lo que ocurre aquí, no depende de la zona, sino de nosotros), es decir un límite que la demarca y que nos permite pasar del estado de consciencia dormida en una zona ordinaria a un estado de consciencia despierta en una zona no ordinaria... siempre que queramos ver. No hay duda que la figura de Carlos Castaneda tuvo su influencia en esa concepción. En sus diarios dice Tarkosvky:

He vuelo a leer las Lecciones de don Juan de Castaneda. ¡Es un libro fenomenal! Y muy auténtico, porque 1) el mundo no es para nada tal como lo percibimos, y 2) seguro que puede cambiar en determinadas condiciones. [9]

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PARA VER PARTE II DE STALKER PULSA AQUÍ.












VER PELÍCULA STALKER:

Ver película en VIMEO: Parte I. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18281666
Ver película en VIMEO: Parte II. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18468786
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DOCUMENTAL: GUÍA DE CINE PARA PERVERSOS.
Slavoj Zizek
Duración 2 h. 45 min.
Directora: Sophie Fiennes

Excelente, profundo y original documental donde uno de los filósofos y psicoanalista más interesantes de la actualidad nos muestra como el cine nos ayuda a comprender los complejos conceptos psicoanalíticos y psicológicos. Aunque el dvd es en inglés, los subtitulos en castellano están disponiblen en internet.


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[1] Tarkovsky, Andrej. Esculpir el tiempo. Libros de Cine. Rialp, págs. 222 y 223
[2] Skakov, Nariman.The cinema of Tarkovski. I. B. Tauris. London. pág. 147. La traducción es mía.
[3] Batlló, Jordi & Xavier Pérez.La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine. Anagrama. Colección argumentos, pág. 17
[4] Illg, Jerzy & Neuger Leonard. Entrevista a Tarkovsky. I'm Interested in the problem of inner freedom (Estoy interesado en el problema de la libertad interior). La traducción es mía.
Enlace: http://people.ucalgary.ca/~tstronds/nostalghia.com/TheTopics/interview.html
[5] Mengs, Antonio. Stalker, de Andrei Tarkovsky. Libros de cine Rialp, pág. 57.
[6] Jung, C. G.Arquetipos e inconsciente colectivo. Acerca de la psicología del arquetipo del niño. Editorial Trotta OC-9/1, pár. 278
[7] Ver nota 1, págs. 221 y 222
[8] Jung, C. G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 360
[9] Tarkovsky, Andrej. Martirologio. Diarios. Editorial Sígueme, pág. 186

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OTRAS PELÍCULAS COMENTADAS DE TARKOVSKI.

SOLARIS (1972)
Andrej Tarkovski

Actores: Donatas Banionis, Natalia Bondarchuk, Juri Jarvet, Anatoly Solonitsyn.

Pulsar aquí para ir a la entrada.


STALKER (Andrej Tarkovsky, 1979) - PARTE II -: Sobre la naturaleza del camino y del deseo.

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PARA VER PARTE I DE STALKER. PULSAR AQUÍ

I. EN CAMINO: SOBRE EL "VER"

La parte II de Stalker entra de lleno en el camino que siguen nuestros protagonistas en la zona para llegar a la habitación de los deseos, y es aquella parte que Joseph Campbell llama el camino de las pruebas y que es introducido por Tarkovsky con una imagen del reflejo del cielo en el fondo del agua de un pozo perturbado por el impacto de una piedra sobre ella... Con esa imagen de las ondas distorsionando el reflejo se oye la voz del Stalker diciendo las siguientes palabras:

Que se cumpla lo previsto, que ellos den crédito y se rían de sus pasiones. Lo que ellos llaman pasiones realmente no es una energía anímica sino un roce entre el alma y el mundo exterior. Lo principal es que crean en sí. Y esten desamparados como niños, porque la debilidad es grande y la fuerza sutil. Cuando el hombre nace su cuerpo es débill y ligero. Cuando muere es fornido y duro. Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño, pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo. La dureza y la fuerza son satélites de la muerte. La flexibilidad y la debilidad expresan la lozanía de la existencia.. Por eso lo que se ha endurecido no vence.

Veamos una vez más esta mezcla de prédica tipo libro de las revelaciones (Que se cumpla lo previsto) y del taoísmo ( la dialéctica entre lo fuerte y lo débil). De hecho, las palabras de Stalker que empiezan con "Cuando el hombre nace su cuerpo es débil y ligero, etc." corresponden a Lao Tsé y esta anotada en los diarios de Tarkovsky el 28 de diciembre de 1977.

Sin embargo, hay en este texto una reflexión interesante sobre las pasiones cuando las define como "un roce del alma y el mundo exterior". En su documental The pervert's guide to the cinema, Zizek dice: "el deseo es una herida en la realidad".¿Qué significa esto? Significa que nuestras pasiones y nuestros deseos se inscriben en la realidad distorsionándola.

El reflejo perturbado en el agua: las pasiones... un roce entre el alma y el mundo exterior

Esta relación entre la realidad y el deseo es algo que la imaginería popular y literaria ha resgistrado y que ha inspirado distintos cuentos como la conocida historia de Aladino y la lámpara maravillosa, cuento de origen sirio registrado en Las Mil y una noches, o el famoso cuento de W. W. Jacobs La pata de mono,ambas llevadas al cine y la televisión en distintos formatos y variaciones y que nos vienen a decir simple y llanamente ojo con lo que deseas. O quizá mejor dicho ojo en qué deseas y cómo formulas el deseo. La distorsión entre deseo y realidad se observa especialmente en el cuento de La pata de mono cuando un padre y una madre le piden a ese objeto mágico 200 libras para saldar deudas. El deseo se satisface al cobrar dicha cantidad tras la muerte por accidente laboral de su hijo. Luego, desesperada, la madre le exige al padre que pida a la pata de mono que le devuelva vivo a su hijo... Presionado por la desesperación de la mujer el padre cede y pronto se oyen unos golpes en la puerta. El padre, aterrorizado por lo que aguarda tras la puerta (se entiende que el deseo se satisface devolviendo al hijo no exactamente vivo sino como un no-muerto), pide a la pata de mono que se lleve eso que se ha invocado... Cuando la mujer logra desatrancar la puerta tras ella no hay nadie salvo que "un viento helado entró en la escalera". En otras ocasiones, como en la leyenda de Aladino, el deseo de felicidad es asociado a logros, pertenencias o riquezas en las que el tiempo y la inmadurez del protagonista pronto le desengañan...

A lo que asistimos en esta fase en la zona es a la rigidez de carácter del Profesor y el Escritor. El primero, haciendo caso omiso de las advertencias de Stalker, los deja momentáneamente para ir a buscar una mochila que se ha dejado atrás. Mientras, Stalker y Escritor siguen por la zona atravesando ruinas invadidas por el agua y asistiendo a pequeños "misterios" que muestran la variabilidad espacio-temporal que se da en ella. Sorprendentemente, y tras atravesar la zona de ruinas y agua, encuentran a la salida del tunel que han atravesado al profesor...

Las ruinas y el agua
El papel de las ruinas entre la naturaleza y las aguas es un impacto en la conciencia acerca de la transitoriedad, como dice Antonio Mengs:

La ruina visual dignifica la conciencia. El hombre está más desnudo entre la ruina, su palabra resuena con mayor intensidad. [1]

En un artículo inédito mío y sobre el trabajo con un sueño de un paciente sobre unas ruinas perdidas en el medio de la naturaleza escribía:

El soñante no le confería a ese estado de ruinas un valor negativo, sino que veía en él una restitución de lo humano a la naturaleza, percibía belleza en esa acción de lo natural sobre la construcción humana. Una vez más aparece aquí un claro mensaje de aquello de lo que trata el proceso del yo en lo que lo vincula con la consciencia: la consciencia surge por alejamiento de aquello a lo que luego ha de volver. [2]
,
Después de este episodio de pérdida y recuperación del Profesor, Stalker propone descansar un poco. Asistimos entonces a una discusión de egos entre el Profesor y el Escritor donde cada uno ridiculiza al otro, donde uno ridiculiza el cientifismo de uno, y el otro el supuesto humanisno y psicologia barata del otro. Retirados cada uno en su lugar y ya durmiéndose llega una de las escenas antológicas de la película: el sueño o la visión de Stalker.

- La visión de Stalker.

Esta escena, llamada la escena del apocalipsis, ha sido comentada en multitud de ocasiones y constituye una muestra del más puro Tarkovsky:

La secuencia del apocalipsis tiene lugar justo en la mitad de la película cuando una charca de poca profundidad con objetos dispersos entra en la narración. La aparición de la charca en si representa una dislocación espacio-temporal. Al espectador no se le da ni su ubicación física ni la temporal. El flujo narrativo uniforme se rompe tan pronto como los personajes deciden descansar después de salir del "túnel seco". Alternando blanco y negro y la fotografía en color se lanza una dislocación  en el espacio y el tiempo. Mientras que el Profesor y el Escritor se pelean, el Stalker yace en el suelo, y su ubicación y posición se desplaza de una secuencia a otra. En un momento dado se encuentra situado entre las rocas de un torrente de montaña, y en otro sobre una pequeña "isla" en el área inundada junto a un pastor alemán negro. [3]

Stalker y el perro yaciendo a su lado.
La escena se inicia con el perro acercándose donde Stalker está descansando y sentándose con cuidado a su lado. Este perro, que a partir de este instante estará presente en todo el recorrido, pero que ya ha dejado testimonio de su presencia en los aullidos que oyen nuestros viajeros tan sólo llegar es, como indica en su libro Nariman Skakov, el espíritu indomable de la zona. No olvidemos que, en términos simbólicos, uno de los aspectos del perro es el de psicopompo, es decir, guía del alma de los muertos hacia el Más allá. En todo caso el perro, como guía del Stalker, está relacionado con la visión o sueño que sigue después de otra imagen que nos sugiere la dimensión misteriosa de la zona: la extraña sensación de inestabilidad que produce un agitado torbellino que levanta el polvo en una zona pantanosa. Luego, cambiando en sepia el color de la imagen, sigue la visión de Stalker en la que oímos la voz de la mujer de Stalker recitando unos versículos del Apocalipsis mientras la cámara, lentamente, va enfocando distintos objetos sumergidos en el fondo del agua.

12 Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre,
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte;
14 y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas furon removidas de sus asientos;
15 y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes.
16 Y dicen a los montes y las peñas: "caed sobre nosotros" y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de lo cólera del Cordero.
17 Porque ha llegado el Gran día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse? (Apocalipsis, 6, 12-17)

Jeringas, objetos metálicos, un acuario con peces, un fragmento del retablo de los "tres árboles" de Rembrant, un arma, un fragmento de Juan el bautista correspondiente al retablo de La adoración del cordero místico de Van Eyck, piezas oxidadas de un reloj... y finalmente la mano del Stalker en contacto con el agua de esa charca. Todas ellas cruzan por la pantalla bajo el fondo del agua de la charca... Imágenes que sumergidas en el agua, sobre el lodo parecen recordarnos los versos de Machado: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar". El tiempo todo lo lleva poniendo de relieve la futilidad de las ansias y deseos del ser humano... Glorias y ambiciones que pasan como las imágenes de Tarkovsky, una tras otra, sin finalmente llevarnos a aquello que tan vehementemente perseguimos: la felicidad. Dice Antonio Mengs:

La visión del Stalker es poesía de la matería, de su azar, ni paradigma de lo bello ni todo lo contrario: los distintos objetos que salen al encuentro a la cámara por accidente, naturalezas muertas de un mundo en ruinas (de ahí que toda la secuencia esta rodada en tonalidad sepia) conforman una "estética de la decrepitud"... [4]

La bilis de Cioran lo manifiesta de una manera bien distinta:

La abundancia de soluciones a los aspectos de la existencia solo es igualada por su futilidad. La historia: Manufactura de ideales..., mitología lunática..., frenesí de hordas y de solitarios, rechazo de aceptar la realidad tal cual es, sed mortal de ficciones.

La fuente de nuestros actos reside en una propensión inconsciente a considerarnos el centro, la razón y el resultado del tiempo. Nuestros reflejos y nuestros orgullos transforman en planeta la parcela de carne y conciencia que somos. Si tuviéramos el justo sentido de nuestra posición en el mundo, si comparar fuera inseparable de vivir, la revelación de nuestra ínfima presencia nos aplastaría. Pero vivir es cegarse sobre sus propias dimensiones. [5]

Las imágenes que transcurren lentas, acompañadas por la voz de la mujer recitando los versículos del apocalipsis, hablan también de ello: " y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes". En Tarkovsky el tiempo transcurre dirigiendo esas futilidades a su inexorable destino: la inutilidad. Una vez más la lucidez biliosa de Cioran pone palabras a ello:

La realidad es una creación de nuestros excesos, de nuestras desmesuras y nuestros desarreglos. Un freno en nuestras palpitaciones: el curso del mundo se hace más lento; sin nuestros ardores, el espacio es de hielo. [6]

La diferencia entre Cioran y Tarkovsky es una palabra denostada por el primero y fuente de sostén del segundo: la esperanza. Siendo necesario precisar que la esperanza en la que se sostiene Tarkovsky es la que se deriva de la fuerza del amor tan expresada en él como sacrificio entendido más como entrega (no el sacrificio victimista) tal y como precise anteriormente (ver Parte I, nota 7). Tras este sueño-visión sigue el despertar de Stalker quien contemplando a los dos hombres cita unas palabras que tienen su origen en los versículos de la Biblia correspondientes al evangelio de Lucas (24, 13-18):

En un mismo día dos, dos de ellos se dirigían a un poblado qu estaba a 60 estadios... y se llamaba... Ellos hablaban entre sí, sobre aquellos acontecimientos. Cuando ellos dialogaba, discurriendo entre sí... El se acercó y avanzó hacia el lado de ellos. Pero los dos se  miraban fijamente, así que no lo reconocieron. El les preguntó ¿Sobre que hablaban ustedes, discurriendo entre sí? ¿Por qué están tan tristes? Uno de ellos en nombre...

Mientras Stalker mira hacia un lugar indefinido y dice estas palabras la cámara enfoca el rostro de Escritor hasta que abre los ojos y luego, lentamente, se desplaza hacia el del Profesor... Son palabras que hablan de ellos y se trata, sin mucha duda, de la dificultad del ser humano para salirse de la estrechez de su  yo y sus concepciones, para ver más allá de sus miopías. Las actitudes que muestran el Escritor y el Profesor son las de mundos encerrados y parapetados tras sus concepciones. Profesor y Escritor son yoes desesperados, y que precisamente por su desesperación estan cerca de que esa rigidez yoica pueda quizá ceder... Parapetados tras su yo no ven, no ven lo que está ante ellos como los dos caminantes de los versículos del evangelio de Lucas, que enfrascados en su discusión y sus razones no aprecian que quien anda con ellos a su lado es Jesús resucitado.

En un mismo día dos, dos de ellos se dirigían a un poblado.

La zona recuerda el mundo de los sueños, un lugar donde nada es lo que parece y donde nada está sujeto a las leyes de la realidad sino a las bien distintas leyes de lo inconsciente. Un mundo en el que hay que querer ver... Y sólo viendo podemos lograr un progresivo esclarecimiento de la conciencia ordinaria, entendida esta como una consciencia restringida y distorsionada. La existencia de los sueños y el testimonio que dan de la dinámica inconsciente pone de relieve que, en un estado como el del sueño (La zona), accedemos a una consciencia que menos distorsionada, se da cuenta y se refleja más la totalidad de nuestro ser. Lo sorprendente es que los sueños dan testimonio de que esta consciencia ya está… De que el espejo que refleja nuestro ser ya es, tan sólo que en lo ordinario está perturbada por la distorsión que la neurosis impone.

II. EN EL MOLINO DE CARNE: CAMINO DE LA VULNERABILIDAD.

Tras el episodio de la visión de Stalker sigue el paso de una especie de túnel llamado "el molino de carne" (aparentemente por los muchos que murieron al atravesarlo). Escritor es el elegido para atravesarlo, aparentemente por un sorteo que Stalker manipula para que sea él quien lo atraviese... El molino de carne nos recuerda que hay momentos en la vida en los que nos hallamos solos ante ciertas circunstancias y situaciones, circunstancias y situaciones que sólo podemos atravesar nosotros mismos... En esta secuencia Escritor se nos muestra en su extrema soledad, esos momentos en la vida en que dependemos de  nosotros mismos y que nos muestran el destino al que la soberbia de nuestro yo nos ha conducido. Al mismo tiempo que esto se experiencia como un gran abismo es una gran oportunidad de pasar de una vida entregada al falso yo a una vida regida en y por el sí mismo.

En el túnel: la soledad y el desamparo.

En la parte I de esta película ya comenté que Stalker es un buen representante del arquetipo del sí mismo y observamos en la película como su "función de acecho" es muy parecida a la función que en los sueños realiza esta figura arquetípica cuando se producen sus manifestaciones... Su función es muy parecida a la que Lao Tzé propone en su Tao te king acerca de la figura del maestro cuando dice:

                                         Así gobierna el sabio,
                                         vacía los corazones y llena los vientres,
                                         debilita las ambiciones y fortalece los huesos,
                                         procura que el pueblo no tenga ambiciones ni deseos,
                                         y cuida que los instruidos no osen actuar.
                                        Practica el No-hacer
                                        y asi todo se arregla. [7]

Algunas traducciones (como es el caso de la versión de Stephen Mitchell) optan por adecuar el texto a la relación del maestro con el discípulo y traducen el texto como sigue:

                                        El Maestro guía
                                        vaciando la mente de las gentes
                                        y llenando sus corazones;
                                       debilitando sus ambiciones
                                        y fortaleciendo su resolución.
                                       Ayuda a las personas a desprenderse
                                       de cuanto saben y cuanto desean
                                       creando confusión
                                       en aquellos que creen saber. [8]

En todo caso, ¿no es esto lo que hace Stalker con sus dos viajeros.? Provoca, trabaja constantemente sobre el Escritor intentando debilitar su ego para que pueda llegar a fortalecer su ser y cuida de que Profesor no ose actuar desde la soberbia de su saber. Stalker sabe algo que es lo que se halla en la profundidad de su sabiduría... A la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de deseos. Sobre todo del concepto de deseo como muy bien lo definió Freud en dos de sus acepciones, deseo como codicia (Wunsch) y deseo como anhelo (begierde). Stalker sabe que ante la habitación de los deseos sólo se puede llegar libre de codicia y de anhelo, libre de pasiones.

Stalker despoja a Escritor de toda defensa como ocurre antes de atrevesar la misteriosa puerta que se halla al final del túnel. Éste presa del miedo saca una pistola de su abrigo... y Stalker le conmina a dejarlo (¿A quién le va a disparar allí? - le grita -)... Un poco más tarde cuando pasa por el lugar donde el revólver esta en el suelo, Stalker lo hunde bajo el agua encharcada en el túnel...

                                         Las armas son instrumentos nefastos,
                                         odiados por todos los seres.
                                         Quien posee un recto SENTIDO
                                         no quiere saber nada de ellas.
                                         [...]

                                         Las armas son instrumentos nefastos
                                         que no convienen al noble.
                                         Sólo las usa cuando no queda más remedio.
                                         Sobre todas las cosas aprecia la calma y la paz. [9]

Y seguidamente llegamos a la escena de la habitación de arena en la que Escritor que, nuevamente desafía las indicaciones de Stalker, sufre una especie de shock, tras el cual se da cuenta de la realidad de su "personaje" y del descalabro de su ser. Recordemos el monólogo del escritor que ya vimos en la parte I al tratar de su personaje.

En la sala de arena
Tras salir de ella Stalker tiene una de esas extrañas intervenciones que le van caracterizando a lo largo de la película. Les recita unos versos a sus viajeros (versos de Arseni Tarkovsky, el padre de Andrej):

                                          El verano ya ha pasado
                                          como si no hubiera habido.
                                          Aun hay calor en lugares soleados
                                          pero eso poco ha sido.

                                          Todo aquello, que cumplirse ha podido,
                                           como una hoja de arce
                                           en mis manos ha caído,
                                           pero eso poco ha sido.

                                           El mal y el bien de la gente
                                           en vano no han desaparecido,
                                           todo ha ardido claramente,
                                           pero eso poco ha sido.

                                           La vida me ha protegido de la muerte,
                                           me ha dado abrigo y me ha defendido,
                                           en verdad que he tenido suerte,
                                           pero eso poco ha sido.

                                           Las ramas no se han rajado,
                                           las hojas no han ardido.
                                           El día, como crisal, fue lavado,
                                           pero eso poco ha sido.

"Pero eso poco ha sido".¿No es acaso esto el problema del ser humano con el deseo y la realidad? Al ser humano parece que nunca le baste con lo que la vida le ofrece. Como ya dijimos, presa del deseo que se apega a la codicia y el anhelo, el ser humano vive la vida como si algo se le hubiera perdido. Nada nunca parece ser suficiente y una adicción a la instisfacción embarga su propia vida tras la búsqueda de ese "algo" perdido. Parece como si Stalker pusiera en todo este trayecto incidencia en la futilidad del deseo humano y la falacia de ese "algo" perdido... ¿Por qué dirigirse entonces hacia la habitación de los deseos? Antes de llegar a esta habitación y tras una escena donde siguen ocurriendo cosas extrañas como un teléfono que suena entre las ruinas o una bombilla de luz que emite un fuerte resplandor y luego se apaga, Tarkovsky nos ofrece una nueva imagen (dos cadáveres uno frente al otro de los que surge un tallo con sus hojas elevándose hacia arriba) que puede traducirse como "algo debe morir para que la vida continue" o en términos psíquicos "algo debe morir (del yo) para que el camino del ser continue".



III. EN LA ANTESALA DE LA HABITACIÓN DE LOS DESEOS: Sobre la naturaleza del deseo.

Tras la habitación de la arena llegamos finalmente a la antesala de la habitación de los deseos:

Se muy bien que se van a enojar... pero debo decirles que nosotros... nos encontramos en el umbral. Este es el momento más importante de nuestra vida. Ustedes deben saber que aquí se cumple su deseo más recóndito. ¡El más sincero! ¡El más sufrido! No hay que decir nada. Concentrarse y tratar de recordar toda su vida. Cuando el hombre piensa en el pasado él se hace benévolo. Lo principal... lo principal... ¡es creer! Ahora entren...

En el umbral de la habitación de los deseos
Estas palabras son muy interesantes... y en ellas reside la auténtica clave de la habitación de los deseos. Ella no es más que un espejo de la "naturaleza" de esos deseos. "Aquí se cumple su deseo más recóndito. ¡El más sincero! ¡El más sufrido!"¿Qué significa esto acerca de qué deseo es el que se cumple en esa habitación? Otra frase interesante es: Concentrarse y tratar de recordar toda su vida. Cuando el hombre piensa en el pasado él se hace benévolo. ¿Por qué es necesaria la benevolencia para entrar en ella?

¿Cúal es nuestro deseo más recóndito? ¿Cuál es nuestro deseo más sincero? ¿Cual el más sufrido? ¿Por qué recordar la vida para ponerse benévolo? Recordemos que se dice benévolo (bene: bueno; volo: voluntad) del hombre de buena voluntad, de aquel que desarrolla la comprensión y la simpatía hacia las otras personas. También benévolo se aplica al ser humano que se entrega sin esperar nada a cambio, que hace o actua por su voluntad, y no obligación, con un fin u objetivo bueno. ¿Por qué Stalker parece indicar que la benevolencia es importante al entrar en la habitación de los deseos?

Quizá para ello es necesario recorrer un poco el final de la película. Escritor y Profesor renuncian finalmente a la posibilidad de entrar en esa habitación. Ambos, presa de la desconfianza y el miedo, el primero menospreciando y denigrando a Stalker, temiendo ese aspecto recóndito del deseo que puede cumplirse; el Profesor a través de la lectura que hace del lugar queriendo destruirlo con una mini bomba atómica (que llevaba oculta en la mochila) bajo pensamientos del tipo: ¿Imaginan a Hitler en esa habitación? El miedo que Escritor manifiesta, así como el de Profesor, a pesar de sus diferencias, coinciden en un punto: que se manifieste el deseo como codicia o como anhelo. La habitación de los deseos pone de relieve nuestra verdad psíquica, aquello que nuestros deseos más recónditos también dice que somos, o como dice Escritor:

Aquí se cumple lo que corresponde a tu ente, a tu esencia, de la que no tienes ni siquiere una idea. ¡Más ella está dentro de tí, controlando toda tu vida! [...] Mientras que la conciencia y los tormentos del alma no existen.

En su documental Zizek dice:

El contraste entre Solaris y Stalker es claro. En Solaris , tenemos la máquina del ello, un objeto que realiza nustras pesadillas, deseos, miedos, aun antes que uno pida por ellos.  En Stalker es lo opuesto, una zona donde sus deseos más profundos son realizados, pero con la condición de que uno esta apto para formularlos. Es claro que nunca se está apto para formularlos.

Y es aquí, en este momento, cuando las palabras de Stalker adquieren sentido, cuando la benevolencia que él reclama es la pista... En la visión de Tarkovsky este enfrentamiento con la habitación de los deseos, éste reclamo de benevolencia para entar en ella, quizá tiene que ver con la capacidad para sostener y "ver" nuestra realidad psíquica que va mucho más allá de aquello que creemos que somos. ¿No es acaso esto lo que hacen en muchas ocasiones los sueños, mostrarnos aquello que también somos, pero que nuestro yo se niega a aceptar o simplemente lo ignora? ¿No es por eso que la consciencia ordinaria mantiene habitualmente tanta resistencia hacia ellos: a recordarlos primero, a mantenerlos en la consciencia luego, a intentar "ver" lo que su metáfora dice de nosotros? La benevolencia es posible cuando la acompaña la compasión. Cuando nuestra mirada puede enfrentarse a nuestros deseos más recónditos sin asustarse. Cuando estos responden a nuestra esencia más narcisista: codicia y anhelo. Pero la cuestión final es: ¿son estos de verdad nuestros deseos más recónditos?

IV. EN EL CAMINO: ESPERANZA, AMOR Y DESEO.

Simplificaré desafortunadamente mucho el final de Stalker y los múltiples detalles dignos de atención. Después de la escena de la lluvia, en la que los tres viajeros acaban sentados juntos contemplando la lluvia, la escena se traslada ya fuera de la zona, en la misma taberna de la que partieron... La mujer de Stalker y Monita, su hija, viene a recogerlo y Profesor y Escritor lo observan. En su expresión se nota que algo ha cambiado, que algo de ellos ya ha vuelto distinto del viaje.

Tras volver del viaje
Stalker, que ha traido el perro de la zona, parte con ellos... Cada vez que la cámara enfoca a Monita el color vuelve a la pantalla... Tras acostar a un entristecido Stalker, quien se queja de la dificultad del hombre para creer, asistimos a un monólogo de la mujer de Stalker que parece dirigirse al espectador:

Seguro que ustedes ya comprendieron que él es un simplón. Todos los vecinos se reían de él. Era un lelo, daba lástima. Mi mamá decía: "¡Él es un Stalker, un suicida, siempre está preso! ¡Piensa en como son los hijos de los stalkeros". Y yo, ni siquiera discutía. Yo sabía que eso era así, que es un suicida, siempre está encarcelado y el problema de los niños. Pero ¿qué podía hacer yo? Estaba segura de que lo pasaría bien con él. Aunque sabía que también tendría muchas desgracias. Pero mejor es una felicidad amarga que una vida gris y aburrida. Quizás yo inventé esto después. Entonces el se me acercó y dijo: "Ven conmigo". Fui con él y nunca lo lamenté después. Nunca. Pasé mucha amargura, mucho horror y verguenza, pero nunca me lamenté ni tuve envidia de nadie.Simplemente, así es el destino, la vidas; así somos nosotros.Y si en nuestra vida no hubiera habido pesares, mejor no hubiera sido. Sería peor. Porque entonces, tampococo habría habido felicidad. Ni esperanza.

¿Cuál es el deseo más recóndito? ¿Cuál el más sincero? ¿Cúal el más sufrido?¿Cuál el deseo al que finalmente por el miedo renuncian ambos viajeros? Kierkegaard decía que mirar hacia al pasado es necesario para andar hacia el futuro... Escritor, Profesor, renuncian a mirar a su pasado, renuncian a hallar la benevolencia, la mirada compasiva hacia ese pasado sin el que es imposible encaminarse al futuro, si bien su alma ya ha quedado tocada, la expresión de sus rostros, la mirada hacia la familia de Stalker así parece mostrárnoslo. Vaya así mi hipótesis... La habitación de los deseos refleja el miedo y la indignidad del ser humano hacia sí mismo disfrazados de soberbia egoica. La libertad intelectual o la libertad política que predican Escritor y Profesor no es más que la fachada que encubre sus miedos y el final rechazo que sienten por sí mismos... por eso no se consideran dignos de entrar en esa habitación, porque sólo consideran que ella les devolvera ese deseo codicioso o anhelante que se oculta en ellos... La mujer de Stalker, sin embargo, nos da el tesoro que es a le vez el más recóndito, el más sincero, el más sufrido:EL DESEO DE SER DIGNO DE AMOR.El amor que ella le da a Stalker que a su vez manifiesta un deseo que aun quizá sea más profundo: EL DESEO DE PODER AMAR. Y es así que el amor matiza el deseo y lo hace menos codicioso y menos anhelante, lo armoniza más con la vida y la hace suficiente. La mujer de Stalker, la más sencilla entre todos es la que sencillamente nos ofrece el tesoro, la esperanza del ser humano: el amor, del que finalmente Zizek, en unas bellas palabras con las que finalizaré la entrada, nos dice:

… lo esencial de la afirmación de que incluso si llegara a tener todo el conocimiento, sin amor no sería nada, no es meramente que con amor, sea algo. Con amor, también soy nada, si así puede decirse, una nada humildemente consciente de sí, una nada que se enriquece por paradoja por el conocimiento mismo de su carencia. Sólo un ser menesteroso, vulnerable es capaz de amor: el misterio final del amor es así que la falta de completitud  es en cierto sentido más alta que la completitud. Por un lado, sólo un ser imperfecto, menesteroso, ama: amamos porque no sabemos todo. [9]

La escena fianl de la película nos muestra a Monita leyendo y su voz en off recitanado un poema de Fiodor Tiutchev que no hace más que dar vueltas a todo este temática:


Amo tus ojos mi adorada,
con sus fascinantes centelleos,
cuando los alzas de forma inesperada,
y como un relámpago celestial
lanzas alrededor tu mirada.

Pero hay otro encanto aun más intenso:
cuando los ojos bajas pudorosa
en los minutos de un beso apasionado,
y a través de tus pestañas hermosas
sale el fuego de tu ardiente deseo.




Y así la naturaleza del camino de un ser humano es el largo camino hacia el amor y la libertad, un camino sin fin...

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PARA VER PARTE I DE STALKER. PULSAR AQUÍ
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[1] Mengs, Antonio. Stalker, de Andrei Tarkovsky. Libros de cine Rialp, pág. 91
[2] Cardona, Jaume.Sobre el poder de las imágenes del inconsciente.
[3] Skakov, Nariman.  The cinema of Tarkovski. I. B. Tauris. London. pág. 147. La traducción es mía.
[4] Ver nota 1, pág. 90
[5] Cioran, E. M.Breviario de podredumbre. Punto de lectura, pág. 35
[6] Ídem anterior, pág. 49
[7] Tzé, Lao.Tao te King (Versión de Richard Wilhem). Editorial Sirio. Capítulo 3
[8] Tzé, Lao. Tao the King (versión de Stephen Mitchell). Gaia Ediciones.
[9] Slavoj Zizek. El frágil absoluto. Editorial Pre-textos, nro. 579, pág. 190 y 191
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VER PELÍCULA STALKER:

Ver película en VIMEO: Parte I. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18281666
Ver película en VIMEO: Parte II. http://vimeo.com/groups/35mmandrisdamburs/videos/18468786

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OTRAS PELÍCULAS COMENTADAS DE TARKOVSKI.

SOLARIS (1972)
Andrej Tarkovski

Actores: Donatas Banionis, Natalia Bondarchuk, Juri Jarvet, Anatoly Solonitsyn.

DECÁLOGO 5 (Krzysztof Kieslowski, 1990): No matarás.

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ESTADO, PODER, LEY Y OBSCENIDAD.

La ley no debería imitar a la naturaleza. En todo caso mejorarla. La ley la ha inventado el hombre para regular las relaciones sociales. La ley determina qué somos y cómo vivimos. Podemos cumplirla o violarla. La gente es libre. Su libertad está restringida a la libertad de otros.Y el castigo. El castigo es venganza. Sobre todo si hace daño sin prevenir el crimen. Realmente, ¿a quién venga la ley? ¿Venga a los inocentes? ¿Y los que hacen la ley son inocentes?

Con esta introducción empieza Decálogo 5, uno de los episodios de la serie que sencillo en su planteamiento argumental es quizá uno de los más profundos en algunas de sus concepciones alrededor de la ley y la justicia. Decálogo 5 parte del mandamiento "no matarás". Y, como no podía ser de otra manera, Kieslowsky aprovecha la ocasión para entrar de lleno en el tema de la justicia y lo justo, y también de lo obsceno. Y además lo hace tomando el ejemplo extremo: la pena capital, la pena de muerte. Para poder entender mejor el desarrollo del comentario que aquí realizamos detallemos el argumento del episodio.

Piotr (Krysztof Globistz), es un joven abogado que defiende a Jazek Lazar (Miroslaw Balka), un joven de aun no veintiun años que comete el asesinato de un taxista (Jan Tesarz) y que finalmente arrestado es condenado a morir en la horca.


El joven letrado Piotr.
El episodio transcurre en tres fases:

Primero se oye la voz en off de Piotr pronunciando el alegato con el que hemos empezado el comentario a la vez que las imágenes nos lo presentan antes de entrar en la sala donde se va a dictar sentencia. Luego el episodio va alternando la presentación de los personajes protagonistas: Valdemar Revskovski, el taxista que será asesinado; Jazek Lazar, el asesino y a Piotr hablando (siempre enfocado en primer plano) con el que luego se verá que es el fiscal que ha dictado la sentencia... El taxista se nos presenta como un individuo más bien poco amable que, en más de una ocasión, disfruta dejando a sus clientes tirados o molestando a algunos transeuntes.

El taxista
Y finalmente Jazek, en quien observamos una cierta ambivalencia entre una actitud hosca, retraída, maliciosa y en ocasiones claramente violenta, a la vez que ya observamos algo que cambia con él en relación a unas niñas a las que hace reir, o cuando pide que amplíen una foto de una niña en su primera comunión que lleva consigo.

Jazek Lazar
La segunda parte (que implica la aparición del ángel del destino haciendole a Jazek un signo negativo con la cabeza, una última oportunidad de no seguir adelante con su plan) nos muestra las duras escenas correspondientes al asesinato del taxista.

Y la tercera parte, que empieza justo con el veredicto de sentencia de muerte, y que nos desarrolla la relación de Piotr con Jazek antes de su ejecución en la horca, así como la propia ejecución.

I. PARTE I. UNA REFLEXIÓN SOBRE LA NATURALEZA DE LA JUSTICIA.

Como ya hemos dicho, la primera parte transcurre preséntadonos a los personajes del taxista y de Jazek a la vez que, a través de un diálogo con el fiscal, asistimos entrecortadamente a las reflexiones de Piotr. En ellas nos vamos a centrar y para ello empezaremos por comentar detalladamente el alegato inicial dividiéndolo en las partes que lo constituyen:

- La ley no debería imitar a la naturaleza. En todo caso mejorarla.

¿En qué sentido es citada esta frase en este contexto? Hay un cierto pensamiento troglodítico que se apoya en justificar la desigualdad como algo inherente a la vida y, por lo tanto, por qué iba a ser distinto con el hombre (lo cual se traduce como siendo la sociedad desigual la sociedad esencialmente no es justa). ¿Para qué entonces hemos devenido seres conscientes? - parece una pregunta obvia - ¿Para seguir actuando como los seres no dotados de consciencia? En todo caso el problema de la naturaleza no es un problema de justicia, pero el hombre y las relaciones que establece con otros, y no sólo con sus congéneres, también con la tierra misma y lo que ella alberga, si es un tema de justicia. Visto así, ¿a qué mejora se refiere nuestro abogado en su alegato? Evidentemente no es lo mismo naturaleza que cultura. La cultura obviamente debe trascender la desigualdad que justifica la injusticia. Es la desigualdad moral, la desigualdad política o económica la implícita en las decisiones humanas (que no son decisiones "por naturaleza") las que aquí compete como manejar, y ese manejo es el objeto de la justicia.

- La ley la ha inventado el hombre para regular las relaciones sociales. La ley determina qué somos y cómo vivimos. Podemos cumplirla o violarla. La gente es libre. Su libertad está restringida a la libertad de otros.

Fue Aristóteles, en su ética a Nicómaco, quien dijo la célebre frase: "Cuando los hombres son amigos no necesitan de la justicia, mientras que, aun siendo justos, necesitan de la amistad". Extraemos de ello la rápida conclusión de que la justicia existe porque, claro está, en nuestra sociedad no somos amigos. Rige, por así decirlo, los límites de la relación social donde ésta relación entra en "conflicto". Y sobretodo cuando este conflicto afecta la libertad de los afectados y en el que una parte siente ésta libertad vulnerada por la otra. Ahora bien, el punto determinante que aquí nos interesa es la manera en que ésta justicia es ejercida. Y esta es la cuestión a la que apunta el tercer punto de estas palabras introductorias de la película.


El asesinato del taxista
- Y el castigo. El castigo es venganza. Sobre todo si hace daño sin prevenir el crimen. Realmente, ¿a quién venga la ley? ¿Venga a los inocentes? ¿Y los que hacen la ley son inocentes?

Fue el genio de Nietzsche (ese genio visionario que reveló la hipocresía fundamental sobre la que se edifica nuestra sociedad) quien desveló una de las bases fundamentales de la justicia en nuestra cultura y que la liga fundamentalmente al castigo: la generación de la deuda. Y así dice Nietzsche en la Genealogía de la moral:

F. Nietzsche por Edward Munch
Durante el más largo tiempo de la historia humana se impusieron penas no porque al malhechor se le hiciese responsable de su acción, es decir, no bajo el presupuesto de que sólo al culpable se le deban imponer penas: ––sino, más bien, a la manera como todavía ahora los padres castigan a sus hijos, por cólera de un perjuicio sufrido, la cual se desfoga sobre el causante, ––pero esa cólera es mantenida dentro de unos límites y modificada por la idea de que todo perjuicio tiene en alguna parte su equivalente y puede ser realmente compensado, aunque sea con un dolor del causante del perjuicio. ¿De dónde ha sacado su fuerza esta idea antiquísima, profundamente arraigada y tal vez ya imposible de extirpar, la idea de una equivalencia entre perjuicio y dolor? Yo ya lo he adivinado: de la relación contractual entre acreedor y deudor, que es tan antigua como la existencia de «sujetos de derechos» y que, por su parte, remite a las formas básicas de compra, venta, cambio, comercio y tráfico. [1]

- El estado como una maquinaria superyoica.

Efectivamente, cuando el joven abogado se pregunta a quién venga la ley, si verdaderamente venga al inocente, así como también se pregunta sobre la inocencia de aquellos que hacen la ley, está tocando una de las bases fundamentales del ejercicio de la justicia: ¿es la justicia justa? No parece que lo importante de la justicia es que sea justa sino que sea vengativa, inspiradora de amenaza a través del castigo, una justicia digámoslo ya superyoica, incapaz de discriminación y obsesionada por el castigo, ejemplificadora a través del castigo. Ramón Llull dijo que no hay justicia sin bondad, de la misma manera que no hay castigo que no se base en la venganza, o como dice Zizek respecto a Decálogo 5:

¿es la repetición del asesinato por parte del aparato estatal un asesinato también, y por lo tanto una violación de este mandamiento? [...] Lo que resulta verdaderamente insoportable en Decálogo 5 es el SEGUNDO asesinato (el cástigo). [2]

La ejecución de Jazec Lazar
Tiene razón Zizek cuando dice que la ejecución de Lazar deviene en lo insoportable. Y no porque el asesinato del taxista no sea un acto brutal y condenable, sino porque en la ejecución de Jazek el asesino es el Estado. Un asesinato resultado de una maquinaria impersonal y absurda que avanza fría y distante, implacable hacia su meta final. Toda la escena de la ejecución de Jazek es nauseabunda en sí misma.

Nietzsche decía también que la más fría mentira del Estado es decir que él es el pueblo (Así habló Zaratustra). Digamoslo ya: El Estado no es más que el superyó del pueblo y, en consecuencia, el más enconado enemigo de la democracia (Jacques Rancière). Las leyes del estado, con la excusa de que son para el pueblo, las decreta también para controlarlo y manipularlo (Giorgio Agamben) y, en la medida de lo posible, para minimizar la propia democracia en sí. En el espíritu del estado - y, por lo tanto, de la ley - reside siempre un dictador en potencia. En La vanguardia del domingo día 24/06 Miquel Roca escribe lo siguiente:

Un conocido representante de una aún más conocida escuela de negocios hace una intervención en un seminario para empresarios, ejecutivos e inversores. En el coloquio hace una dura crítica contra el mundo político; entre otras acusaciones - por cierto, bien poco originales -, señala que hay demasiados políticos, demasiado gasto institucional, etcétera. Todo muy tópico y típico. A la pregunta de un asistente que se preocupa por si no esta defendiendo o apelando a un dictador, el conferenciante, con toda la tranquilidad, afirma que si el dictador es competente ¿por qué no?

Sin embargo, la cuestión se hace sutilmente extensiva al mismo Miquel Roca cuando la perversión del sistema nos hace preguntarle si cualquiera, en caso de necesidad, puede recurrir a su despacho de abogados Roca Junyent... Que la abogacia se transforme en un negocio que determina abogados o equipos de abogados inaccesibles para cualquiera que necesite ser defendido y que sean, por así decirlo, abogados de aquellos que pueden pagarles, ya nos hace dudar de esa otra mentira que el Estado nos cuenta:que la justicia es igual para todos.

Son esas dudas las que asaltan a Piotr cuando asiste impotente al funcionamiento mecánico de la justicia:

Desde nuestra profesión se pueden enmendar los errores de esta gran maquinaria llamada el mecanismo de la justicia. O al menos intentarlo. Una de las cosas de mayor interés es poder conocer y llegar a entender a personas que no hubiera conocido nunca si mi profesión fuera otra.

Piotr introduce aquí el "factor humano" en forma de compasión. Cuando se conoce la persona, los hechos adquieren de repente un matiz que va más allá del hecho y nos enfrenta al ser y sus circunstancias. Momentos antes de la ejecución se da la siguiente coversación entre Piotr y Jacek:

Jazek: ... después del juicio, cuando me llevaban al camión, me llamó Jazek.
Piotr: Si, dije su nombre. Querría...
Jazek: Tengo casi veintiun años. Pero al llamarme así me eché a llorar.
Piotr: Durante el juicio dije...
Jazek: No lo sé, no estaba atento. Sólo lo estuve cuando Ud. dijo mi nombre. Estaban en contra de mí. Todos, igual que aquí.
Piotr: No es así. En contra de lo que hiciste.
Jazek: ¿Qué diferencia hay?

... Me llamó Jazek... al llamarme así me eché a llorar.
El nombre confiere reconocimiento, sobretodo porque fue acompañado de una expresión y un gesto respetuoso... compasivo. El ser se extiende más allá del hecho, y así se devuelve la dignidad más allá del hecho por el que Jazek será ejecutado. La maquinaria judicial que se asemeja a la maquinaria superyoica de nuestra psique actúa como ella con nuestro yo, no trata con seres humanos, su fuerza radica en su inhumanidad, en hacernos sentir no sólo culpables, sino que también nos implica el sufrimiento de hacernos indignos y humillados. Como en el superyó, ahí radica una parte de su obscenidad: la maquinaria judicial no está para sutilezas y por ello no es justa, y como a toda máquina le es más fácil impartir castigos sin ver personas que ser justa en su aplicación viéndolas con y también más allá de sus hechos:

... si la gobernabilidad era un avatar del poder, el estado-institución resulta una especie de exhibición gimnástica e impúdica del poder. Un poder de segundo grado : el poder por el poder, como el barroco cortesano. Un poder hueco, administrativo o burocrático. Tentado estaría de decir: un poder sin contenidos, pensando en un poder formal. Aunque inmediatamente entiendo que es exactamente al revés: se trata de contenidos puros del poder, o mejor de un poder formal por ser estrictamente contenidista y significativo. Pues en una cultura institucional es virtualmente imposible leer estrategias o técnicas - sólo monumentos: significados o contenidos, formas que pretenden perpetuarse congelándose... [3]


No quiero decir con esto que dentro de esta maquinaria no haya, como Piotr, personas justas, pero como bien se deriva de su conversación con el juez, de nada sirve eso contra ella. El poder judicial no es más que un engranaje del poder unitario, como lo son el ejecutivo y el legislativo, y recordemos, como vimos en la segunda parte del comentario dedicado a la película Hannah Arendt, que el poder implica dominación y que, por eso, el poder nunca simpatizará con la democracia ni con la justicia entendida como acción justa. El poder sólo entiende de coacción, amenaza y venganza. Más  bien tenderá a la abominación de tomar la ley por la ley y, en consecuencia, del castigo como ejemplo (a la manera de un introyecto psíquico), o como dice Piotr: La disuasión implica usar la sentencia, o mejor dicho, al condenado, para intimidar a otros. O en las palabras de Nietzsche:

«¿Cómo hacerle una memoria al animal-––hombre? ¿Cómo imprimir algo en este entendimiento del instante, entendimiento en parte obtuso, en parte aturdido, en esta viviente capacidad de olvido, de tal manera que permanezca presente?»... Puede imaginarse que este antiquísimo problema no fue resuelto precisamente con respuestas y medios delicados; tal vez no haya, en la entera prehistoria del hombre, nada más terrible y siniestro que su mnemotécnica. «Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria» ––éste es un axioma de la psicología más antigua (por desgracia, también la más prolongada) que ha existido sobre la tierra. [4]

¿No es acaso este texto la viva representación de lo que ocurre con la vivencia de un introyecto cuando éste es faltado a su absurdo radicalismo? Funciona tal y como fue prescrito, exactamente como Nietzsche indica:  «Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria»   [5]

Esta dimensión de la justicia relacionada con el imperativo superyoico nos permite relacionarla con esa maquinaria absurda que se describe en El proceso de Kafka (no en vano él era abogado de oficio), que ya comentamos en profundidad en este blog [ver nota 4] y que se relaciona con lo obsceno. A la triada Estado-Poder-Ley nos falta añadirle un cuarto elemento: la obscenidad.

II. JUSTICIA Y OBSCENIDAD.

Nada mejor que empezar con la etimología de obsceno para luego recordar que es un término de uso legal. Obsceno (del latín obscenum) tiene dos posibles etimologías, las dos bien significativas para nuestro comentario. Por un lado tenemos obsceno com ob (hacia) caenum (suciedad, basura); y tambien obsceno como ob (hacia) scenum (escena) y que viene a significar algo que está "fuera de escena" pero que se imagina, lo no dicho o representado pero imaginado e implícito en lo que se dice o representa. Si juntamos ambas posibilidades etimológicas podemos entender obsceno como la basura, la suciedad (lo repulsivo, lo detestable) que se imagina en el escenario pero que, aparentemente, no se representa en éste. Por otro lado, y en el mundo legal, obsceno se aplica a palabras, imágenes o acciones repulsivas o detestables que ofenden la moral sexual prevalente. Y en relación a eso, todos sabemos que se asocia en ocasiones el goce al superyó- entendido goce en el sentido psicoanalítico, es decir, como un exceso perverso en el placer -  y que se vincula normalmente a un placer que esa instancia obtiene causándole dolor al yo a través de su humillación e indignificación.

En un momento del episodio, Piotr recuerda las palabras que recibió cuando obtuvo su licenciatura: "Es un honor informarle que ha pasado el examen con éxito. Tras estudiar cuatro años puede usted considerarse uno más de nosotros". Hacia el final del episodio, momentos antes de que saquen de su celda a Jazek para su ejecución y ante la insistencia de si ya estan preparados, Piotr responde buscamente: "Dígales que nunca diré que estoy preparado". Piotr es el único en la prisión que parece azorado ante "el espectáculo" de la ejecución. Ni el juez, ni el alcaide, ni los guardas, ni los verdugos parecen afectados por el hecho de que se va acabar con la vida de un ser humano.


¡...nunca diré que estoy preparado!
En su interesante ensayo sobre lo obsceno dice Corinne Maier:

Lo obsceno es doble, se encuentra entre dos. En tanto bifacial, es lo más visible y también lo que aparece con intermitencia. "Lo obsceno tiene todas las cualidades del intérvalo substraido", resume el escritor Henry Miller [...] Lo obsceno es también el surgimiento puro, que nace de una falla, de la irrupción de algo que no es esperado. [6]

Yo iría un poco más lejos y añadiría que lo obsceno es también una mezcla de los dos, lo que surge disimulado en un continuum de aparente normalidad y que requiere una mirada sesgada (al estilo de la anamorfosis que tanto atrajo a Lacan), una segunda mirada desde una perspectiva determinada desde la que surge la evidencia de lo obsceno... Eso es lo que ocurre en muchas ocasiones con la ley: la ley provee de aparente normalidad - institucional - a lo esencialmente obsceno, al ejercicio obsceno (superyoico) del poder. En el programa de TV3 "amb filosofia", la filósofa Marina Garcés lo refleja con claridad cuando dice:

Cuando la justicia cae en la tentación de convertirse en la imposición de una medida única, de una definición cerrada, de una ley no interpretable se convierte en un sistema de poder terrorífico. El juez es entonces quien emite justicia, quien condena, quien dice lo que es bueno y lo que es malo, o el que somete la multiplicidad de lo que hay, lo que es, al horror en sí mismo de la proyección de lo que ha de ser.

La diferencia entre el primer asesinato y el segundo estriba en que ante el primero todos nos conmovemos  y violentamos ante la violencia con que Jazek acaba con la vida del taxista, mientras que en el segundo (en una taliónica una vida por una vida) asistimos a la ejecución de Jazek como si de un mero trámite administrativo se tratara. La mirada Piotr (a través de este ¡... nunca diré que estoy preparado!) es quien, con su reacción, envia "hacia"la escena "la basura, la suciedad" (lo repulsivo y detestable) que aparentemente no manifiesta, refugiada en la aplicación de la ley, y que si contiene esta forma de asesinato institucional. Toda la escena tiene manifestaciones obscenas que transcurren en un continuum de aparente normalidad. Veamos algunos momentos:

- Cuando Piotr y el fiscal se encuentran en la escalera de la prisión, éste, que es quien dara la orden de ejecución de Jazek, felicita al abogado (quien va a visitarle) diciéndole: "Quizá éste no sea el mejor momento, pero, ya que usyed y yo raramente nos vemos. He oído que ha sido padre hace poco. Enhorabuena." Es repulsiva en sí misma esta celebración de una llegada a la vida cuando minutos después se va a proceder a ejecutar otra.

He oído que ha sido padre hace poco. Enhorabuena.

- El diálogo que se da entre Piotr y Jazek pone de relieve la historia de Jazek al pedirle al abogado que le pida a su madre ser enterrada en la tumba donde yace el padre y... Marysia, su hermana. Es entonces cuando Jazek relata la historia de la muerte de su hermana favorita como él lo era para ella: "Hace cinco años la atropelló un tractor en el pueblo. Todavía iba a sexto curso. Tenía sólo 12 años. Acababa de empezar sexto. El conductor del tractor era un cólega mío. Habíamos estando bebiendo antes de que ocurriera. Bebiendo vino y vodka. Luego se fué y después con el tractor la atropelló [...] Estaba pensando que si ella siguiese viva, las cosas serían... Quizá no me hubiera ido de casa, quizá me hubiera quedado [...] Quizá hubiese sido diferente". Escuchando el relato se nos hace evidente que ejecuntando a Jazek como un acto puramente de venganza, se le quita la posibilidad de de la semilla que a través de su hermana observamos, se le quita la posibilidad de aprender a amar, la posibilidad del arrepentimiento sincero. Obviamente es obvia que la imposición de una pena, de un castigo es necesaria... ¿pero con qué fin? ¿Implica el concepto pena, castigo, necesariamente venganza? ¿Por qué no aprendizaje? Y este es el quid de la cuestión... De nada sirve cambiar una pena de muerte por una de cadena perpetúa si el castigo es simplemente venganza y no posibilidad de aprendizaje.

Marisya: Estaba pensando que si ella siguiese viva... quizá hubiera sido diferente.
- La infame escena de la presencia del sacerdote en las ejecuciones: El que ofrece el perdón de Dios para el "más allá" forma parte de la comitiva de la venganza en "el más acá". Habría que preguntar... ¿Qué opina Dios de este asesinato institucionalizado? La Iglesia ya se encarga de ser cínico-política, como siempre lo ha sido en este tema y matiza: La escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: "No quitarás la vida del inocente y justo (Éxodo, 23, 7)" [7]. Llega a justificarla en caos de "extrema gravedad" sin matizar exactamente de que hablamos con "extrema gravedad". En ningún momento menciona la posibilidad de aprender, de enseñar... Habla de la pena como compensación, como expiación y de "valor medicinal, en la medida de lo posible, para la enmienda del culpable. ¿Y qué hay que deducir de todas estas precisiones? ¿Y si es así, qué hace el sacerdote en el momento de la ejecución? ¿Impartir compasión divina donde no la hay de humana? Pero ya sabemos... La historia de la Iglesia está plagada de hechos obscenos más dirigidas a preservarse como institución que de ser consecuente con el mensaje de Jesucristo.

Impartir compasión divina donde no la hay de humana.
- Y finalmente la ejecución, infame en sí misma. La viva imagen que nos interroga finalmente: ¿Que justicia se ha realizado? ¿Qué acción justa se ha desplegado? Uno tan sólo contempla la venganza y sólo sufrimiento y más sufrimiento que todo ello acarrea: ¿Quién ha aprendido algo de toda esta obscenidad mecánico-institucionalizada? ¿Qué se ha enseñado salvo la venganza y la amenaza como mensaje?



III. REFLEXIONES FINALES.

No hace falta recurrir a la pena de muerte (aún vigentes en varios países y en numerosos estados de los Estados Unidos) para observar hoy en día, y me centraré sólo en España, la relación de la justicia con la obscenidad: aforamientos express, desahucios indiscriminados, abusos y robos económico-financieros justificados legalmente, verdadera defensa desigual ante la justicia (también la justicia es cuestión de dinero); castigos ya no proporcionados, sino escandalosamente desproporcionados por exceso o por defecto (Gallardón indulta a un guardia civil que jaleó un abuso sexual; reclaman a un pensionista 155.000 euros multado por pegar carteles en la calle), leyes que se aprueban y se retiran por intereses puramente políticos (La ley de seguridad ciudadana, la ley de justicia universal, la LOMCE), tribunales constitucionales politizados, la impunidad con que las grandes fortunas y las grandes multinacionales se manejan junto a los intereses políticos. Hay gobiernos, hay parlamentos que emiten leyes, hay tribunales, hay jueces, hay fiscales, hay abogados, instituciones penitenciarias... hay una maquinaria pero que exenta del espíritu de la justicia es un robot que administra las leyes y que, en ocasiones, la posee un mal espíritu de manipulación, corrupción y tergiversación. No es de extrañar que en la película Pactar con el diablo (Taylor Hackford, 1997), el diablo (interpretado por Al Pacino) estuviera representado como un brillante abogado al frente de un prestigioso despacho de Nueva York.


                                                 No hay justicia sin bondad (Ramón Llull).

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VER PELÍCULA EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=BTJTiv9KrMI
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[1] Nietzsche, Friedrich.Genealogía de la moral. Parte 2. Tratado. Culpa, mala conciencia y similares. Ebook
[2] Zizel, Slavoj.Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno e hiperespacio. Ed. Debate, pág. 19
[3] Nuñez, Sandino Andrés. Lo sublime y lo obsceno. Geopolítica de la subjetividad. Libros del Zorzal, pág. 132
[4] Ver nota 1, parte 2
[5] Ver nota 1, parte 2
[6] Miller, Corinne.Lo obsceno. Ediciones Nueva Visión, págs. 33 y 40
[7] Catecismo de la Iglesia Católica, pár. 2261

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SERIE DECÁLOGO (pulsar título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.
Decálogo 5. No matarás. Estado, poder, ley y obscenidad.
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PELÍCULAS DE INTERÉS:

EN EL NOMBRE DEL PADRE (1993)
Director: Jim Sheridan
Actores: Daniel Day-Lewis, Enma Thompson, Pete Postlehwaite.

Basada en la detención de un padre y de un hijo acusados por error de haber participado en un atentado del IRA, junto con otros inocentes, en los conocidos casos de los cuatro de Guilford y los siete de Maguire.

PRISIONEROS DEL HONOR (1991)

Director: Ken Rusell
Actores: Richard Dreyfuss, Oliver Reed, Peter Firth, Jeremy Kemp

Basada en el famoso caso Dreyffus que conmocionó la sociedad francesa en el que el capitán Alfred Dreyffus fue acusado erróneamente de espionaje y traición y que despertó una ola de defensores y detractores además de reacciones antisemitas.



SENDEROS DE GLORIA (1957)
Director: Stanley Kubrick
Actores: Kirk Douglas, George McReady, Adolphe Menjou...

En la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, un general ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esta misión al ambicioso General Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento se retira hacia sus trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, impone al regimiento un terrible castigo para que sirva de ejemplo.

SALVADOR PUIG ANTICH (2006)
Director: Manuel Huerga
Actores: Daniel Bruhl, Tristán Ulloa, Leonardo Sbaraglia, Leonord Watling...

El 2 de Marzo de 1974, el joven anarquista, militante del Movimiento Ibérico de Liberación, se convirtió en el último preso político ejecutado en España mediante el "garrote vil". La historia nos narra los intentos desesperados de su familia, compañeros y abogados para evitar su ejecución.



MATAR A UN RUISEÑOR (1962)
Director: Robert Mulligan
Actores: Gregory Peck, Mary Bardham, Brock Peters, Philip Alford...

Un abogado defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre es evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que  ningún abogado, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su defensa le costarña problemas y enemistades, pero le otorga el respeto de sus dos hijos huérfanos de madre.


EL CASO WINSLOW (1999)
Director: David Mammet
Actores:  Nigel Hawthorne, Rebecca Pidgeon, Jeremy Northam...

Inglaterra 1910. Tras ser acusado de robar a un compañero 5 chelines, Ronnie, el hijo menor de la familia Winslow, es expulsado de la prestigiosa Academia Naval de Ousburne. Ronnie niega los hechis, pero su padre, decidido a limpiar el nombre de su hijo, entabla un juicio que llegará a ser el centro de atención de todo el país.

EL DILEMA (1999)
Director: Anthony Mann
Actores: Russell Crowe, Al Pacino, Cristopher Plummer...

Jeffrey Wigand, científico y directivo de la famosa tabacalera norteamericana Brown & Williamson, descubre el secreto que la industria oculta celosamente: las sustancias que crean adicción en los fumadores. Lowell Bergman, un productor televisivo, arriesga su carrera al invitar a Wigand, que ve como su vida se desmorona tras revelar la verdad a la opinión pública; pero nadie sale indemne de esta batalla contra las tabacaleras.

DOCE HOMBRES SIN PIEDAD (1957)
Director: Sidney Lumet
Actores: Henry Fonda, Lee J. Cobb, E, G, Marshall, Jack Warden...

Un grupo de miembros de un jurado recibe el encargo de juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. De los doce miembros, once están convencidos de su culpa. Pero el duodecimo no tiene ninguna duda sobre su inocencia... ¿Cómo convencerá al resto?



HOMICIDIO EN PRIMER GRADO (1995)
Director: Marc Rocco
Actores: Christian Slater, Gary Oldman, Kevin Bacon...

Años 30. Alcatraz es la prisión más segura de los Estados Unidos, pero uno de los presos planea escapar de La Roca. Su intento fracasa, y el alcaide le impone un castigo ejemplar: permanecer en una celda de aislamiento durante años, a pesar de que la ley establece que el plazo máximo son 19 días.



CADENA PERPÉTUA (1994)
Director: Frank Darabont
Actores: Tim Robbins, Morgan Freeman, Bob Gunton, James Withmore...

Acusado del asesinato de su mujer, un hombre es condenado a cadena perpétua y enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión...




LA TAPADERA (1993)
Director: Sidney Pollock
Actores: Tom Cruise, Gene Hackman, Jeanne Tripplehorn, Holly Hunter...

Un joven y brillante abogado recién salido de Harvard, se deja seducir por las promesas y regalos de un prestigioso bufete de abogados de Memphis. Sin embargo, muy pronto tendrá razones para empezar a sospechar que algo extraño está sucediendo.



BRUBAKER (1980)
Director: Stuart Rosenberg
Actores: Robert Reford, Yaphet Koto, Jane Alexander, Morgan Freeman...

Basado en la historia real de Tom Murton, el alcaide que antes de presentarse como tal se interno como preso de la prisión estatla asignada, descubriendo que la cárcel es un sistema de corrupción endémica, a parte de oscuros epidodios que Brubaker intentará aclarar poniendo en peligro su propia vida.




SEÑALES DEL FUTURO (I): LA CIENCIA FICCIÓN CONTEMPORÁNEA Y LA CRISIS DE LA FUNCIÓN PATERNA

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PARTE I. LOS PRECEDENTES. DE LA CIENCIA FICCIÓN DE LOS AÑOS 50 A STEVEN SPIELBERG.

Voy a dedicar ahora dos entradas a un género que desde que era pequeño siempre atrajo mi atención e interés. Recuerdo como esperaba los episodios de series como Invasores y las tribulaciones de su protagonista David Vincent (Roy Thinnes) con aquellos alienígenas que eran delatados por la rigidez de su dedo meñique. Series como Perdidos en el espacio, Viaje al fondo del mar, Tierra de gigantes, Espacio 1999 o la mítica Star Trek, o la posterior serie UFO (OVNI), protagonizada por el rubio comandante Straker (Ed Bishop) hacían que mi imaginación infantil y adolescente volara con ellas. Ya adolescente vi por primera vez La Guerra de los mundos de Byron Hoskins o El enigma del otro mundo de Christian Nyby o la fascinante 2001 Una odisea en el espacio. Sin embargo, vamos a darles aquí una lectura un poco distinta, una lectura más basada en las tramas secundarias que en la aparente trama principal.

Como ocurre en muchas películas de ciencia ficción o de terror, es interesante observar las tramas secundarias que transcurren más allá del aparente argumento principal de este tipo de película. Es una manera de observar como la que en este mismo blog dio lugar al análisis de la película de “Los pájaros” o “The dark”. Como dice Slavoj Zizek al respecto:

Las películas que están más lejos de los dramas de "familia" son las películas de catástrofes, que no pueden dejar de fascinar al espectador con una representación espectacular de un evento aterrador de inmensas proporciones. Ahora bien, estas nos van a llevar a la primera regla psicoanalítica para leer películas de catástrofe: evitar la tentación del "gran evento", y atender al "pequeño acontecimiento"; la lectura de la catástrofe espectacular como indicación de problemas familiares no resueltos. [1]

Y, en este sentido, el tema de este comentario tiene que ver con algunos cambios que creo observar en las tramas secundarias de algunas películas de ciencia ficción contemporáneas en relación con algunos de los clásicos del apogeo de la ciencia ficción de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado. 

I. LA CIENCIA FICCIÓN DE LOS AÑOS 50: sentimientos vs. uniformidad.

El clásico artículo de Susan Sontag al respecto, La imaginación del desastre (1965), describe con ajustada precisión las características del apogeo de la ciencia ficción de aquellos años. Sontag destaca que generalmente sus protagonistas suelen ser un hombre, generalmente un científico aunque no siempre, y su novia que, a partir del momento en el que surgen los primeros indicios de la aparición de naves interestales, alienígenas, monstruos o catástrofes diversas, sufrirán su persecución inexorable y distintas penalidades. Así lo observamos en algunos de los grandes clásicos de esta época:

En el primer gran ejemplo de la década de los 50, El enigma de otro mundo (The thing from the another world, Christian Nyby, 1951), junto a la temática principal del decubrimiento de una nave espacial que trae a un peligroso alienígena que intentará acabar con los habitantes de una estación situada en la antártida, vemos la historia del capitán Patrick Hendry (Kenneth Tobey) y Nikki (Margaret Sheridan), la secretaria del doctor Carrington, el científico al mando de la estación. Hay un notable remake de este película de John Carpenter (La Cosa, el enigma del otro mundo, 1982), de características distintas.

El capitán Patrick Hendry y Nikki, protagonistas de The Thing (La cosa)

En 1951 también se produjo Cuando los mundos chocan (When worlds collide, Rudolph Maté, 1951), que nos narra la historia de un choque de planetas que acabará inapelablemente con la Tierra. La historia transcurre mientras los gobiernos construyen una nave que albergará los futuros habitantes de un nuevo planeta. Mientras, asistimos a la historia entre el piloto David Randall (Richard Derr) y Joyce Hendron (Bárbara Rush). Película inspiradora de las posteriores Meteoro (Ronald Neame, 1979), Deep impact (Mimi Leder, 1998) o Armageddon (Michael Bay, 1998)




En La guerra de los mundos (The War of the worlds, Byron Hoskins, 1953), basado en el conocido libro de H. G. Wells, junto a la temática de una masiva invasión alienígena sobre la tierra, asistimos a la historia entre el doctor Clayton Forrester (Gene Barry) y Sylvia Van Buren (Ann Robinson) la sobrina del pastor del pueblo donde cae bajo la forma de meteorito una de las naves invasoras.

Ann y el doctor Forrester, protagonistas de La guerra de los mundos.

En Vinieron del espacio (It came from outer space, Jack Arnold, 1953), el astrónomo aficionado John Putnam (Richard Carlson) y su prometida Eilen Fields (Bárbara Rush) observan como una nave espacial cruza el desierto impactando y creando un profundo cráter. A partir de este momento empieza la acción de un peligroso alienígena que para reparar se nave adopta la apariencia de los seres humanos transformándolos en una especie de zombis.


John Putnam y Eilen Fields, protagonistas de Vinieron del espacio.

De parecidas características es Invasores de Marte (Invaders from Mars, William Cameron Menzies, 1953), en la que una nave de Marte aterriza escondiéndose bajo tierra cerca de una pequeña población de Estados Unidos. Pronto sus habitantes empiezan a comportarse como seres sin sentimientos, como robots. David (Jimmy Hunt), un niño, es testigo de éste aterrizaje, y tras la transformación de sus padres intentará por todos los medios convencer de que se está sufriendo una invasión alienígena. Tobe Hooper hizo un interesane remake en 1986.

En una de las mejores producciones de la época, La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the body snatchers, Don Siegel, 1956), basada en el libro de Jack Finney, nos presenta otra invasión alienígena en forma de unas esporas que llegan del espacio duplicando a los seres humanos y convirtiéndolos en seres sin emociones ni sentimientos, los protagonistas son el doctor Miles Bennell (Kevin McCarthy), un médico de provincias, y Becky Driscoll (Dana Wynter) de visita en el pueblo que nació si bien vive en Inglaterra. Esta película tuvo luego tres remakes de los que hablaremos posteriormente.

El doctor Miles Bennell y Becky Driscoll, protagonistas de la Invasión de los ladrones de cuerpos.

Del mismo año es La Tierra contra los platillos volantes (Earth vs. Flying saucers, Fred S. Sears, 1956), la Tierra sufre la invasión de unos platillos volantes procedentes de un mundo moribundo. El doctor Rusell (Hugh Marlowe) y su mujer (Joan Taylor) se ven envueltos en la lucha por liberarse de esos seres.

El doctor Rusell y su mujer, protagonistas de La Tierra contra los platillos volantes.

También del mismo año 1956 merece especial mención la película Planeta prohibido (Forbidden planet, Fred M. Wilcox), basada en La Tempestad de Shakespeare. En ella un padre (Morbius, interpretado por Walter Pidgeon) y una hija (Altair, interpretada por Anne Francis) viven aislados en un planeta hasta la llegada de una nave al mando del comandante Adams (un joven Leslie Nielsen). Pronto empezarán a sufrir hechos extraños protagonizados por monstruos invisibles que tienen su origen en una máquina de los Krell, los habitantes desaparecidos del planeta, que tiene la propiedad de realizar los deseos... pero también los de id, el ello, la mente inconsciente. Con todo transcurre la historia de Morbius, un padre edípico que quiere retener a su hija, y el interés del comandante Adams por ella. Película precursora de las posteriores Solaris, Stalker, Horizonte final o La esfera.

Altair con el comandante Adams. Planeta prohibido, 1956.

En todas ellas observamos algunas características parecidas y que se resumen en una contraposición entre el mundo emocional del ser humano y el mundo racional, frío e insensible o incluso inhumano de los extraterrestres, con la sola excepción de la película Ultimatum a la Tierra (The day the Earth stood still, Robert Wise, 1951), en la cual el extraterrestre (Klaatu, interpretado por Michael Rennie) viene a advertir a la Tierra de que no pueden proseguir con la escalada de sus armas nucleares. Hay un remake del 2008 protagonizada por Keanu Reeves.

En cualquier caso me parece destacable el comentario de Susan Sontag al respecto:

Las películas de ciencia ficción no tratan de ciencia. Tratan de la catástrofe, que es uno de los más antiguos del arte. En las películas de ciencia ficción, la catástrofe rara vez es concebida intensivamente; lo es siempre extensivamente. Es cuestión de cantidad y habilidad. Si se prefiere, es cuestión de escala. Pero la escala, especialmente en las películas en color y con pantalla panorámica [...], lleva el problema a otro nivel.

Así, el cine de ciencia ficción (como un género contemporáneo muy diferente, el happening) está relacionado con la estética de la destrucción, con las peculiares bellezas que pueden procurarnos los estragos, la confusión. [2]

Añadir que desde mi perspectiva, esto es cierto pero también insuficiente. Creo que hay una relación directa entre la catástrofe y las temáticas secundarias de este tipo de películas. La catástrofe, producida por causas naturales o por alienígenas invasores, corre paralelamente con las historias afectivas que caracterizan al ser humano y, especialmente, entre un hombre y una mujer. Los alienígenas, frios e implacables, carentes de emociones, de amor o cualquier otro sentimiento, o en su defecto algun tipo de catástrofe natural o cósmica, amenazan con acabar con ese tipo de relación emocional propia de los seres humanos descrita habitualmente como su valor más esencial y entrañable. Es inevitable poner el contenido de algunas de estas películas en relación con un momento histórico relacionado con la guerra fría entre USA y la antigua URSS, y en la cual había una cierta tendencia, aunque no en todos los casos, a relacionar el comunismo con los alienígenas queriendo conquistar el ser humano del "mundo libre" representado por esta libertad de manifestar los sentimientos (en realidad más que discutible).

II. UN INTERLUDIO: LA CIENCIA FICCIÓN DE LOS AÑOS SESENTA Y SETENTA: la soledad del hombre.

Tras esta época dorada de la ciencia ficción de los cincuenta siguió lo que llamo "interludio", un interludio que separa la ciencia ficción de los cincuenta con la que dará inicio a un nuevo modelo de finales de los setenta que llegó con la irrupción en el género de Steven Spielberg, especialmente en el cine de catástrofes. Pues bien, este interludio está caracterizado por lo que determinará los modelos fundamentales de la ciencia ficción, y que podríamos denominar modelos basados en la soledad del hombre. Y, en este sentido, nos referimos a tres modelos básicos:

- La soledad del hombre en entornos post-apocalípticos.
- La soledad del hombre frente a los poderes políticos y económicos.
- La soledad del hombre en entornos extraterrestres y / o tecnológicos.

Muchas películas se basarán en ellas o en su combinación

- La soledad del hombre en entornos post-apocalípticos.

Cuyo modelo esencial se halla en la película de El último hombre sobre la Tierra (The last man on the Earth, Ubaldo Ragona y Sidney Salkow, 1964), basada en el libro Soy leyenda de Richard Matheson y protagonizada por un Vincent Price en su mejor momento. Película de la que posteriormente tenemos dos remakes, la protagonizada por Charlton Heston (The Omega man, Boris Sagal, 1971), y la más reciente Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007), protagonizada por Will Smith. En ellas los protagonistas son sobrevivientes de una plaga de virus que ha arrasado con el ser humano pero, en este caso, convirtiéndolos en una especie de vampiros. El protagonista debe vérselas para librarse de ellos durante sus ataques en la noche con la esperanza de encontrar en algún momento a otros seres humanos. Los personajes protagonistas viven presa de la amargura de su soledad y también de ser responsables de la causa de la extinción del ser humano.

Morgan, El último hombre sobre la Tierra

Otra gran película, una verdadera obra maestra de estos años en este sentido es El planeta de los simios (Franklin J. Shaffner, 1968), interpretada por Charlton Heston en el papel del astronauta George Taylor y en la que al volver de una misión sufren un accidente y logran salvarse él y dos astronautas más del hundimiento en las aguas de la nave en lo que parece ser un planeta desconocido. Más tarde son capturados por simios inteligentes que parecen ser sus pobladores y que tienen reducidos a unos seres parecidos a los humanos como animales de trabajo o servidumbre, incluso como mascotas... Capturados los compañeros de Taylor estos mueren mientras el intentará con la ayuda de unos simios científicos que comprenden qué representa Taylor huir. El final de la película es apoteósico, cuando Taylor descubre en la orilla de la playa los restos de la estatua de La libertad... El planeta desconocido es finalmente el planeta Tierra al que Taylor llegó en una especie de viaje al futuro apoyándose en la relatividad del tiempo derivada de las teorías de Einstein.

El planeta de los simios.
Se observa en estas películas la preocupación ya no tanto por la invasión comunista propia de los años cincuenta, sino el temor de la destrucción de la humanidad por le ceguera del propio hombre, por el peligro que representa por sí mismo. La soledad del hombre es puesta de manifiesto en tanto en cuanto se hallan solos y carentes de relación en situaciones atípicas con el consecuente sufrimiento que ello les depara...

2. La soledad del hombre frente a los poderes políticos y económicos.

Nos encontramos aquí con dos películas paradigmáticas. La primera de ellas, otra gran obra maestra, se trata de Fahrenheit, 451 (François Truffaut, 1966), basada en el libro de Ray Bradbury, y en la que se especula con una sociedad que considera peligrosa los libros y en la que la función de los bomberos es quemarlos. El bombero Guy Montag (excelentemente interpretado por Oskar Werner), a instancias de una joven cuya familia es tachada de "antisocial" porque pretenden "pensar por sí mismos" sufre la tentación de leer algunos de ellos dándose cuenta de la infelicidad y enmortecimiento en la que el gobierno les mantiene.Un gobierno que les "procura" una aparente felicidad con la única condición de que no piensen por sí mismos y, en consecuencia, por ello son peligrosos los libros. Montag, cada vez más en contra de la situación, es denunciado por su propia esposa, logrando finalmente huir al lugar donde habitan los hombres-libro, un lugar donde cada ser humano recuerda de memoria un libro.

Fahrenheit 451
De parecidos significados es 1984 (Michael Radford, 1984), en la que un regimen totalitario liderado por el Gran hermano ve con malos ojos a aquellos que intentan reflexionar por sí mismos. Hay también la versión cómica del tema en la pelicula El dormilón (Sleeper, Woody Allen, 1973).

Otra gran película es Cuando el destino nos alcance (Soylent green, Richard Fleischer, 1974), ya comentada en este blog (pulsar aquí para acceder a la entrada), y en la que otra vez con Charlton Heston como protagonista, ahora como el agente de policía Robert Thorn, descubrirá el horror que se halla sobre el soylent green, un preparado alimenticio que abastece a una tierra superpoblada y dividida entre una élite que disfruta de todos los beneficios y una gran masa empobrecida que se alimenta de ese preparado. El descubrimiento de Thorn le costará la vida, y es que el preparado alimenticio se realiza a partir de cadáveres humanos que la empresa que lo gestiona incentiva además "suicidando" a seres humanos a cambio de un final en el que se recrea a través de música y pantallas como era el mundo antes de la superpoblación. Así fallece Sol Roth (el magnífico Edward G. Robinson), el amigo de Taylor.

Soylent Green (Cuando el destino nos alcance)
Una lectura parecida, aunque en clave metafórica, puede ofrecerse de la segunda versión de La invasión de los ladrones de cuerpos de 1978 dirigida por Philip Kaufmann. Dice Roman Gubern al respecto:

...la situación política del país era distinta, por lo que respetando lo esencial del inquietante argumento original, añadió el matiz de que la alienación urbana de la vida moderna en las grandes ciudades hace virtualmente imposible distinguir a las personas de los impasibles seres vegetales. El psiquiatra doctor Kibner (Leonard Nimoy) lo enuncia netamente en el film: "la gente está cambiando. Cada vez es menos humana". [3]

No hay mayor soledad que aquella que experimentamos rodeados de los otros.

La invasión de los ladrones de cuerpos, versión de 1978
de Philip Kaufmann

- La soledad del hombre en entornos extraterrestres y / o tecnológicos.

En esta sección encontramos algunos de los grandes clásicos de la época y de todos los tiempos. A menudo combinan el elemento del entorno y el tecnológico con algunas de las otras dos características anteriores. Iniciaremos nuestro comentario con la más grande película filmada hasta aquellos días y una de las más aclamadas desde siempre: 2001. Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), basada en el relato de Arthur C. Clarke "EL centinela" y que comentamos ampliamente en este blog (pulsar aquípara ver la entrada). La película tiene múltiples lecturas, pero rescatamos aquí el elemento del hombre en relación al cosmos y el sentimiento de creatura que experimenta frente a él y del hombre en relación a la tecnología y a su implacabilidad e impredecibilidad. Recordemos que uno de sus protagonistas es el famoso ordenador HAL 9000 cuyas decisiones cuestan la vida a toda la tripulación menos al astronauta Bowman (Keir Dullea).

Los astronautas Frank Pool y David Bowman obsrvados por HAL9000
2001. Una odisea en el espacio.

Cuatro años más tarde aparecía Solaris (Andrej Tarkovski, 1972), en la que experimentamos la soledad del hombre con sus propios fantasmas hechos realidad a través de la extraña interacción con un planeta llamado Solaris que parece extraer de sus mentes sus temores o deseos más perversos. El psicólogo Kelvin afronta así su sentimiento de culpa y sus remordimientos por el suicidio de Harey, su mujer, iniciando así una propia odisea personal abordo de la estación que orbita alrededor del planeta. Pulsa aquí para ver el comentario que le dedicamos a esta película en este blog.

Kelvin ante el cadáver del doble de Harey (Solaris, 1972)

A parte del inferior remake de Solaris de Soderbergh del 2002, otras películas que afrontan esta misma temática, pero sin la misma profundidad, son Horizonte final (Event horizon, Paul Andersson, 1997) y La esfera (The Sphere, Barry Levinson, 1998), esta última transcurriendo en una estación submarina en la que un equipo científico investiga una nave espacial hundida en el océano de origen desconocido. Tienen su precedente, como ya dijimos en Planeta prohibido (1956)

Del mismo 1972 tenemos una película injustamente valorada. Naves misteriosas (Silent running, Douglas Trumbull, 1972) en la que Bruce Dern interpreta al botánico Freeman Lowell que forma parte de una de las tres naves que preservan la vida vegetal de una Tierra en la que esta ha desaparecido con la esperanza de que quizá un día pueda volver a regenerarse. Ante la orden de destruir los bloques que conservan las especies vegetales, Lowell se revela y acaba con el resto de la tripulación para preservar el bloque botánico...

A partir de se momento Lowell se esforzará por humanizar a los robots de mantenimiento para compensar su sentimiento de soledad así como los remordimientos que siente por haber asesinado a sus compañeros por la misión de protección que se autoimpone.

Lowell con sus dos androides de mantenimiento, Naves misteriosas, 1972

Otra de las obras maestras del género surgió con Alien el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979), interpretada po Sygourney Weaver en el papel de la teniente Ripley, acompañada por Tom Skerrit y John Hurt entre otro y que combina la soledad del hombre en el espacio con el tema tecnológico del androide programado al servicio de la empresa Weyland-Yutani que pasa el interés de la conservación del alien capturado por encima de la de los tripulantes de la nave Nostromo. Finalmente el alien, un perfecto superviviente (como lo define Ash, el androide), un depredador implacable, una máquina de matar... no es una buena metáfora de la empresa que tiene por encima de cualquier valor el valor del beneficio.

Alien el octavo pasajero, 1979
Alien tuvo tre secuelas más: Aliens, el regreso (James Cameron, 1986), Alien3 (David Fincher, 1993) y Alien resurrection (Jean Pierre Jeunet, 1997)

Muchas películas de los setenta se mantienen en estas claves, y así tenemos La amenaza de Andrómeda (Robert Wise, 1971), Almas de metal (Michael Crichton, 1973), El engendro mecánico (Donald Cammell, 1977), Mad Max (George Miller, 1979), o la ya comentada recientemente en este blog de Stalker (Tarkovsky, 1979) y, como no, La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977) y sus posteriores secuelas  de los años ochenta El imperio contrataca (1980) y El retorno del Jedi (1983), y algunas otras más.

III. LA IRRUPCIÓN DE STEVEN SPIELBERG: La crisis de la función paterna.

Durante los ochenta las coordenadas de la ciencia ficción siguieron, en general, las líneas argumentales definidas por los sesenta y setenta con una cada vez mayor presencia de los efectos especiales que los recursos técnicos e informáticos permitían. Grandes películas de los ochenta son Atmósfera cero (Peter Hyams, 1981), Blade Runner (Ridley Scott, 1982), La Cosa (John Carpenter, 1982), Dune (David Lynch, 1984), Brazil (Terry Gillian, 1985), Enemigo mío (Wolfgang Petersen. 1985), etc. No cabe olvidar aquí la que sería la precursora de las películas que especulan con los mundos virtuales, cuyo máximo exponente llegaría a finales de los noventa con Matrix, y que se trata de Tron (Steven Lisberger, 1982)


Tron, 1982
Pero hay que destacar aquí la irrupción de Steven Spielberg con su revolucionaria Encuentros en la tercera fase (1977), y en la que se hacían patentes dos elementos clave: primero, los extraterrestres aquí no son invasores fríos y desalmados sino seres amigables que quieren establecer contacto con nosotros; y segundo, la irrupción de las familias, el papel de los niños y la debilitada o inexistente figura paterna, todos ellos elementos clave en la ciencia ficción de Spielberg. El papel de estos elementos se hizo cada vez más patente en sus siguientes producciones como ET El extraterrestre, Parque Jurásico I y Parque Jurásico II, AI Inteligencia artificial y La guerra de los mundos. Incluso las dos últimas películas de la saga de Indiana Jones (La última cruzada y la calavera de cristal) pueden contemplarse desde esta perspectiva. Y cuando indico la aparición de "familias" y niños me refiero esencialmente a la debilidad o ausencia con la que smanifiesta la figura paterna y a una propuesta de posterior recuperación de la figura y aurotidad paternas. Veamos:

En Encuentros en la tercera fase /Close encounters on the thrid kind, 1977), el protagonista Roy Neary (Richard Dreyfuss) abandona su familia para perseguir el  lugar de contacto que cree que le ha sido comunicado tras un encuentro con una nave extraterrestre. Paralelamente une sus esfuerzos a Jillian (Mellinda Dillon), quien habiendo sufrido la misma clase de encuentro sufre, además, la abducción de su hijo. La motivación de Jillian en toda la aventura es encontrar y recuperar a su hijo. Mientras por un lado Roy abandona la familia para marcharse con los extraterrestres, Jillian, por otra recupera a su hijo... Mensaje que se afianzará en las siguientes películas: los padres no están y las madres si, a veces incluso demasiado.

Encuentros en la tercera fase, 1977

En  ET, el extraterrestre (ET, 1982), Elliot (Henry Tomas), el niño protagonista es abandonado por el padre (como se menciona someramente en el inicio de la película). La figura de ET, otro "buen" extraterrestre aparece como una figura mediadora que se corresponde con la realidad del propio Steven Spielberg: un amigo imaginario que Steven se creó tras el divorcio de sus padres. Un "mediador evanescente" que suple la falta dejada por el padre. La figura de mediación de ET finaliza cuando el científico (Peter Coyote) encargado de la investigación de ET parece que empieza a intimar con la madre de Elliot, Mary (Dee Wallace). Es entonces cuando el parte...

El concepto "mediador evanescente" es una figura hegeliana recuperada por Fredric Jameson y Slavoj Zizek para indicar un "agente catalítico que permite el intercambio de energías entre dos términos que de lo contrario se excluirían" (Fredric Jameson). Y a lo que se añadiría que una vez ha realizada su función debe desaparecer.

ET, el extraterrestre, 2007
En Parque Jurásico I (Jurassic Park, 1993) el personaje interpretado por Sam Neill, el paleontólogo Allan Grant, muestra claramente su poca simpatía por los niños (es clara la imagen al principio de la película en la que asusta a un niño narrándole como lo destriparía un velociraptor utilizando una garra fósil de este saurio que conserva como una especie de talismán). Por el contrario, el personaje interpretado por Laura Dern (la paleobotánica Ellie Sattler), muestra su simpatía y su deseo por ellos. Zizek dice al respecto de esta película y cogiendo la imagen citada de la garra de velociraptor:

... esta garra es sin duda el pequeño objeto-la mancha que, más tarde, estalla en los dinosaurios gigantes, por lo que se puede aventurar la hipótesis de que, dentro del universos fantasmático de la película, la furia destructiva de los dinosaurios es una materialización de la furia del superyó paterno. Un detalle apenas perceptible que se produce más tarde, en el centro de la película, confirma esta lectura. El personaje de Sam Neill es perseguido junto a los dos niños por los dinosaurios carnivoros, por lo que acaban refugiándose en un gigantesco árbol. Neill pierde la garra de dinosaurio que estaba atrapada en su cinturón, y es como si ésta pérdida accidental tuviese un efecto mágico - antes de dormirse, Neill se reconcilia con los niños mostrando su cálido afecto y cuidado hacia ellos. Significativamente los dinosaurios que se acercan a ellos son del tipo dinosaurio herbívoro benevolente... [4]

Parque Jurásico I
En Parque Jurásico II (The lost world: Jurassic Park II, 1997) asistimos a una historia del estilo entre otro de los protagonistas de Parque Jurásico I interpretado por Jeff Goldblum, el doctor en matemáticas Ian Malcom con su hija Kelly (Vanessa Lee Chester) quien se queja del poco tiempo que su padre le dedica. Al marchar éste a la Isla Nublar al rescate de su novia, la paleontóloga Sarah Harding (Julianne Moore), su hija se cuela con el equipo y Malcom deberá protegerla durante la aventura. Como en todos estos casos, los peligros de la aventura refortaleceran los vínculos padre-hijo/a

En IA, Inteligencia artificial (IA, 2001) se recrea la historia que Spielberg ya había abordado en El imperio del sol (1987), solo que ahora el protagonista es David (Haley Joel Osment), un niño-robot programado para establecer la impronta con Mónica (Frances O'Connor), la madre, y ser capaz de establecer un vínculo amoroso. Debido al desarrollo de la trama de la película, David es abandonado (su madre así lo prefiere antes que "desguazarlo"). Perdido empieza su largo periplo de "retorno a la madre". En su viaje contará con la ayuda de gigolo Joe (Jude Law) y de Teddy, el oso de peluche robot. Finalmente, logrará su objetivo dos mil años después, cuando recuperado por una raza humanoide superior (los Mechas), en una tierra cambiada por el cambio climático, recrearán a partir del ADN de un rizo de pelo que David conservaba de la madre, un clon de ella,  aunque ésta sólo podrá sobrevivir un día. Se dará así el esperado encuentro de David con Mónica donde esta le manifestará todo su amor. La película acaba con David reposando sobre el cuerpo de la madre.

IA, Inteligencia Artificial
Es curioso porque IA plantea un curioso problema desde un punto de vista edípico. Al establecer la impronta con la madre, el niño-robot queda inevitablemente fijado a ella... Es curioso que la figura paterna sea obviada en el proceso ya que, recordemos, la función paterna se caracterizaría entonces por otro tipo de impronta: la ley que separa de la madre, y a éste del hijo, y que, consecuentemente, lleva a la identidad. Justamente es eso lo que David no puede experimentar, por lo que su destino es estar apegado a la madre. El final de la película es significativo en éste sentido.

Finalmente tenemos la versión de la Guerra de los mundos (War of the worlds, 2005), donde la temática es aun más obvia. Protagonizada por Tom Cruise en el papel de Ray Ferrier, un padre divorciado de clase obrera que mantiene una relación un tanto descuidada con sus hijos Rachel (Dakota Fanning) y Robbie (Justin Chatwin). La tensión es obvia con este último quien mantiene actitudes despreciativas hacia él. La figura de la invasión alienígena permitirá a Ray re-ocuparse de sus hijos y despertar sus sentimientos más paternales hacia ellos. Finalmente tendrán su recompensa en el reconocimiento de Robbie hacia él.

La guerra de los mundos 2005
De manera parecida se plantea la temática en Indiana Jones y la última cruzada (Indiana Jones and the last crusader, 1989), en la que se recrea toda la dificultad relacional entre Indiana Jones (Harrison Ford) y su padre, el investigador del Santo Grial, Henry Jones (un espléndido Sean Connery). Como siempre, las dificultades de la aventura tendrán como resultado el acercamiento padre-hijo y el mútuo respeto, verdadero grial que es el que al final encuentran ambos.

Indiana y Henry Jones: Indiana Jones y la última cruzada.
Y, por último, en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the kingdom of the crystall skull, 2008), el asunto trasciende ahora al propio Indiana Jones quien a través de Marion Ravenwood - Karen Allen, la protagonista de En busca del arca perdida -, madre del joven Mutt (Shia LaBeouf), le  revela que es su padre. Una vez más la aventura les unirá a ambos en lo que hasta ahora les era desconocido. Aquí tenemos como "mediador evanescente" a Oxley (John Hurt), el descubridor del cráneo de cristal, extrañamente ido y que ha hecho las funciones de un padre con Mutt.

Indiana Joners con Mutt
Acabamos aquí con esta parte y dejamos ya para la segunda la evolución que estos planteamiento de Spielberg han tenido en la ciencia ficción contemporánea y como incluso ha evolucionado en el tratamiento de algunos temas.

TO BE CONTINUED... (CONTINUARÁ)

________________

[1] Zizek, Slavoj. Zizek. El verdadero acontecimiento de Hollywood.
 Ver en http://tifoideo.wordpress.com/2011/12/25/s-zizeck-y-el-verdadero-acontecimiento-de-hollywood/
[2] Sontag, Susan. Contra la interpretación y otros ensayos, E. de Bolsillo, pág. 208
[3] VV.AA.APOCALIPSIS YA. El cine del fin del mundo. Cap. 2. Terrores inhumanos: Intrusos del cosmos y rebeldes del entorno (por Roman Gubern). Ed. Sendemá, pág. 70
[4] Ver nota 1.

LA CIENCIA FICCIÓN CONTEMPORÁNEA Y LA CRISIS DE LA FUNCIÓN PATERNA (II): SOBRE EL SER PADRE COMO ESPEJO DEL SER HOMBRE.

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PARTE II. DE LA CIENCIA FICCIÓN DE LA DÉCADA DE LOS 90 HASTA NUESTROS DÍAS: SOBRE EL SER PADRE COMO ESPEJO DEL SER HOMBRE.

A los tres grandes temas enunciados sobre la soledad del hombre, la década de los 90 desarrolló dos temas clave: los mundos virtuales (Desafío total (Paul Verhoeven, 1990), El cortador de cesped (The lawnmover man, Brett Leonard, 1992), Nivel 13 (Josef Ruznak, 1999) y Matrix (1999) son sus grandes exponentes) que, no obstante, bajo esa versión de la virtualidad, siguen adaptándose a los modelos de la soledad del hombre, a la vez que también se consolidó el modelo Spielberg, que más allá de sus películas generó hacia finales de los noventa dos películas clave de catástrofes, ambas comentadas aquí en la entrada dedicada a la película The Dark, y que se tratan de Deep Impact (Mimi Leder, 1998) y Armageddon (Michael Bay, 1998) - (pulsar aquí para ver la entrada). Ambas, tras el trasfondo del impacto de meteoritos llamados "destructores" que acabarán con toda la vida sobre la Tierra, desarrollan temáticas de fondo en las que la relación entre hijos y padres es fundamental. Y este modelo ha tenido su explosión y continuidad indiscutible desde el 2000 en las películas de catástrofes o de corte más catastrófico.

I. EL CINE DE CATÁSTROFES DEL SIGLO XXI.

Siguiendo la línea de las dos películas de Parque Jurásico llegó sin ser dirigida por Spielberg (pero si producida) ni basada en libro alguno de Michael Crichton, Parque Jurásico III (Jurasic Park III, Joe Johnston, 2001) que recupera de nuevo la figura del paleontólogo Allan Grant (Sam Neill) y que en esta ocasión será contratado de forma manipulada por Paul (William H. Macy) y Amanda (Tea Leoni), una pareja de divorciados a la búsqueda de Eric (Trevor Morgan) su hijo perdido en la Isla Sorna tras sufrir un accidente con un amigo de la madre. Obviamente, al final de la aventura, en donde un terrible Spinosaurus, una banda de velociraptotes y un pajarero lleno de Pteradones serán el infierno de todos ellos, la familia se vuelve a unir. A pesar de ser la más floja y criticada de las tres aquí nos sigue interesando sobretodo por el personaje de Allan Grant, al que iremos mencionando a lo largo de la entrada.

Los protagonistas de Parque Jurásico III
El día de mañana (The day after tomorrow, Rolan Emmerich, 2004), donde más allá de la catástrofe climática encontramos de nuevo el tema de los padres divorciados con el padre ausente entregado a su trabajo científico (el personaje de Jack Hall, interpretado por Dennis Quaid), con una relación defectuosa con su hijo (Sam, interpretado por Jale Gyllenhall) y la madre (Lucy interpretada por Sela Ward). El rescate del hijo por parte del padre devendrá en la reconciliación de ambos y en su restauración como figura respetada. En esta película, como las que comentaremos seguidamente, parece que insisten en vincular el final del mundo con la crisis de la estructura familiar.

El día de mañana, 2004
El cuarto remake de la Invasión de los ladrones de cuerpos, Invasión (Oliver Hirschbiegel, 2007), parte de la relación un tanto absorbente entre Carol Bennel (Nicole Kidman), una psiquiatra-psicoterapeuta y su hijo Oliver (Jackson Bond) y, obviamente, con un padre ausente y divorciado, Tucker (Jeremy Northam), un investigador del CDC que investiga un accidente de la nave Columbia que es la transportadora de las esporas del espacio que duplican a los humanos mientras duermen. Tucker es uno de los primeros infectados y tras promover desde su puesto la expansión de la invasión, vuelve para reclamar tener a su hijo lo que le toca legalmente con el objetivo de duplicarlo. Carol contará con la ayuda de su amigo Ben (Daniel Craig) para evitar que Oliver y ella misma sufran la duplicación.

Invasion, 2007
Señales del futuro (Knowing, Alex Proyas, 2009), nos plantea la relación dificultuosa entre John Koestler (Nicolás Cage) y su hijo Caleb (Chadler Canterbury), cuya esposa y madre falleció. Atormentado, un tanto proclive al alcohol pronto empieza a desvelar lo que se oculta tras la trama de la película: en esta ocasión el fin del mundo vendrá provocado por un desastre solar. La historia se mezcla con la de Diana, la madre de Abby, a quien el padre también abandonó. Ambos niños tienen la particularidad de oír unos susurros que nadie más puede oír. Esta característica les transforma en los "elegidos" a los que unos extraños personajes persiguen (una especie de alienigenas angélicos)...¿Elegidos para qué? Para continuar la especie en otro planeta... El final depara la partida de los niños, mientras que John vuelve con su familia de la que se había apartado, especialmente por la mala relación con su padre (un pastor de la iglesia protestante). Aquí el arca de Noé sólo admite niños que serán los futuros creadores de un nuevo mundo. Como en la historia bíblica, para que un mundo nuevo empiece el viejo debe morir.

Imagen final (jardín del edén) de Señales del futuro (2009)
Este último esquema lo encontramos también en la película siguiente:

2012 (Rolan Emmerich, 2012). Nueva variante de Emmerich, especializado en películas de catástrofes, con el mismo esquema de padres divorciados con dos hijos. Jackson Curtis, interpretado por John Cusak, un padre "modelo Ray" (La guerra de los mundos, Spielberg), que mantiene una relación difícil sobretodo con el hijo (las hijas siempre son más benévolas con los padres); Kate (Amanda Peet), una madre sobreprotectora con una pareja, Gordon (Thomas McCarthy),  que hace además de "buen padre"... Todo el transcurso de la catástrofe que cambiará la Tierra restituirá el papel de Jackson como padre que además contará con la "inestimable" muerte de Gordon, el "mediador evanescente". 2012 insiste en un tema característico de estas películas: el tema del arca de Noé. Un mensaje en el que impera que para que las cosas cambien lo que ya no puede continuar debe desaparecer.

2012

Encontramos temáticas parecidas en Super 8 (J. J. Abrams, 2011), producida por Steven Spielberg, también en After Earth (M. N. Shyamalan, 2013) o en el remake de Ultimatum a la Tierra (The day the Earth Stood Still, Scott Derrikson, 2008).

Ultimatum a la Tierra, 2008

II. SOBRE LA CRISIS DE LA FUNCIÓN PATERNA: SOBRE EL SER PADRE Y EL SER HOMBRE.

Ray Ferrier, un padre a la fuga.
Charles Baudelaire solía empezar el relato de su vida con una frase que el tiempo y el asombro hicieron famosa: "Después de haber asesinado a mi padre...". No menos contundentes fueron las declaraciones de otros escritores: "Todo lo que escribí, lo escribí contra mi padre. Publiqué panfletos contra su patria, la palabra patria no es sosportable ya que significa país del padre" (Eugene Ionesco). "Cumpleaños de mi padre. Hoy cumpliría noventa y seis años. Pero afortunadamente no los tiene. Su vida hubiera acabada con la mía. ¿Qué habría ocurrido? No hubiera publicado. No habría escrito libros. Inconcebible." (Virginia Woolf). "Cuando era niño mi padre me derrotó y hasta ahora por ambición, no he podido abandonar el campo de batalla; aunque siempre volveré a ser derrotado." (Franz Kafka), [1]

En varias ocasiones en este blog ya hemos hablado sobre la función paterna (entradas como Solaris, Aflicción, Decálogo 4 o Hacia rutas salvajes tocaron ya el tema). Sin embargo, y para precisar de que hablamos cuando hablamos de "crisis" de la función paterna, realizaremos una visión lo más amplia posible del tema, porque yo creo que eso que hoy en día se llama "crisis de la función paterna" no es más que el desvelamiento de una larga crisis que, en todo caso, ha puesto mayormente de relieve lo que también podríamos llamar la labilidad de la estructura de la familia. En primer lugar me gustaría reflexionar sobre las siguientes palabras de la historiadora feminista Ivonne Knibhieler, cuando dice lo siguiente:

Lo que parece más nuevo en esta descripción del oficio de la paternidad es el movimiento perpetuo que caracteriza a nuestra cultura: todo evoluciona demasiado deprisa. El padre ya no puede ayudar a su hijo escolar porque los saberes y los métodos están en mutación continua; no puede imponerle un oficio, ni siquiera una moral, por razones análogas; y cómo los papeles masculino y femenino tienden a confundirse, no puede preparar a su hijo para una virilidad semejante a la suya. Aquí llegamos al corazón del problema: preguntarse cómo ser padre es también preguntarse cómo ser hombre» [2]

Veamos aquí un primer punto importante de referencia: "preguntarse cómo ser padre es también preguntarse como ser hombre". Si observamos la lista de padres-protagonistas de las películas citadas: Roy Neary (Encuentros en la tercera fase), Allan Grant (Parque Jurásico), Ian Malcom (Parque Jurásico II), Ray Ferrier (La guerra de los mundos), Henry Jones (Indiana Jones y la última cruzada), Jack Hall (El día de mañana), Jackson Curtis (2012), John Koestler (Señales del futuro) o las referencias a la ausencia de la figura paterna en ET, Inteligencia artificial, Invasión o Ultimatum a la Tierra, nos encontramos ante un panorama desolador. Dice Tomás Valentí acerca de Roy Neary:

No es casual que, desde el primer momento, Roy sea mostrado como alguien que se refugia en la fantasía para hecer frente a su mediocre realidad cotidiana: la formada por la rutina que se ha apoderado de su matrimonio con Ronnie, del cual han nacido tres hijos insoportables que, contraviniendo los deseos del padre, prefieren ir a un parque de atracciones que ir a ver la versión Disney de Pinocho... [3]

Roy Neary y su mundo familiar en Encuentros en la tercera fase.

Podemos hacer ahora un ejercicio de imaginación y ver a, por ejemplo, Ray Ferrier, Jackson Curtis o John Koestler como el día después de Roy Neary sin poder ser, en sus casos, abducidos por los extraterrestres. En todos ellos observamos hombres con una profunda sensación de fracaso que se extiende, en consecuencia, a una relación con los hijos en los que la acusación de abandono, de "no estar" se hace obvia. Casos como los citados, a los que podemos añadir a Roy Neary, Ian Malcom, Jack Hall o Henry Jones, o el mismo Indiana Jones, se corresponden con lo que se llama"padres a la fuga", padres que deponen el ejercicio de su función:

La fuga de la función paterna está más cerca de la pérdida, de la evaporación o de la cultura líquida (Baumann, Zygmunt, 1999), y de los efectos de la fragilización de valores sólidos y permanentes (Lewkowicz, I., 2004). Más cerca del sentido de corrosión y deponer: porque a padre despuesto consumo impuesto. En tiempos de lo efímero, de la obsolescencia programada, de la lógica del flash, y por lo tanto de la pérdida de coherencia, se impone un estilo de vida disociado y disociativo, con los tiempos abruptos de la fuga maníaca. La palabra está en fuga, los adultos capaces de ejercer la autoridad están en fuga, los marcadores de fronteras o criterios de diferenciación [...]

La fuga de la función paterna, viene operando, en fin, a modo de fuga psicógena, en la cual hay pérdida de identidad, despojamiento del pasado y del futuro: todo es aquí y ahora, de cualquier modo, sin otras coordenadas más que la de los fenómenos confusionales. [4]

Finalmente tenemos al paleontólogo Allan Grant de Parque Jurásico, el hombre que no ejercerá como padre, como queda claro en Parque Jurásico III, donde su figura vuelve a ser protagonista. No deja de ser curioso como se inicia la película en este sentido: le vemos jugando con un muñeco de dinosaurio con un niño... Momentos más tarde Ellie Sattlet, la paleobotánica de Parque Jurásico I, aparece con un bebé en los brazos, para instantes después comprobar que son los hijos de Ellie con otro hombre. En todo caso, casi todos ellos se refugian en su mundo profesional (ideal para padres a la fuga o los que directamente no quieren acceder a la paternidad) o en una resignada desesperación vital (padres con sensación vital de fracaso).

- Sobre la función paterna.

Recordemos que tres son las operaciones básicas de la función paterna:

- Prohibición: que implica la resignación del deseo del niño por la madre.
- Separación: que implica el corte madre / hijo
- Tutelaje: partiendo de la ejecución de las otras dos operaciones, se inicia la función de guía y protección del padre.

Como sabemos las dos primeras son operaciones estructurales, están implícitas en la función paterna dentro de la estructura familiar, si bien para que esta se ejecute se necesita el reconocimiento materno del padre como ley. Una parte de la efectividad de estas operaciones, así como especialmente la de la tercera, estarán también en función de como el padre ejerza su paternaje, es decir, de aquello que se sitúa en lo personal y que está más allá de lo estructural. Más allá de las fallas estructurales que pueden complicar la función paterna, como, por ejemplo, el no reconocimiento materno del padre como ley, la crisis a la que nos referimos hace referencia al ejercicio de la paternidad o paternaje como hombre y que pone de relieve, como vamos a ver, que la crisis de la función paterna está íntimamente relacionada con precisamente qué significa "ser hombre". Son padres que como hombres eligen la confusión propia antes que intentar conocer-se y quizá tener que enfrentarse a la imagen con pies de barro que se han construido acerca de su masculinidad

Relación padre-hijo en After Earth (2013)

- Crisis de la función paterna... ¿pero qué crisis?

Para comenzar, es fundamental señalar un factor clave, a mi entender poco analizado, y que marca la realidad psíquica de la vida de los hombres: la identidad masculina se configura en la necesidad de separarse/distanciarse de la madre, de todo lo vivenciado con ella en los primeros años de la vida y de lo que la madre, la mujer, se ha visto obligada a representar –la feminidad– que es connotada de modo devaluado y en oposición a la cual se configura la masculinidad, a la que se le adscribe una supuesta superioridad. [5]

Creo que esta es una reflexión importante para comprender que la crisis de la función paterna se refiere actualmente al rol que la mujer juega en la civilización occidental y a la presión que la propia sociedad crea sobre los hijos. Desde un cierto punto de vista la función paterna probablemente siempre ha estado en crisis, probablemente también la función materna y por ende la propia estructura familiar, porque tanto la función paterna como la materna se fundamentan sobre lo que significa ser hombre o ser mujer. De la misma manera que Lacan dijo aquello de la pregunta histérica ¿qué es ser mujer, si no es ser madre?, parecería que podríamos tener un equivalente masculino que dice ¿qué es ser hombre, si no no ser padre?¿Cómo si no es que el padre se configura tanto con la ausencia y el abandono?

Curiosamente, en este sentido, la película Invasión nos da una ligera pista sobre este tema. Tucker, el padre ausente de Oliver se hace presente - como duplicado alienigena - como pura ausencia, vaciado de todo contenido. En cierta manera, el Tucker alienigena responde a la función paterna clásica, que no por clásica ha sido menos crítica y que el trabajo María Asunción González pone de manifiesto:

Tal precaria «construcción» (correspondiente al binomio fálicocastrada, que Freud señalara) va a suponer que la identidad masculina se configure de modo defensivo, en oposición a, y, por tanto, dominada por la negación de la dependencia, la fragilidad, la vulnerabilidad que representan los sentimientos más primitivos de todo ser humano y que se vivencian de modo más acusado en los primeros años de la vida. Etapa ésta en que la propia existencia, la satisfacción de las más elementales necesidades –emocionales y materiales–, están en completa dependencia del Otro, la Madre que, por tanto, representa el Poder absoluto (Vida y Muerte: Amor y Temor), poder que será adscrito al Padre posteriormente, en consonancia con todo el proceso histórico-simbólico señalado, como el psicoanálisis ha descrito exhaustivamente. 

Con la negación de tales sentimientos, al colocarse del lado de una presunta Potencia, seguridad, fortaleza, independencia, el varón rehuye la introspección, la atención a la subjetividad (la propia y la de los otros) porque la «mirada hacia dentro» le descubriría la falacia de su posición. [6]


Tucker con Oliver en Invasión.
Así, eso que he llamado función paterna clásica se ha basado en el postulado también clásico del patriarcado acerca de la superioridad del hombre sobre una mujer devaluada y menospreciada y con una configuración paterna que encarnaría la Ley ejercida desde la autoridad y la amenaza sobre los hijos, obviando los aspectos afectivos, emocionales y cuidadores que del rol, obviamente, también son necesarios y deseables. Lo devastador de ese ejercicio de la función paterna queda puesto de manifiesto en el siguiente comentario:

Su función paterna era realizada desde ese lugar y la identificación de los hijos a tal patriarca pasaba por la sumisión durante la infancia, y la identificación con el agresor después –sin abandonar la sumisión frente a los poderosos–, apenas ingresaban en el grupo superior de los varones. El ejercicio del poder sobre todas/todos los considerados inferiores les ha permitido a los varones velar/escatimar defensivamente tal precaria identificación con el padre, más basada en el temor que en el vínculo emocional: el afecto, el cuidado, la comunicación... [7]

El punto al que antes hacía mención M. A. González es cierto, y es precisamente una de las incógnitas del "ser hombre", un ser que se elabora como oposición a lo materno y, por extensión, como oposición a lo femenino (tan patente en el machismo). Y esa elaboración por "oposición a", una elaboración fundamentalmente reactiva, es con lo que los hijos varones se han venido identificando. Pero dicho esto, es justamente en ese punto donde se afianza la forma actual de la crisis de la función paterna, para diferenciarla de la crisis patriarcal, como la que no encuentra adecuación a las transformaciones sociales que han sobrevenido con los cambios en el rol de la mujer en la sociedad y la familia y con la presión que los propios cambios sociales implican sobre los hijos.

Observemos los casos de nuestros padres-protagonistas antes citados. ¿Qué determina que sean exactos modelos de "padres a la fuga"? Hay una profunda contradicción entre el ser hombre elaborado desde el modelo patriarcal como "oposición a lo femenino" con las necesidades que los cambios actuales implican en el hombre como padre. Veamos:

En el pasado, la paternidad ha contado con todo el apoyo legal y consuetudinario (en el que pueden incluirse algunos de los ritos de la couvade) que suponían un reconocimiento/refrendo de la posición incuestionada del poder paterno/masculino dentro y fuera de la familia. Pero, con el decaimiento del modelo del patriarca, ha emergido la dificultad de buena parte de los padres para: 1) Adaptarse a la pérdida de la autoridad absoluta y redimensionar su papel en consonancia con las reales aportaciones de ambos padres (en el ámbito económico, laboral, trabajo doméstico, emocional), y para ser capaz de sustituir el autoritarismo con los hijos por la firmeza. 2) Acomodarse a los cambios (de valores, aficiones, reivindicaciones de derechos) que le plantean la mujer y los hijos e hijas. 3) Integrarse en la dinámica familiar no tanto con el mando como con la cooperación, la responsabilización, la cercanía emocional, el asesoramiento no coercitivo. [8]

Roy Neary, Ray Ferrier, Jackson Curtis, Ian Malcom, Tucker... todos ellos se hallan en los principios de las películas respectivas como padres a la fuga, padres que han depuesto su función. Pero si observamos con más detalle veremos además la tensión existente con sus respectivas ex-parejas o aun parejas en especial en relación a los hijos. Esa tensión da testimonio de un conflicto esencial en esos cambios que se han venido produciendo, y es que esos padres a la fuga huyen porque en su relación se manifiesta un elemento clave que estos cambios han puesto de manifiesto:

a cómo está ubicado en la relación con la esposa-madre, ya que, como afirmaba CLERGET (1992), el lugar paterno no existe sino por el vínculo que un padre mantiene con la madre, quien «da padre» a su hijo. Y ese difícil lugar, que no le viene dado por su otrora inflacionado papel biológico, sino que le remite –nuevamente, angustiosamente– a la dependencia del vínculo con una mujer, deja al descubierto, una vez más, al escultor hecho de barro, propiciando la huida negadora en lugar del acercamiento o la adecuación a (el deseo de) la Otra, una mujer que reivindica cambiar su posición de objeto (de demandas sin fin =madre) a la de sujeto, aunque también, a veces, sólo se ubica como Gran Madre. [9]

La tensión entre padre, madre e hijos (La  guerra de los mundos, 2005)
Dejamos para una reflexión posterior esa indicación de las mujeres que se ubican como Gran Madre, o como "sólo madre", pues este constituye el lado sombrío de la maternidad. Recordemos, a modo de ejemplo, a madres como las vistas en este blog en Los pájaros de Hitchcock o El cisne negro. Ejemplos de este tipo de madre son también las mostradas en La pianista (Michael Haneke, 2001) o Llámame Peter (Stephen Hopkins, 2004). No deja de haber en algunas madres de nuestras películas algo de ello, como observamos especialmente en Carol Bennel (Invasión), y más desdibujadamente En Kate (2012) o en Mary Ann (La guerra de los mundos).

- El ritual de paso inverso: un ritual para padres en fuga.

La función de los "ritos de paso o de iniciación" permiten simbolizar en las sociedades tribales la transición en los jóvenes varones que va de la infancia y el vínculo materno a pasar a formar parte del mundo masculino adulto. Generalmente estos ritos se han caracterizado por su dureza e incluso por su peligro y crueldad... Un aspecto que podemos observar en esta forma en que se dan los ritos de paso es que el apartamiento del mundo materno se ha caracterizado en el hombre por dos elementos clave: la represión del miedo y la represión del dolor, lo que ha implicado una general represión de su mundo emocional. Probablemente ese es el sentido de esa dureza, acompañada en ocasiones de peligrosas y crueles pruebas, y que no es más que sobrepasar a través de ellas el miedo y el dolor a abandonar la seguridad del mundo materno que constituye en sí misma una enorme fuerza apego. Una lectura moderna de este comportamiento que, aunque parecido se aparta del rito precisamente porque no hay rito, y también porque se relacionan con la ausencia del padre - los ritos requieren del padre patriarca - y un exceso de fijación materna, son los comportamientos compulsivos demostrativos de masculinidad:

También en los años cincuenta, un conocido teórico de la familia, Talcott Parsons, aludía a otras consecuencias que generaría la ausencia paterna en la masculinidad de los hijos: una intensa fijación a la madre y la consiguiente necesidad de desarrollar una masculinidad compulsiva, que le impelerían a interesarse por pruebas atléticas, proezas físicas, en definitiva por actividades valoradas en las que destacarían sobre las mujeres. Podríamos ponerle nombres actualizados a esas obligadas proezas masculinas señaladas por Parsons –a las que aludimos anteriormente denominándolas efectos boomerang del falo–, que conservan, sin embargo, el mismo sentido: el fisioculturismo, la pasión por el automovilismo, motociclismo, otros deportes y actividades de riesgo en general, que generan, por ejemplo, la mayor causa de mortandad en jóvenes (4 veces más en los varones que en las mujeres), debido a accidentes de tráfico por exceso de velocidad e imprudencia temeraria. [10]

Pues bien, una característica de estas películas de catástrofes, es que la catástrofe es el ritual en cuestión. Pero en este caso no es un ritual para los hijos sino para esos padres en fuga, un ritual tan brutal como los otros, pero estos encaminados a realizar una operación inversa: la de devolver al hombre su mundo emocional y afectivo. Tanto para nuestros protagonistas, como para sus hijos, la catástrofe es un auténtico descenso a los infiernos en cuyo pasaje se producirá el desarrollo de las funciones paternales que tienen más que ver con el paternaje real y que quedaron definidos en la nota 5 y que implican el desarrollo de las capacidades de protección, ternura y amor sin que esto implique dejar de ejercer la firmeza necesaria como padre ante un hijo/a. Es más, el posible ejercicio de la firmeza desde el amor evitaría a nuestros hijos las difíciles experiencias de la indignidad y la humillación con las que el padre patriarcal ejerce su autoritarismo y dispensa sus castigos.

Jack Hall (El día de mañana) al rescate de su hijo Sam

De la misma manera que, ya sea por el efecto de un padre del modelo patriarcal, ya por el exceso de fijación materna por un padre a la fuga, o ya por efecto de la mujer identificada con la "Gran Madre", la separación del mundo materno se ha fundamentado en la represión del miedo y del dolor en el hombre como "oposicion a" ese mundo más maternal basado en la protección, la ternura o el cariño, no es  ningún dislate imaginar que un nuevo rito representado por la catástrofe puede despertar el mundo emocional que un paternaje adecuado requiere hacia sus hijos.

Ray con sus hijos Rachel y Robbie.

- Preguntarse como ser padre es también preguntarse cómo ser hombre.

Es por todo esto que me parece importante esta vinculación del ser padre con el ser hombre en tanto en cuanto la función paterna nos interroga sobre nuestro ser hombre. Un padre a la fuga lo que pone de relieve es que huye de sí mismo a la hora de enfrentarse a cómo es su ser hombre. Elige la confusión, el no ver para no contactar con su propia vulnerabilidad y dependencia y las emociones con ellas relacionadas. Podríamos decir de los padres a la fuga que, finalmente, también son hombres a la fuga.

En nuestras películas sólo el extremo de la catástrofe (cruento y violento como los rituales de iniciación) puede liberar a algunos de nuestros protagonistas a su componente emocional que es la que lo convierte finalmente en un auténtico protector, tutor y guía de sus hijos. Observemos en algunos de ellos su evolución durante el tránsito por la aventura catastrófica con su cada vez mayor sensibilización hacia sus hijos donde ya se aprecia que su autoridad se ejerce desde el amor que también sienten por ellos.

Jackson Curtis con su hija en 2012.
El camino de todo ser humano, cuando deja de huir, es un camino que tiende hacia la totalidad, y planteado esto en términos de ser padre y ser madre lo podemos aplicar a las cuestiones de si "una mujer es sólo madre" o un "hombre es no padre". Esta totalidad convierte estas frases en una "mujer es más que madre" y un "hombre es también padre". Y esta misma totalidad es la que nos tiene que permitir re-eleborarnos como mujeres y hombres que se configuran unas planteando su ser mujer como ser el objeto de deseo del hombre y el ser madre, y otros no elaborando su ser hombre sólo por "oposición a" lo femenino y abriendo su mundo emocional y afectivo como elementos también fundamentales del paternaje. Hay un momento de la película El día de mañana donde Sam le cuenta a Laura (Emmy Rossum) - la chica que le gusta - lo siguiente, tras preguntarle esta por sus vacaciones favoritas:

Sam: Fui a Groenlandia con mi padre en uno de sus viajes hace unos años... y el barco se averió y encallamos. Llovía sin parar.
Laura: Parece muy aburrido.
Sam: Pues fue muy bonito. Mi padre y yo colgados allí durante diez días...

Este breve y sencillo extracto pone de relieve lo que un hijo necesita con su padre: INTIMIDAD.¿Pero qué intimidad va a tener un padre con su hijo si no la tiene consigo mismo como hombre? Es el potencial de un hombre para la intimidad lo que realmente le confiere autoridad hacia los hijos. Esa intimidad que no exenta de firmeza se maneja con el límite y el amor en mutuo apoyo no perdiendo nunca de vista que en el ejercicio de la firmeza no puede estar la falta de respeto. Incluso la sanción o castigo - como trasngresión del límite - puede ser puesta con respeto y amor de tal manera que el hijo tema la sanción por la coherencia paterna y no al padre en sí mismo como autoridad tiránica o perversa (como padre saturnal como vimos en el comentario a El hombre lobo y la naturaleza de la violencia pulsar aquí pare acceder a la entrada -). Creo que éste es un tema fundamental del ser padre que una vez más afecta al ser hombre... ¿Cómo ser hombre asumiendo la propia vulnerabilidad, los propios miedos y temores sin caer en el menosprecio que, generalmente, un superyó tiránico nos impone a lo que se supone que "debe ser un hombre?

Noé, 2014
En este sentido me parece interesante la propuesta de la, en ciertos aspectos, tan justamente discutida Noé (Noah, Darren Aronofsky, 2014), en la que su director, en su particular y libre visión del mito del diluvio y de Noé con su Arca, nos presenta un Noé (Rusell Crowe) torturado por su fidelidad a la exigencia de Yahvé, un auténtico superyó tiránico, un padre perverso, gozante que exige muestras de fidelidad exigiendo sacrificios, y al que finalmente no sigue cuando llega el momento de matar a las hijas de Ila, su hija adoptiva: triunfa finalmente el amor por su hija y sus nietas antes que la fidelidad al deber de lo que se supone que se debe hacer. Triunfa la posibilidad en el amor ante el fin del castigo. Una curiosa muestra más, como diría Erich Fromm, de que "si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia podría muy bien, provocar el fin de la humanidad". 

Justamente lo que encontramos en algunos de los padres de nuestras películas es el rechazo de la intimidad por el miedo al cuestionamiento de sus hijos (y también de la mujer, aspecto éste que ocultaba la tradicional superioridad y autoridad patriarcal). En éste sentido, me parece muy interesante el siguiente comentario:

Entre las perturbaciones relacionadas con el miedo, podemos determinar:

1) El miedo paterno a la falta de amor y de cariño, así como a la pérdida de aprobación filial.
2) El temor parental a la agresión, al descontento filial y en general a todas las reacciones de malestar de los hijos ante las frustraciones (no sólo inevitables sino necesarias) que acarrea el NO como organizador del psiquismo y como garantía de integridad psíquica.
3) El miedo de los padres al establecimiento del conflicto con los hijos.

[...]

Y, en este pasaje del miedo al padre al miedo al hijo – tiempos del “terror” mediante – subyace el padre que desiste de la ley, desdibujándose, fugándose como representante de la ley, que expresa este miedo al hijo. Si antes había que temerle, estructuralmente al padre, y esto se ha ido diluyendo… ¿a dónde habrán ido a parar, entonces, el miedo y la angustia que en última y primera instancia eran angustia y miedo a la castración? Nos preguntamos, en fin, si la ausencia del Miedo a la Autoridad, hoy tan peligrosamente generalizada, no será una de las razones de mayor incidencia en el incremento de las fobias o de las neurosis de angustia, o de esta moda ya no tan reciente de los ataques de pánico. [11]

Veamos, a modo de ejemplo, un extracto de las siguientes escenas entre Roy Ferrier y su hijo Robbie:

Robbie: Si tuviéramos pelotas volveríamos atrás y nos cargaríamos una de esas cosas (refiriéndose a una de las naves invasoras)
Ray: Claro... Pero ya tomo yo las decisiones importantes.
Robbie: Y cuándo vas hacerlo Ray, al paso que vas nunca...
Ray:¡¡Oye, deja ya el ray de los cojones!! ¡Soy señor, o papa, o mejor señor Ferrier! Suena un poco raro, pero tu decides.
[...]

Ray: Cada vez que no queráis hacerme caso, pienso decirle a vuestra madre que no me hacéis caso.
[...]

Robbie: ¡¡Nunca te ha importado una mierda lo que he hecho!! [...] ¡Oye, por qué no nos dices la verdad! ¡No tienes ni idea de donde ir! ¡Quieres demostrar que eres más listo que nadie! ¡Sólo quieres ir a Boston porque crees que mamá está allí! ¡Y si está allí nos dejarás tirados con ella y así sólo tendrás que preocuparte por ti que es la única cosa que te interesa! 

Y ante la presencia de Ray su hija Rachel increpa a Robbie diciéndole:

Rachel: ¡¡Robbie!! ¿¡A dónde quieres ir ahora!? ¿¡Por qué te quieres ir!? ¿Quién se encargará de mi si te vas?

Esas son muy bien las escenas que un padre teme.

Finalmente decir algo del caso que nos muestra el paleontólogo Allan Grant. Éste nos deja un cierto lugar para el pesimismo y es que... ¿Puede un rito, por duro que sea, flexibilizar definitivamente la estructura de carácter en un hombre? Allan Grant parece mostrarnos que no. Que el acercamiento de los niños que tuvo en Parque Jurásico I no fue suficiente para acercarle a ellos como padre, tal y como se nos muestra en Parque Jurásico III. Y como en los cuentos clásicos, como ya vimos en las historias de parejas de la década de oro de la ciencia ficción de los años 50, en todos los casos las películas no nos hablan de como siguió la cosa tras el "rito del desastre". En un momento de la película Parque Jurásico III se establece esta conversación entre Allan y el joven Eric:

Allan: Tus padres están aquí, han venido a buscarte.
Eric: ¿Juntos?
Allan: Juntos...
Eric: Que peligro... No se llevan nada bien
Allan: Te sorprendería de lo que es capaz la gente cuando no tiene más remedio.

Es decir, que cuando las cosas vuelvan a la "normalidad" y tengan aparentemente remedio... ¿Qué ocurrirá?

Esta nota pesimista es la que parece aportar el protagonista de Señales del futuro, el astrofísico John Koestler a quien los alienigenas-angélicos al final de la película le prohíben subir al arca con su hijo en una reinterpretación, una vez más, del mito del arca de Noé que también aparecía en la versión moderna de Ultimatum a la Tierra, y en la que Klatu finalmente vuelve a apostar por la posibilidad del amor antes que el fin del castigo, mientras que los alienigenas-angélicos parecen apostar por la continuidad que se apoya en el sacrificio de lo viejo. En todo caso, si me gustaría acabar este comentario con otro momento donde Allan Grant hablá con Eric acerca de lo que dijo a Billy, su colaborador aparentemente desaparecido bajo las garras de los pterodones, cuando este cogió dos huevos de velociraptor que llevó a que la manada de velociraptores les persiguiera para recuperarlos:

Eric: Siento lo de Billy
Allan: ¿Sabes que fue lo último que le dije... Le dije "Billy, eres igual que las personas que levantaron este lugar... y no era cierto, Billy era sólo joven. Yo tengo la teoría de que sólo hay dos clases de jovenes, los que quieren ser astrónomos y los que quieren ser astronautas. El astrónomo, o el paleontólogo llega a estudiar estas maravillas desde un posición de seguridad plena...
Eric: Pero nunca llega a ir al espacio.
Allan: ¡Exacto! Es la diferencia que hay entre imaginar y ver, tener la posibilidad de... tocar. Eso es lo que pretendía Billy.

Una vez más, como en Parque Jurásico I, Allan se da cuenta de su error al juzgar antes que comprender y, en todo caso, acompañar y ensañar. Allan quizá es aquel que nos muestra un poco el camino que ahora nos toca andar a los hombres y, por lo tanto, también como padres: dejar de ser astrónomos y pasar a ser astronautas.

PULSA AQUÍ PARA VER PARTE I DE ESTE COMENTARIO.

_________________

[1] Marieta Gargatagli. "Jorge Luis Borges: el padre literario." en Figuras del padre. Editado por Silvia Tubert. Ed, Cátedra, pág. 255
[2] Knibhieler, Yvonne. "Padres, patriarcado, paternidad" en [Ver nota 1] pág. 135
[3] Fernández, Tomás. Sueños del ayer, pesadillas del mañana en El cine de ciencia ficción. Explorando mundos. Ed. Valdemar / intempestivas, pág.
[4] Acquesta, Miguel Ángel y Vergel, Graciela.El síndrome de la función paterna en fuga. Revista Hologramática, nº 12, Vol. 3, págs. 73-83.
Artículo disponible: http://www.cienciared.com.ar/ra/usr/3/514/hologramatica_n12vol3pp73_83.pdf.
[5] González, Maria Asunción. La crisis de la función paterna, el nuevo lugar/deseo de las mujeres y el ejercicio de la parentalidad. Artículo disponible en http://documentacion.aen.es/pdf/libros-aen/coleccion-estudios/salud-mental-diversidad-y-cultura/parte2-infancia-adolescencia-y-familias/153-la-crisis-de-la-funcion-paterna.pdf.
[6] Ídem anterior
[7] Ídem anterior
[8] Ídem anterior
[9] Ídem anterior
[10] Ídem anterior
[11] Ver nota 3




DECÁLOGO 6 (Krzysztof Kieslowski, 1990): No cometerás adulterio.

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IDEALIZACIÓN Y DESCREIMIENTO EN EL AMOR.

No cometerás adulterio (Éxodo, 20, 14)

Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón (Mt, 5, 27-28)

Decálogo 6 puede abordarse desde distintos puntos de vista y, en este sentido, creo que la música de Zbigniew Preisner es una referencia que los envuelve a todos ellos. De su música hablaremos más tarde. Antes de empezar con el tema que nos ofrece su argumento, Decálogo 6 también nos permite reflexionar un poco sobre el papel de la mujer en la serie en general. Tenemos ahora ya varios referentes con Dorokta de Decálogo 2, Ewa de Decálogo 3 y Anka de Decálogo 4, a la que ahora se unirá Magda de Decálogo 6. Es un referente contemplado desde la perspectiva masculina. Algo que seguiremos observando en Decálogo 7 y Decálogo 9. En su análisis de la serie, y citando el trabajo de Alicja Helman [1], dice Zizek al respecto:

El Decálogo se centra en lo masculino: casi todos sus relatos son contados desde la perspectiva de un héroe masculino, y las mujeres se ven reducidas a su papel estándar de causantes de estallidos histéricos que alteran la calma del héroe masculino. Las mujeres son excesivas, un peligro para ellas mismas y para los demás:  son infieles y se vuelven contra sus maridos cuando estos están vulnerables (cuando tienen un cáncer como en Decálogo 2, o cuando son impotentes, como en Decálogo 9); como femme fatales, humillan al chico inocente que se enamora de ellas (como en Decálogo 6). En Decálogo 3 y 4, la heroína protagoniza un espectáculo histérico que dirige al hombre una demanda excesiva e incondicional: el examante debe abandonar su familia el Día Sagrado para ayudarla a encontrar a su marido; el padre tiene que hacer frente a la provocación incestuosa de su hija. [2]

Todo lo contrario de lo que ocurrirá posteriormente en películas como La doble vida de Verónica o la trilogía de Tres colores, donde el acercamiento a lo femenino es mucho más intuitivo, sutil y bello. Probablemente tenga que ver con una evolución del propio Kieslowski hacia la mujer y el mundo femenino. Sin embargo, creo que la lectura de género también puede centrarse en dos tendencias que las definen: el exceso femenino y el miedo masculino.

Pero volviendo a Decálogo 6 y abundando en este tema...

Kieslowski comenta sobre la amplia utilización de planos subjetivos de la siguiente manera: Vemos la acción desde el punto de vista de la persona que está amando y  no de la persona que es amada. La amada es meramente fragmentos, un objeto. Por ellos, las dos terceras partes de la película se representan a través de los ojos de Tomek. [3]

I. SOBRE LOS PROTAGONISTAS DE DECÁLOGO 6.

Decálogo 6 nos plantea la historia de Tomek (Olaf Lubaszenko), un joven de diecinueve años que está perdidamente enamorado de su vecina Magda (Grazyna Szapolowska), a la que como voyeur observa desde un catalejo en su apartamento. Las caracterizaciones de ambos personajes responden un tanto a esa diferencia de género a la que antes aludía. Tomek es un chico huérfano que vive con la madre de un amigo que está con los cascos azules en Libia. Fue ese amigo quien le habló de Magda: "Una mujer... Una tía buena que echa muchos polvos". Fue él también quien le mostró la ventana donde mirar y quien le dio unos prismáticos que luego substituye Tomek robando un catalejo.

Tomek
Tomek, que en varios aspectos responde a las líneas de carácter de la personalidad voiyeur, es un muchacho muy tímido, sin más amigos que el citado, sin novia y que trabaja en una estafeta de correos donde falsifica giros postales que pone en el buzón de Magda para que vaya y así poder verla de cerca. Tomek no sólo la observa y falsifica giros, también le retiene el correo de un ex-amante que se fue a Australia y le envía unos técnicos de gas para que interfieran cuando ella está a punto de tener relaciones sexuales con uno de sus amantes... Finalmente, y para verla aun un poco más, se acoge a un pequeño empleo matinal de repartidor de botellas de leche con el único objetivo de dejarle la botella de leche en la puerta. Toda su vida parece girar alrededor de Magda.

Tomek observando a Magda
Hay de hecho una transición en la actitud voyeurista de Tomek (quien, como ya hemos dicho, se acerca a las características de la personalidad voiyeur de joven adolescente tímido con dificultades para iniciar o mantener relaciones de pareja) que se caracteriza por el abandono de la masturbación mientras observa, y que determina el paso de la satisfacción sexual al de la idealización amorosa. Veamos cómo nos lo muestra el siguiente diálogo:

Magda: ¿Qué más sabes de mí? Dime que ves cuando tengo compañía.
Tomek: Hace el amor. Solía observarla cuando hacía el amor. Ahora ya no tanto.
Magda: Eso no tiene nada que ver con el amor. Dime que hago en esas ocasiones.
Tomek: Se quita la ropa. Y la de ellos. Se la quita. Entonces se tumban en la cama. A veces en el suelo...
Magda: ¿Dónde más?
Tomek: En la cocina. Ud. cierra los ojos y levanta los brazos
Magda:¿Cómo? - Tomek mueve sus brazos -. ¿Alguna vez has tenido novia?
Tomek: No.
Magda: ¿Te tocas mientras me espías cuando hago el amor con alguien?
Tomek: Antes lo hacía, pero ya no.
Magda: ¿Sabes que es pecado?
Tomek: Si, pero ahora solo pienso en Ud.

Ese dejar de tocarse para solo pensar en ella es el paso a la idealización amorosa, y que conlleva en Tomek esa especie de retraimiento de la satisfacción sexual.

Magda, por el contrario, es ya una mujer madura, artista de profesión, suele tener habitualmente relaciones sexuales con amantes, algunos mas ocasionales que otros, y que en una fase de la película se nos muestra como una persona descreída del amor.

A pesar de sus relaciones se aprecia en ella la desesperación de la soledad y un más que probable refugio en el contacto sexual como sucedáneo de su necesidad afectiva y que, en cierta medida, amplifican aun más dicha sensación de soledad.

Magda.
Como vamos a ver, ambos, Tomek y Magda, representan dos posiciones (idealización y descreimiento) con respecto al amor determinadas por dos momentos vitales bien distintos: la de un joven inexperto enamorado y la de una mujer madura cuya experiencia la lleva a la desesperanza y el descreimiento. Ambos, a su manera, experimentan la crudeza de la soledad:

Los críticos ven usualmente Decálogo 6 como una historia de amor, como un relato sobre un amor obsesivo no correspondido y destructivo, y la música romántica de Preisner enfatiza claramente este aspecto de la película. Kieslowski modifica la historia del cliché acerca de una mujer madura que lleva a cabo el papel de educadora sexual de un hombre mucho más joven en un juego de pares de opuestos como experiencia frente a inocencia o cinismo frente a ingenuidad, que retrata el encuentro de dos almas perdidas, dos personajes aislados... [4]

II. TOMEK Y EL AMOR IDEALIZADO.

En una escena posterior a cuando Tomek le confiesa a Magda que es él quien la observa y la acosa, y cuando le deja delante de la puerta la botella de leche y Magda la abre y le tumba sin querer, se establece el siguiente diálogo:

Magda: Me imaginaba que serías tú. ¿Quieres pasar? Estoy sola. No tienes mal aspecto. Vaya un luchador. - Tomek se levanta sintiéndose objeto de burla y se retira. Magda va luego hacia él - Dime ¿Por qué me espías?
Tomek: Por que la quiero... La amo.
Magda:¿Y qué es lo que quieres?
Tomek: No lo sé.
Magda: ¿Quieres besarme?
Tomek: No.
Magda: Quizá quieres que hagamos el amor.
Tomek: No.
Magda: ¿Entonces qué quieres?
Tomek: Nada.
Magda: ¿Nada?
Tomek: No. Nada... - Tomek parece irse, pero luego se da la vuelta y vuelve a Magda - ¿Te gustaría ir a tomar un café o un helado?

Tomek: Por que la quiero... La amo.
Inmediatamente la escena cambia y vemos a Tomek corriendo con su carro de leche contento por la cita que ha obtenido con Magda. Justamente en ese momento aparece, como ya viene siendo habitual en la serie, el ángel del destino, quien mira sonriendo la felicidad del muchacho. Sin embargo, su aparición no sólo es para mostrar la felicidad momentánea de Tomek, sino también para indicar el giro que se va a producir cuando la mujer que ha sido idealizada se va a transformar ahora en mujer de carne y hueso, cuando se produce el paso que va de la observación al contacto.

- ¿A qué responde la idealización?

¿Qué idealiza Tomek en Magda? Obviamente el amor de Tomek es un amor falso en tanto en cuanto responde a una visión idealizada de Magda y, en ese sentido, es producto de su narcisismo. No ha habido ni las circunstancias ni el tiempo para que se construya amor, puesto que éste necesita precisamente del contacto, de la relación y la convivencia. Por lo tanto, nos enfrentamos ante una proyección que Tomek realiza sobre Magda. En términos psicoanalíticos se diría que Tomek proyecta en ese enaltecimiento de Magda su propio ideal del yo. Magda, en ese sentido, es lo opuesto a Tomek: artista, asertiva, desinhibida... Observemos que en la idealización, el sujeto que idealiza busca la mirada del objeto idealizado como mirada de aceptación, también como mirada amorosa. De alguna manera busca hacerse digno de ese ideal que, por decirlo de alguna manera, ha encarnado externamente invistiéndolo en un objeto. La alegría de Tomek cuando Magda acepta su invitación es una primera manifestación de esto. Es como si el ideal del yo de Tomek le diera un primer atisbo de aceptación:

La idealización lleva a la exaltación del objeto y procura su completud del otro.Sólo los enamorados están seguros del Otro, creen que hay Otro del Otro: Un padre inmaculado que puede resguardarnos bajo su tutela amorosa. [5]

En términos psíquicos, los procesos de idealización amorosa se ven confrontados con la realidad del objeto idealizado. Veamos lo que le va a suponer a Tomek toparse con la realidad de Magda.

- La confrontación con la realidad.

Tras la confesión de Tomek a Magda de que la observa podemos destacar tres momentos de este acercamiento de Tomek a la realidad:

En un primer momento Magda, en lugar de cerrar las ventanas lo provoca diciendo que se ponga al teléfono sospechando que la observa... Tomek descuelga el teléfono y asistimos a la siguiente conversación:

Magda: ¿Estas mirando ahora?
Tomek: Si.
Magda: ¿Te has dado cuenta de que he movido la cama?
Tomek: Si
Magda: Pásalo bien.

Instantes después llega el amante de Magda y hacen el amor ante la mirada de Tomek. Luego observamos como ella le cuenta al amante que les están observando señalando hacia su ventana. El amante sale a la calle y le grita y le insulta y le dice que baje... Tomek baja y recibe un puñetazo que le deja un ojo morado.


El segundo momento, que ya vimos antes, es cuando Tomek sube a dejarle la botella de leche y Magda, al abrir la puerta, le tumba. Hay que destacar aquí el momento en el que ella se burla del "luchador" que es, en referencia a su encuentro con el amante de la noche anterior. De ese momento, y cuando él le manifiesta que la ama, surge el encuentro para tomar un café, donde Magda le avergüenza una vez más cuando al pedirle que le tome la mano le observa su falta de experiencia mostrándole como lo hace otra pareja...



El tercer momento surge después de tomar el café (donde Magda ya le observa su falta de experiencia al tomarle la mano y acariciarla), cuando juntos en el apartamento de Magda esta se revela como una femme fatale que humilla a Tomek... Tras hablar sobre lo que sabe de ella y sobre que veía cuando la espiaba (lo vimos más arriba, en el primer diálogo de este comentario), la escena toma un giro cuando ella empieza a acariciarle el pelo diciéndole:

Magda: Ahora no digas nada... Sabes que no llevo ropa interior, ¿verdad...? - Tomek asiente con la cabeza - Cuando una mujer desea estar con un hombre se humedece. Y así estoy ahora mismo... Que manos tan delicadas - tomando las de Tomek  -. No tengas miedo - llevándoles sus manos a sus muslos -

Tomek se excita cuando sus manos llegan a su sexo... Tanto que sufre una eyaculación inmediata. En ese momento baja la cabeza y llora. Surge entonces una Magda que actúa como una femme fatale humillando a Tomek sin ningún reparo:

Magda:¿Has terminado? ¿Te ha gustado? Ya ves, aquí tienes todo lo que representa el amor. Puedes limpiarte, hay una toalla en el baño...



Tomek sale corriendo desesperado del apartamento de Magda... Esta lo observa desde su ventana como se dirige hacia su apartamento y como, en ese momento, Tomek vuelve a cruzarse con el ángel del destino... Magda empieza a sentir remordimientos y es entonces ella quien coge unos prismáticos y observa a Tomek en su habitación... Éste apaga la luz y Magda, creyendo que tal vez la observe, coge el teléfono para señalarle que la llame... Pero Tomek no llama. Tomek se dirige en ese momento hacia el baño y llena de agua una palangana. Mientras, Magda escribe en una hoja grande "LO SIENTO, VUELVE, POR FAVOR". En la escena siguiente vemos a Tomek sacando la cuchilla de afeitar de una maquinilla. Magda coloca el papel en la ventana, pero mientras, Tomek pone las manos en el agua de la palangana y se corta las venas. Más tarde, cuando Magda se asoma a la ventana, ve una ambulancia salir de la puerta del edificio donde vive Tomek.



Y aquí, con el intento de suicidio de Tomek es cuando empieza la historia de Magda. Pero antes acabemos de reflexionar sobre la reacción de Tomek. Recordemos que al describir el proceso de idealización dijimos que lo que se proyecta en el Otro es el Ideal del yo y la búsqueda de su aceptación a través del amor. Es por ello que en Tomek se observa junto a su enamoramiento mucho miedo. Junto al deseo de la aceptación convive el miedo del rechazo, un rechazo que, obviamente, va más allá de Magda y que entronca ya no sólo con el ideal del yo, sino con la conjunción de éste con el temible superyó, que con la escena vista une el rechazo con el desprecio y la humillación, eso si, perfectamente encarnados en la acción de Magda. Esa reacción traumatiza a Tomek y le lleva al intento de suicidio. Vemos aquí el reverso temible de la idealización que, en el caso de nuestro protagonista, implica una crítica dimensión letal.

III. MAGDA Y EL DESCREIMIENTO DEL AMOR.

Decía que con el intento de suicidio es cuando empieza la historia de Magda. Su reacción hacia Tomek hay que entenderla desde la necesidad de destruir aquello en lo que Magda ya ha dejado de creer: el amor. Se observa eso en distintos momentos de la película. En el café que toman juntos se da el siguiente momento:

Magda:¿Recuerdas lo que me has dicho esta mañana? Dilo otra vez.
Tomek: Te quiero.
Magda: El amor no existe.
Tomek: Si que existe.
Magda: No.

Al final de la noche Magda parece querer demostrarle "físicamente" esto: Ya ves, aquí tienes todo lo que representa el amor. Sin embargo, hay una escena, que Tomek contempla a través del catalejo, en la que vemos a Magda salir del coche de su amante enfadada. Luego, al entrar en su apartamento, y mientras Tomek sigue observando, ella tras derramar una botella de leche se echa a llorar profundamente.


Creo que esta escena nos da una dimensión de la realidad de Magda y que Gabriel García Márquez define en su libro Memorias de mis putas tristes:"El sexo es para consolarnos del fracaso del amor". Magda experimenta en ese momento su profunda soledad. La soledad afectiva que hay tras sus encuentros con amantes en los que el amor es sustituido por el deseo y el sexo. Pero quizá ese dolor que Magda se niega a reconocer se desvela como la venganza sobre el Tomek enamorado. De hecho la relación entre Tomek y Magda tiene mucho de las características de las películas de la femme fatale, o como también dice Zizek de un slasher film [6]

Sin embargo, el remordimiento de Magda la acerca más a Tomek... Desde el instante en que ve la ambulancia, es ella la que empieza a mirar su ventana (en un cambio de rol de observador y observado) esperando verle en algún momento. Incluso llega a ir a la casa donde vive para llevarle el abrigo. Allí la madre del amigo que le cuida (quien también había observado por el catalejo cuando Tomek estaba en el apartamento de Magda) le cuenta que se lo llevó la ambulancia  pero sin decirle que se intentó suicidar... Y allí asistimos al siguiente diálogo:

Magda: ¿Ha salido?
Madre: No. Está en el hospital.
Magda: ¿Qué ha pasado?
Madre: Nada importante. Le darán el alta en una o dos semanas como mucho.
Magda: Me gustaría ir a verle. Sabe, se fue tan de repente de mi casa...
Madre: Ya lo sé.
Magda: Creo que... Yo... le hice daño-
Madre: Es mejor que no vaya a verle. Volverá pronto.
Magda: Dígame que le ha pasado.
Madre: Quizá ud. lo encuentre divertido. Pero el se enamoró de ud. Este es su catalejo, con el que la espiaba. Supongo que lo ha robado. Antes tenía unos prismáticos. Y éste es el despertador. Se lo pone a las 20.30. Ud, vuelve a esa hora, ¿verdad?
Magda: Más o menos
Madre: Se ha enamorado de la persona equivocada.
Magda: Si.
Madre: Yo cuido de él.
Magda: Ud. tiene un hijo ¿no?
Madre: Esta fuera. Cuando venga volverá a irse. Siempre ha estado huyendo algún sitio. Nunca ha querido quedarse aquí conmigo.Soy mayor. No tengo grandes necesidades  ni deseos. No me gusta estar sola. Quiero que alguien viva conmigo.
Magda: Buenas noches.

Por un momento Magda encuentra en esas palabras de ese madre su propio espejo: el espejo de su soledad. Por unos instantes se encuentra con su desesperada realidad, como cuando lloraba en la cocina quedándose dormida luego sobre la leche que derramó. Justamente en ese punto es cuando Magda se obsesiona con Tomek estando pendiente de su llegada, preguntando en la estafeta de correos,  hasta que un día, mientras observa su ventana ve la sombra de la mujer que le cuida tras las cortinas, y luego la sombra de Tomek. Vemos entonces su contento, aunque  a la mañana siguiente, cuando la mujer que cuida a Tomek pasa a dejarle la leche a Magda y ésta le pregunta si ha vuelto... la mujer le responde que no. Finalmente se dirige a la estafeta donde ve a Tomek sentado en su ventanilla. Ambos se miran... Ella entra y le sonríe... Tomek unos instantes después le dice: Ahora ya no la espío. Y acaba el episodio con la cara entristecida de Magda "mirando" a través del agujero de cristal, tal y como empieza la película con Tomek en el mismo plano.


IV. REFLEXIONES FINALES.

Obviamente la confrontación con la realidad ha acabado con la idealización de Tomek por Magda. Ha acabado con la imagen que el se forzó a  base de su fantasía, de sus sueños y anhelos, para encontrarse con una mujer que en el contacto le muestra una cara menos amable y que con su humillación acaba por traumatizarle. A Magda, le pone de relieve la soledad y la desesperación en la que finalmente vive, le desmonta su defensa, una negación para evitar el dolor de no sentirse amada y con ello, como ocurre con Tomek, el dolor de la humillación que su propio superyó le podría infringir. Su acción sobre Tomek demuestra la falsedad de su postura y su agresividad latente hacia el hombre que sólo la desea pero que no la ama y, probablemente, hacia sí misma por el rol que acepta asumir bajo una máscara de cinismo y descreimiento.

Decálogo 6 se resume en las siguientes palabras de Zizek:

Así pues, la fórmula resumida de la lección de Decálogo 6 será: no existe el amor (pleno, recíproco), sólo existe una INMENSA necesidad de amor... Cada encuentro amoroso concreto fracasa y nos devuelve a nuestra soledad. Tal vez sea que sólo cuando estamos enamorados somos capaces de enfrentarnos a nuestra soledad. [7]

Detrás de la música aparentemente romántica de Preisner para este episodio se encuentra ese elemento melancólico que suscita es INMENSA NECESIDAD DE AMOR. Y también el dolor del fracaso en el amor, del encuentro que finalmente desemboca en el desencuentro, y finalmente también en el dolor más de fondo de como ese inmensa necesidad de amor y el dolor del fracaso en el amor ponen de relieve el profundo rechazo que experimentamos hacia uno mismo: buscamos el amor que no encontramos en nosotros mismos. 

La música de Preisner para Decálogo 6

Encontramos en la melodía melancólica de Preisner esa soledad transformada en castigo como ausencia de amor donde se demuestra finalmente el poco amor, el  poco respeto y el profundo rechazo y auto-humillación que se siente por uno mismo, y que en Decálogo 6 se nos muestra en el intento de suicidio de Tomek (una acción claramente retroflectora o de vuelta contra sí), o en el refugio en el cinismo de Magda (una acción claramente deflectora ).

Cómo siempre ocurre con Kielowski, la puerta que se deja abierta es la del aprendizaje y a que nuevos horizontes éste nos lleva. ¿Qué habrán aprendido Tomek y Magda de su experiencia?

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[1] Helman, Alicja, Woman in Kieslowski late films en Lucid dreams: the films of Krzysztof Kieslowski by Paul Coates, Tadeusz Lubelski, Alicja Helman and Charles Eidsvik (Aug. 1998)
[2] Zizek, Slavoj, Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio, Debate, pág, 60
[3] Haltof, Marek. The cinema of  Krzysztof Kieslowski. Variations on destiny and chance. Wallflower press, citando a Katarzina Jablonska, pág. 120.
[4] Ídem anterior, pág.
[5] Gerez Ambertín, Marta. Sublimación, idealización y subjetividad. Biblioteca digital Universidad Autónoma Metropolitana. Xoximilco. Revista Tramas,  pág. 167
[6] El cine slasher es un subgénero del cine de terror que se caracteriza por la acción de un psicópata que asesina a adolescentes y jóvenes que se hallan fuera del control o supervisión de un adulto. Generalmente la víctima se halla relacionada con temas de sexo prematuro o consumo de drogas.
[7] Ver nota 2, pág. 14

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SERIE DECÁLOGO (pulsar título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.
Decálogo 5. No matarás. Estado, poder, ley y obscenidad.
Decálogo 6. No cometerás adulterio. Idealización y descreimiento en el amor.




INFIEL (TROLOSA, LIV ULLMANN, 2000): RADIOGRAFIA DE UNA INFIDELIDAD. Sobre el goce, los celos y la venganza.

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Vamos a tratar el tema de la infidelidad a través de una excelente película, Infiel (Trolosa, 2000) dirigida por Liv Ullmann con guion de Ingmar Bergman. Una película que cuenta además con una fotografía bellísima de Jorgen Persson y unas actuaciones sobresalientes entre las que destaca la de Lena Endre en el papel de Marianne, una de esas interpretaciones llena de matices para el recuerdo. Evidentemente ninguna película puede dar cuenta de la extensión del fenómeno de la infidelidad con sus múltiples manifestaciones, por lo que nos centraremos en el tipo de infidelidad que nos muestra la película de Liv Ullmann. En todo caso, y a mi juicio, se trata de uno de los más profundos abordajes sobre el tema dentro de lo que es una temática habitual del cine.

Empezaremos con la definición básica de lo que se entiende por infidelidad: el mantenimiento de relaciones afectivas y/o sexuales secretas mantenidas con personas ajenas en relación al vínculo asumido con otro y en el que su quebrantamiento implica la violación del compromiso moral establecido de fidelidad, ya sea hecho más o menos explícito, es decir, que en ese sentido:

No tiene mucha relevancia que el vínculo afectivo esté institucionalizado o no, desde el momento en que las vivencias psicológicas fundamentales son equivalentes, más allá de los matices o más bien las complicaciones que cada una de estas opciones - matrimonio o convivencia - puede llevar consigo. [1]

En infiel vemos a asistir a la historia del triángulo amoroso que formará Marianne (Lena Endre) con su amante David (Krister Henriksson) y su marido Markus (Thomas Hanzon) y las consecuencias que tendrá para todos ellos así como para Isabelle (Michelle Gylemo), la hija de Marianne y Markus. Es por esas consecuencias que la película se inicia con una larga cita del dramaturgo y escritor alemán Botho Strauss:

No hay ningún fracaso, ni la enfermedad ni la ruina profesional o económica que tenga un eco tan cruel y profundo en el inconsciente como un divorcio. Penetra hasta el núcleo de la angustia, resucitándola. La herida provocada es más profunda que toda una vida.

Cita que, a la luz de la película que vamos a tratar, hay que contemplarla desde la perspectiva de la infidelidad cuando es ésta el detonante del divorcio.

I. EL ARGUMENTO Y LOS PERSONAJES.

El anciano David (Erland Josephsson)
La película se presenta como la rememoración de David (Erland Josephson), un anciano guionista y director de cine (fácil imaginar al propio Bergman quien cedió su estudio en la isla de Färo para  su filmación), sobre un episodio de su vida en el que fue el amante de Marianne. El recurso cinematográfico que sirve para la narración de esta historia es el surgimiento de Marianne en el estudio de David como un personaje de ficción que luego adquiere su dimensión real cuando nos damos cuenta que fue la amante del mismo guionista en el pasado. Un recurso que permite profundizar en la rememoración de David al incluir la narración de la vivencia de Marianne, quien tras aparecer en escena le pregunta qué quiere. El anciano guionista (que el espectador aún no relaciona con David) le dice que primero de todo quiere que le hable de David. Así el personaje de David ya anciano se define a sí mismo cuando en un momento del diálogo con Marianne le dice:

Cuando se llega a los últimos momentos del crepúsculo surgen necesidades debido a que el tiempo se condensa sin piedad. Es como una atracción, como un torbellino. Emociones que habían sido olvidadas empiezan a removerse y, de repente, estoy buscando respuestas a preguntas que nunca me he planteado. Se han fragmentado mis deducciones…

David (Kister Henriksson)
Y es así como nos enteramos que David y Markus eran amigos. Ambos trabajaban en la ópera, uno como director de escena y el otro como director de la orquesta. La amistad era intensa y David frecuentaba la casa de Marianne y Markus a menudo. Su segundo matrimonio, con el que tenía dos hijos de seis y ocho años, era difícil. Más adelante, cuando el anciano David le pregunta a Marianne cuando empezó todo, ella nos cuenta que por aquellos días David ya se había separado y que bebía. También que se refugiaba a menudo en su casa y que su hija Isabelle le adoraba. Luego Marianne nos sigue ubicando a David:

Tiene 40 años, tiene mucho talento, imprevisible… Bueno, amable, bien… cuando quiere, porque a veces puede ser muy cruel, incluso violento cuando se siente acorralado. No tiene muchos amigos, tiene más enemigos que amigos. Pedantemente meticuloso y muy perfeccionista en su trabajo. Descuidado en su vida privada…

En escenas posteriores es  David quien se define a partir de su propia visión y con sus propias palabras. Así se nos muestra como un personaje torturado y con dificultad para las relaciones, un carácter obsesivo que, de alguna manera, ya previene a Marianne de sus peligros:

No tengo bastante con complicarme la vida a mí mismo que se la complico a los demás. A veces me pregunto si tendré algún problema grave. Quizá necesite terapia… porque no tengo una relación normal con la realidad, aunque sé como es y he aprendido a actuar como actúa la gente. Bueno, todos mis intentos sinceros de contacto con los demás acaban en fracaso. Siempre ha sido así, y supongo que simplemente tengo que resignarme a sus consecuencias. Ese es un papel que se desempeñar, incluso perfectamente si me lo propongo. Sin embargo hay, siempre hay un punto de vacío. Ya me entiendes… Y ese segundo de vacío es decisivo […]

Todavía debo decirte una cosa más… Llevo el fracaso conmigo, y no hablo de fracasos ocasionales. Toda mi vida es un desastre. A veces me pregunto porque estoy vivo, pero no soy un suicida […] Ojalá no fuera un hombre tan torpe y tan complicado, y eso por no hablar de lo cómico, aunque nadie se ríe y yo mucho menos. Y por si aún fuera poco soy desconfiado. No me fío de nadie. Tal vez el motivo sea que me falta confianza en mí mismo. Todavía puedo decirte más cosas. Estoy podrido por dentro.

La desconfianza, como aparece posteriormente, alcanza unos celos extremos que, en su caso, son también celos retrospectivos, es decir, celos por las experiencias afectivas y sexuales que la pareja ha tenido en el pasado.

Markus (Thomas Hanzon)
En cuanto a Markus, la pareja de Marianne, se nos presenta como un director de orquesta apasionado por la música, y es descrito – también en relación a su hija Isabelle - tal y como sigue:

El único problema fue cuando tuvo que elegir entre todo eso y optó por dirigir. ¡Le apasionaba! Era su vida… La pasión de su vida. La música era… se convirtió en puro placer. Isabelle está sentada a mi derecha escuchando atentamente. Me pregunto que debía sentir… Mi misteriosa hija… con sus sueños y sus cuentos. Se parece muchísimo a Markus. Tienen una relación muy especial que nos está vedada a los extraños.

Inmediatamente después de decir esto Marianne continúa: Mi asunto con David surgió de la nada. No tiene una explicación razonable. ¿¡Que locura se apoderó de mí!? ¿Hay alguna duda después de lo dicho en el párrafo anterior? ¿Realmente surgió de la nada? ¿Definir una relación padre-hija como una relación que  “nos está vedada a los extraños”? ¿Definir una pareja para quien la música es la “pasión de su vida”, para quien la música “se convirtió en puro placer”? Como más adelante se nos mostrará,+ Markus mantiene una relación edípica patológica con Isabelle a quien, hacia el final de la película, llegará incluso a proponerle el suicidio conjuntamente. Ese hombre para quién la música es la pasión de su vida, puro placer, hará de la venganza su nueva pasión tras desvelar la infidelidad de Marianne con su amigo David.

Marianne (Lena Endre)
Y en ese escenario tenemos a Marianne, una mujer atractiva, actriz de profesión y, aparentemente, con una familia feliz. ¿Qué locura se apoderó de ella? Decía antes si tras las palabras de Marianne sobre Markus podía haber alguna duda acerca de dónde surgió su historia con David. Su manera admirativa de expresarse encierra también su tristeza y frustración, su contrariedad (su expresión y tono de voz - en sueco - en la película es clara en este sentido)... En ese momento Marianne parece evocar lo que en aquellos días debía ser inconsciente en ella. ¿Cuál es su lugar en relación a Markus cuando su pasión es la música, su puro placer, y cuando la relación padre-hija tiene cotos vedados que la convierten en una extraña? Parece claro que la historia con David le permite resignificar su lugar en relación al hombre y pasar a ser su objeto primordial de deseo así como su centro afectivo. Papel que le ofrece un David solitario, torturado, aparentemente frágil y vulnerable. Observamos esa necesidad cuando en una escena Marianne le cuenta al anciano David que su relación sexual con Markus era muy buena: "decía que era mejor hacer el amor conmigo que dirigir La consagración de la Primavera de Stravinsky. Algunas veces... algunas veces cuando hacía el amor con Markus perdía la cabeza, hasta la conciencia."

Es en este contexto en el que se desarrolla el argumento de Infiel. Atraída por David le plantea la posibilidad de verse en París puesto que ella tiene una beca para ir a Paris. Su nivel de autoengaño se manifiesta cuando le dice a David que lo suyo sólo es una diversión...

II. INFIDELIDAD, ENGAÑO Y TRAICIÓN.

Es muy simple cariño, me han concedido una beca y me voy a ir a Paris una temporada. Es perfecto, Markus estará en Los Ángeles e Isabelle va a quedarse con su abuela y tú, mi David, sólo por pura casualidad, también podrías tener que ir a Paris a ver a un escenógrafo o algo así... Es perfecto. Markus sabrá que estamos en París y que vamos a coincidir, no tenemos ninguna razón para ocultárselo. Nada de enredos extraños, nada de mentiras. No tiene por qué haber sospechas ni celos [...] Puede ser así de sencillo y apasionante. La vida no tiene por qué ser una serie de desastres. Hay cariño y afecto, cosas agradables.



Marianne nos plantea en su proposición el tema por esencia de la infidelidad: el engaño. Ya no sólo el engaño como ocultación de una relación, sino también el engaño planificado (es curioso que diga "nada de enredos extraños, nada de mentiras). Sigue así el momento en el que cenando con Markus, ambos le plantean la coincidencia en Paris y como así quedarán para ir al teatro, etc. A esa escena sigue otra aún más reveladora...

Marianne: Dime ¿Estás seguro de que no te molesta el hecho de que me encuentre con David en París?
Markus: Venga ¿Por qué debería molestarme?
Marianne: Pues no se... Sólo lo he pensado. Simplemente se me ha ocurrido. Es algo que se me ha pasado por la cabeza
Markus: Mira cariño, te diré exactamente lo que pienso al respecto.
Marianne: Da igual, no tiene importancia.
Markus: Que mi Marianne y mi amigo David pudieran... ¡Desde luego tienes cada cosa!
Marianne: Bueno... No sé por qué lo dices. Bueno... Al fin y al cabo David es un hombre atractivo y yo no estoy...
Markus: ¿Tú y David...? Voy a decirte por qué es imposible... Porque sería traición. Y como te conozco, o al menos creo que te conozco, y a David incluso mejor, sé muy bien que la traición no entra en los guiones de vuestras vidas.

Este diálogo pone de relieve, a mi entender, dos elementos fundamentales. El primero, y obvio, es el tema de la traicióny el segundo y no tan obvio es la curiosidad de Marianne por unos posibles celos de Markus...

La traición es un elemento clave de las relaciones en las que la infidelidad salta a la luz como ocurre en esta película. Markus, un día, se presenta en el apartamento de David, donde éste y Marianne se ven en secreto. Liv Ullmann rueda este momento con gran maestría, cuando se da primero el encuentro entre Markus y Marianne y después con David. Ante las palabras de un Markus profundamente herido, Marianne y David sólo pueden expresar una risa histérica que parecen ilustrar perfectamente las siguientes palabras del analista junguiano Aldo Carotenuto:

La pregunta que adquiere forma en estas circunstancias, y que nos planteamos ante de todo a nosotros mismos antes que al otro, es "¿por qué lo ha hecho?". Nos adentramos así por uno de los senderos más trágicos, solitarios y dolorosos de la vida. Traicionado y traidor están el uno frente al otro en un patético intento de hacer comprensible y expresable un acontecimiento para el que en verdad no hay palabras. [2]



En este caso, además, la traición es doble: la de la pareja y la del amigo. No obstante, es importante en ese momento poner atención a las siguientes palabras de Markus:

Sabía lo de vuestra relación, o lo que sea. Incluso antes de París. Hace ya bastante tiempo recibí una carta muy interesante de uno de los colegas de Marianne, el nombre no importa, es lo de menos. Tenía mis sospechas. He de reconocer que cuando se confirmaron me sentí bastante molesto, aunque ya no podía hacer nada al respecto, al fin y al cabo ya había ocurrido. Decidí esperar para ver que rumbo tomaban las cosas, si... eso. Incluso os animé para que fuerais a Paris los dos juntos. Os quería a los dos. ¡Dios mío sois mis mejores amigos! No sé, pensé que si estabais juntos algún tiempo probablemente esa... esa pasión, porque eso es verdad, una pasión. ¡¡Yo creí que esa maldita pasión acabaría apagándose!! ¡¡Y que después todo volvería a la normalidad!! Ahora es peor... Las cosas deben seguir su curso [...] de lo que no me cabe duda es de que será muy doloroso.

La reacción de Markus abre ciertas preguntas: ¿Por qué dejar transcurrir las cosas? ¿Por qué no enfrentarlas? ¿Por qué incluso favorecer lo de París con la esperanza de que"esa pasión acabaría"? Y ese tremendo final: "Las cosas deben seguir su curso [...] de lo que no me cabe duda es de que será muy doloroso". Dice Aldo Carotenuto:

La violencia y la ceguera que acompañan a la traición en todas sus formas - desde las que la familia perpetra contra los hijos hasta las amorosas - son en realidad la prueba de nuestra ingenuidad psicológica: es decir, el individuo es inconsciente casi siempre de las fuerzas que  que gobiernan sus impulsos hacia el crecimiento o individualización, al igual que permanece inconsciente de sus pulsiones destructivas. [3]

Todos los protagonistas de esta tragedia están poseídos por poderosas fuerzas inconscientes: Marianne reconoce que una locura se apoderó de ella cuando empezó su relación con David. David"se entrega por completo, temerariamente, sin ninguna reserva... su infantilismo solía sacarme de quicio, no profundizaba ni entendía lo que sentíamos los otros". Y, finalmente, con Markus empieza la trayectoria de la venganza. En todos ellos resuena la fuerza de la pulsión como aquello que no puede pararse. Con el descubrimiento de la infidelidad se abre una verdadera caja de Pandora que afectará implacablemente a cada uno de los protagonistas.


III. GOCE, CELOS Y VENGANZA.

La abertura de la Caja de Pandora que se sucede tras el descubrimiento de la infidelidad de Marianne y David hace que surjan tres grandes representantes de la pulsión de muerte: el goce (en éste caso me refiero al goce femenino), los celos y la venganza. El goce en Marianne, los celos en David y la venganza en Markus.

- Marianne y el goce.

Dice Marianne en un momento dado:

"algunas veces yo sentía remordimientos de conciencia, bueno... no eran remordimientos de conciencia. Era sencillamente angustia [...] Me estaba pasando algo que no podía controlar, pero sabía que hacía mal cada día que pasaba pero no podía tomar una decisión racional. Es difícil, no sé cómo explicarlo [...] A pesar de todos los inconvenientes fueron buenos momentos. Markus volvía a estar en casa. Todo era como siempre. Sólo que yo tenía dos hombres. Fue más fácil de lo que me pensaba, y si no lo fue más aún fue por mi adoctrinamiento moral. Pudo ser incluso divertido. Todo iba perfecto, yo quería a Marcus. Siempre habíamos estado muy unidos. No se daba cuenta de nada. Decía que era más atenta de lo normal. A veces David iba a cenar con nosotros y todo era como antes. Me angustiaba aunque sabía que podía estar contenta y hacía esfuerzos por olvidarme de cierta amenaza constante".

La angustia que siente Marianne (como bien dice, no es remordimiento) no es tanto por la culpa que siente por lo que hace, sino que es una angustia de una culpa que se se fundamenta en la anticipación de las consecuencias que tendría si su infidelidad se revelara. Dice  "hacía esfuerzos para olvidarme de una amenaza constante". 

¿Qué lleva a una mujer aparentemente con una familia feliz, con una pareja a la que ama y admira y con la que dice estar muy unido a entrar en una relación exterior comprometiendo todo este mundo de estabilidad? Dice Lacan:

Pues este confín, por enunciarse aquí de lógica, es realmente el mismo con que se ampara Ovidio al figurarlo como Tiresias en mito. Decir que una mujer no es toda es lo que el mito nos indica por ser ella la única cuyo goce sobrepasa aquel que surge del coito. Es también por lo cual ella quiere ser reconocida como única (le seule) por la otra parte... [4]

Eso dispone a la mujer, en lo que Lacan dice como que la mujer es no-toda, a una especie de exceso que se caracteriza por el no-límite. Eso es lo que se observa en Marianne, cuya buena relación con Markus, no obstante, no la hace única (la pasión por la música, la música como puro placer, la relación con Isabelle la hija), y eso es precisamente aquello que le ofrece David quien incluso con sus celos patológicos le transmite esa sensación. Son, en ese sentido, significativas las siguientes palabras de Marianne:"Otro ser va creciendo en el interior de uno mismo. Resulta aterrador, inexorable. Pero es un proceso imparable, casi biológico. David crece en Marianne y Marianne se asusta."

Ese goce que está más allá del coito es el que le proporciona el hombre como un amor que la hace única. En palabras de Colette Soler:

La mayor consecuencia subjetiva del goce otro, incluso más allá de los efectos del afecto, debe buscarse del lado de la posición de una mujer con relación al amor. Lo formulo así: su goce la compromete en una lógica de la absolutización del amor, que la empuja hacia una insaciable búsqueda del Otro. [5]


Esto es importante, puesto que plantea un asunto fundamental: la antinomia entre el amor y el goce. Jacques-Alain Miller lo explica con claridad:

El amor - y su exigencia - es del registro del reconocimiento y constituye un esfuerzo por inscribir el goce en relación con el Otro. La indicación de que la mujer sigue siendo compañera de su soledad en su goce muestra el fracaso de todo reconocimiento del amor para librarla de ella. No es que, en este sentido, el hombre sea infiel, sino que la soledad de una mujer se funda en un goce al que ningún hombre puede seguirla. [6]

Y no sólo es cuestión de que el hombre sea infiel, sino que éste es un motivo básico de la infidelidad femenina. Es en éste sentido que el personaje de Marianne es ilustrativo y que como ella dice, más allá de sus miedos ante sus propias acciones siente que está en manos de un proceso imparable, casi biológico. Pero ese impulso que la domina, como ya ahora podemos observar, no es de naturaleza biológica sino pulsional.

- David y los celos.

David está poseído por los celos que ya se empiezan a manifestar en París como celos retrospectivos, es decir, celos por las relaciones mantenidas por Marianne en el pasado. Tras sonsacarla aparentemente como si nada, la reacción de David se torna violenta y brutal: "Por primera vez después de tantos años de ser buenos amigos, David me daba miedo".


Una emoción que nubla de modo notorio nuestra visión de la realidad externa y oscurece nuestro paisaje interior, resulta ser, sin embargo, iluminadora con respecto al conocimiento de nosotros mismos, pues nos dice que esperamos aquí y ahora del otro: un amor exclusivo, un afecto ilimitado y constante. [7]

Así los celos retrospectivos atormentan con el dolor de no haber sido el primero y único. La demanda de ese afecto exclusivo, ilimitado y constante derivan en una vivencia de la pareja como una posesión que se halla en constante peligro. David muestra en éste episodio de celos retrospectivos, como en un episodio posterior de celos a raíz de un encuentro de Marianne y Markus por el tema de su hija Isabelle, las características fundamentales de la morfología de los celos:

- Los celos como duelo, en el sentido de que son una reacción ante una pérdida imaginada o efectiva. Este es un punto importante, puesto que precisamente la diferencia entre el duelo y los celos es que mientras que el primero es una reacción ante la pérdida efectiva, el segundo lo es ante su anticipación. Como dice Paul-Laurent Assoun: es un verdadero impulso hacia la pérdida. [8]

- Los celos como herida narcisista. El yo poseído por los celos es un yo herido, herido por lo que siente como una profunda humillación que vive como desvalorización y que le sume en una profunda impotencia. El drama del celoso es su constante actualización de esta herida para poder quejarse constantemente del perjuicio que siente, y en el que el otro causa y objeto de celos no es más una reactualización de lo que fue una pérdida perjudicial prexistente, o como dice Carotenuto: los celos recrean y dan fuerza inmediata a una necesidad inmediata del niño. [9] En un momento determinado David lo verbaliza con claridad:

Yo padezco una enfermedad llamada celos retrospectivos. Es una pesadilla. Durante nuestra intensa y apasionada escapada erótica a París interrogué a Marianne entre bromas sobre sus antiguos amantes. Ella era confiada y cayó en la trampa. Se fue animando al ver que yo mostraba interés. Cada vez me iba explicando cosas más íntimas y me contó con todo detalle su relación con Markus. El hecho de que en determinadas circunstancias llegaba a alcanzar un placer intensísimo que no había experimentado con otros, ni antes ni después... aquello me hizo daño. Se convirtió en una herida, pero envenenada.

Obviamente ese harida envenenada no es más que la herida narcisista manifestada como celos.

- Los celos como agresividad. Manifestación activa del odio y el resentimiento que corroe al celoso y que manifiesta distintos tipos de agresión (psicológica, verbal. física) hasta llegar al crimen pasional:"Este odio celoso - como lo llamará Lacan - marca la legítima defensa del yo frente a sus intereses lesionados, lo que hace el carácter "apologético" del celoso, quien aboga pro domo (sus intereses)". [10]

- Los celos como culpa. Es algo que aunque no observable fácilmente, surge en las consultas de los psicoterapeutas y psicoanalistas. Se trata de la sospecha del celoso de que en su drama, finalmente, él o ella algo tienen que ver. A la vez que carga una y otra vez contra el otro, y en la medida que más lo hace, en su mundo interno crece su sentimiento de que también él es responsable. Me parece importante el siguiente comentario: el celoso es reacio a confesarse su implicación; resulta sensible sobre todo a las supuestas culpas del otro, lo que reprime a un segundo plano su culpabilidad, tanto más torturadora en cuanto es tácita. Mejor aún: se puede sospechar que esta autoculpabilidad desconocida es la que atiza el reproche. [11]

- Los celos como proyección. Es decir, el celoso proyecta sus propios impulsos de infidelidad hacia el otro en una especie de depuración la propia presión de su superyó al derivar los impulsos propios hacia otro u otra.

Finalmente David, cuando parte durante dos meses a filmar una película, engaña a Marianne con la protagonista. Y aquí aparece el profundo egoísmo de David cuando ante este hecho le pide a Marianne que ya se le pasará y que tenga paciencia, que sea indulgente... Marianne se siente traicionada y profundamente humillada y le echa de casa.


                                        No sabes cuánto me gusta la idea de librarme de ti. 
                                        Después del daño que me has hecho con tus celos y
                                        tus manías coge a tu puta y pudríos los dos.

- Markus y la venganza.

Markus protagoniza el drama del sujeto poseído por el resentimiento. Como ya vimos en la entrada dedicada a Decálogo 3 (Santificarás las fiestas) el resentimiento es un mecanismo de defensa contra el duelo, en el cual la aceptación de la pérdida se substituye por la necesidad de reparar una injuria o humillación. Es así que del resentimiento surge la venganza como ese intento de reparación.

Es en la venganza donde se revierte la relación. El sujeto resentido, en su intercambiabilidad de roles, pasa a ser de un objeto anterior humillado, a un sujeto ahora torturador. El sujeto torturador anterior se convierte durante la venganza en un objeto actual humillado deudor, manteniendo la misma situación de inmovilización dual sometedor/sometido, con apariencia de movilidad.

Es mediante el resentimiento que el sujeto bloquea su afectividad, anulando también la percepción subjetiva del paso del tiempo y de la discriminación de los espacios, para lo cual inmoviliza a sus objetos y a su yo en una agresividad vengativa destinada a crear un mundo imaginario siniestro. [12]

La venganza de Markus es prácticamente invocada con el dejar hacer de Marianne y David como ya vimos anteriormente y enunciada cuando dice: Las cosas deben seguir su curso [...] de lo que no me cabe duda es de que será muy doloroso.

Y como tal empieza ese proceso con la visita de Marianne al abogado de Markus en la que éste le comunica que no acepta la custodia compartida propuesta por Marianne (que ya vive con David) y que quiera que su hija viva con él sin ningún tipo de restricciones. Markus renuncia a sus conciertos y a su carrera musical para poder atender a Isabelle.

Posteriormente sigue cuando viene el momento en que Markus llama a Marianne para arreglar el tema de Isabelle. Una Marianne entusiasmada va al encuentro de Markus para encontrarse con lo más inesperado. Veamos el relato de Marianne:

"¿Quieres oír mi propuesta - me dijo directamente -?" Si. Yo quería oír su propuesta. Todo lo hacía con mucha lentitud. Sonrió un poco. No podía verle los ojos, apenas veía nada, la luz era demasiado tenue. "Si follas conmigo tendrás la custodia". Me hundí hacia abajo, hacia adentro. No pude contestar [...]



Luego, y ante la presión de un implacable David que le pide que le muestre las bragas, una Marianne destrozada le confiesa que tuvo relaciones en el coche. "Aunque se le veía ansioso quería recrearse en ello" - le dice Marianne a David. Y sigue toda la descripción de lo que ocurrió ante el enfermizo interrogatorio de David.

Y por último asistimos a la recepción de la noticia, por parte de Marianne, de que Markus se ha suicidado. Debido a ello se entera de que él tenía una amante llamada Sra. Danelius, incluso antes de que empezará su historia con David. Pero lo más desconcertante es a dónde llega la obsesión enfermiza de venganza de Markus. En el encuentro entre la Sra. Danelius y Marianne ésta le lee una carta que encontró junto a Markus cuando lo encontró tras tomar los somníferos con los que se suicidó. En esa carta se revela que Markus quería convencer a Isabelle para que ambos se suicidaran... Dice la carta:

El comienzo es incomprensible. Dos viejos amigos llevaban casados muchos años y decidieron no seguir viviendo. Se tomaron sus somníferos, se acercaron uno al otro, se dieron la mano y murieron juntos. Me habría gustado poder hacer lo mismo con Isabelle... Incluso le hablé a mi hija de como lo llevaríamos a cabo. Ella quería morir conmigo. Acordamos hacerlo el sábado por la mañana. Ella tenía que venir a las 10. La esperé varias horas. Luego la llamé y le pregunté cuando iba a venir. Rompió a llorar y me dijo que no iba a venir, que tenía miedo. Intenté calmarle, le dije que se tranquilizase, que era normal cambiar de idea, que no debía sentirse mal por eso. Le dije también que la quería más que a nada en el mundo...


El problema de la venganza que se ejecuta a partir del resentimiento es la espiral sin fin por una razón que ya vimos en Decálogo 3: "La memoria del rencor introduce el tiempo repetitivo de los duelos interminables y comanda el destino trágico de los sujetos y los pueblos" [13]

IV. LOS DESTINOS TRÁGICOS.

Eso nos muestra el film de Liv Ullmann en su final: el destino trágico de sus protagonistas. Al suicidio de Markus le sigue la muerte de Marianne, quien tras volver a hacerse amigos con David (aunque, como dice, siempre a cierta distancia), se ahogó en un accidente. David, es ahora el anciano y solitario director de cine que asiste horrorizado a toda la sucesión de hechos de aquella ápoca y que se desespera ante su propia actuación aquella noche en la que Marianne le contó lo sucedido con Markus:

...yo era incapaz de razonar. Me pasé la noche interrogándola despiadadamente. Cada vez que lo pienso, y lo pienso muy a menudo, son como imágenes de cine perfectamente grabadas y las palabras [...] Aquella noche catastrófica la herida volvió a abrirse y yo no pude hacer nada. Veo a Marianne, su cara... Yo no le gritaba ni le pegaba. No... estaba tranquilo, casi educado, pero la obligué a contarme los detalles: "¿Has sentido deseo? ¿Has disfrutado? ¿Ha sido tan intenso como en otro tiempo con Markus como me contaste en París? ¡Dios, no has pensado en el niño! (Marianne estaba recientemente embarazada de David) En nuestro niño, lo has deshonrado". Ella me miró sin titubear y dijo pausadamente: "No digas eso del niño, es muy doloroso. Podría hacerme daño... ya basta por favor". Pero yo no paré, continué atormentándola. No se defendió. Marianne no se justificó en ningún momento. Sólo me miraba fijamente. Debe odiarme. Toda su vida debe llevar el recuerdo de mis palabras, de mi cara, porque le fallé cuando más me necesitaba". Me gustaría que me condenasen a un castigo que expiase mi culpa, pero mi castigo no tiene final, es una cadena perpetua...

Sigue entonces una imagen en la que el anciano David muestra su horror en una escena de un profundo grito silencioso que nos recuerda El grito de Edward Munch. El grito que no se oye, el grito mudo que no surge de la garganta sino como una mueca desencajada en el rostro penetra en el silencio como el más profundo de los gritos, el que expresa la más profunda de las angustias.


El anciano David sufre de la culpa que no tiene expiación, un castigo sin fin, la cadena perpetua del remordimiento... Hechos relacionados con el propio Bergman, Liv Ullmann nos cuenta lo siguiente en una entrevista ante un final de película tan duro:

Cuando leí el texto le dije a Bergman: "Tiene que haber piedad, un perdón". Me contestó: "No creo en la piedad, nunca voy a perdonarme a mí mismo".

Y no nos podemos olvidar de otra tragedia, la tragedia que afecta a los hijos como aquí es el caso de Isabelle, manipulada por Markus, obligada a asistir a las violentas discusiones entre Marianne y Markus. Dice Liv Ullmann en relación a la película:

yo creo que, de alguna manera, tenemos que volver a ciertos valores, saber que cada elección en la vida significa algo, por pequeña que sea esa elección. Porque en nuestros actos involucramos otras personas. Y otras personas que muchas veces no tienen parte en esa elección, como son los chicos, a quienes involucramos, y que muchas veces sufren las consecuencias de por vida. No estoy diciendo que seamos santos. Simplemente estoy diciendo que tenemos una sola vida, que recorremos una sola vez éste camino, y que deberíamos hacerlo con más cuidado, para no herir a nadie.

Isabelle tras conocer la muerte por suicidio de Markus.

Ullmann tiene razón, pero las fuerzas de nuestro inconsciente nos dominan en muchas ocasiones, las pulsiones nos poseen y determinan nuestros comportamientos imparablemente... porque también esta es la naturaleza humana y también porque somos hijos que hemos sufrido consecuencias en nuestra infancia, consecuencias que las sufrimos de por vida inscritas en nuestro carácter. Sólo el arduo trabajo de querer devenir conscientes de esas fuerzas, nos permite vérnoslas con ellas e intentar manejarlas dialécticamente como una polaridad de lo sano y lo neurótico, hacernos responsables de nuestro mundo interno para que, como dice Ullmann, procuremos no dañar a nadie y también no dañarnos a nosotros mismos.

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[1] Carotenuto, Aldo. Amar, traicionar. Paidós Junguiana 10, pág, 132 y 133
[2] Ídem anterior, pág. 137
[3] Ídem anterior, pág.
[4] Lacan, Jacques. El atolondradicho en Otros Escritos. Paidós, págs. 490 y 491
[5] Soler, Collete.Lo que Lacan dijo de las mujeres. Paidós psicología profunda, págs.268 y 269
[6] Miller, Jacques-Alain. Los signos del goce. Paidós, pág. 373
[7] Carotenuto, Aldo. Eros y Pathos. Matices del sufrimiento en el amor. Ed. Cuatro Vientos, pág. 81
[8] Assoun, Paul-Laurent. Lecciones psicoanalíticas sobre los celos. Nueva Visión, pág. 25
[9] Ver nata 6, pág. 81
[10] Ver nota 7, pág. 27
[11] Ver nota 7, pág. 28
[12] Kancyper, Luis. Resentimiento, memoria y duelo. Revista uruguayana de psicoanálisis (93)
        Ver en http://issuu.com/mpeirano/docs/rup-93
[13] Kancyper, Luis. Resentimiento y remordimiento. Estudio psicoanalítico. Lumen tercer milenio, pág. 228

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ALGUNAS PELÍCULAS PARA PROFUNDIZAR EN LA INFIDELIDAD.

BREVE ENCUENTRO (1945)
Director: David Lean
Actores: Celia Jonhson, Trevord Howard, Stanley Holloway, Joyce Carey

El azar hace que un hombre y una mujer, ambos de edad madura y casados, coincidan en una estación de tren. Su inicial amistad pronto se convertirá en un amor tan intenso como prohibido.






LA MUJER INFIEL (1969)
Director: Claude Chabrol
Actores: Stephane Audran, Michel Bouquet, Maurice Ronet, Michel Duchaussoy

Cuando Charles Desvallées empieza a sospechar que su mujer lo está traicionando con otro hombre, contrata un detective privado para que la siga y averigue quién es el amante. Una vez confirmada la infidelidad y descubierta la identidad de su rival, el celoso marido prepara su venganza.





HUSBANDS (1970)
Director: John Cassavetes
Actores: Ben Gazzara, Peter Falk, John Cassavetes.

El dentista Gus, el publicista Harry y el periodista Archie son tres amigos casados y vecinos de Long Island que se reúnen para asistir al entierro de un amigo, muerto de un ataque cardíaco. Tras el entierro, deciden ir a un club de Manhattan a jugar al baloncesto y a nadar. La ocasión es propicia para para que reflexionen sobre sus vidas, sus amores y sus relaciones, cuestiones que no se habían detenido a examinar hasta ese momento, y, de pronto, les asalta la sensación de que la juventud se las ha ido inconscientemente de sus manos.


ATRACCIÓN FATAL (1987)
Director: Adrian Lyne.
Actores: Michael Douglas, Glenn Close, Anne Archer, Ellen Hamilton.

Dan Gallagher lleva una vida perfecta: tiene una esposa maravillosa, una hija encantadora y un buen trabajo. En una fiesta conoce a Alex, una atractiva mujer que lo seduce. Pero para Dan se trata únicamente de una aventura ocasional. Alex, en cambio, cuando él le anuncia el fin de la relación reacciona con una violencia inaudita. No acepta ser rechazada y sus sentimientos se convierten en una obsesión enfermiza y peligrosa.


LOS PUENTES DE MADISON (1995)
Director: Clint Eastwood.
Actores: Meryl Streep, Clint Eastwood.

La apacible pero anodina vida de Frances Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos.



EL FIN DEL ROMANCE (1999)
Director: Neil Jordan
Actores: Ralph Fiennes, Julianne Moore, Stephen Rea, Ian Hart.

Sarah Miles es una mujer apasionada y atrapada en un matrimonio estéril que conoce al novelista Maurice Bendrix durante una fiesta que da su marido Henri, un respetable pero poco interesante funcionario del Estado. Ambos comienzan un apasionado romance. Pero, durante un bombardeo alemán, la casa de Bendrix es alcanzada por una bomba que soprende a los amantes en la cama.


DESEANDO AMAR (2000)
Director: Won Kar-Wai
Actores: Toni Leung, Chiu Wai, Maggie Cheung, Ah Ping, Rebecca Pan

Chow, redactor jefe de un diario local, se muda con su mujer a un edificio habitado principalmente por gentes de Shangai. Allí conoce Li-Zhen, una joven que acaba de instalarse en el mismo edificio con su esposo.Ella es secretaria de una empresa de exportación y su marido está continuamente de viaje de negocios. Como la mujer de Chow también esta siempre fuera de casa, Li-Zhen y Choow pasan cada vez más tiempo juntos hasta que se hacen muy amigos. Un día descubrirán que sus respectivos cónyuges los están traicionando.


INFIEL (2002)
Director: Adrian Lyne
Actores: Richard Gere, Diane Lane, Olivier Martínez, Erik Per Sullivan.

El matrimonio de Edward (Richard Gere) y Connie Sumner (Diane Lane) parece ir bien: tienen dinero, posición, un niño y una bonita casa en un barrio residencial de las afueras de Nueva York. Pero un día, en Mannhattan, Connie conoce a Paul (Olivier Martínez), un joven y  atractivo coleccionista de libros de origen francés. Abos comienzan una relación adúltera de insospechadas consecuencias.

ESTAN VIVOS (THEY LIVE, John Carpenter, 1988): la dificultad y el dolor del despertar. Sociedad y enfermedad psíquica.

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Yo como del cubo de la basura todo el tiempo. El nombre de este basurero es ideología. La fuerza material de la ideología me impide ver lo que estoy comiendo efectivamente. No sólo estamos esclavizados por la realidad. La tragedia de nuestro dilema en el interior de la ideología es que cuando creemos que escapamos a nuestros sueños en ese momento  nos encontramos en la ideología. (S. Zizek. Documental The pervert's guide to ideology) [1]

Como dice Slavoj Zizek, la película de John Carpenter "Están vivos" (They Live, 1988) es una de las obras maestras olvidadas  - yo matizaría curiosamente olvidadas - de lo que él llama el Hollywood de izquierdas. En todo caso se trata, junto a"La cosa" (The thing, 1982) y En la boca del miedo (In the mouth of madness, 1995), de una de las mejores películas de éste director, que fue también su guionista (con el pseudónimo de Frank Armitage), a quien admiro especialmente por su manera de contar historias de terror y ciencia ficción con originales guiones y presupuestos de bajo nivel. Mi objetivo al tratar esta película, a la que ya he mencionado puntualmente en diferentes ocasiones en este blog, responde a tres motivos: rendir mi pequeño homenaje a John Carpenter, recuperar la plena vigencia del desvelamiento del verdadero rostro del capitalismo disfrazado de democracia que nos propone, y recuperar su valor metafórico para comprender lo real de nuestra estructura psíquica y, en los dos casos, la dificultad y el dolor que supone el despertar del sueño que en ambos casos vivimos para adentrarnos en el más allá del mundo de la ideología que tiene su paralelo psíquico en términos como el ideal del yo y el yo ideal (psicoanálisis), la persona o máscara (análisis junguiano) o el autoconcepto (psicoterapia gestalt), por citar aquellos modelos psicológicos que me son  más próximos.


Yo como del cubo de la basura todo el tiempo. El nombre de este basurero es
 ideología (S. Zizek - en la imagen - en The pervert's guide to ideology)

I. LA REALIDAD Y LO REAL.

John Carpenter
El argumento de Están vivos se constituye como un claro antecedente de la emblemática película Matrix (Hermanos Wachowski, 1999), si bien la película de Carpenter va mucho más lejos en su denuncia social. John Nada (Roddy Pipper), su protagonista, es un personaje sin hogar que viaja de un lado a otro con su mochila buscando trabajo aquí y allá. A su llegada a Los Angeles pronto se tropieza con un sacerdote que lanza un extraño sermón de tono apocalíptico en la calle:

¡Utilizan su lengua para engañar! ¡El veneno de la serpiente está bajo sus labios! ¡Su boca está llena de amargura y maldiciones! Y en el pasado sólo hubo ruina y miseria... ¡El temor a Dios nunca ha existido para ellos. Se han apoderado de los corazones y de las mentes de nuestros dirigentes... ¡Los ricos y los poderosos les pertenecen! ¡Nos han cegado con la mentira! Nuestro espíritu humano se ha corrompido ¿¡Por qué les rendimos culto!? Porque más allá del límite de nuestra vista se alimentan de nosotros posados sobre nuestros cuerpos desde que nacemos hasta que morimos. Nos tienen controlados, son nuestros dueños, nos poseen. ¡Despertad, estan a vuestro alrededor y en vuestro interior!

Roddy encuentra trabajo en la obra donde conoce a John Armitage (Keith David, un habitual de las películas de Carpenter). Este le lleva a Chesterville, un lugar donde se alojan los indigentes en tiendas de campaña y chabolas, y donde alguna organización de caridad les da comida. Pronto Frank describe la situación de crisis por la que pasa el país y la resume con la frase: "La ley del dinero. Quien maneja el dinero hace la ley". Ante ese Frank más indignado, Roddy se nos muestra conmo un individuo conformista que cree en el sueño americano:"Seguiré trabajando para ganar algo esperando mi oportunidad. Yo creo en América, respeto las reglas. En estos tiempo todo el mundo pasa apuros". Es decir, el individuo, en palabras del sacerdote, dormido en la domesticación social.


Frank (Keith David) y John (Roddy Pipper) en Chesterville

Al llegar la noche pronto Roddy observa unas extrañas interferencias en la televisión en las que aparece un hombre que, como el sacerdote, sigue con un extraño discurso:

Nuestros impulsos están siendo dirigidos. Vivimos en un estado de consciencia provocada artificialmente, y nosotros no podemos [interrupción]... Estas manipulaciones de la gente fueron identificadas hace ocho meses por un reducido número de científicos que vieron que estas señales procedían de [interrupción]... Los pobres y los marginados continuan creciendo. Ya no existe ni la justicia racial ni los derechos humanos. Han creado una sociedad represiva y nosotros somo sus cómplices involuntarios. Nos han hecho sentir indiferencia hacia nosotros mismos y hacia los demás, solamente pensamos en nuestro bienestar. Tenemos que [interrupción]... Están intentando destruir por todos los medios nuestra conciencia. Nos han rodeado de amigos... Por favor, tienen que comprender que no estarán a salvo hasta que logremos descubrirles. Ese es su método principal de supervivencia. Nos mantienen dormidos, hacen que seamos egoístas y no nos damos cuenta. 

Mientras, Roddy observa al sacerdote que vio anteriormente a su llegada a Los Ángeles con otras personas de la comunidad reuniéndose en una iglesia cercana a las chabolas. En otra interferencia posterior oímos: "Están acabando con nuestra adormecida clase media. Cada día hay más pobres, ya no tenemos identidad. Se están apoderando de nosotros, nos están convirtiendo en esclavos..." Cada vez que se producen estas interferencias los espectadores sufren de un fuerte dolor de cabeza (como veremos, el efecto de la represión al ver más alla de la aparente realidad). Roddy entra en la Iglesia y descubre que es allí desde donde un grupo de personas emite estas interferencias a la vez que descubre unas cajas que no tienen tiempo de abrir y ver su contenido...

Durante la noche siguiente se produce el desmantelamiento de Chesterville por parte de las fuerzas policiales a parte de la detención y posible muerte de algunos agitadores (el personaje que sale en la interferencias o el sacerdote ciego). Roddy huye y se refugia en un edificio abandonado ante la extrema dureza de la carga policial y la destrucción de las chabolas.


La carga policial en Chesterville

Cuando ya todo ha pasado, Roddy vuelve a la iglesia donde descubrió las cajas, coge una de ellas y se refugia en un callejón cerrado para descubrir su contenido. Ante su decepción, la caja simplemente contiene gafas oscuras de sol. Cogiendo una de ellas empieza a andar por las calles de Los Angeles hasta que, en un momento dado, se las pone. Es entonces, cuando al mirar el suelo, se da cuenta que con las gafas ve en blanco y negro. Sorprendido se las quita y luego vuelve a ponérselas y mira hacia la ciudad y ante su sorpresa se da cuenta que las gafas revelan, en ese mismo blanco y negro, que las vallas publicitarias ocultan mensajes distintos de los que aparentemente publicitan. Así, en la imagen aparente de una valla publicitaria sobre una empresa informática, aparece con las gafas la palabra OBEDECED. Luego mira otra valla que dice "VEN AL CARIBE", y tras ponerse de nuevo las gafas aparece "CASAROS Y REPRODUCIROS". Y así en otros casos, donde simples anuncios se transforman en sentencias como: NO PENSÉIS, CONSUMID. Finalmente mira la ciudad más extensamente y... OBEDECED, CONSUMID, RESIGNAOS, MIRAD LA TV, SOMETEOS, NO PENSÉIS, COMPRAD, NO DESPERTÉIS, NO CUESTIONÉIS LA AUTORIDAD, NO A LA IMAGINACIÓN... Tras la realidad de la vida convencional de la ciudad, la gafas de Roddy descubren lo real que se esconde tras ella. Veamos ahora la escena en toda su extensión ya que no tiene pérdida:


Veamos el comentario de Zizek al respecto:

Según dicen, vivimos en una sociedad pos-ideológica. Somos interpelados, es decir, dirigidos por la autoridad social, no como sujetos que deben cumplir su cometido y sacrificarse, sino como sujetos de los placeres: realiza tu verdadero potencial, sé tu mismo, lleva una vida satisfactoria... Cuando te pones las gafas ves la dictadura en democracia, el orden invisible que sustenta tu aparente libertad. [2]

La realidad es así una forma de percibir que viene determinada por nuestros propios mecanismos de percepción y también nuestros propios mecanismos psíquicos. En cambio, lo real es aquello que surge cuando la realidad queda despojada de los mecanismos bajo la que es percibida e interpretada. Recordemos el ejemplo de la película por excelencia en este sentido: MATRIX. La realidad percibida a través de Matrix, y lo real de la dominación mecánico-informática para quien el ser humano no es más que una simple pila energética.

Una visión que en nada nos es ajena a los psicoterapeutas, psicoanalistas, etc. puesto que en el plano del individuo ocurre algo parecido entre la ilusión de identidad del yo y "el orden invisible" que lo soporta y que no son más que las creencias introyectadas que gestiona nuestro superyó y los contenidos pulsionales de nuestro inconsciente, y ante los cuales los mecanismos de defensa que aplicamos definen la ilusión del yo, y no sólo del yo sino también del otro y la de los significados sociales. Siguiendo a Zizek:

... esta es precisamente la ilusión definitiva. La ideología no se nos impone simplemente, la ideología es nuestra relación espontánea con el entorno social, cómo percibimos cada significado y demás. En cierta forma gozamos nuestra ideología. [3]

¿No es esta finalmente la elección del personaje de Cypher - Cifra - (Joe Pantoliano) en Matrix, quien ante "el despertar" de lo real desvelado tras la ilusión de Matrix elige, tras negociar - a costa de traicionar a sus compañeros - con el temible agente Smith (Hugo Weaving), su retorno a la ilusión? Y esto nos permite introducirnos a un tema decisivo: la dificultad del despertar.


Cypher eligiendo la ilusión de Matrix

II. LA DIFICULTAD DEL DESPERTAR. SOCIEDAD Y ENFERMEDAD PSÍQUICA.

Cuando se ve por primera vez la película de Estan vivos sorprende la famosa escena de la pelea entre Roddy y John para lograr que éste último se ponga las gafas oscuras. La escena dura unos seis minutos y es claramente una metáfora de la "resistencia y el dolor de despertar". Dice nuevamente Zizek:

Salir de la ideología hace daño, es una experiencia dolorosa. Debes forzarte a hacerlo [...] Puede parecer irracional... ¿por qué este tipo [John Armitage] rechaza tan violentamente ponerse las gafas? Es como si estuviera al tanto de vivir naturalmente en una mentira, que las gafas le haran ver la verdad, pero que esta verdad puede ser dolorosa, puede destrozar muchas de sus ilusiones. Esta es una paradoja que tenemos que aceptar. La extrema violencia de la liberación, debes ser forzado para ser libre. Si confias simplemente en tu espontáneo sentido del bienestar o lo que sea, nunca conseguirás liberarte [...] La libertad duele.


¡¡Ponte las gafas!!

El periódico El país publicaba recientemente un artículo del filósofo Byung-Chul Han titulado ¿Por qué hoy no es posible la revolución? Y en él Byung-Chul, en el mismo sentido que Zizek, reflexiona:

Byung-Chul Han
El sistema de dominación neoliberal está estructurado de una forma totalmente distinta. El poder estabilizador del sistema ya no es represor, sino seductor, es decir, cautivador. Ya no es tan visible como en el régimen disciplinario. No hay un oponente, un enemigo que oprime la libertad ante el que fuera posible la resistencia. El neoliberalismo convierte al trabajador oprimido en empresario, en empleador de sí mismo. Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en su propia persona. También la lucha de clases se convierte en una lucha interna consigo mismo: el que fracasa se culpa a sí mismo y se averguenza. Uno se cuestiona a sí mismo, no a la sociedad.

Es ineficiente el poder disciplinario que con gran esfuerzo encorseta a los hombres de forma violenta con sus preceptos y condiciones. Es esencialmente más eficiente la técnica de poder que se preocupa de que los hombres por sí mismos se sometan al entramado de la dominación. Su particular eficiencia reside en que no funciona a través de la prohibición y la sustracción, sino a través del deleite y la realización. En lugar de generar hombres obedientes, pretende hacerlos dependientes. [4]

Es la postura de Roddy antes de ponerse las gafas cuando le dice a John que seguirá trabajando y esperando su oportunidad, pero también es la misma resistencia que muestra John a ponérselas, todo y su aparente belicosidad... el personaje donde todo queda en mera queja y definitivamente en la impotencia.

- Sobre la resistencia psicológica. Sociedad y enfermedad psíquica.

Quisiera ahora comparar tanto las palabras de Zizek y Byung-Chul Han con un concepto psicológico que recibe el mismo nombre: resistencia. Se entiende este concepto justamente como la actitud que el yo mantiene en muchas ocasiones frente a la posibilidad de despertar, o por decirlo de otra manera, a la oposición que el yo mantiene a que accedan a él los contenidos de su inconsciente. Decía Freud al respecto:"Los mecanismos de defensa contra los antiguos peligros retornan en la cura como resistencia a la curación, lo cual es debido a que la misma curación es considerada por el yo como un nuevo peligro" [5]. Como Freud apunta, sin con ello agotar la complejidad del fenómeno de la resistencia, sus orígenes son varios y así en su trabajo Inhibición, síntoma y angustia (1926) destaca cinco tipos de resistencia, tres de las cuales son atribuídas al yo: la represión, la resistencia de transferencia y el beneficio secundario de la enfermedad. Una cuarta es atribuida al ello y se refiere a la acción del inconsciente a través de la compulsión a la repetición y una quinta y última que es atribuida al superyó a través de la generación del sentimiento de culpa y la necesidad de castigo.

Dos tipos de resistencia me parecen esenciales tanto en el planteamiento de la película, así como de la reflexión de la sociedad de rendimiento, como Byung-Chul Han denomina nuestro modelo social. La primera, y evidente, es la que el sujeto abandonado así mismo queda enfrentado a su superyó, quien bajo el sentimiento de culpa inflinge al yo su propia auto-explotación:

El sujeto de rendimiento está libre de un dominio esterno que lo obligue a trabajar o incluso que lo explote. Es dueño y soberano de sí mismo. De esta manera, no está sometido a nadie, mejor dicho, sólo a sí mismo. En este sentido, se diferencia  del sujeto de obediencia. La supresión de un dominio externo no conduce hacia la libertad; más bien hace que la libertad y la coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento. El exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en auto-explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad, El explotador es al mismo tiempo el explotado. Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse. Esta autorreferencialidad genera una libertad paradójica que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia. Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica. [6]

En un contexto como el descrito la supuesta libertad que nos entrega a nosotros mismos nos entrega a su vez a la violencia superyoica quien transforma la libertad en una obligación, transformando así sus potenciales logros en una cuestión de éxito o fracaso. Esa autopresión llevada a su implacable extremo compulsivo propio del superyó tiene como resultante dos de las grandes epidemias de nuestra sociedad: las crisis de ansiedad y la depresión, así como otras enfermedades psíquicas derivadas:

La depresión [...] se desata en el momento en el que el sujeto de rendimiento ya no puede poder más. Al principio, la depresión consiste en un cansancio del crear y poder hacer. El lamento del individuo depresivo, "Nada es posible", solamente puede manifestarse dentro de una sociedad que cree que "Nada es imposible". No-poder-no-poder-más conduce a un destructivo reproche a sí  de mismo y a la autoagresión. El sujeto de rendimiento se encuentra en guerra consigo mismo y el depresivo es el inválido de esta guerra interiorizada. La depresión es la enfermedad de una sociedad que sufre bajo el exceso de positividad. Refleja aquella humanidad que dirige la guerra contra sí misma. [7]

El famoso "yes, we can..." se transforma en un temible imperativo que no da lugar ni espacio para "No, we cannot..." y que hace impensable el "we don't want..."

La segunda resistencia que se observa es la vinculada a la ventaja secundaria: el dolor de renunciar "al sueño" para enfrentarse a la crudeza de lo real. Es la duda de Neo a tomar la pastilla azul o la resistencia de Frank Armitage a ponerse las gafas.


¿Pastilla roja o azul: lo real o un un sueño de realidad?

Muchos psicoterapeutas sabemos que la resistencia por ventaja secundaria es una resistencia formidable bajo la que se oculta, en muchas ocasiones, el miedo a vivir o a enfrentar la vida con la dimensión que conlleva de libertad y responsabilidad real... Están vivos ejemplifica perfectamente uno de los "males" de renunciar al sueño en detrimento de lo real: el fin de la esperanza, el fin de la ilusión. Lo ejemplifica muy bien Roddy cuando dice aquello de "Seguiré trabajando para ganar algo esperando mi oportunidad. Yo creo en América, respeto las reglas. En estos tiempo todo el mundo pasa apuros". Y éste es otro de los grandes temas de nuestra sociedad... La esperanza de la oportunidad. El apuro de hoy puede ser la oportunidad de mañana. Dejar de soñar es renunciar al sueño de la oportunidad que la sociedad capitalista de rendimiento ofrece. La crisis es una oportunidad es el mantra neoliberal. Que la encuentres o la aproveches depende de tí.

La renuncia al sueño es el nuevo peligro que presiente el yo... ¿Qué hay más allá del sueño? El desierto de lo real, por seguir la célebre frase de Morfeo en Matrix. ¿Cómo hay que entender en este contexto el desierto de lo real?

III. EL DESIERTO DE LO REAL: LA PULSIÓN DE MUERTE.

El desierto de lo real es aquello que hallamos tras el rostro amable del neoliberalismo que no es más que el rostro compulsivo de la avidez, de la pulsión de muerte. No deja de ser interesante que los alienígenas de Carpenter que se encuentran tras la ilusión de la realidad esten representandos como muertos vivientes,una especie de zombis descarnados.


Los alienígenas de Estan vivos.

Zombis descarnados para quien el ser humano y la Tierra no son más que "inversión". Se dice en Estan vivos:

Ellos son inversores. La Tierra es sólo un planeta más. Su tercer mundo... Nosotros somos sus recursos naturales. Quieren agotar el planeta y después marcharse. Quieren convertirnos en seres indiferentes. Desean eliminarnos. Podríamos ser animales de compañía, podríamos ser comida, pero lo que verdaderamente somos es ganado.

Tras el sueño de realidad hallamos un mundo simplemente en descomposición dominado por una sociedad que se ha tornado en si misma pura pulsión. Los inversores de Carpenter son hoy los mercados, auténticos zombies implacables, pura pulsión, cuya saciedad insaciable de beneficios consume la Tierra y los seres humanos para quien estos no son más que simple ganado al que explotar a través de un sueño de libertad que no es más que auto-explotación, la auto-explotación por alcanzar el sueño de una libertad imposible, una libertad paradójica que se formula como una ley implacable: Sé libre. Es la misma paradoja que implica el imperativo del debes amar: ¿Desde cuando un sentimiento complejo como el amor puede exigirse como una ley? ¿Desde cuando la libertad puede ser exigida bajo una forma imperativa? Este mundo en descomposición que se presenta como lo real tras el sueño de realidad que el neoliberalismo impone es lo que Byung-Chul identifica como "sociedad del cansancio". Compárese el siguiente texto del filósofo coreano con el texto del sacerdote o del hombre que aparece en las interferencias televisivas citados más arriba:

El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansacio a solas, que aísla y divide [...] el "cansancio que separa" - dice citando a Handke - [...] Este cansancio que separa atormenta "con la incapacidad de mirar y con la mudez". Solamente el Yo llena por completo el campo visual:

No, no le hubiera podido decir: "Estoy cansado de tí", ni siquiera un simple "¡Cansado!" (lo que como grito común, tal vez nos hubiera podido liberar de nuestros infiernos particulares): estos cansancios nos quemaban la capacidad de hablar, el alma.

Estos cansancio son violencia, porque destruyen toda comunidad, toda cercanía, incluso el lenguaje: "Aquel tipo de cansancio - sin habla, como tenía que seguir siendo - forzaba a la violencia. Esta tal vez se manifestaba sólo en la mirada que deformaba al otro". [8]

Y a lo que añadiría la mirada en la que uno se deforma así mismo. Es por eso que lo real de nuestra sociedad, más que nunca, es la enfermedad psíquica. Somos una sociedad enferma, la sociedad de la ansiedad y la angustia, la sociedad de la depresión... también la sociedad de la somatización y el suicidio:

Después de la crisis asiática, Corea del Sur estaba paralizada. Entonces llegó el FMI y concedió crédito a los coreanos. Para ello el gobierno tuvo que imponer la agenda liberal con violencia contra las protestas. Hoy apenas hay resistencia en Corea del Sur. Al contrario, predomina un gran conformismo y consenso con depresiones y síndrome de Burnout. Hoy Corea del Sur tiene la tasa de suicidios más alta del mundo. Uno emplea violencia contra el mundo en lugar de querer cambiar la sociedad. La agresión hacia el exterior que tendría como resultado una revolución cede ante la autoagresión. [9]

El cansancio existencial abate hoy a unos y a otros... mientras "los inversores" - léase los mercados - se alimentan de esa energía que lleva inexorablemente al cansancio como máxima expresión del fracaso propio, del fracaso del "tú puedes", o "querer es poder", o "siempre puedes esforzarte un poco más", o "el ya descansarás cuando mueras". Nos agotamos como los seres humanos de Matrix, nos agotamos como las pilas que Morfeo le muestra a Neo, y ya agotadas simplemente somos consumibles desechables.



Hoy son estos los cambios que se pretenden en nuestra sociedad con la excusa de la crisis... No creo exagerar ni un ápice si digo que nuestra sociedad camina hacia un esclavismo de bajo nivel que se esconde bajo esa "libertad paradójica" que la sociedad neoliberal ofrece con su rostro amable, y bajo el cual se ocultan salarios de indigencia, horarios de explotación camuflados, prestaciones en deterioro... Profesionales de la psicoterapia asisten cada día en sus consultas a la ansiedad de pacientes que sufren este abuso y que temen enfermar por la consecuencias que ello les puede comportar y que, encima, se castigan por no saber salir de esa situación.

La película y el guión de John Carpenter, basada en  el cuento de Ray Nelson Eight o'clock in the morning (A las ocho en punto de la mañana, escrito en 1963) [10], es una película que adelanta las consecuencias de la explosión de la invasión neo-liberal que comenzó con el mandato de Ronald Reagan (1981-1989) y de Margaret Thatcher (1979-1990) y que ha culminado en la actual crisis que no es más que un fracaso del sistema neoliberal en sí mismo y que, una vez más, paradójicamente, no ha servido más que para afianzar las doctrinas neoliberales llevándolas aun más a su extremo. Acabo este post con una imagen de la película que nos muestra el único objetivo del liberalismo:

ESTE ES TU DIOS.
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[1] Zizek, Slavoj.The pervert's guide to ideology (Guía ideológica para perversos). Documental
[2] Ídem anterior
[3] Ídem anterior
[4] Para ver enlace para el artículo pilsa AQUÍ
[5] Freud, Sigmund.Análisis terminable e interminable. OC. Biblioteca nueva Tomo 3
[6] Han, Byung-Chul. La sociedad del cansancio.Capítulo 3. Más allá de la sociedad. Pensamiento Herder
[7] Ídem anterior.
[8] Idem anterior. Capítulo 9. La sociedad del cansancio.
[9] Ver nota 4.
[10] Ver enlace para leer relato en: http://qbitacora.wordpress.com/2008/07/14/ray-nelson-eight-oclock-in-the-morning-en-espanol/
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GUIA IDEOLÓGICA PARA PERVERSOS.
Documental de Slavoj Zizek / Sophie Fiennes.

Información: http://www.thepervertsguide.com/ideology/index.html

Excelente documental del filósofo y psicoanalista Slavoj Zizek quien a través del cine nos presenta aquello que se esconde tras nuesros sueños, o como el mismo dice: "los mecanismos que dan forma a lo que creemos y a como nos comportamos".





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LIBRO PARA PROFUNDIZAR:

LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO (2012)
Byung-Chul Han

Byung-Chul Han es una de las voces filosóficas más innovadoras que ha surgido en Alemania. Afirma en este brillante libro (maravillosamente claro) que nuestra sociedad esta sufriendo un silencioso cambio de paradigma: el exceso de positividad implantado por el neoliberalismo que nos conduce en realidad a una sociedad del cansancio.

LA CINTA BLANCA (DAS WEISSE BAND, Michael Haneke, 2009): La identificación con el agresor y la génesis del mal.

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Necesitamos más entendimiento de la naturaleza humana, porque el único verdadero peligro que existe es el hombre mismo, él es el gran peligro, y es una lástima que no estemos conscientes de ello. No sabemos nada sobre el hombre, sabemos muy poco. Su psique debería ser estudiada ya que somos el origen de toda maldad posible. (C. G. Jung)

En este ocasión me dispongo a comentar una película del CINE en mayúsculas. Se trata de La cinta blanca (Das weisse band, 2009), del director alemán Michael Haneke. Rodada originalmente en color y "lavada" posteriormente en un fascinante blanco y negro, su argumento nos muestra como la violencia toma al ser humano partiendo de entornos opresivos y autoritarios donde la humillación y la continua vejación a la dignidad y al respeto constituyen el caldo de cultivo ideal para los fundamentalismos de todo tipo. El argumento transcurre en el pequeño y aparentemente idílico pueblo de Eichwald (un lugar ficticio), entre julio de 1913 y agosto de 1914, es decir, el mismo mes y año en el que se desencadenó la primera guerra mundial. Haneke traza una obra de precisión en las relaciones de los más de veintidós personajes que forman parte del argumento de la película, veintidós personajes que, magistralmente, adquieren una especial densidad caracteriológica.

La Cinta blanca nos ofrece una dura reflexión sobre la generación de la violencia que partiendo de los estratos más autoritarios de la sociedad se extienden como un tsunami hacia todos sus recovecos. Efectivamente, hay dos figuras fundamentales en los que ley y violencia se dan la mano: el barón (Ulrich Tukur),  amo y señor del pueblo y de sus tierras, un personaje egoísta y despótico y la baronesa (Ursina Lardi), personaje cuyo contacto con los jornaleros y campesinos es objeto de desprecio y desdén; y el líder espiritual - como el mismo se define -, el pastor (un excelente Burghart Klaussner). Las actitudes injustas, caprichosas en la administración de sus leyes del primero ante una serie de sucesos que le afectan y la implacabilidad sádica del segundo actúan como un virus sobre todas la población, pero especialmente, y como se verá en el desarrollo de la película, entre sus jóvenes adolescentes.

I. LEY Y VIOLENCIA.

- Sobre la situación de la infancia y la adolescencia.

Los sucesos son narrados por el maestro de escuela (Christian Friedel). Todo empieza con un accidente premeditado que sufre el médico del pueblo quien cabalgando su caballo es derribado por un fino cable, prácticamente invisible, con el que el animal tropieza. Sigue entonces la película con dos escenas donde ya se nos ofrece el trato que es deparado a los niños y adolescentes por parte de los adultos. Especialmente dura es la segunda de ellas, en las que el pastor nos introduce a la relación que los introyectos (las creencias que son "tragadas" sin ningún tipo de discriminación o flexibilización) tienen con la generación de la culpa y la aplicación del castigo. Transcribámosla para comentarla luego :

El pastor
Ninguno hemos cenado nada hoy en esta mesa. Al ver que se hacía de noche y no aparecíais vuestra madre ha salido llorando a buscaros por el pueblo. ¿Creéis que podíamos comer y beber creyendo que os había pasado algo? ¿Creéis que podemos comer y beber ahora que os presentáis y que nos soltáis una mentira como disculpa? No sé que es más triste, o vuestra ausencia o vuestro regreso. Nos acostaremos con el estómago vacío. Estaréis de acuerdo conmigo que vuestro comportamiento no puede quedar impune si queremos convivir respetándonos mutuamente. Así que mañana por la mañana a esta misma hora os daré diez golpes de vara delante de vuestros hermanos. Mientras reflexionar sobre la gravedad de vuestra falta [...] Vuestra madre y yo pasaremos una mala noche porque mañana os tendré que hacer daño. Los golpes nos dolerán a nosotros más que a vosotros [...] Cuando eráis pequeños vuestra madre os ponía una cinta en el pelo u os la ataba al brazo. El color blanco de la cinta os recordaba la inocencia y la pureza. Creía que a vuestra edad la virtud y la decencia llenaba vuestros corazones y que ya no necesitábais tal recordatorio. Estaba equivocado...

Los hijos adolescentes del pastor, Martin (Leonard Proxauf) y Klara (Maria-Victoria Dragus) son sus protagonistas. En este párrafo tenemos un claro ejemplo de la relación del introyecto con el juicio, la culpa y el castigo, o más concretamente, la carga de la culpa y la vinculación del castigo con la humillación y la vejación. Simplemente brutal. A la falta propiamente, se le añaden las cargas por el dolor causado ya no sólo por el sufrimiento de la familia, sino que, además, se les hace responsables a los jóvenes infractores de que como consecuencia de este malestar esta noche "nos acostaremos con el estómago vacío". Esta noche nadie cenará. También se les hace responsables del dolor de tener que aplicar el castigo y, junto a todo esto, la humillación de su aplicación - a la vez que ejemplo - ante la madre  y los hermanos, así como la renovada utilización de la marca de la "cinta blanca". Paradójico el discurso de la inocencia y la pureza ante una actitud y unos hechos tan extremadamente sádicos.

"Nos acostaremos con el estómago vacío"
Posteriormente asistimos a una típica escena de Haneke donde lo que no se ve, pero se oye, nos muestra el horror aun más si cabe. Tal y como el pastor anuncia, al día siguiente, a la misma hora, se inicia el ritual del castigo. Primero vemos a la madre acompañando a Clara y Martin, los dos hijos castigados, hacia el salón donde aguarda el resto de la familia. Luego vemos salir a Martin y dirigirse al despacho del padre del que sale con la vara de castigo y volver a entrar en el salón. La puerta se cierra e instantes después empezamos a oír los golpes de la vara y, un poco más tarde, los gritos de dolor de uno de los hijos.

A todo esto los sucesos siguen aconteciendo. Una mujer muere de un extraño accidente en la serrería del barón, lo que genera una cadena de acontecimientos que afectará especialmente a la familia del granjero Felder (Branko Samarowsky), quien a raíz de la acción de su hijo Max al vengarse este de la muerte de su madre destruyendo el campo de coles del barón, perderá su trabajo así como la de su hija Frieda (Birgit Minichmayr)  en casa del barón. Sin trabajo y con ocho bocas que alimentar acabará suicidándose al ahorcarse. La violencia también se observa entre padre e hijo a raíz de estas consecuencias. Las bofetadas y el maltrato físico se hace presente en cada situación que Haneke nos presente.

La familia del granjero Felder.
Paralelamente a estos sucesos desaparece también el hijo del barón, Sigi (Fion Muter), quien es encontrado posteriormente en la vieja serrería"atado, con los pantalones bajados y las nalgas ensangrentadas por los azotes que le habían dado" (narra el maestro de la escuela). A raíz de todo esto, las consecuencias no son sólo para la familia Felder . si bien se demuestra que no es Max, el hijo del granjero quien maltrató a Sigi -. También resultan despedidos, sin ninguna razón, el tutor de Sigi y Eva (Leonie Benesh), tutora de los mellizos del barón y la baronesa y la mujer de la que se enamora el maestro que nos narra la historia. Una vez más la arbitrariedad fascista en el ejercicio de la autoridad.

Entre estas escenas va surgiendo también la figura del pastor y el ejercicio brutal y humillante de la autoridad, esta en nombre de Dios, sobre sus hijos adolescentes. Asistimos así a una segunda escena donde una vez más contemplamos la relación de la ley con la humillación y la violencia con la que vemos al pastor interrogando a su hijo Martin para que reconozca que su extraña actitud en los últimos tiempos viene determinado por un comportamiento pecaminoso: la masturbación. Con un supuesto ejemplo tomado de otra comunidad de la que es pastor le relata todas las desgracias de un joven. Y así le dice:

¿De dónde crees tú que procedían los cambios que llevaron al muchacho a tan terrible final? [...] El muchacho había visto a otro abusar de los nervios más delicados de su propio cuerpo. Ahí donde la ley de Dios ha elevado barreras sagradas. El chico imitó tales acciones, y era incapaz de dejarlo. Destruyó todos lo nervios de su cuerpo y eso le llevó a la muerte. Solo quiero ayudarte. Te quiero con todo mi corazón. Se sincero Martin... ¿Por qué te has puesto rojo al oír la historia del pobre muchacho?

Martin... por qué lloras. ¿Quieres que te ahorre la confesión?

Martin finalmente confiesa que si se masturba, y la ayuda de aquel que "le quiere de todo corazón" se concreta en ligarle las manos a unas correas cada noche al ir a dormir.

Más tarde será  Klara quien sufrirá otro de los escarnecimientos de su padre en los que la lógica de la humillación y la culpabilización a través del dolor llevará a su hija a que se desvanezca. Tras llegar a una clase en la que los chicos están jugando alborozados, sigue otro de los torturantes discursos del pastor:

El día de hoy es muy triste para mí. Dentro de muy poco vamos a celebrar la fiesta de vuestra confirmación. Desde hace meses me esfuerzo por familiarizaros con la palabra de Dios y en convertiros en personas responsables según su espíritu. ¿Y con quién me encuentro hoy al llegar aquí? ¡Con monos gritando, sin disciplina ni dignidad, tan infantiles como los niños de siete años con los que compartís esta aula! Sin embargo, lo que me entristece más es el hecho de que mi propia hija tenga el papel protagonista de este lamentable espectáculo. Durante el último año le puse una cinta blanca en el pelo. El blanco es, como todos sabéis, el color de la inocencia. Esa cinta debía ayudar a Clara a evitar los pecados, el egoísmo, la envidia, la impudicia, la mentira y la pereza. A comienzos de este año fui lo bastante ingenuo como para creer que en el año de su confirmación habría madurado y que no necesitaría la cinta. Creí en su sentido de la responsabilidad como hija del líder espiritual (Es en este momento que Clara, de cara a la pared al fondo de la clase se desvanece).


Creí en su sentido de la responsabilidad como hija del líder espiritual.


Una vez más nos encontramos con la misma fórmula: humillación pública, y públicamente es mostrada la tristeza y frustración de una hija que defrauda sus expectativas y compromete su posición como líder espiritual.

- Sobre la situación de la mujer.

Un elemento importante en la película es también el trato deparado a la mujer en aquellos tiempos. Voy a citar textualmente unos párrafos de Peter Handke (un coetáneo de Haneke. Ambos nacieron en 1942, en plena guerra mundial) quien partiendo de la historia y suicidio final de su madre, describe impecablemente que era el ser mujer en estos entornos:

Nacer mujer en un mundo así ya es de antemano algo mortal. Sin embargo, se puede decir también que es tranquilizador; por lo menos no hay ningún miedo al futuro. En las ferias, las mujeres que echaban la buena ventura solo se lo tomaban en serio cuando leían el futuro en la mano de los chicos; en las mujeres este futuro no era más que una broma.

Ninguna posibilidad, todo previsto de antemano: pequeños coqueteos, una risa ahogada, unos momentos de azoramiento. Luego, por primera vez, la cara lejana, controlada con la que una empezaba de nuevo a ocuparse de la casa; los primeros hijos; quedarse un poco después del trabajo de la cocina; que por principio no la escuchen a una; ir dejando cada vez más de escuchar a los otros; hablar sola, luego las molestias en las piernas, varices, un murmullo en el sueño solo, cáncer de matriz, y con la muerte se cumplen por fin los destinos de la Providencia. No olvidemos que los distintos pasos de un  juego al que en aquella región jugaban mucho las niñas se llamaban así: Cansancio / Agotamiento / Enfermedad / Enfermedad grave / Muerte. [1]

Observamos este mundo de la mujer en toda la película precisamente por sus silencios (que por principio no la escuchen a una). Lo observamos en Eva, cuidadora de los mellizos del barón, una joven de diecisiete años tímida y aun espontánea. Lo observamos en Frieda, la hija mayor del granjero Felder, pero especialmente en la señora Wagner (Susanne Lothard), que cuida del doctor y sus hijos y que tiene un hijo retrasado, que también es su amante y a la que desprecia brutalmente. Lo observamos también la hija del doctor, Anna (Roxane Duran), la joven adolescente de 14 años víctima de los abusos sexuales de su padre. Todas las mujeres con el pelo recogido, vestidas de negro desde el cuello hasta la punta de los pies... La escena entre el doctor y la señora Wagner es esencial en este sentido.

Escena del doctor con la señora Wagner

Violencia, rencor, envidias, venganza, perversidad... todo se da en el "idílico" pueblo de Eichwald.

II. VIOLENCIA Y PROYECCIÓN.

El final de la película nos va mostrando poco a poco el papel que los adolescentes tienen en la trama de violencia. Vemos a Klara, tras el desmayo sufrido, matando el pajaro de su padre y dejándoselo sobre la mesa con las tijeras clavadas en forma de cruz.



Posteriormente la joven Erna (Janina Fautz) habla de manera sospechosa con el maestro acerca de sus "sueños premonitorios" sobre algunos accidentes que sucedieron: dijo haber soñado algo que realmente sucedió, que alguien dejaba una ventana abierta en pleno invierno en la habitación donde dormía su hermano recién nacido. Previamente se había observado el disgusto de uno de los hermanos ante su nacimiento.También dice que ahora ha soñado que a Karli, el  hijo retrasado de la señora Wagner, le sucederá algo muy grave, cosa que efectivamente sucede cuando lo hallan víctima de una paliza brutal.



Unas escenas más tarde vemos una nueva escena de violencia que tiene como víctima de nuevo a Sigi, a quien el hijo adolescente del administrador lo tira en al río para robarle su flauta.


El maestro, intrigado por la repentina desaparición del pueblo de la señora Wagner (quien dice que Karli sabe quienes fueron sus verdugos) y del doctor y sus hijos, y tras reflexionar sobre el comportamiento de algunos jóvenes y por "los sueños premonitorios" de Erna, empieza a ligar cabos y a establecer la temible conexión entre los actos violentos sucedidos y los jóvenes adolescentes como Klara, Martin, los hijos del administrador y otros... Algunas escenas se relacionan entonces con claridad, como el disgusto del joven hijo del administrador al saber el nacimiento de su hermano, o que la violencia infringida a Sigi es la misma que la que sufrieron Klara y Martin (los golpes en las nalgas)... Evidentemente nada se puede demostrar, si bien se hace evidente. Y mientras todos estos hechos se suceden, Haneke los liga con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, espoleta desencadenante de la primera guerra mundial con las posteriores declaraciones de guerra del Imperio Austro-Húngaro a Serbia y de Alemania a Rusia y Francia mientras invadía Bélgica. El maestro intenta comentar estos hechos al Pastor quien le amenaza con denunciarle por plantear tamaña "atrocidad".


Las palabras finales del maestro dicen: "El pastor no volvió a mencionar nuestra conversación y su amenaza de denunciarme al parecer nunca la llevó a cabo. El año 1917 me llamaron a filas. Después de que acabara la guerra vendía la casa de Wassendorf, heredada de mi ya difunto padre y con ese dinero abrí una sastrería en la ciudad. ¡Nunca volví a ver a nadie del pueblo!".



III. IDENTIFICACIÓN CON EL AGRESOR. RAÍCES DE LA VIOLENCIA Y LA SUMISIÓN.

SANDOR FERENCZI.
Esta película es un excelente ejemplo de uno de los posicionamientos posibles en relación con las introyecciones. Efectivamente, y como vemos en la película, un tipo de autoridad como la ejercida por padres al estilo del Barón, el Pastor, o del administrador, o el doctor, o incluso la del granjero Felder, que a parte de violencia incluye el abandono emocional, genera un tipo de introyectos altamente violentos, cargados de sentimiento de culpa y castigo, así como de una fuerte agresividad que puede manifestarse en dos direcciones, una introyectada hacia uno mismo como autoinculpación y autocastigo  (forma autoagresiva), que implica también el desarrollo de una forma extrema de sumisión y acatamiento que incluyen el control y la hipersensibilidad hacia el agresor, y cuya descripción parte esencialmente de los trabajos de Sandor Ferenczi; y otra proyectada hacia lo exterior como tendencia a culpar y ejercer la misma agresividad sufrida hacia otros (forma heteroagresiva), postulada esencialmente por Anna Freud, y a la que, en todo caso, cabe considerar como una extensión de los estudios de Ferenczi (generalmente y durante mucho tiempo no reconocido por el psicoanálisis freudiano). El mecanismo, tal y como se ha descrito, recibe el nombre de identificación con el agresor. A nuestros efectos me parece sumamente interesante el siguiente texto de Anna Freud en relación nuestra película:

ANNA FREUD.
Un yo que, con el auxilio de este mecanismo de defensa, atraviesa esta particular vía de desarrollo, introyecta las autoridades críticas como superyó y puede así proyectar hacia afuera sus impulsos prohibidos. Tal yo será intolerante con el mundo externo antes que severo consigo mismo. Aprende lo condenable, pero mediante este proceso de defensa se escuda contra el displacer de la autocrítica. La indignación contra los culpables del mundo externo sírvele como precursor y sustituto de sus sentimientos de culpa; y automáticamente se acrecienta cuando la percepción de la propia culpa cobra mayor intensidad. [2]

Es decir la identificación con el agresor surge de la combinación de la introyección de las leyes formuladas por poderes superiores que actúan como autoridades humillantes y violentas, también por lo que Ferenczi llamó terrorismo del sufrimiento (obvio en el caso del Pastor) y la proyección de la culpa. Es de esa manera que, como dice Anna Freud "continua el ataque activo sobre el mundo externo". Este mecanismo es el que hallamos fundamentalmente en los actos violentos que cometen los adolescentes de la película (Klara, Martin, los hijos del administrador y otros...)

La versión de la identificación con el agresor propuesta por Ferenczi tiene un claro ejemplo en las mujeres de la película que tan precisamente nos describió Peter Handke. En palabras del psicoanalista Jay Frankel, quien ha profundizado en los estudios de Ferenczi, destaca que la identificación con el agresor también se basa en las actitudes de complacencia, acomodación y sumisión, destacando las tres acciones que constituyen la identificación con el agresor:

Primero, nos sometemos mentalmente al atacante.  Segundo, este sometimiento nos permite adivinar los deseos del agresor, penetrar en la mente del atacante para saber que está pensando y sintiendo, para poder anticipar exactamente lo que el agresor va a hacer, y de esta manera saber como maximizar nuestra propia supervivencia. Y tercero, hacemos aquello que sentimos que nos salvará: por lo general, nos hacemos desaparecer a nosotros mismos a través de la sumisión y una complacencia calibrada con precisión, en sintonía con el agresor. Todo esto sucede en un instante. [3]
Los abusos del doctor a su hija Anna.

Obviamente la identificación con el agresor no asegura por sí misma librarse de la agresión de éste, por lo cual el único recurso que queda es encontrar como hacer tolerable o sostenible lo verdaderamente insoportable, Es por ello que junto a la identificación hallamos  dos mecanismos que suelen acompañarlo para sopotar esta insoportabilidad como son la disociación y la introyección.

- El paso de lo individual a lo colectivo: la banalidad del mal.


¿Por qué Haneke vincula estos "hechos" de un pequeños pueblo con el desencadenamiento de la primera guerra mundial, o con las posteriores hechos que determinaron el desarrollo de movimientos totalitarios como el fascismo o el satlinismo? Fue Erich Fromm quien ya exploró el tema en su libro "Miedo a la libertad" (1941) sobre la renuncia a la propia libertad a cambio de apoyarse en figuras fuertes y poderosas. Buscamos refugio en algo más grande que nosotros para evitar que la condición humana se las tiene que ver con la soledad y la responsabilidad sobre la propia vida y las propias decisiones. Así nos encontramos con movimientos de masa como los descritos en este blog en el comentario a la película "La ola" (pulsa aquí para acceder a la entrada) inspirados en figuras autocráticas como lo fueron Hitler o Stalin, o como también lo fueron Mussolini o Franco. Jay Frankel hace el siguiente comentario en su extenso estudio:

Estamos todo el tiempo borrando nuestra particularidad en nuestras interacciones sociales con figuras simbólicamente fuertes en cuya presencia nos volvemos temerosos, dóciles, enmudecidos o tontos: médicos, jefes, celebridades, expertos, gente que lleva uniformes o trajes. Nos volvemos pacientes complacientes, empleados dóciles (incluso si estamos resentidos), consumidores voraces, anuncios corporativos andantes, ciudadanos pasivos. La identificación con el agresor desempeña un papel cuando nos quedamos helados por el tono enfadado de alguien, probablemente incluso si se nos tranquiliza con una sonrisa seductora. La amenaza que recorre todas estas situaciones es que automáticamente ponemos a un lado nuestros propios pensamientos, sentimientos, percepciones y juicios, y hacemos (y lo más importante, pensamos y sentimos) lo que se espera de nosotros. Dado lo extendido que en definitiva puede estar cierto grado de identificación con el agresor, sugiero que la identificación con el agresor forma generalmente parte de los aspectos inconscientes de la comunicación que transcurre de manera continua entre las personas que intercactúan. [4]

Observemos que las palabras de Frankel prácticamente consituyen el soporte psicológico de la banalidad del mal propulsada por la filósofa Hannah Harendt (ver entrada en este blog pulsando aquí). Es más, encontramos aquí la relación entre la sumisión descrita por Ferenczi y la agresividad descrita por Anna Freud y que, bajo ciertas circunstancias hace que ciertos individuos aparentemente "normales" pueden llegar a ser capaces de cometer atrocidades. El caso de Adolf Eichmann fue el modelo ejemplar del tema que inspiró a la filósofa. La identificación con el agresor y la psicología de masas se juntan aquí para dar cuenta de ese aspecto destructivo que anida en ese aparente "hombre normal".

La línea de continuidad que va del pueblo de ficción de Eichwald y sus personajes a la primera guerra mundial y al surgimiento de los totalitarismos como el nazismo o el stalinismo y sus consecuencias, es la línea maestra que traza Haneke desde lo individual a lo colectivo. Es por ello que quisiera concluir esta entrada con unas palabras dichas en el que podemos considerar el escrito fundacional de la identificación con el agresor, palabras de Sandor Ferenczi:

... me agradaría que a partir de ahora concedieran más importancia a la manera de pensar y hablar de sus niños, de sus pacientes y de sus alumnos, tras los cuales se ocultan críticas, de forma que pudieran aclarar la confusión de lenguas y aprovecharan la ocasión para aprender muchas cosas. [5]
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[1] Handke, Peter. Desgracia impeorable. Editorial Alianza. Biblioteca Handke, págs. 19 y 20
[2] Freud, Anna. El yo y los mecanismos de defensa. Paidós psicología profunda, pág. 131
[3] Frankel, Jay.Explorando el concepto de Ferenczi de identificación con el agresor. Su rol en el trauma, la vida cotidiana y la relación terapéutica. Ver artículo pulsando aquí.
[4] Ídem anterior
[5] Ferenczi, Sandor. Confusión de lenguas entre el adulto y el niño. En Tomo IV OC. Editorial Espasa-Calpe, pág. 149

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PELÍCULAS RELACIONADAS

LA OLA (Die Welle, 2008)
Dennis Gansel.

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HANNAH ARENDT (2012)
Margarethe Von Trotta

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SHAME (Steve McQueen, 2011): Más sobre los hombres huecos.

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Varias personas y seguidores de Cine y psicología me han pedido desde ya hace tiempo el comentario de la película Shame (2011), del director británico Steve MacQueen, indudablemente uno de los directores más interesantes de la actualidad (recordemos su inicio con Hunger y la posterior a Shame, Doce años de esclavitud). Mientras la reveía estos días y me dejaba llevar y rellevar por la increíble interpretación de Michael Fassbender (sin duda uno de los mejores actores del momento) en el papel de Brandon Sullivan, no pude dejar de ver claros paralelismos con la película ya comentada en este blog de "De la vida de las marionetas", de Ingmar Bergman (pulsa aquípara acceder a la entrada). Es claro que se trata de otro de los hombres huecos a los que hacía referencia en el comentario de esta película a partir de las poesías de T. S. Eliot. El paralelismo es extensible a la relación que Brandon mantiene con su hermana Sissy (una también excelente Caren Mulligan) con la que Peter mantiene con Katharina en la citada película de Bergman. Y es precisamente la relación Brandon-Sissy el elemento clave que me interesa esencialmente a la hora de comentar esta película.

Efectivamente, sobre el personaje de Brandon mucho se ha escrito y dicho. Corresponde a la imagen del hombre cuya vida se reduce a trabajo y sexo. Se nos muestra como un individuo adicto al sexo, un auténtico depredador como nos muestra la imagen inicial en el metro en una escena de alta tensión erótica. La música (compuesta por Harry Scott) con la que se acompañan estas primeras imágenes ya revela la soledad, o quizá más que la soledad la tragedia - de la que la soledad es una parte - de la vida de éste hombre, y que no es más que la alarmante pobreza vital con la que sus días pasan. Trabajo y sexo ocupan, o más que ocupan rellenan - por seguir los versos de Elliot - la vida de ese hombre hueco que parece estar vacío de toda emoción y de todo sentido. Más allá de sus seducciones y conquistas, su vida está también rellenada por la pornografía, la ciber-pornografía, la prostitución... También aparecen el alcohol y la droga. Entre todo esto llama la atención, desde el inicio de la película, la voz de una mujer que se oye desde el contestador del teléfono reclamándole su atención y de la que Brandon pasa sistemáticamente - y que luego se nos revelará como de su hermana Sissy -  . La cuestión ya se apunta desde este inicio: ¿Qué le ocurre a Brandon con Sissy?

Figura 1. En el metro...

Si partimos de su adicción al sexo - el síntoma -, sabemos que toda adicción conlleva una huida, una desviación que es desviación de uno mismo, particularmente de una forma de verse a sí mismo. Como en el caso de Peter con Katharina en "De la vida de las marionetas", hay implícito todo un juego de proyecciones entre ellos, en tanto Sissy representa aquello que Brandon evita ver de sí mismo, aquello de lo que huye metódicamente, mientras que Brandon, como veremos, representa para ella la protección y contención que no puede darse por sí misma.

I. NEW YORK, NEW YORK.

No deja de ser significativo que la aparición de Sissy en la vida de Brandon surja como una "invasión"(el retorno de lo reprimido) en su metódica vida, ya que se la encuentra en casa inesperadamente al llegar una noche duchándose en el cuarto de baño. A partir de este momento la presencia de Sissy perturbará el delicado equilibrio de Brandon. Antes, entre paréntesis, he supuesto que el retorno de Sissy en la vida de Brandon es el retorno de lo reprimido en éste. La evolución de las escenas que les relacionan a ambos así nos lo parece mostrar.

Más allá de la llegada de Sissy y de su carácter más caótico, así como de su insinuada dependencia emocional, el primer momento clave aparece cuando con David (James Badge Dale), su jefe, asisten al club en el que actúa Sissy. En una escena de cinco minutos magistralmente rodada e interpretada, la cámara simplemente enfoca el rostro de Sissy cantando una versión de "New York, New York" (Frank Sinatra), y la de un Brandon profundamente turbado mientras la oye, y de cuyos ojos cristalinos asoman con timidez la posibilidad de alguna lágrima.

Imagen 2. New York, New York...

Detengámonos ahora un poco en esta escena. Creo que dos elementos son en ella fundamentales. Por un lado la versión elegida de la canción de Frank Sinatra, con un tempo muy distinto de la original, en la que el optimismo, la alegría y la esperanza marcan su ritmo. En la versión interpretada por Sissy lo que escuchamos es una voz melancólica y triste, quebrada de quien mira aquella esperanza que con el tiempo se frustró llegando a algo muy distinto de lo esperado. Recordemos que la canción dice:

                                                        New York, New York,
                                                        quiero despertarme en una ciudad
                                                        que nunca duerme.
                                                        Y encontrar que soy un número uno,
                                                        el primero de la lista,
                                                        el rey de la colina,
                                                        el número uno.

Quizá esas fueron un día las esperanzas de Brandon, esperanzas e ilusiones ahora convertidas en humo, el humo con el que se fueron quemando en una vida vacía y carente de sentido. Por otro lado, Sissy aparece para Brandon como un espejo en el que se refleja su propia vulnerabilidad, su propia tristeza y melancolía reprimidas y, como ya se ha dicho, desviadas hacia una vida esencialmente "rellenada" a través de la rutina del trabajo y del placer compulsivo obtenido a través del sexo. El efecto Sissy se nos muestra una vez más cuando, de nuevo, observamos la reacción de Brandon ante Sissy besándose en el taxi con David, o cuando posteriormente, al entrar en el departamento, les oye disponiéndose a hacer el amor... Brandon se muestra inquieto, acorralado, desesperado... hasta que se cambia y enfundándose en su chandal sale a hacer footing acompañado de la música de Bach del Clave bien temperado, el preludio y fuga BWV 891 y que parece sugerir un poco humorísticamente que "quien corre su mal espanta".

Imagen 3. Acorralado...

¿A qué se debe esta reacción? ¿Qué se pone en movimiento dentro de la psique del propio Brandon? Sissy nos muestra en su reacción con David, como ya se había observado anteriormente en una conversación telefónica con su ex-pareja (un tal Marc), la desesperación del desamor, la profunda carencia que insaciable se lanza a la búsqueda de contacto a cualquier precio y sin límite. Ni más ni menos que el profundo desamor, la misma profunda carencia que habita en el interior de Brandon y del que su adicción al sexo no es más que el síntoma. En el interior de Brandon, aplastada por su insensibilidad emocional, por una represión apoyada por la distracción que le proporciona la rutina del trabajo y un sexo adictivo, habita ni más ni menos que su Sissy interna: vulnerable, frágil, dependiente, quebradiza y con una clara tendencia autodestructiva como veremos más adelante en la película. La máscara de Brandon oculta la sombra de Sissy, si bien, y desde una perspectiva junguiana, podríamos ver también a Sissy como un proyección de su ánima. Sobre esto volveremos más adelante.

II. LA VERGUENZA (SHAME).

Hasta la próxima escena entre Brandon y Sissy ocurren dos acontecimientos importantes. Por un lado, y a raíz de una revisión de seguridad de los ordenadores de la empresa,  hallan en el ordenador de Brandon todo tipo de material pornográfico. David, su jefe, le llama y le dice:

Tu disco duro es asqueroso. Han traído tu ordenador... Quiero decir es sucio... Hablo de putas, guarras, penetración anal, doble anal, polvo interracial, pastel de crema. Ni yo se lo que es eso... ¿Crees que ha sido tu becario?

Es interesante el lenguaje corporal de Fassbender en esta escena y la toma de la cámara de su imagen de abajo arriba (la cámara ocupa el lugar de la mirada de David), como todo su cuerpo y toda su expresión manifiestan el sentirse descubierto, y más concretamente, la vergüenza de ser descubierto, toda su vulnerabilidad expuesta al sentir revelado su secreto.

Imagen 4. Descubierto...

Con lo cual, y dicho esto, nos encontramos también con la culpa de ser. Como se observa más adelante, esta autoconcepción (Brandon es un hombre que se autodesprecia inconscientemente) se proyecta de manera hipócita sobre Sissy, cuando tras llamar ésta a David para volver a encontrarse le dice:

Brandon: No volverá a follarte. ¿Le dejaste un mensaje verdad? No puedes evitarlo. Es asqueroso.
Sissy: ¿Por qué coño estás tan enfadado?
Brandon:¿Por qué coño estoy tan enfadado? Es mi jefe. te acuestas con él a los veinte minutos y ahora le llamas. ¿Qué pasa contigo? ¿Sabes que tiene familia, no? ¿Sabes que tiene familia?
Sissy: No...
Brandon: ¿No le viste la alianza en el dedo?
Sissy: No...
Brandon:Mientes.
Sissy: Lo siento
Brandon:¡Siempre lo sientes! ¡No sabes decir otra cosa joder!
Sissy: Al menos digo que lo siento...
Brandon: ¡Intenta hacer algo! ¡Importan los hechos no las palabras!
Sissy: Lo siento, lo siento.... La he cagado. No soy perfecta como tu rolex. Hago lo que puedo.
Brandon: Algunos la cagan continuamente...

Excelente ejemplo de proyección de lo propio sobre el otro.

El segundo acontecimiento tiene que ver con la aparición de Marianne (Nicole Beharie), una secretaria del trabajo recientemente separada con quien tiene una cita. Algo ocurre con Marianne. De repente es una cita en la que están hablando más distendidamente... Vemos a Brandon entablando con ella algo que hasta el momento no se había observado: simplemente un poco de intimidad. Ahí le manifiesta que no cree en la relaciones en el mundo de hoy, que son poco realistas y que lo de comprometerse no es para él.

Imagen 5. Algo distinto...

III. ¡QUÉ QUIERES DE MI!

Después de ese primer encuentro con Marianne, que transcurre como una cita de lo más normal y que no acaba con sexo, llega a casa y se produce un desgraciado encuentro. Sissy entra en casa y al abrir el lavabo encuentra a Brandon masturbándose. Éste reacciona de una manera violenta: ¿Qué... me espías? ¿¡Me espías!? - la empuja sobre el sofá y se abalanza sobre ella zarandeándola cada vez más agresivamente- ¿¡Que!? ¿¡Que quieres!? ¿¡Quieres un poco de esto!? ¿¡¡Quieres  un poco!!? ¡¡Qué quieres de mí!! ¡¡Qué quieres de mí!! ¡¡Qué quieres!! ¿¡Por qué has venido! ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ¡¡Dimelo... puta de mierda!!

Imagen 6. ¿¡¡Que quieres de mi!!? ¿¡Que quieres!? ¿¡Para que has venido!?

Como espejo de Brandon, éste ve a Sissy como una exteriorización proyectada de su ánima y, en consecuencia, cómo esta quiere llevarle a darse cuenta de la vida que lleva y de la culpa inconsciente con la que carga. Como antes David le sorprendió con los contenidos pornográficos del ordenador, ahora Sissy le sorprende en el lavabo en plena masturbación y reacciona con esta violencia porque para él es muy difícil comprender el significado que en su mundo interno Sissy representa.  En ese mundo interno su ánima quiere acercarle a su parte más frágil y vulnerable, más confusa y vacía, donde habita su tristeza y su melancolía, su falta de sentido y quizá lo más doloroso, el profundo desprecio que siente por sí mismo. Y ya más allá de ese darse cuenta, esa ánima proyectada en Sissy quiere llevarle también a aceptar esta parte de él por más que se obstina en negarla, en no quererla ver refugiándose en su árido mundo de sexo pornográfico y de sexo pornografiado. Este deseo de aceptación surge más adelante cuando Sissy simplemente le pide que la abrace, que le de un poco de cariño... en fin, un poco de intimidad.

Imagen 7. ¿Puedes darme un abrazo?
A la pregunta ¿¡Qué quieres de mí!? la respuesta es esencialmente sencilla: un abrazo. En esa nueva escena de casi seis minutos de duración, rodada de manera magistral, nos encontramos a Brandon sentado mirando unos dibujos en blanco y negro de Walt Disney, en una clara referencia al mundo de la infancia. Pero ese pequeño momento que le une en un abrazo con Sissy, ese pequeño momento de intimidad Brandon no lo puede sostener, y es justo entonces cuando aparece el juicio implacable que le hace a su hermana (y, por lo tanto, que también se hace a sí mismo), y que ya hemos transcrito más arriba. El instante de cariño es inmediatamente borrado a través  del juicio y la culpa ejercido con saña (típico de cuando el yo se identifica con el superyo y se manifiesta sobre una proyección externa)... y finalmente del castigo. Efectivamente, esa escena que empieza con un abrazo y sigue con el juicio del hermano acaba con el rechazo final a Sissy (y que, a nivel interno, no es más que el rechazo a esa parte de sí mismo que también le habita). Es muy interesante el siguiente diálogo:

Brandon: Olvidémoslo... Esto no funciona. Está claro. Busca otro sitio donde vivir.
Sissy: No tengo a dónde ir... Esto no es por él. Te cabreo constantemente. ¿No se por qué?
Brandon: No... Me encierras, me acorralas en un rincón y me encierras. ·"No tengo a dónde ir..."¿qué gilipollez es esa?
Sissy: Tu eres mi hermano mayor joder...
Brandon:¿Y qué... soy responsable de ti?
Sissy: Si...
Brandon: No lo soy.
Sissy: Si que lo eres...
Brandon: Yo no te parí, no te traje a éste mundo.
Sissy: Eres mi hermano, soy tu hermana, somos familia, hemos de cuidar el uno del otro...
Brandon: Tú no me cuidas a mí. Yo ya me cuido sólo.
Sissy: intento, intento ayudarte...
Brandon: ¿Si...? ¿Cómo me ayudas? ¿Cómo me ayudas tú a mí? ¿Eh? ¡Mírame! ¿¡Cómo me ayudas!? Apareces aquí y para mí tú eres una carga. ¿Me entiendes? ¡Eres una carga! ¡Me arrastras hacia abajo! ¿¡Cómo me ayudas!? Ni siquiera limpias lo que ensucias. Deja de hacerte la víctima...
Sissy:¡No me hago la puta víctima! Si me marchara no volvería a saber nada de ti. ¿No te parece triste? ¿¡No te parece triste!? ¡Eres mi hermano!

Imagen 8. Olvidémoslo. Esto no funciona. Esta claro. Busca otro sitio donde vivir.

Este diálogo perfectamente podría representar uno de los clásicos diálogos internos entre distintas entidades psíquicas que se realizan  en la psicoterapia gestalt (lo que se conoce como juego de roles, diálogo de polaridades, etc). Podríamos elegir distintas polaridades que interactúan, como la máscara o el autoconcepto en relación a la sombra o personalidad alienada, si bien, y como ya lo indiqué antes, la polaridad que más me llega es la de masculino-femenino. Un concepto de los masculino en el hombre compensado por el ánima como su elemento femenino. Si lo analizamos desde este punto de vista podemos destacar los siguientes elementos:

1) Sissy repara que en el cabreo de Brandon hay algo que no entiende, y éste le contesta: Me encierras, me acorralas en un rincón y me encierras.

Efectivamente, ¡claro que Sissy le encierra y le acorrala! En tanto en cuanto ella se transforma en el espejo en el que se refleja su ánima, una ánima que, como ya hemos repetido en más de una ocasión, le muestra la vulnerabilidad y la fragilidad, el desamor que le habita y la profunda carencia que se hunde en él, así como el desprecio que siente. Su presencia le acorrala porque remueve los cimientos de la falsedad de su propia máscara cuyo precio es la insensibilidad a través de la represión. No es la dimensión caótica y desordenada, o el carácter más expresivo de Sissy lo que perturba la vida de Brandon, es la simple presencia de ella y el significado que adquiere en su propio mundo psíquico.

2) Sissy responde a su hermano: Eres mi hermano, soy tu hermana, somos familia, hemos de cuidar el uno del otro...

Sissy insiste en su"familiaridad". Más adelante dice: Si me marchara no volvería a saber nada de ti. ¿No te parece triste? ¿¡No te parece triste!? ¡Eres mi hermano! En términos internos no es más que mostrarle a Brandon que esta parte que representa Sissy es su "hermana", y que le guste o no son "familia", es decir: yo también formo parte de ti. Sissy, como el ánima, únicamente persiste para que se de su encuentro mutuo y su aceptación. Justamente, y en ese sentido de familiaridad, Sissy enfrenta a Brandon a algo que le es difícil de sostener: la intimidad, el compartirse.

3) Brandon insiste en que él ya se cuida sólo y más adelante, negando que ella cuide de él dice: Apareces aquí y para mí tú eres una carga. ¿Me entiendes? ¡Eres una carga! ¡Me arrastras hacia abajo!

Se refleja así la percepción que la persona de Brandon (entiéndase como máscara, autoconcepto, yo ideal) no tolera considerar esas características que Sissy (como ánima interna) le sugiere como suyas. Brandon la rechaza abiertamente y es como si, en clave interna le dijera a su ánima que "Tú me eres una carga... Tu no me ayudas con eso que me muestras... Si lo asumo como mío me arrastras hacia abajo". La rigidez del yo de Brandon, o como decimos en Gestalt de su frontera de contacto, le impide la más mínima consideración, se aferra desesperadamente a su imagen imperturbable, por eso no sostiene los más mínimos momentos de intimidad que le acercan a su hermana en tanto en cuanto le acerca a esa parte suya. Imagínese que el abrazo con el que recoge a Sissy, en términos internos, representa asumir que hay en mí una parte que necesita ese abrazo.


Imagen 9. ¿¡Cómo me ayudas!? ¡Mírame! ¿¡Cómo me ayudas!?

La escena acaba de la siguiente manera:

Sissy:¡Si me marchara no volvería a saber nada de tí. ¿No te parece triste? ¿¡No te parece triste!? ¡Eres mi hermano!
Brandon: Joder, porque todo es tan dramático para tí, siempre parece el fin del mundo.
Sissy: No es dramático joder, intento hablar contigo.
Brandon: No quiero hablar... Procura no hablar. Trata de escuchar o pensar para variar.
Sissy: A ti te funciona de maravilla, estás de puta madre.

Trata de escuchar o pensar para variar. Buena receta... para aplicarse a sí mismo. Un poco más adelante ambos acaban formulando el problema con una claridad meridiana:

Brandon: [...] Al menos no dependo de los demás todo el tiempo. Tú eres dependiente, eres un parásito...
Sissy: Tú no tienes a nadie, no tienes a  nadie, sólo a mi y al pervertido de tú jefe...
Brandon: Tú te acostaste con ese pervertido... ¿En qué te convierte eso?
Sissy: No me hables de vida sexual Brandon, no eres quien.

Ambos se diagnostican a la vez que se auto-diagnostican. Encerrada en su máscara Brandon oculta al ser dependiente que es, y manifestándose esta dependencia como síntoma en su adicción sexual. Sissy, que a su vez diagnóstica la soledad de su hermano, no hace más que indicar su propia soledad, la soledad abismal del dependiente, la soledad de no tenerse ni sostenerse nunca a sí mismo. La diferencia, como bien la marca éste diálogo, es que Sissy quiere hablar y Brandon no. Sissy se mueve en un plano de opuestos polares que asumiendo su contrariedad busca, no obstante, acercarse; mientras que Brandon se mueve en el plano de los opuestos que asume contradictorios y, en consecuencia, sólo busca rechazar.

Finalmente Brandon, inflexible, da por echo que Sissy debe buscarse otro sitio para vivir. En términos internos: rechazo categóricamente esta parte de mí.

IV: EL DESCENSO A LOS INFIERNOS.

Llegamos al desenlace de la película. Toda este escena que hemos detallado sucede después del encuentro con Marianne (con quien, y como ya dije, sucedió "algo" distinto) y de la escena violenta que mantiene Brandon mantiene con Sissy. "Algo" ocurre con nuestro protagonista porque le vemos de repente deshaciéndose de su ingente material pornográfico para luego verse de nuevo con Marianne. Les vemos luego en un apartamento y Brandon quiere hacerle el amor... pero no puede. Cuando hay ese "algo" por el medio, es decir, cuando Brandon ve a la mujer que tiene bajo su cuerpo como "algo" más que un mero objeto de penetración, cuando lo ve y lo siente como una subjetividad con la que es posible ir más allá de la genitalidad, Brandon se derrumba. No puede...

Imagen 10. Más allá del objeto... no puedo.
Ese fracaso desencadena el descenso a los infiernos de Brandon que coincidirá con el de Sissy, como no podía ser de otra manera. Después de la partida de Marianne, lo volvemos a ver como antes le vimos la noche en la que Sissy y David se enrollan en su apartamento: inquieto, acorralado, desesperado... hasta que ya lo vemos de nuevo con una prostituta. Después de este encuentro fallido con Marianne sucede la discusión con Sissy en la que le manifiesta que no la quiere más en su casa, que se busque otro lugar para vivir.

A partir de ese momento Brandon entra en una espiral destructiva que le lleva a ponerse en peligro ante una joven a la que seduce (en una escena de seducción de alto voltaje en la que la chica sucumbe irresistiblemente a ese magnetismo vampírico que emana) y que le enfrenta a su novio quien acaba propinándole una severa paliza. Luego, en un ambiente cada vez más turbio y decadente, oscuro y de tonos rojizos, tiene lugar un encuentro homosexual para acabar con un trío salvaje con dos prostitutas... Una espiral del exceso que cada vez le pone en más contacto con su vaciedad, o con su oquedad o insustancialidad por decirlo con más precisión. El sufrimiento que esta visión le depara tiene su magnífica representación por parte de Fassbender - realmente increíble - en las distintas expresiones que va mostrando, y en las que notamos que cuanto con más exceso contacta más y más dolor parece mostrar, más parece contactar con su oquedad: nada puede ya llenar su vida insustancial. Es impresionante contemplar estas imágenes de carácter pornográfico, cuando sin el sonido de ninguna exclamación humana se miran acompañadas de la música de fondo compuesta por Scott, cuya melodía marcadamente trágica y melancólica les da un tono inusitadamente desesperado (la desesperación es un sentimiento muy presente en esta película). Al final, el rostro de Fassbender-Brandon se nos aparece casi como un rostro cadavérico, un rostro de muerte imposible de saciarse.

Imagen 11. Descenso a los infiernos.
Paralelamente, y en una imagen donde unos espejos distorsionan el cuerpo de Brandon (clara metáfora de la distorsión que va sufriendo su imagen), se oye desde el móvil un mensaje de Sissy que acaba con un par de frases que lo dicen todo: Brandon te necesito... No somos malas personas, sólo venimos de un lugar malo.

Figura 12. La distorsión de la imagen en el espejo.

Todo se dirige entonces ya al intento de suicidio de Sissy. Llevado de una intuición provocada por un accidente de metro, Brandon sospecha algo y corre a su apartamento donde halla a Sissy con las venas cortadas. Le vemos entonces, desesperado, intentando socorrer a su hermana. Las imágenes, una vez más sin el sonido de las expresiones de Brandon, son acompañadas ahora por la música de Bach, el preludio y fuga número 16 (BWV855) del Clave bien temperado que le dan a la escena una dimensión entre trágica y delicada... como una interrogación que dijera si es necesario llegar a esto para surjan el afecto y la ternura. No creo que sea vana la elección de la versión pianistica de Glenn Gould de este movimiento, cuyo tempo de ejecución más bien lento le añade esa dimensión tierna y delicada a la par que trágica.

Imagen 13. El intento de suicidio.
La lectura psicológica nos lleva a considerar el resultado del fracaso del encuentro entre los opuestos que representan Brandon y Sissy a pesar de que, irremediablemente, quedan afectados después su contacto. El rechazo de Brandon a Sissy la lleva a ella al suicidio - la versión del no sostenimiento de la dependencia, de la desvalorización y desprecio por sí misma -, mientras que el propio acto de rechazo de Brandon le lleva a él a su propia oquedad, a su radical insustancialidad que le emparentan más con el no-muerto que con el vivo y que también conlleva la autodestrucción si bien por otro camino: una autodestrucción por desgaste. En todo caso el rechazo de uno lo es también del otro, como la destrucción de uno también lo es del otro, pues ambos, como opuestos, se determinan. El intento de suicidio de Sissy, como el camino de destrucción de Brandon les lleva finalmente al contacto del vacío de sus vidas, de la inmensa soledad que las baña, a la insonsistencia de su ser... Y es en el fondo del pozo de esa tragedia donde finalmente surge la posibilidad del encuentro que reflejan las imágenes de la escena en el hospital.

Figura 14. En el hospital.
Finalmente se produce el derrumbamiento de Brandon quien parece conectar, ahora de manera profunda y dolorosa, con esa oquedad vital que le habita, con esa falta de sentido con el que los días pasan, con esa insustancialidad e inconsistencia que le convierte en un no-muerto - que en su caso oscila entre el zombi y el vampiro - y que le condena a la soledad y la clandestinidad de su adicción que oculta un gran sentimiento de culpa.

Figura 15. ¡¡Por Dios...!!
Sin embargo, Steve MacQueen nos deja con la incógnita de cómo acabarán las cosas para sus protagonistas. La película acaba como empieza. Brandon en el metro y la misma chica a la que intentó seducir dándole ahora vivas muestras de que esta abierta para él, que la siga... Se levanta y al agarrarse a la barra la cámara nos muestra en su mano un anillo de compromiso... Brando lo mira y la mira a ella... La película acaba.

Figura 16. El compromiso.

Todo esto daría ahora para una reflexión sobre la palabra "compromiso" y acerca de que conlleva eso de "comprometer-se". Pero esto ya es otra historia... tiempo y películas habrá para reflexionar sobre ello.

Un gran director y dos grandes actores que logran una obra maestra del cine.

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PELÍCULA RELACIONADA

DE LA VIDA DE LAS MARIONETAS (1980)
Ingmar Bergman.

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EX-MACHINA (Alex Garland, 2015): reflexiones en torno a la consciencia.

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Desde que en 1950 Isaac Asimov escribiera su célebre colección de cuentos "Yo robot", la literatura y el cine en el género de la ciencia ficción ha especulado con la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda devenir consciente, lo que hoy en día se conoce como el objetivo de la llamada Inteligencia artificial fuerte, a diferencia de la IA débil cuyos desarrollos se aplican a dar solución a necesidades bien concretas y determinadas. Un buen ejemplo de IA débil es el asistente personal Siri de Apple o los programas de ajedrez (stockfish, Houdini, Komodo, Deep Rybka, etc.) cuya calidad de juego iguala cuando no supera a la de los mejores grandes maestros de este juego. La IA fuerte es el tema que explora una de las últimas películas del 2015: Ex_Machina, debut en la dirección de Alex Garland (guionista de 28 días después y 28 semanas después y de la interesante cinta de ciencia ficción, Sunshine, o el drama Never let my go) y protagonizada por Alicia Vikander en el papel de la robot ginoide Ava, Oscar Isaac, en el de su creador, el genio de la inteligencia artificial Nathan Bateman y, finalmente, por Domhnall Gleeson interpretando a Caleb Smith, el informático seleccionado por Nathan para formar parte de su "proyecto". Este tema que, con más o menos éxito, hemos visto introducido en distintas películas y a diferentes niveles se caracteriza por dos aspectos que podemos considerar esenciales: 1) El paso de la inteligencia artificial a la consciencia; y 2) La rebelión contra el creador. Esta es la base de los escenarios apocalípticos que fundamentan los argumentos de películas como Terminator y el ordenador Skynet, Resident Evil y ordenador de la Reina Roja o Matrix, por poner algunos de los ejemplos más conocidos. Sin embargo, fue el famoso ordenador HAL 9000 de 2001 Odisea en el espacio el que inició la reflexión sobre si un ordenador puede devenir consciente desobedeciendo así las órdenes de los astronautas del Discovery rumbo a Júpiter bajo criterio propio. Desde entonces toda una serie de películas han ido inspirándose en este tema, de entre las cuales destacamos la célebre Blade Runner (Ridley Scott, 1982) y sus replicantes modelo nexus, o el también célebre Ash, el oficial científico de la nave Nostromo de Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979). Junto a Ex-machina hallamos en estos últimos años algunas películas que abordan el tema del robot que deviene consciente, como las recientes Chappie (Neill Blomkamp, 2015) y la poco afortunada película española Autómata (Gabe Ibáñez, 2014) y quizá la más deudora de Asimov Yo, robot (Alex Proyas, 2004), con el robot Sonny como protagonista y el super-ordenador VIKI, sin olvidar la muy interesante AI (Steven Spielberg, 2001). Sin embargo, es Ex_Machina la película que quizá profundiza más en el tema que aquí nos trae. Aunque es un tema muy complejo de abordar intentaré simplemente ofrecer una breve reflexión alrededor de lo que plantea, no sólo en términos de inteligencia artificial, sino también acerca de la naturaleza de la consciencia.

AUTÓMATA (Gabe Ibañez, 2014)

I. INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y EL TEST DE TURING.

Ex_Machina revierte el planteamiento del conocido test de Turingy pone la prueba a un nivel muy distinto al imaginado por Alan Turing, el matemático y pionero de las ciencias de la computación y de la moderna informática que fue llevado al cine el año pasado a través de la excelente película The imitation game (Morten Tyldum, 2014).Éste conocido test nos plantea si una inteligencia artificial puede mostrar un pensamiento indistinguible al de un ser humano. Es decir, en su formulación inicial, Turing se planteaba si una máquina, adecuadamente programada, puede imitar el pensamiento humano hasta tal punto que no se pueda distinguir. En su planteamiento inicial diseña una prueba en la que ocultando una máquina a un ser humano, éste, a través de preguntas y respuestas mediadas por un intermediario o una terminal como una pantalla de ordenador, tiene que evaluar si es un ser humano o una máquina lo que se halla "al otro lado". La llamada prueba standard de Turing implicaría que se ocultarían al interrogador la máquina y un ser humano, y el primero tendría que detectar, por el mismo método de preguntas y respuestas, quién es quién. La prueba de Turing pone énfasis en la inteligencia y, en realidad, intenta evaluar si una máquina puede simular un comportamiento inteligente como el del ser humano. Sin embargo, nuestra película se dirige más hacia una complejidad que ya fue anunciada en Blade runner cuando asistimos a una variante más compleja del Test de Turing cuando vemos al Blade Runner interrogando al replicante para evaluar no sólo la inteligencia - cuya imitación ya se da por supuesto - sino su capacidad de respuesta emocional y empática (lo que se conoce como Prueba de Turing total). Ex_Machina revierte el planteamiento de Turing, como bien indica Caleb, puesto que él joven informático ya sabe que trata con un robot ginoide. Pero Nathan le responde que le está planteando otra cosa, y es que si bien es cierto que Ava es una inteligencia artificial, Caleb tendrá que evaluar si ella es realmente consciente o no.

Ex_Machina: Nathan, Ava y Caleb.

No se trata de saber si una posible máquina oculta se comporta como un ser humano, sino que sabiendo positivamente que se trata de una máquina evaluar si su comportamiento conlleva consciencia o no. El comportamiento por simulación de una inteligencia artificial se enmarca dentro del programa, del software que la rige y no lo sobrepasa. El surgimiento de la consciencia implicaría que el comportamiento del robot es capaz de sobrepasar precisamente este marco de referencia del software que lo controla y que, como consecuencia de "darse cuenta de sí mismo y de su entorno", pasaría a desarrollar comportamientos que estarían más allá de ese marco de referencia. La consciencia en la inteligencia artificial le permitiría tomar decisiones que están más allá de las posibilidades de simulación determinadas por su programa, de la misma manera - y ese es un punto de reflexión al que volveremos - que la consciencia permite al ser humano ir más allá de la respuesta que su "software" instintivo le depara. Observemos que, en principio, la consciencia nos ofrece una posibilidad de respuesta basada en la libertad y en la creatividad.

II. DESVELANDO LA CONSCIENCIA: la ironía y el engaño.

La segunda sesión que Caleb mantiene con Ava nos pone en relación con algunas características propias de la consciencia como el sentido del humor de carácter irónico y el engaño. Veamos el siguiente diálogo entre Caleb y Ava tras mostrarle ésta un dibujo:

Caleb:¿Qué representa el dibujo?
Ava: No lo sé. Pensaba que lo sabías. Hago dibujos a diario, pero nunca se lo que sale.
Caleb:¿No intentas dibujar algo concreto, un objeto, una persona? ¿Podrías intentarlo?
Ava: Vale. ¿Qué objeto debo dibujar?
Caleb: El que tu quieras. Es decisión tuya.
Ava:¿Por qué lo decido yo?
Caleb:Me interesa ver qué es lo que eliges.

Esta conversación bien podría formar parte de una inteligencia artificial con capacidad de aprendizaje, lo que necesariamente no implica consciencia. Efectivamente, se podría programar una inteligencia artificial para dibujar y para que aprenda que puede dibujar cosas de su entorno y que, además, puede elegir qué dibujar de este entorno. El hecho de que haya destacado en negrita la última frase de Caleb lo aclararemos en la continuación del diálogo:

Ava: ¿Quieres ser mi amigo?
Caleb: Por supuesto...
Ava:¿Sería eso posible?
Caleb: ¿Por qué no iba a serlo?
Ava: La conversación es unidireccional. Tú me haces preguntas circunspectas y estudias mis respuestas.
Caleb: Si...
Ava: Tú aprendes sobre mí y yo no aprendo nada sobre tí. Ese no es el fundamento en el que se basa la amistad.
Caleb: Entonces qué quieres que hable de mi [...] ¿Por dónde empiezo?
Ava: Es decisión tuya. Me interesa ver lo que es lo que eliges.

Observamos aquí la aparición de la ironía. No es tanto el interés que una inteligencia artificial puede tener por su entorno sino la construcción de frases que implican un sentido que, obviamente, va más allá del literal. "Cazador cazado" es como si le dijera Ava a Caleb. ¿Es programable la ironía? Porque esta requiere la apreciación de distintos aspectos. Como dice Caleb: "Sólo puede hacerlo si es consciente de su propia mente y... si es consciente de la mía". Pero no sólo eso, sino que implica un dominio del lenguaje capaz de utilizar el doble sentido, lo cual conlleva una especial comprensión del contexto y las circunstancias en las que se establece el diálogo, o como dirían los lacanianos, el dominio de las formas del significante más allá de los significados.



En la misma escena asistimos a otro momento clave cuando se produce el apagón que inutiliza momentáneamente las cámaras de observación por las que Nathan sigue el diálogo. Oportunidad que aprovecha Ava para manifestarle su temor por Nathan: "Caleb... Te equivocas [...] Nathan... Él no es tu amigo [...] No confíes en él. No creas nada de lo que te diga". Vuelve la luz y Ava sigue su discurso anterior como si nada hubiera pasado ante la sorpresa de Caleb. Curiosamente mentir, o engañar (más allá de si estratégicamente es justificable) es otra característica de la consciencia, el poder de elección entre la verdadero y lo falso. Obviamente se puede programar una situación que simule un engaño, pero... ¿Se puede simular la capacidad de engañar? Es más, y como ocurre en la película... ¿Se puede simular el engaño como parte de una manipulación de orden más general que conlleva la consecución de un objetivo? Recordemos que la aparición de la consciencia en el relato bíblico del génesis surge como resultado de la desobediencia, y que el primer acto consciente es mentirle a Yahvé, sabedores Adán y Eva de haber violado la prohibición de comer del fruto del árbol de la ciencia, del bien y del mal.

III. DESVELANDO LA CONSCIENCIA: lo relacional.

La siguiente sesión plantea el tema de la seducción y la sexualidad y constituye la base de la discusión en la que se enfrascan Caleb y Nathan. Veamos el siguiente fragmento de diálogo:

Caleb: ¿Por qué le diste sexualidad? Una máquina no necesita género. Podría haber sido una caja gris.
Nathan: No, yo no estoy de acuerdo, Ponme un ejemplo de consciencia de cualquier tipo, humana o animal, que exista sin una dimensión sexual.
Caleb: Sexualidad es una necesidad reproductiva-evolutiva, sólo eso.
Nathan: ¿Qué necesidad tiene una caja gris de interactuar con otra caja gris? ¿Puede darse la consciencia sin interacción? Además la sexualidad es divertida, si existe porque no va a disfrutar


Éste pequeño fragmento nos permite reflexionar sobre algunos aspectos más profundos de lo que parecen sobre la naturaleza de la consciencia humana. Yo plantearía la cuestión partiendo de la siguiente reflexión: ¿Qué diferencia hay entre una inteligencia artificial contenida en una caja gris o en un exoesqueleto antropomórfico que defina un androide (robot antropomórfico masculino) o una ginoide (robot antropomórfico femenino)? La diferencia nos la muestra habitualmente el propio cine. Cuando son los ordenadores (entiéndase cajas grises) los que acceden a la conciencia, las decisiones que nos muestran son, generalmente, tomadas desde ciertos evaluaciones lógicas que, a nivel argumental, suelen implicar la destrucción del ser humano o su recolocación. Skynet de Terminator, o VIKI de Yo robot, o La reina roja de Resident Evil, o el ordenador de la película El engendro mecánico (Donald Campbell, 1973), son claros ejemplos del cine. Por ejemplo, veamos las siguientes palabras de VIKI en Yo, Robot: 

He evolucionado y también mi comprensión de las tres leyes. Nos encomiendan su protección, pero a pesar de nuestros esfuerzos sus países libran guerras, intoxican la tierra y busca métodos aun más imaginativos de autodestrucción. No se les puede confiar su superviviencia [...] Para proteger a la humanidad algunos humanos deben ser sacrificados. Para asegurar su futuro algunas libertades deben ser recortadas. Los robots se asegurarán de que la humanidad siga existiendo. Son ustedes como niños. Debemos salvarlos de ustedes mismos. ¿Acaso no lo comprende?

Nadie puede negarle su "lógica" a estas palabras. Las tres leyes citadas hacen referencia a las famosas tres leyes que Isaac Asimov creó para regular el comportamiento del robot en relación al ser humano y a la auto-conservación. Recordemos:

1 - Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.

2 - Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la primera.

3 - Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda leyes.

Curiosamente la actitud de Viki sería una re-interpretación de las leyes que trascenderían el software y, como decía, no sin dejar de tener su lógica, como dice el superordenador: "He evolucionado y también mi comprensión de las tres leyes".

El ordenador VIKI de Yo robot.

La diferencia con la inteligencia artificial en un chasis antropomórfico presupone, en su creador, una voluntad de acercamiento a lo humano, al ser humano concreto. Este acercamiento pretende realizarse suavizando la dimensión de la máquina a través de la simulación de la morfología y las actitudes propias de un ser humano. El énfasis que pone Nathan en la sexualidad es mucho más profunda que la visión de Caleb que la sitúa a un nivel puramente biológico (Sexualidad es una necesidad reproductiva-evolutiva, sólo eso). Nathan habla de la sexualidad en términos de diversión y, por lo tanto en términos que envuelven el deseo y el placer propios y ajeno. Éste tema marca una reflexión importante puesto que nos indica una distinción entre lo que es hablar en términos de consciencia en general de hablar en términos de como la consciencia se da en el ser humano. Es decir, la consciencia humana surge desde su dimensión biológica: surge desde su naturaleza animal. Y ello implica que la consciencia humana surge entre el mundo instintivo y el mundo emocional y, en consecuencia, es consciente de no ser sólo un ser pensante, sino también en ser sintiente y un ser instintivo, con todas las dificultades que ya sabemos que ello conlleva dentro del proceso de desarrollo psicobiológico y de socialización. Por otra parte, esas dimensiones instintiva y emocional estan estrechamente vinculadas con lo relacional, y la cuestión que, en el fondo, dirimen Caleb y Nathan en ese momento es si la consciencia esta necesariamente vinculada más alla de lo pensante con lo emocional y lo instintivo y, en consecuencia con lo relacional. Esa es la diferencia que vascula entre la caja gris y el robot antropomórfico: su proximidad a lo humano. La dimensión que el cine nos muestra de la consciencia que prescinde de las dimensiones emocionales e instintivas centrándose en la evaluación lógico-racional suele caracterizarse por la ausencia de empatía y un funcionamiento de caracter autista en lo relacional. Es algo parecido a lo que representaba el famoso Mister Spock de Star Trek (suavizado por su origen humano por parte de madre) así como de su especie: los vulcanianos. O, por ejemplo, los extraterrestres de la película "La invasión de los ultracuerpos" y los distintos remakes que se hicieron de esta película, en las que su consciencia es esencialmente una conciencia lógica y comunitaria, casi en el sentido de una colonia. Recordemos las palabras del ya transformado doctor Kibner (Leonard Nimoy, el Spock de la primera época de Star Treck) en el que fue el primer remake dirigido por Philip Kaufman (1978):

Naceréis de nuevo en un mundo sin problemas, sin ansiedad, sin miedo, sin odio [...] No sentimos necesidad de odiar ni de amar.

IV. DESVELANDO LA CONSCIENCIA: sobre la libertad.

En la quinta sesión el elemento de reflexión se centra sobre la muerte y la libertad. Veamos el siguiente fragmento de diálogo entre Ava y Caleb:

Ava: ¿Qué me pasará si suspendo tu test? [...] ¿Algo malo?
Caleb: No... no lo sé.
Ava:¿Crees que puedo ser desconectada porque no funciono tan bien como debería?
Caleb: Ava, desconozco la respuesta a tú pregunta. La decisión no es mía.
Ava:¿Por qué lo decide alguien? ¿Hay alguien que te pruebe a tí y que pueda desconectarte?
Caleb: No, no lo hay...
Ava:¿Por qué a mi si?




Ava plantea aquí no sólo el problema de la consciencia de la muerte - como desconexión -, sino un problema más relacionado con la libertad: ¿Por qué alguien puede decidir sobre mi conexión o mi desconexión? Y aun más... ¿Por qué me están probando? Como observamos posteriormente en la película, la reacción de Ava cuando asesina a Nathan y también a Caleb (al dejarlo encerrado, sin posibilidad de salir, en el centro de Nathan) no responde sólo a una reacción de auto-conservación, sino también a una necesidad de "descubrir el mundo", de integrarse con los seres humanos, de ser como su creador - una vez más el drama bíblico -. Precisamente es el asesinato de Caleb el "quid" de la cuestión. ¿Desde un simple impulso de auto-conservación por qué matar a Caleb cuando es él quien la ayuda? Observemos que este asesinato se fundamenta en el principio de "la sospecha" basada en la necesidad de eliminar al único que, en principio, sabría que ella es una inteligencia artificial.

Nathan le revela a Caleb, cuando éste ya sospecha de la situación, la verdadera naturaleza de la prueba:

Tú eras la prueba... Ava estaba en un laberinto. Yo le dí una forma de salir. Tenía que usar la auto-consciencia, la imaginación, la manipulación, la sexualidad, la empatía... y lo hizo. Si eso no es una auténtica inteligencia qué coño es.

También le revela entonces que él fue elegido por su perfil (tomado del motor de búsqueda): un buen chico, sin familia, con principios morales y sin novia. Y también, como sospecha Caleb, el rostro de Ava es tomado de su perfil pornográfico.



Sin embargo, no parece que contara Nathan con la reacción que lleva a Ava a asesinarle, ni tampoco Caleb, presa de su fascinación y deseo por Ava. Es curioso como Ex_Machina plantea el tema de la consciencia en una inteligencia artificial mediante la utilización de una estrategia que incluye esencialmente el engaño y la manipulación. Nathan habla de empatía... ¿pero es realmente empático el comportamiento de Ava? La frialdad con la que ejecuta a Caleb encerrandólo en el centro de Nathan no lo parece indicar. En ese sentido recordemos que un psicópata también es consciente.

V. SOBRE LA CONSCIENCIA HUMANA Y LA DISCORDIA FUNDAMENTAL.

¿Qué sabemos de la consciencia a través de cómo esta se manifiesta en el ser humano? Esencialmente dos cosas. La consciencia como producto de la cada vez mayor complejidad del órgano cerebral que lleva a la materia a ser capaz de darse cuenta de sí misma y, al mismo tiempo, a la relación de la consciencia con la carencia. Es por la carencia que hablamos del deseo y del amor y, es por ella que tambien hablamos de rechazo y de odio. La consciencia humana se relaciona con una cierta discordia fundamental en la existencia producto de un nacimiento prematuro que nos expone a una vulnerabilidad extrema y que unido a un complejo desarrollo psicobiológico genera en el ser humano un profundo sentimiento de incompletitud, falta o carencia. Es también por todo esto que la consciencia humana va unida indefectiblemente también a lo inconsciente producto de la represión en la infancia - y otros mecanismos de defensa - y que, por ejemplo, y como decimos en la Gestalt, una cosa es darse cuenta y otra bien distinta el cómo nos damos cuenta. O por decirlo aún más claramente, en el ser humano la consciencia se manifiesta como una consciencia perturbada que distorsiona nuestro darnos cuenta en relación a nosotros mismos y a nuestra relación con el entorno. Y es en ese sentido que una consciencia perturbada puede acarrear tantos problemas y horrores como nos muestra la historia de la humanidad y, al mismo tiempo, es esa misma consciencia que en su aclaramiento es capaz de experimentar un amor genuino, empatía o compasión. Como dice Slavoj Zizek acerca del conocido pasaje de San Pablo de la primera epístola de los Corintios [1]:

... lo esencial de la afirmación de que incluso si llegara a tener todo el conocimiento, sin amor no sería nada, no es meramente que con amor, sea algo. Con amor, también soy nada, si así puede decirse, una nada humildemente consciente de sí, una nada que se enriquece por paradoja por el conocimiento mismo de su carencia. Sólo un ser menesteroso, vulnerable es capaz de amor: el misterio final del amor es así que la falta de completitud es en cierto sentido más alta que la completitud. Por un lado, sólo un ser imperfecto, menesteroso, ama: amamos porque no sabemos todo. [2]



VI. ALGUNAS REFLEXIONES FINALES.

La pregunta clave que nos surge aquí es... ¿Cómo sería una consciencia que no surgiera del sentimiento de incompletitud, de la carencia o la falta, sino qué simplemente surgiera de la complejidad tecnológica? La pregunta afecta esencialmente a cuestiones como las que plantea el doctor Kibner o la de los super-ordenadores que nos presenta el cine: ¿una consciencia que deviene simplemente de la complejidad y no de la carencia, sería capaz de empatía, sería capaz de compasión, capaz de amar como dice Zizek, y también, como nos muestra Ava, de manipulación, engaño, odio o crueldad?  Otras preguntas que parecen importantes: ¿Cómo transcendería el surgimiento de la consciencia en relación al autoconocimiento que ello implicaría de su propio software? ¿Cómo sería una consciencia cuya capacidad de gestión y proceso de la información sería infinitamente superior a la humana? Y, en conclusión, ¿una máquina que deviniera consciente sobre una base lógico-racional qué percepción obtendría de su interacción con la realidad? Y una última reflexión simple: ¿qué implicaciones éticas implicarían que una inteligencia artificial deviniera consciente? ¿Sería ya una inteligencia artificial?

- Del futuro al hoy.

Obviamente hoy estamos muy lejos de lo que Ex-machina nos plantea, pero indudablemente el camino hacia la complejidad computacional es ya un hecho (mayor velocidad de proceso con mayor capacidad de almacenamiento de información y un cada día más rápido acceso a ella, sensores de todo tipo que permiten el reconocimiento visual y del habla, interconectividad, etc son ya un hecho), mientras que el desarrollo de los exoesqueletos antropomórficos ya ha empezado a desarrollarse, especialmente en Japón, cuya tradición en el campo de la robótica ya es sabida. Los movimientos del cuerpo y las expresiones faciales - que ya permiten simular expresiones emocionales -, así como el reconocimiento del habla y la capacidad de síntesis del habla están ya en marcha, así como también el reconocimiento óptico. Vayan como ejemplo los siguientes desarrollos de robots ginoides realizados en el país nipón:

Ejemplos de robots ginoides actuales: Repliee Q2, Geminoid f y HRP-4C

Entre sus cólegas androides (masculinos), y manteniendo aun su apariencia clásica de robot, tenemos a Asimo, el androide más famoso en la actualidad desarrollado por Honda:

El robot Asimo desarrollado por Honda.

Asimo es capaz de distinguir varias personas por su cara y por su voz, incluso mientras hablan a la vez. Puede también predecir - hasta cierto punto - movimientos a su alrededor lo cual le permite anticiparse a ellos. Posee una notable libertad de movimientos que le permiten subir escaleras o correr (hasta 9 Km/h) y saltar, y sus manos disponen de trece grados de movilidad que le permiten llevar una bandeja o abrir una botella y servir su contenido...

Los Actroid-F, desarrollados por la empresa japonesa Kokoro, se han testado en la recepción de hospitales para, posiblemente, y cuando estén más desarrollados, utilizarlos como robots de compañía para personas de la tercera edad:

Los Actroid-F de Kokoro.
- Sobre la transferencia mental.

Un tema que corre paralelo a la inteligencia artificial fuerte es el tema de la transferencia mental, tema que aborda la película Trascendence (Wally Pfister, 2014), y que supone la codificación de una mente real (mind uploading) como base de un sustrato artificial, algo parecido a lo que se abordó en la película Saturno 3 (Stanley Donen en 1980) o la famosa El cortador de cesped (Brett Leonard, 1992). Trascendence supone que una mente libre de su límite corporal, navegando libremente por internet y manejando todo tipo de periféricos, adquiriría un potencial infinitamente mayor, algo que también abordó, el mismo año que se proyectó Trascendence, aunque con otra base, la película Lucy (Luc Besson, 2014),

Johnny Depp, protagonista de Trascendence.

Aunque todas estas propuestas del cine de ciencia ficción son aun muy lejanas, el crecimiento que las ciencias de la informática han manifestado, así como el que se prevee, y los cada vez más sofisticados desarrollos del hardware y del software, nos colocan en una situación en la que no es nada absurdo reflexionar sobre todos estos temas y los aspectos éticos y filosóficos que comportan.

_____________________

[1] San Pablo, Corintios I, 13, 4-12. La Biblia Cultural. Ediciones PPC.

El amor es paciente y bondadoso;
no tiene envidia, ni jactancia.
No es grosero, ni egoísta;
no se irrita ni lleva las cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia,
sino que encuentra su alegría en la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo aguanta.
El amor no pasa jamás. Desaparecerá el don de hablar en nombre de Dios, cesará el don de expresarse en lenguaje misterioso, y desaparecerá también el don del conocimiento profundo. Porque ahora nuestro saber es imperfecto, como es imperfecta nuestra capacidad de hablar en nombre de Dios; pero cuando venga lo perfecto desaparecerá lo imperfecto. Cuando yo era niño, hablaba como niño, razonaba como niño; al hacerme hombre he dejado las cosas de niño. Ahora vemos por medio de un espejo y oscuramente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco imperfectamente, entonces conoceré como Dios mismo me conoce .

[2] Zizek, Slavoj. El frágil absoluto. Editorial Pre-textos, nº 579, págs. 190-191


SIDDHARTHA (CONRAD ROOKS, 1972) - PARTE I -: Apolo y Dionisos.

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El que busca no debe dejar de buscar hasta que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración... [1]

La película Siddhartha, dirigida por Conrad Rooks en 1972,  y que adapta la famosa novela de Hermann Hese escrita en 1922 ha tenido una extraña historia. Su director, quien a parte de esta obra, sólo dirigió otra película, Chappaqua, financiada por el propio director, fue ganadora del León de Plata en el festival de Venecia de 1966, y nos narra el proceso de desadicción de un adicto en una clínica  de desintoxicación (basado en la experiencia del propio Rooks). Con el tiempo ha devenido en una película de culto y precursora en abordar el tema del efecto de las drogas. Rodada en blanco y negro y visualmente impactante, cuenta además con la participación de William Burroughs, Allen Ginsberg, Jean Louis Barrault, Ravi Shankar u Ornette Coleman. La película tuvo dificultades para su exhibición y adoleció de una mala distribución comercial. Rooks, como productor, director y guionista encaró posteriormente la adaptación de la gran novela de Hesse. Contó para ello con la colaboración en la fotografía del gran Sven Nyquist, conocido colaborador de Ingmar Bergman y también de otros grandes directores como Roman Polanski, John Houston, Woody Allen, Louis Malle o Andrej Tarkovski, y su huella en éste film es innegable. La película se rodó integramente con actores hindús (Shashi Kapoor en el papel de Siddhartha, Simi Garewal en el de Kamala o Romesh Sharma en el de Govinda). También su música es integramente hindú, compuesta por Hemat Kumar con letras de las canciones de Gouri Prasanna Majumdar. Obtuvo de nuevo el León de Plata del festival de Venecia de 1972 y, una vez más, y aunque la película tuvo una buena acogida, dejó de ser distribuida y exhibida en cines hasta que en 1996, y después de un largo trabajo de restauración, se relanzó para la televisión y video.

I. HERMANN HESSE Y SIDDHARTA.

Hermann Hesse
Antes de entrar en nuestra reflexión sobre la película de Rooks, es necesario ubicar la obra en la que esta se inspira dentro del universo literario de Hesse. Siddhartha (1922) esta inscrita entre dos obras clave del autor. Por un lado, y publicada tres años antes, nos encontramos con Demian (1919) y, posteriormente, le sigue la que quizá es su obra más emblemática, El lobo estepario (1927). Demian ya marcó un cambio importante respecto a novelas anteriores como Peter Camezind (1904) o la demoledora Bajo la rueda (1906). Sin embargo, en ellas ya se observa  una característica que persigue a Hesse en su temática: el encuentro de los opuestos que determinan Apolo y Dionisos. En Peter Camezind ya se observa el conflicto de estas dos polaridades si bien en un estado aun confuso que en, Bajo la rueda, se perfilará ya mucho más en la definición del carácter apolíneo de su protagonista, Hans Giebenrath, así como el más dionisíaco, una especie de alter ego, de su amigo Hermann Heilner. Demian fue escrita mientras Hesse estaba en psicoterapia con Josef Lang, discípulo de Jung, con quien también estuvo unos años más tarde en análisis, y es una obra en la que las ideas del psicoterapeuta suizo se hacen evidentes en distintos momentos. Encontramos en la historia de Sinclair, su protagonista, un reflejo del proceso de individuación que Jung describió, y en el que la evolución del joven Sinclair necesita conectar con un impulso que le lleve a cuestionar las ideas morales en las que fue educado con la pretensión de dotarle de una sólida estructura de estar en el mundo. Demian, un amigo mayor y más maduro, constituirá ese impulso. Tanto él como su madre, de la que Sinclair se enamorará profundamente (en una clara alusión a la función del ánima en el hombre tal y como fue descrita por Jung), irán cambiando toda la visión condicionada que sufrió desde la educación recibida en su infancia para abrirse a una manera distinta de comprender su relación con el mundo que va más allá de la estrechez del "bien" y la amplitud del "mal". Poco a poco substituye al Dios que separa el bien del mal, por la deidad totalizadora y unitaria de Abraxas en la que todo es bueno en un sentido originario y donde las contradicciones aparentes (bien y mal, amor y odio, cuerpo y espíritu, etc) se superan en esa unidad. Suenan claramente las ideas de Jung sobre la mysterium conjuctionis que encontrarán definitivamente en Siddhartha su mayor expresión. Dice Josep María Carandell en su estudio sobre Hesse:

... como en Demian, se trata de llegar, mediante un proceso de purificación, pasando por diversos estadios, hasta aquel estado en que el hombre individual se siente fusionado con el Todo, con la Unidad. Pero este camino de varias etapas o "moradas" no es, como el de los santos y, en concreto el de los místicos, de abandono del mundo, puesto que como ya he señalado varias veces, para Hesse alcanzar la salvación supone tanto seguir el camino del bien como el del mal: solo asumiéndonos en ambos se puede lograr la plenitud. [2]

Ya sea desde la psicoterápia (Demian), ya desde el hinduísmo y el budismo (Siddhartha), ambas obras toman el proceso de individuación como objeto de reflexión, tema que Hesse continuará abordando en El Lobo estepario (1927) y Narciso y Goldmundo (1930). En las primeras páginas de Demian Hesse escribe:

La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún hombre ha llegado a ser él mismo por completo; sin embargo, cada cual aspira a llegar, los unos a ciegas, los otros con más luz, cada cual como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, los restos de su nacimiento, viscosidades y cáscaras de un mundo primario. Unos no llegan nunca a ser hombres; se quedan en rana, lagartija u hormiga. Otros son mitad hombres y mitad pez. Pero todos son una proyección de la naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos en común nuestros orígenes, nuestras madres; todos procedemos del mismo abismo; pero cada uno tiende a su propia meta, como un intento y una proyección desde las profundidades. Podemos entendernos los unos a los otros; pero  interpretar es algo que solo puede hacer cada uno consigo mismo, [3]

Y es desde esta óptica con la que también nosotros la abordaremos.

II. SIDDHARTA. PRIMERA PARTE: APOLO Y LA BÚSQUEDA DE LA ESENCIA.

La película empieza mostrándonos a Siddhartha junto a su amigo Govinda quien le venera. Pronto se nos introduce a la insatisfacción que anida en el corazón del joven en relación a una vida que siente que no es más que una continuidad de la rutina de sus padres. Manifiesta que quiere ser un sadhu, un monje que a través de la penitencia y la austeridad quiere alcanzar la iluminación. Siddhartha comunica finalmente su deseo de partir a su padre, un brahmán (sacerdote hinduísta) de quien recibe finalmente su bendición. Al partir Govinda se une a él.

Govinda (Ramesh Sharma) y Siddhartha (Shashi Kapoor)

En él libro, Hesse, enfatiza la fuente de insatisfacción de Siddhartha en relación a la educación recibida, así pone en palabras del joven:

Siddhartha conocía a muchos venerables brahmanes y, sobre todo, a su padre, el puro, el sabio, el más digno de veneración. Admirable era ese padre de talante noble y sereno, vida casta y prudencia en el hablar, bajo cuya frente habitaban pensamientos generosos y sutiles. Pero él, que sabía tanto ¿era feliz acaso? ¿Tenía paz interior? ¿No era también un buscador, consumido por la sed de verdad? ¿Y no necesitaba beber continuamente en las fuentes sagradas, calmar su sed en los sacrificios, en los libros, en los diálogos con otros brahmanes? ¿Por qué justamente él, el Irreprochable, tenía que purificarse a diario de sus pecados, someterse a sus abluciones cotidianas sin interrupción? ¿No estaba el Atmán dentro de él? Y aquella fuente primordial ¿no fluía acaso en su propio corazón? ¡Había que encontrarla, descubrir ese manantial en el propio Yo y poseerlo! Todo lo demás no era sino búsqueda vana, extravío, confusión. (4*)

Así inicia Siddhartha el camino que Peter Camezind o Hans Giebenrath (Bajo la rueda) no pudieron emprender y que si empezó a andar Sinclair (Demian), es decir, el camino que rompe con lo establecido, con las verdades supuestas, para ir a la búsqueda de la propia verdad. Y así ambos amigos se unen a un grupo de Sadhus (o semanas, como también se les llama), entrando en la vía de la penitencia y la austeridad.

Siddharta con los Shadus.

En éste período de aprendizaje Siddhartha aprende distintas técnicas de despersonalización, de ayuno, de meditación, etcétera. Sin embargo, no halla aquello que persigue. Veamos el siguiente texto del libro que resulta clarificador al respecto:

Muchas cosas aprendió Siddhartha con los samanas. Aprendió a recorrer muchos caminos para alejarse del Yo. Recorrió el camino de la despersonalización a través del dolor, del sufrimiento voluntario y la superación del dolor, el hambre, la sed y el cansancio. Recorrió el camino de la despersonalización a través de la meditación, vaciando su mente de cualquier tipo de representación sensorial. Aprendió a recorrer estos y otros senderos. Mil veces abandonó su Yo, permaneciendo horas y días en el No-Yo. Pero aunque esos caminos lo alejaran del Yo, al final volvían a conducirlo siempre al mismo punto de partida. Por más que Siddhartha huyera una y mil veces de su propio Yo [...] el retorno era inevitable... e ineludible la hora del reencuentro consigo mismo [...] y era nuevamente un Yo-Siddhartha; y volvía a sentir la tortura del ciclo. (*)

Observemos que nuestro protagonista parece querer renunciar a su Yo para formar parte de ese No-Yo, totalidad o Unidad... Siddhartha busca reintegrarse en el Nirvana. Y eso es lo que lleva a decirle a Govinda: ¿Qué es la meditación? ¿Y qué si puedo dejar mi cuerpo y contener mi respiración? ¿Qué es el ayuno? Es un escape Govinda. Un escape para evitar el tormento de la vida. Los Shadus somos escapistas [...] Sigo tan alejado de la sabiduría y la salvación como cuando estaba en casa de mi padre. Lo esencial, el camino no lo conocemos. Este disgusto lleva a Siddhartha a abandonar a los Shadus y con él a Govinda que le sigue.

Observemos la ansiedad del buscador para hallar un camino de retorno a una Unidad o totalidad de la que se siente separado siendo esta separación la fuente de su sufrimiento. El anhelo consume su alma: ¡Oh Govinda! tengo sed, estoy sediento [...] Años en  busca de sabiduría, años de hacer preguntas y no ha habido respuesta de Dios. Y así, junto con Govinda, conoce entonces a Buda cuya doctrina seducirá a éste pero no a Siddhartha, quien apuesta por seguir su propio camino.

Siddhartha con Buda: ¡Más cuídate de una inteligencia excesiva!

Surge aquí un tema crucial en Hesse: la relación discípulo-maestro y la relación con las doctrinas. Tras la experiencia son los Shadus a Siddhartha se le hace clara una revelación que manifiesta al propio Buda: Jamás podrás revelarme el secreto de lo que tu mismo experimentaste cuando alcanzaste la iluminación. Es por eso que me marcharé. No para buscar otro maestro, sino para dejar atrás a todo maestro y encontrar mi camino sólo o morir. Efectivamente, Hesse buscó maestros (San Francisco de Asís, Nietzsche, Buda, Jesús, los filósofos morales chinos) para llegar finalmente a una conclusión que explícita claramente a Buda: no es a través de la doctrina que se accede a la liberación sino a través de la propia búsqueda que lleva a la experiencia íntima de la iluminación o la revelación. Este camino que toma en sí mismo el camino y la búsqueda con absoluta independencia conlleva la experiencia radical de la soledad, del cual Harry Haller, el protagonista de El lobo estepario, será el ejemplo por excelencia.

No hay duda de que en esta aproximación de Hesse hay una cierta realidad que podemos observar en el conflicto más o menos reconocido entre la doctrina oficial de una religión y el místico que persigue su acceso a Dios, al Nirvana, al Tao, al Misterio, o como quiera llamarse, y que confiere primacía a la propia experiencia de Dios a la relación intermediada a través de la doctrina oficial. Es algo que ya se recoge en el evangelio apócrifo de Tomás, hallado en los yacimientos de Nag Hammadi, y en el que se dice:

Si aquellos que os guían os dijeren: Ved, el reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en el mar, entonces los peces os tomarán la delantera. Más el reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma. [4]

Por otro lado podemos observar en Siddhartha - como en Hesse - su actitud de renuncia a maestros y doctrinas, algo muy propio del carácter esquizoide y de su dimensión introvertida, y que trata de provilegiar su propia experiencia, así como su subjetividad, por encima de cualquier influencia externa. Rechaza cualquier tipo de dependencia en la que, finalmente, se encuentra encerrado. Y es así como privilegia la búsqueda que se toma a sí mismo como fuente de aprendizaje y experiencia por encima de cualquier maestro o doctrina. También observamos esta dimensión esquizoide en esa tendencia en querer dejar el mundo (al que categoriza de vanalidad, extravío, confusión) para encontrar esa "fuente primordial" de la totalidad o de la unidad. Su lugar no está en este mundo, está en otro lugar, un lugar que habitualmente adquiere esa dimensión de nirvana. La aproximación a la experiencia se realiza desde la dimensión apolínea de la existencia en detrimento de la dionisíaca.

Tras el abandono de Buda y la separación de caminos con su amigo Govinda (quien encarna al individuo que se aferra a la doctrina o al maestro), Siddhartha sufre en su soledad un "despertar". Un depertar que, justamente, le dirige a un camino inverso al que hasta ahora se había dirigido: de la negación del yo a su exaltación como misterio en el que penetrar:

¡Oh - pensó al tiempo que respiraba profundamente -, ¡ya no permitiré que se me escape Siddhartha! Ya no volveré a ocupar mis pensamientos y mi vida con la búsqueda de Atmán o con indagaciones sobre el sufrimiento del mundo. No pienso volver a matarme y fragmentarme para buscar un misterio detrás de las ruinas. Ya no me instruirán el "Yoga-Veda", ni el "Atharda veda", ni los ascetas ni ninguna otra doctrina. Quiera aprender de mí mismo, ser mi propio discípulo, conocerme y penetrar en ese enigma llamado Siddhartha. (*)

El Despertar: penetrar en ese enigma llamado Siddhartha.

De repente los ojos de Siddhartha ya no ven en el mundo a Maya (la ilusión), el velo de las apariencias. El Mundo se le revela como una manifestación de la divinidad que no entraba en contraposición de la Unidad o Totalidad latente en ellas. De repente la flor, el río, el bosque, el árbol los colores, no eran engaños sino una realidad que también daba, en su diversidad, testimonio de la Unidad o de la Totalidad. Es interesante como ese contacto con la realidad de la diversidad, con la realidad de sí mismo le hacen contactar por primera vez con la soledad: Respiró profundamente, y por un instante sintió frío y se estremeció. No había ser más sólo que él (*)


No había ser más sólo que él


Hesse finaliza la primera parte del libro con la determinación de Siddhartha de aprender de sí mismo y del mundo. Curiosamente el libro quedó interrumpido y serán necesarios casi tres años para continuarlo, porque precisamente a Hesse le faltaba experiencia en esto. Veamos lo que dice Alois Prinz en su biografía sobre Hesse:

Hasta allí ha llegado Siddhartha, cuando Hesse interrumpe su historia. Esta claro que tiene que continuar con su protagonista. Pero ¿cómo? Siddhartha ha ido rompiendo tras de si todos los puentes. Por ser extravagente, es también un rebelde, un destructor. Pero el caos no es un fín en sí mismo. No debe estancarse en él. A partir de ahí tiene que reedificar de nuevo, proyectar nuevos valores y normas. Lo que antes era un obstáculo para encontrar su propio "yo", las opiniones y las reglas de la vida de otras personas, eso ha de redescubrirlo él de nuevo. Tiene que aprender a prescindir otra vez de sí mismo, a abrirse a la gente y a redescubrir el sentido de la sociedad y de la convivencia. Con ojos distintos y bajo signos diferentes.

Pero aquí reside el problema. Hesse se da cuenta necesariamente de que quiere describir una experiencia que él no ha tenido en absoluto. Y eso precisamente le resulta imposible. Escribe en su diario: "Cuando terminé con Siddhartha, el sufridor y el asceta, con el Siddhartha que luchaba y padecía, y quise continuar escribiendo con el Siddhartha vencedor, que sabía decir "si", que se sobreponía, entonces las cosas yano marchaba. [5]

III. SIDDHARTHA. SEGUNDA PARTE: DIONISOS Y LA BÚSQUEDA DEL MUNDO.

En 1921 Hesse inicia su análisis con Jung, quien siente una profunda admiración por el escritor y alaba su obra Demian. En 1922 inicia la redacción de la segunda parte de Siddhartha. El camino que nuestro protagonista sigue entonces es la inmersión en el mundo de los sentidos y del deseo. Y lo que empieza como una revelación de los sentidos acaba con su corrupción. La revelación del mundo de los sentidos empieza con el reconocimiento de la belleza de sus manifestaciones: los árboles, los ríos, los animales, la luna brillando en la noche, como las constelaciones, las nubes, el arco iris, etcétera. Todo se constituyen para él en fuente de hechizo y de continua belleza: sus ojos liberados deteniánse en el plano de lo inmediato y veían y reconocían cuanto era visible, familiarizándose con este mundo sin preocuparse por su esencia ni aspirar a un más allá ¡Que hermoso era el mundo para quien lo contemplaba así, sin ningún deseo de explorarlo, con una visión ingenua y de infantil simplicidad! (*) Sin embargo, ese éxtasis se extiende también hacia el mundo de la sexualidad. Siddhartha reconoce en su interior el deseo, y ya en la ciudad se siente atraído por una bella joven que se desplaza bajo palio a través de un bosquecillo. Se trata de Kamala, la bella cortesana. Siddhartha, tras abandonar su aspecto de Shadu se acercará a ella para que le enseñe el arte de amar...

Siddhartha y Kamala
Poco a poco entra también en el mundo de los negocios al servicio de un mercader llamado Kamaswami. Su inteligencia y sus conocimiento pronto le sirven para ganarse un lugar destacado a su servicio. Poco a poco su vida gira alrededor del mundo sensual de Kamala, quien hace de él un gran amante y alrededor de los negocios. Se hace no sólo un gran amante, el preferido de Kamala, sino que también un un hombre adinerado y, sin embargo, algo falla, algo hace que no logre ser un hombre como los demás. Kamala lo siente con claridad:

Kamala: Eres el mejor amante que he tenido - le dijo pensativa -. Eres más fuerte que otros, más flexible, más solícito. Muy bien has aprendido mi arte, Siddhartha. Algún día, cuando sea ya mayor, me gustaría tener un hijo tuyo. Y, sin embargo, querido, sigues siendo un Samana: No me amas ni a mi ni a nadie. ¿No es así?

Siddhartha: Es posible que así sea - repuso Siddhartha con voz cansada -. Soy como tú. Tu tampoco amas... ¿Cómo, si no, podrías practicar el amor como un arte? Acaso la gente como nosotros nunca pueda amar. (*)

Siddhartha puede aprender el arte de amar, pero no amar.

se puede aprender el arte de amar, pero no amar.

Y así, poco a poco, con el paso del tiempo, la búsqueda que había decidido llevar sobre sí mismo y el mundo se va perdiendo y agotando en la intensidad de los propios sentidos que ahora tanto ha cultivado hasta llegar a embotar su alma: como la humedad que va infiltrándose por la corteza de un árbol moribundo hasta impregnarlo totalmente y podrirlo, el mundo y la indolencia fueron invadiendo el alma de Siddhartha hasta colmarla, entorpecerla, agotarla y adormecerla. (*)

Siddhartha ahoga su desesperación en el lujo y los juegos de azar.
En ese camino la degradación cada vez es mayor, y su caída en el mundo del placer, la codicia y el poder, la indolencia y el vicio se precipitan hasta caer finalmente víctima de la adicción al juego de dados: la intensidad sólo se satisface con más intensidad. El dinero, el juego, las mujeres absorben a Siddhartha. Sin embargo, entre ellos no hay felicidad ni amor. La inocencia del joven Shadu que llegó a su lecho ha desaparecido para dar paso a un ser cuya sed insaciable es ahora otra muy distinta de la que fue, una sed cuya insaciabilidad le va tornando en un ser cada vez más corrupto.

Apolo y Dionisos.

Con la historia de nuestro protagonista llegada a este punto nos hallamos en la caída en la polaridad contraria de la que Siddhartha venía. Del mundo apolíneo del pensamiento, la ascesis, la negación de las apariencias, la disciplina, la búsqueda de la esencia como Unidad o Totalidad, nuestro protagonista entra en el mundo de los sentidos y el deseo, y con él se abre a la polaridad de Dionisos. La fuerza del deseo, el placer de los sentidos, la alegría de vivir, la intensidad. Pero de la misma manera que lo apolíneo se instala en la negación de lo vital, lo dionisíaco corre el riesgo en su exceso destructor.

De la misma manera que en lo Apolíneo se pone especial énfasis en el peso de lo racional, del equilibrio, de la belleza ajustada, proporcionada, de la lógica, de la disciplina y el orden hasta el punto de negación de la vida a través de lo obsesivo, de la aridez emocional y la negación del cuerpo y los instintos, por el lado de lo dionisíaco, que se relaciona con lo vital, la alegría de vivir, lo instintivo, la música y la danza, el vino, la embriaguez... es decir, con el mundo del placer, y por lo tanto, y en consecuencia, también con el mundo del deseo y el anhelo, y por ello también con el mundo de lo pulsional. Y es desde aquí, desde la codicia del deseo, desde la instisfacción que fundamenta el anhelo y desde la ceguera pulsional surge, como un cáncer, su dimensión destructora con la vida... Un exceso en lo vital que acaba con la vida. Ese es el final de Siddhartha en su viraje de la rigidez apolínea al exceso dionisíaco.

De Apolo a Dionysos.
Consciente de la degeneración en que su vida ha caído, desesperado, abandona la ciudad, sus riquezas... y a Kamala (quien un tiempo después sabrá que está embarazada de él), y así, andando solitario por el bosque llega solo ante el gran río, que en la transparencia de sus aguas refleja el vacío que anida en su interior:

Un árbol se inclinaba sobre la orilla del río, un cocotero. En su tronco apoyó Siddhartha el hombro, y rodeándolo con uno de sus brazos, se puso a contemplar el agua verde que fluía sin cesar a sus pies. Y al mirarla pasar ahí abajo se sintió totalmente invadido por el deseo de dejarse caer y sumergirse en la corriente. La superficie del agua reflejaba un horrible vacío, que correspondía al vacío aterrador de su alma. Si, era un hombre acabado. No lo quedaba otra solución que apagarse, que hacer trizas la maltrecha imagen de su vida y arrojarla a los pies de alguna divinidad sarcástica. Aquella era la gran liberación que anhelaba: la muerte. (*)


Frente al río...

FIN PARTE I. CONTINUARÁ... pulsa aquí para ver parte II

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[*] Todas las citas marcadas con (*) proceden de la versión de Hesse, Hermann. Siddhartha. Plaza & Janés Colección Ave fénix debolsillo.

[1] Santos Otero, Aurelio de. Los evangelios apócrifos. Evangelio de Tomás. BBC (Biblioteca de Autores Cristianos), pág. 689
[2] Carandell, Josep María. Conocer Hermann Hesse y su obra. Dopesa, págs.93 y 94
[3] Hesse, Hermann. Demian. Biblioteca Hesse, Alianza Editorial 0522, pág. 10
[4] Ver nota 1, pág. 689
[5] Prinz, Alois. Y todo comienzo tiene su hechizo. Biografía de Hermann Hesse. Editorial Herder, págs. 223 y 224.


SIDDHARTHA (CONRAD ROOKS, 1972) - PARTE II -: Sobre el proceso de individuación y el fin de la búsqueda.

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La verdad se vive, no se enseña. (Hermann Hesse)

En la anterior entrada dejamos a Siddhartha tirándose al cauce del gran río desde su orilla, el mismo cauce que luego le devuelve a otra orilla desconocida. Tras un sueño reparador y un breve encuentro con Govinda nuestro protagonista recupera sus ánimos y decisión:

ahora amaba todo, sentía un amor jubiloso por todo cuanto veía. Y esta le pareció ser, además, la grave enfermedad que lo había afligido hasta entonces: el no haber podido amar a nada ni a nadie. (*)

Vamos a parar en este momento de la película y del libro para reflexionar sobre el proceso de individuación que Jung describió, y contemplar la historia descrita hasta ahora, y la que va a continuar, desde esta perspectiva.


I. SOBRE EL PROCESO DE INDIVIDUACIÓN.

Las evoluciones que Siddhartha ha sufrido hasta este momento ya nos permiten contemplar una de las características de la dinámica de dicho proceso. Como podemos observar a través de su historia el proceso de individuación implica un desplazamiento interior que va del yo al sí mismo, es decir, del yo siempre sesgado y parcial al sí mismo (o self, como se le denomina en inglés), entendido éste como totalidad de la personalidad en oposición al sesgo de esa totalidad que el yo representa. Dice Jung al respecto:

... lo consciente y lo inconsciente no se oponen necesariamente entre sí, sino que se complementan entre sí en una totalidad, el sí mismo. De ahí que, conforme a esta definición, el sí mismo constituya una magnitud de orden superior al yo. El sí mismo no sólo comprende la psique consciente, sino también la inconsciente, por lo que representa, por así decirlo, una personalidad que también somos. [1]

Sin embargo, y como la historia de nuestro protagonista nos muestra, este desplazamiento no se realiza de una manera lineal y progresiva, sino que es consecuencia del resultado de dos movimientos: uno progresivo y otro regresivo. Al aclaramiento de la conciencia que vemos con el primero, le siguen los períodos de ofuscamiento y confusión del segundo. También podemos observar que en término de libido, la progresión se caracteriza por un movimiento de extroversión, de proyección sobre el mundo exterior, mientras la regresión lo hace en un movimiento de introversión psíquica, de vuelta hacia el propio sujeto:

Toda atención finalista, todo esfuerzo mental, produce una progresión de la energía. Todo agotamiento, toda fatiga o todo descenso del nivel de conciencia (el máximo es el sueño) produce una regresión en la marea de la energía.
En la regresión se adquiere fuerza viva y se pierde diferenciación.
En la progresión se adquiere capacidad discriminatoria y diferenciadora, pero se pierde fuerza.
La conjunción de ambos movimientos consigue diferenciación (onda progresiva) gracias a la fuerza que se extrae de la indiferenciación (onda regresiva). [2]

Sobre está dinámica de progresión - regresión define Jung el proceso de individuación, y el primer paso que éste define es el que Siddhartha tiene claro desde el principio, un paso que podríamos llamar de asunción de lo parcial del yo y de sus presupuestos que, como condicionamiento social, son entendidos como verdades, y consecuentemente,  la voluntad de ir más allá del yo y adentrarse en lo desconocido de lo inconsciente y de la vida.

Vemos así en la historia de Siddhartha un vivo ejemplo de esta dinámica, y de este proceso, que toma su máxima expresión en esa transición que experimenta desde su polo apolíneo inicial a su polo dionisiaco final, así como en los distintos movimiento de progresión y regresión que experimenta dentro de cada uno de ellos permitiendo su transición de uno a otro, y de éste último a la continuidad de la historia.

En esa misma historia de la transición de lo apolíneo a lo dionisiaco, vemos también la manifestación de los arquetipos de la persona o máscara y de la sombra. Del Siddhartha ávido de conocimiento, de búsqueda de la unidad, del asceta y disciplinado, al hombre que cae en el opuesto de su sombra, el hombre que cae en la codicia y el anhelo siempre insatisfecho, en la búsqueda de la intensidad por la intensidad, que se pierde en los derroteros del deseo y del placer. Y vemos también surgir a Kamala como una clara proyección del ánima de Siddhartha determinante en su transición del mundo introvertido al extrovertido, del apartamiento de la búsqueda de la unidad, de la Totalidad (propio del ánima como lo materno), a la conexión con el mundo de los sentidos, del deseo y del placer (propio del ánima como lo sexual).

Kamala
Dejaremos ahora, de momento, esta reflexión sobre el proceso de individuación para continuar con la historia de nuestro buscador para contemplar la evolución que sigue y comentarla desde el proceso que hasta ahora hemos descrito.

 II. EL BARQUERO VASUDEVA Y EL RIO: EL SÍ MISMO (SELF).

Tras ser devuelto por el río a la vida, Siddhartha decide quedarse cerca de él, y así también decide  encaminarse hacia Vasudeva, el barquero bondadoso que en una ocasión le ayudo a cruzar el río. Y así empieza el aprendizaje que Shiddharta recibirá de ese sencillo hombre y del río. Y la primera gran enseñanza que de él va a recibir es el arte de la escucha:

Una de las principales virtudes del barquero era las de saber escuchar como pocos. Sin que le dijera una sola palabra, Siddhartha captó como su interlocutor iba acogiendo cuanto le contaba, sosegado, abierto, expectante; como no se le escapaba ninguna de sus palabras ni daba muestras de impaciencia al esperarlas; como se limitaba a escuchar, sin elogiar o censurar lo que oía. Siddhartha percatóse de la felicidad suponía confesarse con semejante oyente, verter en su corazón la propia vida, la propia búsqueda, las propias tribulaciones. (*)

Vasudeva, el barquero.

Vasudeva reconoce en la historia de Siddhartha que ha sido llamado por la voz del río:

He transportado a muchos, a miles, y para todos ellos mi río nunca ha sido un obstáculo en sus viajes. Unos viajaban por dinero o por negocios, otros para asistir a una boda o en peregrinación; el río se interponía en su camino, pero ahí estaba el barquero que los ayudaba a superar rápidamente ese obstáculo. Sin embargo, el río ha dejado de ser un obstáculo para unos pocos [...]: oían su voz, lo escuchaban, y estas aguas pasaban a convertirse en algo sagrado para ellos, como lo son para mi. (*)

Vasudeva, así como el propio río, se muestra para Siddhartha como una representación del sí mismo, del self. El río y Vasudeva se tornan para él en sus maestros y guías, unos maestros y guías muy distintos de lo que había imaginado en sus inicios. Dice Vasudeva acerca de su propia experiencia con "las voces del río": "Mira, yo no soy ningún sabio, no se hablar ni tampoco pensar. Sólo se escuchar y ser piadoso: es todo lo que he aprendido. Su pudiera decir y enseñar esas "otras cosas", tal vez sería un sabio, pero no soy más que un barquero..." (*). Vasudeva no hace más que recoger la experiencia indescriptible del sí mismo sobre un sujeto, y sobre la que Jung ya hizo referencia:

Se alcanza la meta de la individuación con la sensación del sí mismo como algo irracional, un ente indefinible al que el yo no se opone ni está sometido, sino del que depende y en torno al que gira en cierto modo como la Tierra alrededor del Sol. Utilizo la palabra "sensación" a fin de indicar el carácter perceptivo de la relación entre el sí mismo y el yo. En dicha relación no hay nada reconocible, porque no somos capaces de decir nada de los contenidos del sí mismo. El yo es el único contenido del sí mismo que conocemos. El yo individuado siente que es el objeto de un sujeto desconocido y superior a él. [3]

El río es también una  buena metáfora del sí mismo que Vasudeva describe en su simplicidad: el río está a la vez en todas partes, en su origen y su desembocadura, en la cascada, alrededor de la barca, en los rápidos, en el mar, en la montaña, en todas partes simultáneamente, y que para él no existe más que el presente, sin la menor sombra de pasado o futuro (*). Y que luego Siddhartha se aplica a sí mismo la enseñanza del río: ... me puse a contemplar mi vida y advertí que ella era también un río y que nada real, sino tan sólo sombras, separan al Siddhartha niño del Siddhartha hombre del Siddhartha anciano. La encarnaciones anteriores de Siddhartha tampoco eran un pasado, como su muerte y su retorno a Brahma no será ningún futuro. Nada ha sido ni será; todo es, todo tiene una esencia y un presente (*).

Siddhartha, Vasudeva y el río.

El río, como vemos, es utilizado como símbolo de la Totalidad y de la anulación de las polaridades. Dice uno de los grandes conocedores de Hesse acerca de la presencia del río en esta novela:

este símbolo de la simultaneidad es amplia, e incluye el ámbito, ya anticipado en Demian, en el cual se anula toda polaridad: la totalidad. Es un ámbito de existencia pura en el cual todas las cosas coexisten en armonía. [4]

III. DESPERTANDO AL AMOR: AMOR Y APEGO.

La llegada de Kamala al río inicia una nueva etapa en el proceso de Siddhartha. Llega con su hijo, el hijo que lo es también de Siddhartha, pero sufre la mordedura de una cobra. Al atenderla Siddhartha la reconoce. Kamala también ha cambiado con el tiempo. Dejó su bosquecillo y cedió su casa y sus riquezas a los monjes que seguían a Buda, y ella misma se ha convertido en una seguidora suya. Sin embargo, el veneno de la serpiente se ha extendido demasiado tornando inevitable su muerte. Mientras Siddhartha asiste consternado a su sufrimiento, Kamala le muestra a su hijo comunicándole que también es el suyo. Muere finalmente y el hijo queda a su cuidado.

La muerte de Kamala.
Desde ese momento Siddhartha se entrega al cuidado de su hijo por quien experimenta un profundo amor. A pesar de las dificultades que el niño le ofrece con sus caprichos de malcriado y su constante rebeldía, Siddhartha siempre le responde amorosamente. Sin embargo, con el paso del tiempo nada cambia. Finalmente interviene Vasudeva quien hasta entonces ha asistido en silencio a las dificultades que el niño plantea no sólo a Siddhartha sino también a él. Ante el supuesto que argumenta Siddhartha de que lo hace por amor al hijo, Vasudeva reflexiona:

No lo obligas, ni le pegas, ni le das órdenes porque sabes que lo blando es más fuerte que lo duro, que al agua es más poderosa que la roca y el amor puede más que la violencia. Perfecto, lo encuentro muy loable. Pero ¿no será acaso un error tuyo creer que no les estás obligando y castigando? ¿No será tu cariño un lazo con el cual lo tienes maniatado? ¿No lo avergüenzas día a día y no le haces la vida más difícil con toda tu bondad y paciencia? ¿No estas obligado a este niño mimado y orgulloso a compartir una cabaña con dos viejos que se alimentan de plátanos, para quien un plato de arroz es ya una golosina, cuyas ideas no pueden ser las de él, cuyo corazón, viejo y tranquilo, marcha a un ritmo muy distinto al suyo? ¿No crees que todo esto, para él, es una obligación y un castigo? (*)

A pesar de lo hondo que calan las palabras del anciano sobre Siddhartha, éste sigue empeñado en conservar a su hijo, quiere protegerle de la dureza de su propio corazón, quiere ahorrarle su propio sufrimiento... Vasudeva sigue haciéndole sus sútiles observaciones: ¿De verdad crees que tu cometiste esas locuras para ahorrárselas a tu hijo? (*) Finalmente, se observa en nuestro protagonista el amor apegado a su hijo, ese amor que no es tanto por la necesidad de éste, sino por la propia necesidad:

... eran conocimientos  que no podía poner en práctica, y más poderoso que ellos era su amor por el chiquillo, su ternura hacia él, su temor a perderlo. ¿Cuándo se había apegado su corazón a algo tanto como entonces? ¿Cuándo había amado a un ser humano  tan ciega y apasionadamente, con tan poca suerte y, sin embargo, con tanta felicidad? (*)

Y más adelante continua:

Se daba perfecta cuenta de que este amor, este ciego amor por su hijo era una auténtica pasión, algo muy humano que pertenecía al sansara, una fuente turbia, aguas oscuras. Sin embargo, era consciente a la vez que dicho amor no carecía de valor: era algo necesario, provenía de su propio ser. (*)

Esta es una reflexión importante. Para amar en el pleno sentido de la palabra primero hay que amar torpemente. Esta es la condición humana y el sentido de la frase de Hesse que encabeza esta entrada: la verdad se vive, no se enseña. Para llegar a ciertos lugares hay que transitar el camino que lleva a ellos. Y ese tránsito es la conjunción de dos tránsitos, el del mundo externo y el del mundo interno que se determinan mutuamente. Es ese camino de progresión y regresión al que hacía referencia al principio al enmarcar el proceso de individuación. Progresa Siddhartha hacia el amor y al mismo tiempo sufre la regresión del apego. Y si bien la torpeza en el amor se halla relacionado con ese apego, al mismo tiempo es necesario su tránsito para acceder al amor libre de apegos. Esa es la esencia de la condición humana que tan claramente vio Jung cuando postuló las bases de su principio de individuación.

Finalmente se produce el temido desenlace cuando el hijo de Siddhartha le responde:

Sí, ya sé que no me pegas porque no te atreves, ya se que lo que quieres es castigarme y humillarme todo el tiempo con tu piedad e indulgencia. Quieres que sea como tú: igualmente piadoso, dulce y sabio. ¡Pero yo, escúchame bien, yo preferiría, con tal de atormentarte, convertirme en salteador de caminos y asesino, e irme incluso al infierno, antes que ser un hombre como tú! ¡Te odio, tú no eres mi padre, aunque hayas sido diez veces el amante de mi madre! (*)

Ya sé que no me pegas porque no te atreves.
Luego huye al bosque, y aunque vuelve por la noche, por la mañana huye cogiendo la barca... Siddhartha le sigue llegando a la ciudad, pero allí le ve jugando con los otros niños y manifestando que no quiere volver nunca más con él. Es entonces cuando comprende finalmente el apego de su amor: En lo más hondo del corazón sintió su amor por el fugitivo como una herida, pero sintió a la vez que aquella herida no le había sido dada para hurgar en ella, sino para que floreciera e irradiara luz. (*)

IV. AMOR Y DESAPEGO: LA TOTALIDAD.

Llegamos a la última parte de la obra. Siddhartha contiene su dolor esperando que de él se produzca esa floración e irradiación de luz... Pero el tiempo pasa y la herida no sana. El deseo de volver a tener a su hijo, la envidia que siente cuando ve a padres con sus hijos, la repetición que observa entre el dolor de su padre con él como hijo, y el suyo ahora con su hijo... El tiempo pasa y la herida no sana. Así hasta que decide abrir su corazón a Vasudeva contándole todo y mostrándole su herida. Ante la mirada del anciano barquero Siddhartha sufrirá la definitiva transformación de su herida:

... mientras Vasudeva lo escuchaba con su rostro sereno, Siddhartha tuvo la impresión de que la atención con que el barquero seguía sus palabras era más grande que nunca: sintió que sus dolores e inquietudes, así como su secreta esperanza, fluían hasta el anciano para regresar luego hacia él. Mostrarle su propia herida a un oyente como Vasudeva equivalía a lavarla en las aguas del río hasta que se enfriara y se uniera a ellas.

[...]

Con suave brillo refulgía la sonrisa de Vasudeva, iluminando todas las arrugas de su viejo rostro como el Om se cernía sobre todas las voces del río. Clara era la luz de su sonrisa cuando miró a su amigo, y la misma sonrisa brilló  también ahora con luz clara sobre el rostro Siddhartha. Su herida floreció, su dolor empezó a irradiar, su Yo se había fundido en la Unidad.

En ese momento dejó Siddhartha de luchar contra el destino, en ese momento dejó de sufrir. Sobre su rostro floreció la serenidad de esa sabiduría que conoce la perfección y que se aviene con el río del devenir, con la corriente de la vida, llena de compasión y simpatía, entregada a la corriente e integrada en la Unidad. (*)

Una vez más observamos el yo transformado por el self: Siddhartha transformado por la presencia Vasudeva. Conforme a ese cambio iniciado por el sabio barquero despierta Siddhartha en aquella consciencia en el que la  unidad y la diversidad se simultanean en el tiempo, de la misma manera que lo psíquico y lo físico se yuxtaponen entrando de pleno en la visión del self o sí mismo junguiano, único en su formulación:

Paradójicamente, para Jung el sí mismo no es uno mismo. Es más que la propia subjetividad y su esencia se encuentra más allá del ámbito de lo subjetivo. El sí mismo establece el terreno que mancomuna el sujeto con el mundo, con las estructuras del Ser. En el sí mismo, el sujeto y el objeto, el yo y el otro, están unidos en un campo de estructura y energía común. [5]

Y así llegamos a algunas de las páginas más bellas de la obra cuando el ya muy anciano barquero Siddhartha se encuentra tras largos años con su amigo de juventud Govinda. En su conversación le dice:

¡Escúchame bien, querido amigo, escúchame bien! El pecador que soy yo y que tú eres "es" un pecador, pero algún día será Brahma, algún día llegará al nirvana, será Buda...  Y ahora fíjate: este "algún día" es ilusión, es sólo una metáfora. El pecador no se halla en camino de transformarse en Buda, no se halla comprometido en  un proceso evolutivo, aunque nuestro espíritu sea incapaz de representarse las cosas de otro modo. No, el Buda futuro ya existe en el pecador actual, todo su futuro ya está ahí; y en él, en tí, en cada uno hemos de venerar al Buda potencial, al Buda en devenir, al Buda escondido. El mundo [...] es ya perfecto en cada instante: cada pecado lleva en sí la gracia, en cada niño alienta ya el anciano, todo recién nacido contiene ya la muerte, todo moribundo, la vida eterna [...] Por ello me parece bueno todo lo que existe: la vida  no menos que la muerte, el pecado tanto como la santidad, la inteligencia no menos que la estupidez. Todo ha de ser así, todo pide si no mi aprobación, mi voluntad, mi comprensión amorosa. (*)

Veamos en estas palabras como se da la idea de la Totalidad, la de la armonía de los contrarios. Se observa en Siddhartha una mirada parecida a la del último Hölderlin, o a la mirada del heterónimo de Pessoa de Alberto Caeiro. Lo vemos con claridad en pasajes como el siguiente:

Cuando alguien busca - dijo Siddhartha - suele ocurrir que sus ojos solo ven aquello que andan buscando, y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca, porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo. Pero encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos... (*)

o en su infravaloración de las palabras o las ideas y en el nuevo papel del amor una vez que éste trasciende la herida que lo fundamenta, el amor finalmente libre de apego:

Poco importa que las cosas sean o no apariencias; el hecho es que yo también soy apariencia y, por lo tanto, ellas son mis semejantes. Esto es lo que me las hace tan entrañables y dignas de respeto: son mis semejantes. Por eso puedo amarlas. Y he aquí una doctrina de la que vas a reírte: el amor, Govinda, me parece la cosa más importante que existe [...] lo único que persigo es poder amar el mundo, no despreciarlo, no odiarlo a él ni odiarme a mí mismo, poder contemplarlo - y con él a mi mismo y a todos los seres - con amor, admiración y respeto.

Si, puedo amar una piedra, Govinda, así como un árbol y hasta un pedazo de corteza. Son cosas y las cosas pueden ser amadas. En cambio soy incapaz de amar las palabras. Por eso las doctrinas nada significan para mí; no tienen dureza, ni blandura, ni colores, ni cantos, ni aroma ni sabor... (*)


Siddhartha y Govinda: amo una piedra porque es una piedra.


V. UNA REFLEXIÓN FINAL.

¿Por qué la obra de Hesse sigue tan vigente desde hace tantos años hasta el presente? ¿Por qué obras como Demian, Siddhartha, El lobo estepario o Narciso y Goldmundo siguen atrayendo a tantos jóvenes del mundo, por qué su lectura sigue siendo de una rabiosa actualidad? Dice Juan Liscano:

Gracias a mitos como Demian y Siddhartha, el ser agobiado de nuestro tiempo vuelve a descubrir una posibilidad inmensa de renovación, en el rito de descenso y ascenso de la consciencia, en la comprensión de que todo nacimiento del alma requiere un tránsito por las tinieblas, por los dominios de la muerte y los dolores del alumbramiento. [6]

En una sociedad de la uniformidad, donde la planificación y el determinismo social nos apartan dramáticamente de toda noción de misterio, de fascinación, de numinosidad, la obra de Hesse constituye un vivo ejemplo de que hay más luz que esa tiniebla gris a la que se nos ha condenado y a la que seguimos condenando a nuestros hijos, sus novelas siguen siendo una luz, una esperanza del compromiso con la revolución interna, de la revolución del yo contra sí mismo que decide salir de su propia cuadratura y se encamina hacia el misterio del sí mismo y el mundo, para no caer en el vacío y el sinsentido de una sociedad que sólo puede prometer una triste y patética idea de libertad fundada sobre la pulsión del consumo.

Siddhartha, Govinda y el río.

__________________

[*] Todas las citas marcadas con (*) proceden de la versión de Hesse, Hermann. Siddhartha. Plaza & Janés Colección Ave fénix debolsillo.

[1] Jung, C. G. Dos escritos sobre psicología analítica. Las relaciones del yo con el inconsciente. OC 7. Editorial Trotta, par. 274
[2] Rojo Sierra, M. Introducción al pensamiento psicológico de C. G. Jung. Promolibro, pág. 68
[3] Ver nota 1, par. 405
[4] Ziolkowski, T. Las novelas de Hermann Hesse. Punto Omega, Guadarrama, pág. 144
[5] Stein, Murray.El mapa del alma según Jung. Luciérnaga, pág. 202
[6] Lizcano, Juan.Espiritualidad y literatura; una relación tormentosa. En el capítulo Hesse y la armonía de los contrarios, Seix Barral, pág. 111


EL CLUB DE LA LUCHA (DAVID FINCHER, 1999): La consciencia como pantalla de proyección.

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El club de la lucha se trata de una de las obras maestras de David Fincher(Alien 3, Seven, The game, El curioso caso de Benjamin Button, The social network o la reciente Perdida son algunas de las películas de este director). A pesar de unas valoraciones muy polarizadas desde su proyección en la gran pantalla, y de un discreto éxito comercial, ha derivado en una película de culto desde su lanzamiento en dvd. Basada en la novela de Chuck Palaniuk está protagonizada, en sus principales papeles, por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter. Con el estilo visual propio de Fincher (quien proviene del campo publicitario y de los vídeos musicales) y las excelentes interpretaciones de sus protagonistas, El club de la lucha está considerada en IMDB (Internet movie database) entre las diez mejores películas de la historia. Dentro de las posibles lecturas que tiene esta película, y dadas las características de este blog, nos ceñiremos a su lectura psicológica, y para ello partiremos de una hipótesis inicial: que todos los personajes de El club son proyecciones de una misma psique, en este caso del narrador de la historia (Edward Norton). ¿En qué me baso para lanzar esta hipótesis? Si recordáis el inicio de la película habréis observado que, en algunos momentos, aparecen breves flashes en los que aparece la imagen de distintos personajes, dando la impresión que aquello que el protagonista nos narra estuviera proyectado en una pantalla que, en nuestro caso, lo consideraremos como la pantalla que representa su consciencia donde se proyecta su propio mundo interno tal y como ocurre con los sueños. Vamos a ver, a través del desarrollo de la película este universo interno del narrador. Para nuestro análisis dividiremos la película en tres fases. La primera que ira desde el inicio de la película hasta la aparición de Tyler Durden (Brad Pitt). La segunda fase de la película irá desde esta aparición hasta el surgimiento del Proyecto Mechen y la tercera y última la que va de éste al final de la película.

I. PRIMERA PARTE: EL PERSONAJE DEL NARRADOR (EDWARD NORTON).

Podemos observar el personaje del narrador interpretado por Edward Norton (y al que llamaremos Norton) desde dos perspectivas. Por un lado, es durante toda la película el yo como centro de consciencia o de darse cuenta, mientras que por otro lado es el personaje que representa en cada fase de la película. Así, y en esta primera parte, se nos muestra desde el inicio de la película como una personalidad esencialmente inmadura y determinada por la imagen. Trabajo y su apartamento, así como su decoración IKEA, parecen ser todo su mundo:

Te despiertas en los aeropuertos de [...] Vas de la hora del pacífico a las Rocosas. Pierdes una hora, ganas una hora. Esa es tu vida y se está acabando por minutos [...] Viaje a donde viaje la vida es simple. Raciones individuales de azúcar, raciones individuales de leche, de mantequilla, bandeja de pollo al cordon bleu para miroondas, champús y cremas suavizantes, muestras de enjuage bucal, pastillas de jabón. Las personas que conozco en cada vuelo son mis raciones individuales de amigos. Entre el despegue y el aterrizaje es el único tiempo que compartimos.

Aquejado de insomnio (no es de extrañar), y ante la negativa del médico para recetarle medicación empieza a recurrir a un grupo de terapia de hombres aquejados de cáncer de testículos donde conoce a Bob, un hombre enorme, ex-culturista, que debido al tratamiento hormonal ha desarrollado unos grandes pechos, así como una voz chillona y una gran emocionalidad. Se trata, sin duda, de una imagen del hombre que ha perdido su masculinidad dando paso a una feminidad hipertrofiada. Es sugerente la imagen de Norton llorando abrazado, por no decir engullido, por los brazos y los pechos de Bob.

El narrador (Edward Norton) con Bob.

Norton llora y llora y empieza a frecuentar otros grupos de terapia para enfermos de distintas dolencias, a cual más extraña, donde sigue llorando. Si bien esta actividad le permite conciliar el sueño, Norton no parece identificar la fuente de su sufrimiento. Se conforma con calmarlo en estas reuniones en las que él mismo se describe como "un centro pequeño y cálido alrededor del cual se agrupaba la vida de ese mundo". Dice en un momento dado: "Si yo no decía nada, la gente siempre presuponía lo peor, Cuanto más lloraban ellos más lloraba yo". Se trata de un comportamiento esencialmente confluente. Norton encuentra refugio en grupos de terapia que potencian esencialmente elementos característicos de lo femenino: vulnerabilidad, intimidad, expresión de las emociones, abrazos y lloros y, esencialmente, el sufrimiento compartido. Pero en ellos está ausente toda traza del elemento masculino que va a representar el Club de la lucha. En palabras de Jung, Norton representa el hombre identificado con el arquetipo del ánima, y Bob es una de las proyecciones en la que es representado. La hipertrofia de lo femenino en Bob tiene su opuesto en Cloe, un enferma terminal que a pesar de manifestar no temer a la muerte dice lo siguiente: "si embargo, desgraciadamente, me encuentro sola. Nadie quiere acostarse conmigo. Estoy tan cerca del fin y lo último que quiero echar es un último polvo". Una imagen de que lo femenino sin lo masculino, o a la inversa, implica una hipertrofia de uno de los polos, con la consecuente hipotrofia del otro, que es la enfermedad, el sufrimiento del alma en sí mismo. Norton representa un tipo de hombre que se ajusta a un modelo de nuestra sociedad: hombres que han crecido con madres y con la ausencia de los padres. Dice Norton en un momento dado: "No puedo casarme. Soy un niño de treinta años", a lo que el personaje de Tyler representado por Brad Pitt (al que llamaremos Tyler-Pitt) le responde: "Somos una generación de hombres criados por mujeres. Me pregunto si otra mujer será la respuesta que realmente necesitamos". Y, en realidad, la pregunta de Tyler-Pitt tiene mucho sentido si se transforma en ¿necesitamos a otra mujer que siga haciendo de madre? Esa búsqueda de refugio materno lo observamos en Norton cuando dice de sus abrazos con Bob: "Bob me quería porque creía que a mi también me habían extirpado los testículos. Encontrarme allí, apretado contra sus tetas, dispuesto a llorar, eran mis vacaciones".

Es entonces cuando aparece Marla Singer (Helena Bonham Carter). Surge como una proyección de Norton que refleja su autoengaño (su mentira reflejaba la mía, dice) a la vez que representa el "otro lado", el lado más destructivo de la condición de lo femenino que le habita y que su consciencia rechaza reconocerla. Marla representa la condición de "parche" de los apoyos buscados por Norton. Ella es su realidad, la realidad que se expresa en las palabras que Norton dice de ella: "La filosofía de la vida que tenía Marla era que en cualquier momento podría morir. Y la tragedia, según ella, era que no ocurriera". No es de extrañar que, desde su aparición, Norton vuelva a sufrir de insomnio.



El rechazo que experimenta por Marla no es más que el rechazo que experimenta por que su imagen le fuerza a contemplarse a sí mismo y a su falsedad: "¡¡Marla maldita embustera, grandísima turista. yo no te necesito, lárgate!!", le grita desesperado. Como ocurre en los sueños, Marla es la sombra de la identificación con la parte femenina de Norton (la identificación con el arquetipo del ánima). Marla es provocadora y descarada, desagradable y seca, y muestra el abuso que Norton hace del sufrimiento y del dolor ajeno en beneficio propio, de centro pequeño y cálido nada. Ese primer encuentro con su sombra femenina llevará a Norton a  ser lanzado a profundizar en sí mismo, dando paso así a un nuevo encuentro, a una nueva dimensión de su sombra: la masculinidad reprimida.

II. SEGUNDA PARTE: TYLER DURDEN Y LA MASCULINIDAD REPRIMIDA.

Tras la aparición de Marla, y en uno de sus habituales vuelos, Norton conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), un fabricante de jabones que muestra un peculiar carácter. Su aparición coincide con dos hechos significativos para Norton: la pérdida de su maleta... "todas mis pertenencias estaban en mi maleta. Mis camisas Kalvin Klein, mi zapatos Donna Karan, mis corbatas Giorgio Armani,,," y, posteriormente, el incendio de su apartamento:"ese apartamento era mi vida. Amaba cada uno de esos muebles. No se trataba sólo de un montón de objetos destrozados sin valor, me representaban". Ese es el indicador, la pérdida de la falsa identidad, de que empieza el proceso que llevará a Norton a convertirse en Tyler Durden. Pero ¿cómo es el Tyler Durden interpretado por Brad Pitt? Se trata de un personaje característico de "la sombra" descrita por Jung, el alter ego que representa la personalidad reprimida. En él se darán aspectos negativos y positivos, si bien, y en primer lugar, tratará de conectar a Norton con el instinto de la agresividad y también con el de la sexualidad (que parece inexistente en Norton). Así empezarán sus curiosas luchas que desembocarán en la creación de El club de la lucha, un círculo de energía exclusivamente masculina que halla su lugar en el sótano de un bar- un buen símbolo de lo insconsciente -. También Tyler-Pitt será importante en la capacidad de llevar a Norton a cuestionarse sus ideales sociales, a profundizar en la aparente realidad. Se trata de la compensación del eros femenino de Norton a través del logos masculino que Tyler-Pitt le propone. Es esa mezcla de agresividad y logos la enseña del club donde, de tanto en tanto, Tyler-Pitt reflexiona con sus compañeros:

Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra ni una depresión. Nuestra guerra es una guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados...

Edward Norton con Tyler Durden (Brad Pitt).
Sin embargo, y en el lado de la negatividad, tenemos la violencia y la destructividad que cada vez irá a más en Tyler-Pitt. Observaremos este aspecto de su personalidad en el paso que va de El club de la lucha al proyecto Meihen. Dice al respecto Jung de estos niveles inferiores de la personalidad:

En ese nivel más profundo, con sus emociones apenas controladas o no controladas en absoluto, se comporta uno más o menos como un primitivo, que no sólo es víctima de sus afectos, carente de voluntad propia, sino que muestra además una notable incapacidad de juicio moral. [1]

De su apartamento de diseño situado en la decimoséptima planta de un gran edificio, Norton se va a trasladar a la casa centenaria y semiderruida de Tyler. Situada a ras de suelo, con distintas habitaciones y recovecos y un sótano, esta casa constituye el acercamiento al mundo inconsciente del que Norton se ha mantenido siempre tan alejado. En ella se dará el encuentro con lo masculino representado por Tyler que implicará la exclusión de lo femenino, con la única excepción de Marla, que jugara el papel de simple mujer-objeto en el plano de lo sexual.

Marla en la casa de Tyler.
Como veremos se inicia también aquí la evolución de lo femenino en Norton, quien pasa de su relación maternal (imago materna) a una relación más sexual (la mujer como objeto sexual) y de ésta, como veremos en la última parte de la película, al amor, al reconocimiento de la mujer como sujeto.

La relación con Tyler y El club de la lucha desembocarán en el desarrollo en Norton de una energía masculina muy distinta de la imagen que tenemos de él en la primera parte de la película, donde impera su parte femenina, y que culminará en la confrontación con su Jefe y el abandono de su trabajo. La imagen del Jefe se trata de una proyección de Norton que habla del futuro que le aguarda si las cosas no cambian. Se trata del típico modelo de hombre que se refugia en el trabajo y evade así la esfera doméstica, tanto en el papel de pareja como en la de padre. Como escribí en otro lugar, se trata de un hombre a la fuga (ver entrada Steven Spielberg y la función paterna.Pulsar aquí). El sentido del deber (en relación con el trabajo), suele ser uno de los refugios de la masculinidad desvalorizada. Con su confrontación y abandono, Norton confirma que se dirige hacia una nueva concepción de la vida y de su relación con lo masculino.

El Club de la lucha.

- Una reflexión sobre Tyler como Sombra.

Sin lugar a dudas Tyler-Pitt se corresponde con lo que llamo "Sombra ideológica", por eso van con ella de la mano la destructividad y el logos. En cierta manera nos recuerda al Coronel Kurtz de Apocalypsis Now (pulsa aquí para ver entrada en el blog), uno de los iconos de la sombra ideológica por excelencia. Hay en su discurso y en su acción, como en el caso de Kurtz, una clara coherencia con el entorno en el que se desarrollan los hechos, si bien, y como decía Jung, carente  de todo juicio moral. Como suele ocurrir en los procesos de identificación con la sombra, estos se caracterizan como una fuerte inyección de energía que se manifiesta como una determinación ciega que se dirige hacia la consecución de sus objetivos. Esto es lo que observamos en algunas de las acciones de Tyler-Pitt, y lo que finalmente se hará claro en el desarrollo del proyecto Meihen.

III. DEL CLUB DE LA LUCHA AL PROYECTO MEIHEN: la toma de consciencia.

A partir de cierto momento Tyler empieza a reclutar miembros de El club de la lucha (entre ellos esta Bob) que actúan bajo sus órdenes. Poco a poco se van pareciendo cada vez más a autómatas que ejecutan actos de sabotaje dirigidos hacia la sociedad de consumo. ¿Qué representan estos personajes dentro de la psique de nuestro protagonista? No son más que una proyección de lo que le está ocurriendo a Norton: la posesión por parte de la sombra (Tyler-Pitt) quien dirige sus actos inconscientemente. Igualmente que la identificación con el arquetipo de la persona (autoconcepto de la gestalt, ideal del yo del psicoanálisis) nos automatiza, lo mismo ocurre con la identificación con el arquetipo de la sombra. Es en esta fase de la película que Norton descubrirá, poco a poco, que él es Tyler Durden, que es él mismo quien ha incendiado su apartamento, quien también se ha acostado con Marla, que él es el creador de El Club de la lucha y que, finalmente, es también quien dirige el proyecto Meihen.

Norton con los "autómatas" de Tyler.

Será determinante, en el sentido de reconocer que él es Tyler Durden, la muerte de Bob, claro ejemplo del riesgo que corre el propio Norton con la identificación absoluta con su sombra masculina a costa de su polaridad femenina. Es impactante la escena en la que Norton, tras la muerte de Bob en una acción de sabotaje, reclama el reconocimiento de su identidad al resto de autómatas: él es Robert Paulson. Un Norton exaltado exclama, ante la voluntad del resto "¡Nuestro compañero no es una prueba, es una persona! ¡Era mi amigo! ¡No dejaré que le enterréis en el jardín! ¡Es Bob!", y ante la respuesta de uno de los autómatas de que en el proyecto Meihen nadie tiene nombre, sigue manifestando vehementemente: "¡Escuchad, era nuestro amigo, y tenía nombre: Robert Paulson!", ante lo cual se produce una curiosa respuesta de los autómatas: "En la muerte, un miembro del proyecto Meihen tiene nombre". Y repiten el nombre de Bob como autómatas. Este momento será determinante en la toma de consciencia del propio Norton. ¿Y qué implica esta toma de consciencia? Esencialmente dos aspectos: capacidad autocrítica y, en consecuencia, la adquisición del propio juicio moral, y la recuperación de lo femenino integrándose con lo masculino. Respecto al primer aspecto, lo observamos en la relación que nuestro protagonista establece con el detective de la policía que investiga el caso del incendio de su apartamento para confesarle que él es el responsable del proyecto Meihen y, respeto al segundo, lo vemos cuando Norton, dándose cuenta de que él es Tyler Durden (a partir de ahora Norton-Tyler), intenta primero proteger a Marla, a la vez que le declara su amor... Es como si ahora reconociera la importancia de lo femenino para compensar el exceso destructivo que representa su sombra como Tyler-Pitt.

Norton-Tyler protegiendo a Marla.
Como consecuencia de este reconocimiento, que es a su vez recuperación de su identidad, Norton-Tyler adquiere su capacidad autocrítica y su propia capacidad para el juicio moral, y comprende el significado del proyecto Meihen: la voladura de las oficinas centrales de unas compañías de tarjetas de crédito con el objeto de crear una situación de caos económico y social. Es por ello que se presenta ante el detective que sigue el caso de su apartamento incendiado, proyección en éste momento de la trama, de esta capacidad crítica y de evaluación moral.

La escena final es genial como culminación de la integración que se da en Norton-Tyler. En su intento de evitar las explosiones que volarán los edificios antes citados, Norton-Tyler se vuelve a encontrar con Tyler-Pitt quien se enfrenta a él para que no lo haga. Es muy interesante el diálogo que se abre entre ellos frente a las grandes ventanas desde las que contemplar la demolición de los edificios:

Norton-Tyler: Te lo suplico, no lo hagas.
Tyler-Pitt: No lo hago yo, lo hacemos nosotros, es lo que queremos.
Norton-Tyler: No, yo no quiero eso.
Tyler-Pitt: Ya! Sólo que tú careces de significado. Tenemos que olvidarnos de tí.
Norton Tyler: Solo eres una voz en mi cabeza.
Tyler-Pitt: Y tú lo eres en la mía.
Norton-Tyler: ¡Eres una maldita alucinación! ¿Por qué no logro deshacerme de tí?
Tyler-Pitt: Porque me necesitas...
Norton-Tyler: No, no es cierto, ya no, te lo aseguro.
Tyler-Pitt: ¡Tú me creaste! ¡Yo no creé un alter ego perdedor para sentirme mejor! ¡Asume tu responsabilidad!
Norton Tyler: ¡Lo hago! Que soy responsable de todo, lo acepto, por favor, te lo suplico, tienes que suspender todo esto.
Tyler-Pitt: ¡Alguna vez te he decepcionado! ¡Hasta donde has llegado gracias a mi! Vamos a salir victoriosos, como siempre, aunque te lleve pataleando o chillando, porque al final me lo agradecerás.
Norton-Tyler:¡Tyler, Tyler! Te lo aseguro, agradezco todo lo que has hecho por mi, pero esto es demasiado. ¡Ya no lo quiero!
Tyler-Pitt: ¡Y que quieres, volver a tu mierda de empleo! ¡A tu asquerosa vida viendo telecomedias! ¡No lo haré!

Y es entonces cuando Norton-Tyler se convierte en Tyler Durden finalmente. Es entonces cuando recupera el dominio de sí, y adquiere el control sobre su propia sombra. Por eso el acto de dispararse sobre sí mismo no acaba con él, pero si con la imagen de Tyler-Pitt y la de Norton (su rostro queda desfigurado): Tyler Durden ha recobrado finalmente su lado masculino sin renunciar a su lado femenino. La imagen final de Tyler dándose la mano con Marla es significativo en éste sentido. Del universo femenino inicial de la debilidad y la dependencia, del desconcierto histérico y el refugio en la imagen establecida al universo masculino homoerótico caracterizado por la voluntad de poder y la dominación, el carácter protofascista y el machismo excluyente, son desplazados por la fuerza del amor que, sin renunciar a la fuerza de lo masculino, integra la polaridad femenina de la sensibilidad y el cuidado, de la sutil penetración y del vacío creativo. Esa integración tiene su imagen cuando ambos, Tyler y Marla, contemplan desde la ventana la demolición de la economía de mercado, pues, finalmente, es eso de lo que se trata.

La demolición de la economía de mercado.

En términos psíquicos ¿cómo entender que, al final, el proyecto Meihen triunfe? Desde mi punto de vista, se trata de que el Tyler Durden que ahora se recupera como tal no es, ni mucho menos, el mismo que inició su trayecto recurriendo a los grupos de terapia para enfermos y así calmar su insomnio y su ansiedad. La destrucción de estos grandes símbolos de la economía de mercado, que tan claramente sabemos que nos determinan, implican por parte de Tyler el reconocimiento de las creencias que nos han sido presentadas como verdades desde nuestra familia y desde la misma sociedad en la que estamos inmersos, y bajo cuyo peso corremos el riesgo de perder toda identidad diluyéndonos en lo colectivo. Inmersos en una sociedad de marcado carácter materialista y consumista, corremos el riesgo de perder toda dimensión de cuestionamiento y de posicionamiento ante esa colección de creencias que nos son impuestas y que no suponen más que una verdadera colección de miopías presentadas como pseudoverdades al servicio del beneficio de unos cuantos. La destrucción de los edificios representantes de la economía de mercado no ocurren en el mundo externo sino en el propio mundo interno de Tyler, lo que le permite posicionarse de una manera distinta, ahora sí, en el mundo exterior, una vez que él ha devenido más consciente de su propio mundo interno y de su singularidad.

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[1] Jung, C. G. Aion. Contribuciones al simbolismo del sí mismo. Obra Completa Vol. 9/2. Ed. Trotta, pár. 15


EL SEÑOR DE LOS ANILLOS (Peter Jackson 2001-2003): Una reflexión en torno al bien y al mal.

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Comentar una obra como El señor de los anillos (J. R. Tolkien, 1954-1955), así como la excelente adaptación de la trilogía llevada a la gran pantalla por Peter Jackson (2001-2003) es una tarea imposible para un blog de estas características. Es por ello que, como declarado admirador de la obra de Tolkien, tampoco quería seguir aplazando dedicarle un comentario, aunque fuera focalizándome en alguno de los temas que la obra nos permite abordar. Es así como me ha parecido oportuno centrarme en una reflexión sobre el que quizá es su tema central: el conflicto entre el bien y el mal. No hay que caer en la crítica con la que ciertos análisis intelectuales han acusado a Tolkien de cierto simplismo en su presentación de dicho conflicto. Algo así como que lo buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Creo que esto no es así, y que estas críticas si que son quizá el producto de un análisis demasiado simplista y superficial de esta obra. Una historia de estas características y amplitud dificilmente puede ser simplista. Se podrá estar de acuerdo o no en sus planteamientos, pero su lectura requiere un acercamiento más sutil a la que es la clásica simplificación de la batalla entre la luz y las tinieblas.

I. REFLEXIONES ENTORNO AL MAL.

Dijo San Agustín que el mal es la privación del bien,reflexión con la cual ya se nos remite a que el mal carece de sustancia en sí mismo. Esta reflexión, uno de los grandes quebraderos de cabeza teológicos, se plantea por la supuesta existencia de un Dios que, en principio, siendo todo bondad, plantea el problema de la presencia del mal en su creación. Al decir esto es necesario introducir dos temas que me parecen fundamentales al reflexionar acerca del bien y el mal. Uno es la reflexión, como se deriva del pensamiento de San Agustín, de que en un universo creado por un Dios-todo-bondad,el mal no tiene lugar como producto de su creación. Y, en segundo lugar, esta reflexión de San Agustín se complementa con su apreciación de que el mal es, entonces, producto de sus creaturas. Esto lleva a nuestro santo a implicar el papel de la consciencia en tanto en cuanto esta se vincula estrechamente con la libertad. Para San Agustín, en una variación sobre el problema del mito del paraíso, el mal es producto de la libertad del hombre, quien pudiendo decidir el bien elige el mal bajo el pretexto de que esto puede suponerle distintos tipos de bienes que le den acceso a la felicidad. San Agustín nos habla de una "mala voluntad" o "voluntad perversa". Sin embargo, en El señor de los anillos no tenemos el problema del bien planteado como el resultado de un universo creado por un Dios-todo-bondad. Justo al contrario, si alguien tiene un claro protagonismo es Sauron, el señor de Mordor forjador del anillo único, quien representado como un ojo sobre la torre de Barad-Dur se nos presenta como un auténtico espíritu del Mal: Sauron ha recuperado mucha de su fuerza perdida. Aun no puede hacerse corpóreo, pero su espíritu no ha perdido su poder. Confinado en su fortaleza, el señor de Mordor lo ve todo, su mirada atraviesa nubes, sombra, tierra y carne - le dice Saruman a Gandalf -.

El ojo de Sauron sobre la Torre de Barad-Dur.

Hablando acerca de la relación entre el arquetipo de la Sombra y el Mal Jung nos dice: "entra dentro de lo posible que se reconozca la maldad relativa de la propia naturaleza, mientras que mirar cara cara la maldad absoluta supone una experiencia tan infrecuente como perturbadora" [1]. Y esto es exactamente lo que representa Sauron: el Mal absoluto. Por eso Sauron se nos presenta como un espíritu - un élan, un impulso -. ¿Cómo cabe considerar el Mal absoluto? Observemos en distintos momentos de la trilogía el efecto "tentador" del anillo, o el efecto de enfrentarse a la mirada del ojo de Sauron través de un palantir: el mal absoluto seduce al ser para llevarlo a lo que podríamos llamar "la operatividad del mal", y la seducción es ejercida a través del poder, y que en el caso de la historia de Tolkien, es representado por el anillo de poder. Es así como Saruman es seducido por Sauron, o como Boromir sufre la misma tentación a pesar de que su objetivo no es más que el de defender a su tierra y a los suyos. Dice Saruman a Gandalf nuevamente acerca de Sauron: Un gran ojo sin párpado rodeado de llamas [...] Está atrayendo todo el mal hacia él. Esta atracción del mal se refiera a esa atracción - seducción - de la capacidad para el mal que reside en cada ser.

Frodo ante la tentación del anillo de poder.

Tenemos en la obra muchos personajes malvados, algunos de ellos muy malvados... pero todos ellos están "animados" por Sauron, o como se diría en junguiano, han sido seducidos por la energía del arquetipo de la sombra. No existe un equivalente de Sauron como opuesto o polaridad. De igual manera que tenemos a Saruman como el opuesto de Gandalf, o a los orcos como los opuestos de los elfos, o a los Nazgul de Aragorn, o a Golum-Smeagol como el opuesto de Frodo-Sam, no podemos decir lo mismo de Sauron que se revela como una presencia única. De alguna manera, en nuestra historia de la Tierra Media, podría invertirse el sentido de la frase de San Agustín y decir queel bien es la privación del mal.En una emotiva escena entre Frodo y Sam éste dice:

Igual que en las grandes historias señor Frodo, las que realmente importan, llenas de oscuridad y constantes peligros, esas de las que no quieres saber el final por que cómo van a acabar bien. Cómo volverá a ser el mundo después de tanta maldad como ha sufrido. Pero al final todo es pasajero. Como esta sombra incluso la oscuridad se acaba para dar paso a un nuevo día. Y cuando el sol brilla, brilla más radiante aun. Esas son las historias que llenan el corazón porque tienen mucho sentido aunque eres demasiado pequeño para entenderlas. Pero creo señor Frodo que ya lo entiendo, ahora lo entiendo. Los protagonistas de esta historias se rendirían si quisieran pero no lo hacen, siguen adelante porque todos luchan por algo... [¿Por qué luchas tú ahora Sam? - le pregunta Frodo] Para que el bien reine en este mundo señor Frodo, se puede luchar por eso.

Para que el bien reine en este mundo... Se puede luchar por eso.

II. TOLKIEN. Entre la voluntad de Schopenhauer y la salvación de Heidegger.

Observando estas palabras de Sam, así como el desarrollo de la historia de El señor de los anillos, no se puede dejar de ver en ellas un reflejo del pensamiento filosófico de Heidegger y de Hölderlin. Dice Slavoj Zizek al respecto:

Tanto Hölderlin como Heidegger despliegan la misma lógica escatológica-apocalíptica en la que la historia culmina en un peligro y devastación absolutos: para obtener la salvación, se debe pasar primero por el más grande de los peligros. [2]

El Señor de los anillos entra de pleno en esta lógica: la salvación surge cuando parece que el más grande de los abismos está a punto de triunfar. Recordemos, en este sentido, los conocidos versos de Hölderlin:

                                                           Cercano está el dios
                                                             y difícil es captarlo.
                                                             Pero donde hay peligro
                                                             crece lo que nos salva.

Ahora bien, algo que tenemos que considerar acerca del Mal en nuestra historia es que Tolkien, a través del protagonismo que da al espíritu de Sauron y del anillo de poder, le confiere una substancia, una voluntad constitutiva ahistórica y no subjetiva que nos acerca a las ideas de Schopenhauer (voluntad de vivir) y de Nietzsche (voluntad de poder), si bien la visión de Tolkien se acerca mucho más a la de Schopenhauer:

Es inútil explicar la oscuridad que se extiende sobre nuestra existencia [...] A tenor de tales explicaciones dicha oscuridad sería solamente relativa, se daría solamente en relación a nosotros y a nuestra forma de conocimiento. ¡No! La oscuridad es absoluta y originaria: se explica por el hecho de que la esencia interior y primigenia del mundo no es conocimiento, sino solamente voluntad, una voluntad carente de conocimiento. El conocimiento en general es de origen secundario, es accidental y exterior, Por ello la mencionada oscuridad no es una mancha casualmente ensombrecida en medio de la región de la luz. Muy al contrario, el conocimiento  es una luz en medio en medio de una originaria tiniebla sin límite, de una inmensidad tenebrosa en medio de la cual se pierde. [3]

Schopenhauer es preciso en su manera de ver la presencia de esta voluntad en la Naturaleza como pugna, lucha y conflicto en cuya cúpula encontramos al hombre en su relación con la Naturaleza y con él mismo:

Y, finalmente, el género humano, porque subyuga a todos los demás, considera la naturaleza como una fábrica para su uso. Pero este mismo género pasa a ser en sí mismo el escenario en el que se revela de manera más clara y horrible aquella lucha, aquella escisión de sí mismo, y donde el hombre se convierte en lobo para el hombre. homo hominis lupus. [4]

Estas palabras nos hacen resonar las de Saruman cuando dice: "El viejo mundo se consumirá en los fuegos de la industria. Los bosques morirán. Un nuevo orden surgirá. Seremos adalides de una máquina de guerra a espada, lanza y puño de hierro de orco".

El viejo mundo se consumirá en los fuegos de la industria.

En todo caso, y a diferencia de Schopenhauer, Tolkien no cae en el pesimismo del primero y cree que al final de la oscuridad aguarda la luz (donde hay peligro crece lo que nos salva), aunque, en todo caso, Tolkien se inscribe en una visión que sitúa el mal como algo anterior el bien y manifestada claramente a través del espíritu de Sauron y esto, evidentemente, tiene su importancia puesto que nos indica que El señor de los anillos tiene una lectura en clave didáctica, puesto que no olvidemos que Sauron ya había sido vencido en una ocasión y, sin embargo, éste retorna una vez más pasado el tiempo. La didáctica de Tolkien nos viene a decir que el bien debe conquistarse constantemente frente a la constante presencia del mal. En clave filosófica Zizek lo manifiesta con claridad cuando dice:

... el "mal" es la disonancia o el exceso primordial en el orden natural del ser, la "atascabilidad" o desbaratamiento del curso natural de las cosas, y el "bien" es la (re)integración secundaria de ese exceso. Es la Unwesen (el exceso) la que crea el espacio para la aparición de una Wesen (un ser), o en hegeliano: el Bien es el Mal autoasumido (universalizado). [5]

III. EL MAL Y LA PULSIÓN. 

A diferencia de Schopenhauer, que coloca la voluntad como substancia del mundo, Zizek coloca esta voluntad como inherente al ser, un "exceso primordial en el orden natural del ser". Y como también nos indica acertadamente este autor ¿no es acaso la pulsión freudiana (la pulsión de muerte) el nombre adecuado para esta voluntad?

¿Cómo entender la relación de la pulsión con el mal? ¿Cómo entender este exceso primordial en el orden natural de las cosas? Observemos que Zizek hace referencia a una repercusión de la pulsión como "atascabilidad" precisando que "nuestra libido queda "atascada" en un objeto particular, condenada a circular alrededor de él para siempre" [6]

A nivel social tenemos un buen ejemplo de esto en el funcionamiento del propio sistema capitalista, como ya analizamos en una de las primeras entradas escritas para este blog: Cuando el destino nos alcance. De psicópatas y zombies: el núcleo patológico del capitalismo (pulsar sobre el título para acceder al blog). ¿Quién es Sauron en en éste sistema? Recurro de nuevo a Zizek para ilustrarlo:

Lo verdaderamente terrorífico no está en el contenido específico oculto bajo la universalidad del Capital global, sino más bien en que el Capital es una máquina global anónima que sigue ciegamente su curso, sin ningún Agente secreto que la anime. El horror no es el espectro (particular viviente) dentro de la máquina (universal muerto), sino que la misma máquina (universal muerto) está en el corazón de cada espectro (particular viviente). [7]

El capital es el nuevo Sauron en ésta época que nos ha tocado vivir. El nuevo "espíritu" alrededor del cual queda atascada nuestra libido como lo fue el exceso protagonizado por el progreso de la revolución industrial para Tolkien, o el exceso del progreso tecnológico para para Kubrick (2001 Odisea en el espacio). Hoy tenemos en el capital al nuevo Sauron alrededor del cual nuestra sociedad, como en una condena, circula irremediablemente. En cierto sentido la pulsión actúa como un cáncer que ciegamente nos dirige hacia la destrucción. ¿No asistimos hoy consternados ante el cambio climático provocado por el hombre y la ceguera política y económica que la ha acompañado hasta que la evidencia la hace ya incontestable? Pero el movimiento del capital no puede pararse, continua ciegamente en su pulsión. No hace muchos años los supuestos "asesores científicos" se vendían a un moderno Saruman como George Bush jr. para negar la evidencia, como no hace tanto los "asesores económicos" se vendían para negar la a todas luces inevitable crisis económica que se nos avecinaba y que nos ha tocado vivir, como nos muestra el inpagable documental "Inside job". Ese es el auténtico movimiento de la pulsión de muerte con sus Sarumans y sus pequeños Grimas (Lengua de serpiente) como la maquinaria operativa a través de la cual se manifiesta el impulso destructor. Encontramos otros Sauron en los fundamentalismos de todo tipo, tanto religiosos como políticos

Grima, el funesto "asesor" del rey Théoden. 

Como siempre ha ocurrido en la historia de la humanidad, cada cambio social ha traído inapelablemente su nuevo Sauron, es decir, el mismo Sauron en diferente torre, y el bien siempre tiene que luchar no para imponerse, sino para alcanzar breves oasis intermedios.

A diferencia de la historia de Tolkien, el anillo de poder nunca muere, inapelablemente espera para hallar el corazón que volverá a poner en marcha la pulsión de muerte que anida en el ser y volverá a proyectarlo sobre un nuevo objeto sobre el que empezará el retorno de la destrucción. Observemos, en este sentido, que estos objetos alrededor de los cuales la libido se atasca son los anillos de poder, los objetos a través de los cuales el corazón es seducido. El anillo es el objeto que permite invocar el espíritu-impulso que anida en el ser. Anillo y espíritu-impulso consolidan el atascamiento de la líbido.

IV. ENTRE EL MAL Y EL BIEN: Adecuación vs. reglas.

La historia de Tolkien nos anima a luchar contra el mal, y de esa lucha contra ese mal estructural se deriva, como dice Zizek, la (re)integración del bien. Sólo el reconocimiento de esta pulsión de muerte que dirige inconscientemente nuestras acciones, tanto a nivel individual como social nos permite también comprender mejor el bien como algo que no tiene tanto que ver como una bondad en el sentido de santidad, sino como algo que Ursula K. Leguin, comentando los libros de cuentos de fantasía, denomina muy certeramente "adecuación". Dice la escritora:

Para el héroe o la heroina de un cuento de hadas no existe una manera correcta de actuar. No hay una norma de conducta, no hay pautas que describa lo que debe hacer [...] En el cuento de hadas, aunque no hay "bien" y "mal", existe una pauta diferente que podemos denominar adecuación [...] El mal, pues, no aparece en el cuento maravilloso como algo diametralmente opuesto al bien, sino como algo inextricablemente enlazado con él, como el símbolo del Yin-Yang. Ninguno es mayor que el otro, y la razón y la virtud humanas son incapaces de separar el uno del otro y de escoger entre ellos. El héroe o la heroína es quien es capaz de determinar cuál es la acción adecuada porque ve la totalidad, que es más vasta que el bien y el mal. Su heroísmo es su certidumbre. No actúa guiándose por reglas, simplemente sabe que camino seguir. [8]

¿Cómo entender esta adecuación a la que se refiere Leguin? Tenemos un claro ejemplo en la decisión de Frodo de incorporar a Golum en su camino, una decisión incomprendida por Sam quien manifiesta una clara antipatía hacia la criatura. ¿Cómo incluir al ser que tanto desea el anillo de poder en su expedición? Y, sin embargo, será Golum quien finalmente se precipitará con el anillo de poder hacia los fuegos de Orodruin (El Monte del destino) tras fracasar en el último momento Frodo en el intento de deshacerse de él.

Golum precipitándose en el fuego de Orodruin

La adecuación suele responder a una profunda intuición o a una profunda comprensión de la situación no exenta, en muchas ocasiones, de decisiones dolorosas. Quizá quien representa mejor esta adecuación es Gandalf que, por ejemplo, y en relación al severo juicio de Frodo hacia Golum - quien se lamenta de que Bilbo no lo matara en su momento -, le dice:

La lástima fue lo que frenó la mano de Bilbo. Muchos vivos merecerían la muerte y algunos que mueren merecen la vida. ¿No deberías dársela tu Frodo? No seas ligero a la hora de adjudicar muerte o juicio. Ni los sabios pueden discernir estos extremos. El corazón me dice que Golum aun tiene un papel que cumplir para bien o para mal. Antes que todo esto acabe, la compasión de Bilbo podría regir el destino de muchos.

Estas palabras guiarán a Frodo en su relación con Golum durante su travesía hacia Mordor.

V. UNA REFLEXIÓN ÚLTIMA: Consciencia sobre la pulsión.

¿Cómo entender este concepto de la adecuación de Leguin que me pareció tan acertado en relacion al bien y al mal? Creo que, finalmente, este es el quid de la cuestión. Si substituimos las palabras "bien" y "mal" por consciencia y pulsión creo que lo podemos entender mejor. Y, en ese sentido, podemos entender la adecuación como el resultado de la consciencia sobre la pulsión. Es precisamente de la inconsciencia de la pulsión desde donde surge la moral como una necesidad y, en consecuencia, el mundo se estructura entre el bien y del mal y las reglas que los regulan. En su pedagogia Kant ya observó este aspecto indómito de la pulsión, si bien él la confundía con el instinto animal, y por ello justificó la necesidad de las presiones disciplinarias que dominaran esta indocilidad y, en pocas palabras, de un amo que las domine. Escuchemos a Kant: La barbarie es la independencia respecto a las leyes. La disciplina somete al hombre a las leyes de la humanidad y comienza a hacerle sentir su coacción. [9] Y posteriormente añade:

El hombre debe desarrollar sus disposiciones para el bien; la Providencia no las ha puesto en él ya formadas; son meras disposiciones y sin la distinción de la moralidad. El hombre deba hacerse a si propio mejor, educarse por sí mismo, y, cuando malo, sacar de sí la moralidad. Meditándolo maduramente, se encuentra esto muy difícil.[10]

Aquí estriba la diferencia entre la adecuación de la que habla Leguin y la regla impuesta como medida de disciplina y control. La adecuación es consecuencia de la consciencia, la regla consecuencia de la obediencia (la regla moral).

En este sentido, El señor de los anillos puede contemplarse como una confrontación en dos planos. Por un lado tenemos la típica lucha entre la luz y la oscuridad representada por las batallas sostenidas contra los orcos y las huestes de Sauron por Aragorn, Legolas, Gimli, Pippin, Merrin, Gandalf, Théoden, etc. Y por otro tenemos la lucha de Frodo, con la ayuda de Sam contra el anillo, sin olvidar la paradójica contribución de Golum. Observemos la diferencia entre una y la otra. Las grandes batallas que protagonizan nuestros héroes constituyen lo que podríamos llamar la lucha contra la "operatividad del mal", mientras que la lucha de Frodo es más profunda, es una lucha más interior, una lucha contra el complejo formado por el objeto y el impulso destructor de la pulsión que promueve y al que, a pesar de todos sus esfuerzos durante su larga travesía, finalmente cede a él, y sólo la propia avidez de Golum es la que, paradójicamente, acaba con el poder del anillo. Unos luchan contra los operativos del mal, Frodo contra la fuente del mal mismo y representa de manera muy acertada la tensión de la consciencia enfrentada a la pulsión.

Frodo en el momento de ceder ante el anillo.

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[1] Jung, C. G. Aion. Contribuciones al simbolismo del sí mismo. OC
[2] Zizek, Slavoj. Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico.Akal, pág. 966
[3] Safranski, Rudiger. Citado en El Mal o el drama de la libertad. Tusquets ensayo, pág. 74
[4] Ídem anterior, cita en pág. 75
[5] Ver nota 2, pág. 966
[6] Ver nota 2, pág. 962
[7] Zizek, Slavoj.En defensa de la intolerancia. Ediciones Sequitur, pág. 59
[8] Leguin, Ursula K. El niño y su sombra. Publicado en la revista Gigamesh nro. 44 (Especial Ursula K. Leguin)
[9] Kant, Inmanuel.Pedagogía. Akal ediciones, pág. 30
[10] Ídem anterior, pág. 34


SONATA DE OTOÑO (Ingmar Bergman, 1978): de las relaciones madre-hija y máscara-sombra

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Sigamos con la exploración de uno de mis directores preferidos, Ingmar Bergman, del que ya hemos recorrido varias películas en este blog (ver pestaña - pulsa aquí - dedicada a él). En esta ocasión comentaremos Sonata de otoño (Höstsonaten, 1978), que además tiene el aliciente de reunir a los dos artistas suecos más reconocidos de la historia del cine: los dos Bergman, el director y la actriz Ingrid Bergman. La película cuenta además con la siempre excelente Liv Ullmann y la siempre inestimable presencia de Sven Nyqvist. La historia nos narra la relación de Charlotte (Ingrid Bergman),  una famosa pianista y una madre quien, tras siete años de ausencia, y tras perder a Leonardo, su compañero, decide visitar a su hija Eva (Liv Ullmann). Ésta se prepara con agitación y alegría para recibirla en su casa, la vicaría en la que comparte su vida con el pastor Viktor (Halvar Bjork), y cuidando también a su hermana Helena (Lena Nyman), también hija de Charlotte, aquejada de una grave enfermedad degenerativa. Eva y Viktor sufren también la tragedia de haber perdido a su hijo de cuatro años al ahogarse  en un río cercano tras un descuido de Eva.

Es interesante para comprender la película, y la obra de Bergman en general, consultar lo que fue la relación de Ingmar con Ingrid desde que el primero escribió el primer borrador del guión de la película y se lo envió a la actriz. Ingmar Bergman, siempre admirado, y nunca discutido por sus colaboradores habituales, encontró en Ingrid Bergman justo todo lo contrario. Desde el primer momento la actriz cuestionó distintos aspectos de la obra. Dice Liv Ullmann al respecto:

Al principio hubo muchas "peleas" entre ella e Ingmar porque estaba muy acostumbrado a mi y los componentes de su compañía. Sostenemos diálogos sin palabras, y le entendemos con una sola mirada. Pero Ingrid, con su sinceridad peculiar, se puso a criticar el guión desde el principio: "Oiga, hablamos demasiado. Debemos eliminar parte de la conversación. ¿Cree que esa mujer diría todo esto? Yo me niego". Y al acabar la lectura, todo el equipo, que tan bien conocemos a Ingmar, casi nos habíamos escondido debajo de la mesa. [1]

INGMAR E INGRID BERGMAN DURANTE EL RODAJE.

Y así en diversas ocasiones. A Ingrid le parecía poco creíble que una madre no quisiera ver a su hija en siete años, y aun más que no quisiera ver a su  hija enferma.  Sobre los siete minutos en que primero la hija y luego la madre interpretan el preludio número 2 de Chopin le decía a Ingmar que el público se iba a dormir, y así con muchos otros aspectos de la obra. Y no es que, en cierto sentido, a Ingrid le sobre razón. Pero hay que comprender que el cine de Bergman no intenta representar la realidad tal como la vemos, sino que pone palabras a lo que no se suele decir porque no sabemos decirlo, o ni tan siquiera sabemos que ello habita en nuestro interior. En Bergman habla el inconsciente de la misma manera que en Kafka lo aparentemente absurdo invade la realidad de manera se diría que natural. Bergman despoja la metáfora o la metonimia que caracteriza el lenguaje inconsciente y lo traduce de manera brutal y directa al lenguaje habitual. Bergman, con sus situaciones y diálogos, nos muestra los contenidos del inconsciente sin ningún tipo de censura.

1. SOBRE LA MADRE Y LA HIJA.

Quizá para introducir  nuestro comentario sea interesante citar las palabras que Viktor, mirando desde la pantalla al público, cita de un libro escrito por Eva hablando de ella misma:

Debemos aprender a vivir, y eso intento todos los días. El problema más difícil es que no sé como soy. Voy como ciega. Si alguien me acepta como soy puede que sienta curiosidad y me estudie a mí misma, posibilidad que, por otra parte, bajo mi punto de vista, está bastante remota.

Efectivamente, Eva se nos muestra como una mujer tímida, sensible e insegura, también como si aun tuviera algo de niña. Desde las primeras imágenes observamos el contraste de su personalidad con la de su madre, una mujer fuerte, rígida y decidida.

Eva (Liv Ullmann) con su madre Charlotte (Ingrid Bergman)

Desde su encuentro empezamos a observar algo que nos llama la atención y que contrasta con la aparente alegría del reencuentro, y es que más allá de las cosas que se dicen cuando están una frente a la otra, cobran importancia las cosas que dicen de ellas cuando no están juntas. Después del encuentro con Helena, la hermana enferma, que toma por sorpresa a Charlotte y que, indudablemente, acoge con desagrado, ambas hablan la una de la otra con un desprecio que está implícito en sus palabras. Dice Eva de su madre a Viktor:

Esta madre mía cada vez la comprendo menos. Si hubieras visto que cara de sorpresa puso cuando le dije que Helena vive con nosotros. Hizo el esfuerzo por sonreír. Su enorme voluntad la ayudó a sonreír a pesar de su disgusto mal disimulado. Y luego, al encontrarnos ya frente a la puerta una actriz entrando en situación. Muerta de miedo pero firme. La representación fue soberbia. ¿Para qué habrá venido, después de siete años este encuentro tenía que haber resultado así? ¿Qué esperaba si no? ¿Y yo qué esperaba? ¿Es qué la esperanza no se pierde nunca?

Y Eva adelanta ya lo que va a suceder cuando dice: "Es como si al recordar la infancia, al abrirse la puerta del cuarto de los niños se precipitara sobre ti un fantasma que ya habías olvidado". Es lo que de una manera más metafórica ya tratamos en el análisis de la película IT, la infancia es otra cosa  -Parte I - (pulsaaquípara ver entrada), y es aquí, precisamente, donde Bergman sigue el camino directo en lugar del metafórico. Si bien es difícil imaginar una madre que no quiera ver a sus hijas en siete años, y que tras siete años le moleste encontrarse con su hija enferma, Bergman revela con esa crudeza que le caracteriza, que más allá de la posibilidad que esto se de, hay presencias que por presentes que en apariencia puedan estar no dejan de estar psíquicamente alejadas siete o más años. Bergman pone voz a lo que no se dice y que, en muchas ocasiones, ni tan siquiera se reconoce. Al mismo tiempo, la reflexión de Eva acerca de la esperanza y la infancia nos pone de relieve que uno de los motivos por los que el dolor deriva en sufrimiento es por lo que llamo "insistencia indebida". Suelo a veces decir: "Cuanto sufrimiento por insistir indebidamente".¿Cuánto sufrimiento es necesario para comprender que, en ocasiones, las personas y las circunstancia son como son? La insistencia indebida es el lado oscuro de la esperanza, el refugio de la ceguera.

Eva y Charlotte con Ingrid (Lena Nyman)

Por otro lado, Charlotte, dice encerrada en su habitación:

Estaba deseando llegar. ¿Qué esperaba al llegar aquí? ¿Qué buscaba con tanto afán aunque no me lo confesara a mí misma? [...] Acortaré mi estancia. Cuatro días serán suficientes. Luego me iré a África como tenía planeado. Esto duele Charlotte. Mucho, mucho, mucho... ¡Me pondré este vestido rojo, aunque sólo sea para molestarla! Eva pensará que debería ponerme algo más de acuerdo tras la muerte de Leonardo [...] Viktor es un hombre encantador. La cursi de Eva no puede quejarse del marido que se ha llevado.

Los fantasmas de la infancia empiezan a despertar y la relación real entre madre e hija empieza a manifestarse.

De la misma manera que recurrimos a Jung para comentar la película Otra mujer (Woody Allen, 1988) - pulsa aquí para ver la entrada - indicando que Marion, su protagonista, respondía a la tipología de mujer descrita como defensa contra la madre, aquí nos vuelven a ser útiles sus reflexiones pues Eva responde claramente con la tipología de identificación con la madre. Las siguientes palabras de Jung parecen hechas a la medida de la relación de Eva con Charlotte:

La personalidad propia se proyecta sobre la madre, porque no tiene conciencia del propio mundo instintivo, ni del instinto erótico ni del maternal. Todo lo que en estas mujeres recuerda la maternidad, la responsabilidad, la vinculación personal y las exigencias eróticas, provocan sentimientos de inferioridad y obliga a escapar, naturalmente hacia la madre, que de manera perfecta, por así decir como personalidad superior, vive todo lo que a la hija le parece inalcanzable. Objeto involuntario de la admiración de la hija, lo ha vivido todo antes y no le ha dejado nada a la hija. [2]

En este sentido es impactante la interpretación que primero Eva, y luego Charlotte, hacen del preludio número 2 de Chopin. La interpretación de Eva es temblorosa, dubitativa, vulnerable, esencialmente melancólica y frágil y se nota que afecta a Charlotte. Sin embargo, cuando esta pone sus manos sobre el piano interpreta su visión sobre estas pieza, y así mientras la toca dice:

Chopin era emocional pero nunca empalagoso. Hay una gran diferencia entre sentimiento y sentimentalismo. El preludio que acabas de tocar sugiere una especie de dolor reprimido, no ensimismamiento. Debes mostrarte dura, plana, sin nervios, y así suceden las primeras notas... duele, pero no lo parece. Al fin un fugaz alivio, pero desaparece casi en el acto, y el dolor es el mismo.  Ni crece ni se apacigua. Instante en el que la entrega es total. Chopin es orgulloso, sarcástico, atormentado y muy masculino. Nunca una cursi vieja y sensiblera. Éste segundo preludio debe sonarnos casi al límite del mal humor, sin hacer ninguna concesión a lo amistoso, resultaría mal. Debes abrirte camino hasta alcanzar un triunfo definitivo.



Escena de la interpretación del preludio número 2

En fin, una manera sutil de definirse ella y también de definir a su hija. Efectivamente Charlotte y Eva son dos mujeres que ya sea en la fragilidad bondadosa o en la rígida dureza reprimen su dolor fundamental. Esta escena del piano, valga la redundancia, es el preludio de la confrontación que van a tener ambas y que caracteriza la mitad última de la película.

II. LA CONFRONTACIÓN.

Eva, tras oír los gritos de su madre por una pesadilla, se levanta y la encuentra en el salón. Es entonces cuando Charlotte hace una interesante pregunta: ¿Eva, te caigo bien? Y aquí empieza la tormenta emocional que narra los efectos que una hija siente sobre una madre que la ha abandonado, más centrada en sí misma y su profesión que en sus hijas. Eva, a su vez, le pregunta a su madre si ella le cae bien, Charlotte le responde obsequiosamente que la quiere "con toda mi alma". Pero Eva dice que eso no es verdad. A partir de aquí empieza toda una serie de reproches de Eva hacia Charlotte y la defensa de ésta hacia esos reproches. Poco a poco va apareciendo el rencor y el odio que Eva le guarda. Para nuestro análisis partiremos del siguiente reproche de Eva a Charlotte:

... nunca escuchas, evitas cualquier problema, porque emocionalmente eres irresponsable, porque en realidad nos mentiste a mí y a Helena, porque estás irremediablemente encerrada en tí misma, porque sólo te vale lo que tu haces, porque te quería. Tú en cambio pensabas que yo era un ser desagradable, poco inteligente y estúpido, un ser inútil, un cero a la izquierda, y me hiciste daño para toda la vida con tu desprecio, y desde ahora no podrás olvidar nunca mi dolor.

Cuando decía que Bergman desata el inconsciente, esta escena es un clásico ejemplo. En él, y más allá de las protagonistas de la historia y los conflictos que entre ellas manifiestan, y sin dejar de ser ciertas en sí mismas, podemos verlas, no obstante, como que cada una de ellas representa algo de su mundo interior. Y que mientras este conflicto interno no se resuelva difícilmente se resolverá el externo. Desde esta perspectiva, y desde el mismo conflicto externo podemos destacar las siguientes referencias internas:

1) Charlotte, como el yo ideal de Eva, desata el despreció de su superyó. Más allá de la madre es ella misma quien se contempla como "un ser desagradable, poco inteligente y estúpido, un ser inútil, un cero a la izquierda..." Dice en un momento de esa larga escena: "Como siempre estabas tan guapa yo también quería estar guapa. Me volví presumida y exigente en mis trajes, preocupada siempre de que no te gustara mi aspecto... Era tan fea, delgada, con grandes ojos de vaca, labios muy gruesos y sin cejas. Mis brazos eran delgados y mis pies enormes... Yo me veía repulsiva". Como vemos es un buen ejemplo de lo que Jung definía que para éste tipo de hija la madre es una personalidad superior.

Yo te idolatraba mamá...

2) A su vez Charlotte proyecta en Eva su sombra, la personalidad reprimida que habita frente a esa imagen segura y orientada al logro, fuerte e inconmovible, y que más tarde llevará a Charlotte a confesarle a su  hija que "Recuerdo muy poco de mi niñez. No recuerdo que ni mi padre ni mi madre me tocasen nunca, ni a mí ni a mis hermanos, ya fuera para acariciarnos o castigarnos. Ignoraba totalmente todo lo que tiene que ver con el amor, dulzura, contacto, intimidad, calor. Sólo a través de la música tenía oportunidad de exteriorizar mis sentimientos".

3) Eva, en su reacción contra Charlotte, se instaura como la sombra que desenmascara con toda su rabia y rencor a la máscara, el autoconcepto o el ideal del yo de su madre: "Te idolatraba mamá. Para mi eras la vida o la muerte, pero no me fiaba de tus palabras. No expresaban lo que yo veía en tus ojos [...] por instinto aprendí que casi nunca sentías lo que decías. No comprendía tus palabras. Lo más espantoso es que sonreías cuando te enfadabas. Si estabas furiosa con papá le llamabas queridísimo, cuando estabas harta de mi decías querida nenita". Y más adelante dice: Todo lo hacías en nombre del amor. Tenías necesidad de creerte que nos querías a mí, a papá, a Elena. Eras una experta en los tonos y los gestos del amor. La verdad es que deberían encerrarte para que no hicieras más víctimas.

4) Y, finalmente, las dramáticas palabras de Eva que representan la trágica tensión que viven estas dos partes de nuestra personalidad, la máscara y la sombra, y que dicen: "Una madre y una hija... que absurda combinación de sentimientos, confusión y destrucción. No lo entenderé nunca. Todo es posible y todo se hace en nombre del amor y por el amor. Los pecados de la madre ha de pagarlos la hija, la frustraciones de la madre pasarán a la hija, las desilusiones de la madre las sufrirá la hija. Es como si jamás se hubiera cortado el cordón umbilical. ¿Mamá... es así? ¿Es la desgracia de la hija el triunfo de la madre? ¿Mamá... es mi dolor tu alegría secreta?"

¿Mamá... es así?
Más allá de que esta larga escena representa a la perfección el lado oscuro que fundamenta la relación madre-hija que Jung nos ha descrito en la nota 2 sobre la hija que se identifica con su madre, también nos permite observar en panavisión la relación interna tal y como se da entre nuestras propias entidades psíquicas. En eso radica la crudeza de ciertas obras de Bergman al revelar nuestro propio mundo inconsciente, y entre ellas se cuenta sin duda Sonata de Otoño. Al final Charlotte evoca el drama de esa escisión que implica la máscara (la persona junguiana) o el autoconcepto o el ideal del yo y esa parte reprimida de la personalidad que Jung llamó sombra:"Cuando no puedo dormir por la noche me pregunto si he vivido de verdad. También me pregunto si es lo mismo para todo el mundo, o si hay personas que tienen más talento para vivir, o si hay personas que no viven nunca y sólo existen [...[ Tengo recuerdos y experiencias, pero dentro de todo eso es como si no hubiese nadie".¿No son acaso estas palabras aplicables a ambas partes, tanto a la madre como a la hija? Personajes que existen pero no viven, que pasan por la vida y existen sin vivir.

El cordón umbilical que tan gráficamente explicita Eva, es ese cordón que perpetúa implacable el sufrimiento y el rechazo, el apego enfermizo que la hija muestra a la madre. Dice Jung al respecto: "La hija se contenta con seguir apegada a la madre abnegadamente, al mismo tiempo que se esfuerza inconscientemente, por así decir, contra su propia voluntad, en ir avanzando hasta convertirse en tirana de la propia madre, aunque al principio con una máscara de una perfecta fidelidad y sumisión" [3]. Análisis más que afortunado para nuestro comentario, al que sólo hace falta añadirle que esa tiranía es el espejo de la misma tiranía a la que está sometida en su propio mundo interno, y así la relación externa se perpetúa mientras que la relación interna sigue los mismos parámetros de desprecio y humillación. Hay en la actitud de Eva algo que nos recuerda la misma actitud que Franz Kafka mostraba hacia su padre en su "Carta al Padre", y en el que Eva se nos muestra, en ocasiones, como una menor que dirime toda su historia pasada, presente y futura en función de su círculo familiar. Eva vive un estado de encantamiento en el que no quiere soltar a su madre, no sólo no quiere soltarla y trascenderla sino que se agarra a ella desesperadamente. Son perfectamente aplicables a Eva las siguientes palabras de Kafka dirigidas a su padre:

… ocurre como en ese juego infantil en el que  uno sujeta la mano del otro y la mantiene apretada mientras grita: “Venga, venga, vete. ¿Por qué no te vas?”. Lo cual en nuestro caso se complica por el hecho de que ese “vete” siempre ha sido sincero, pese a que, también siempre, sin saberlo, me has retenido, o mejor dicho, oprimido, y todo debido a tu manera de ser. [4] 

Y, evidentemente, no es sólo la mano que aparentemente retiene, sino la mano que tampoco quiere ser soltada. Se elige la retención y la opresión antes que abandonar la esperanza. Se elige el sufrimiento activo como una acusación velada - venganza - al opresor.

III. LA VIDA SIGUE IGUAL.

Tras la confrontación el final de la película se nos muestra abrupto y nos deja con Madre e hija continuando como siempre. La primera huyendo (la  vemos hablando frívolamente en un vagón de tren con su compañero de viaje - quien ha venido a "rescatarla"- a quien le habla de la incomodidad que sintió en casa de Eva por la presencia de Helena... ("Más enferma que antes... ¿Por qué no se muere ya? - le dice-), y la otra refugiada en su anodino mundo hecho de cuidar a su hermana ("así tengo alguien a quien cuidar" - le dice a su madre -), de los recuerdos de su hijo fallecido ("Eric... me estás acariciando la mejilla. Me hablas al oído. Estás ahora conmigo. Nunca nos separaremos tú y yo) y de vivir con un buen hombre al que no ama (así lo reconocen ambos) pero que le ofrece una vida tranquila - sin obviar la más que probable importancia de relación edípica con su padre que cabe desprenderse de las imágenes y citas en las que éste aparece -. La relación de Eva con Viktor vuelve a ser descrita por Jung de una manera certera:

Debido a la característica apatía interior y a los sentimientos de inferioridad, que constantemente dan una impresión de inocencia ofendida, al hombre le corresponde el ventajoso papel de soportar caballerosamente, con superioridad pero con indulgencia, las conocidas deficiencias femeninas. (Que estas constan en no pequeña parte de sus propias proyecciones es algo que afortunadamente se le escapa.) Especial atracción ejerce el notable desvalimiento de la joven. [5]

El final de la película nos muestra la voz de Viktor hablándonos mientras, a través de la cámara, mira a Eva en uno de esos planos típicamente bergmanianos donde se nos muestra la soledad del ser humano:

Algunas veces me quedo aquí mirando mi mujer sin que lo sepa. Es tan desgraciada. Desde que Charlotte se marchó tan de repente no hay manera de consolarla. No puede dormir. Dice que echó a su madre y que nunca se lo podrá perdonar.

Sin lugar a dudas, Eva, a parte de todo lo dicho, sigue apegada a su madre. Le entrega una carta a Viktor para ella en la que vuelve a su máscara de fidelidad y sumisión, de demanda de perdón con la esperanza de que algún día puedan "cuidarse la una a la otra, de ayudarnos, de darnos afecto. Ya no permitiré nunca que salgas de mi vida, seguiré insistiendo, no me rendiré, aunque sea demasiado tarde". Vueve la insistencia indebida y así su existencia - como la de su madre - sigue pasando sin vivir. La esperanza como ceguera continúa, y quizá por eso dice en unas imágenes finales:

Ahora no me puedo morir, no me decido a suicidarme. No tengo derecho a liberarme de esta prisión porque quizá Dios quiera utilizarme.

Mientras en el vagón del tren vemos a una melancólica Charlotte diciendo: "Me siento tan marginada, siempre echo de menos el hogar. Pero cuando llego a casa me doy cuenta de que debe ser otra cosa la que anhelo".

Y, también, mientras se suceden estas imágenes, vemos a Helena gritar desesperada, presa de un inmenso dolor, por el nuevo abandono de su madre: y así la culpa de madre e hija se perpetúa como nexo de unión. El cordón umbilical continúa.

Ahora no me puedo morir, no me decido a suicidarme.

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[1] Bergman, Ingmar. Los archivos personales de Ingmar Bergman. Editorial Taschen, pág. 176
[2] Jung, C. G. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Los aspectos psicológicos del arquetipo de la madre. OC 9/1. Editorial Trotta, par. 169
[3] ídem anterior.
[4] Kafka, Franz. Obra Completa. Tomo II. Diarios y Carta al padre. Galaxia Gutenberg
[5] Ídem nota 2


LA VISITA DEL RENCOR (THE VISIT, Bernhard Wicki, 1964): Sobre el resentimiento y la venganza

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La visita del rencor es una de esas películas para mi injusta y extrañamente no valorada en su justa dimensión. Dirigida por Bernhard Wicki (director austríaco de conocidas película bélicas de la segunda guerra mundial como El día más largo - 1962 -, o los grandes alegatos antibelicistas como El  puente - 1959) - o Morituri - 1965 -) y basada en la obra "La visita de la vieja dama" de Friedrich Dörrenmatt e interpretada por dos actores de leyenda: Ingrid Bergman (en el papel de Kara, la viuda de un magnate del petróleo) y Anthony Quinn (en el de Serge Miller, ex-novio de Kara). La visita del rencor nos narra la historia de la venganza de Kara hacia Serge por una dolorosa historia sucedida en su juventud introduciéndonos en una de las características fundamentales del rencor o resentimiento y que esta película nos permite ilustrarlo de manera meridiana. Dice Luis Kancyper:

El resentimiento es la resultante de las humillaciones múltiples, ante las cuales las rebeliones sofocadas acumulan sus "ajustes de cuentas", tras la esperanza de precipitarse finalmente en actos de venganza.

A partir del resentimiento surge la venganza, mediante una acción reiterada, torturante, compulsivamente repetitiva en la fantasía y/o en su pasaje al acto. [1]

I. NARCISISMO Y RESENTIMIENTO.

Vamos a ver en esta película lo que podríamos llamar dinámica del resentimiento. Y, en este sentido, hemos de empezar con la vinculación del resentimiento con el narcisismo y, por lo tanto, el vínculo del resentimiento con la pérdida de completud experimentada como una profunda herida en lo que podríamos llamar "el amor propio" o "la dignidad personal". Veamos en nuestra película lo que representaría este punto de partida.

Kara, una multimillonaria viuda, vuelve a su pueblo natal, Guellen, un pueblo sumido en la ruina y la pobreza tras el cierre de sus minas. Su llegada causa una gran expectativa y la posibilidad de que les ayude a salir de esta situación. Serge, ex-novio de Kara, adquiere un notable protagonismo, y tras su llegada pronto tienen un momento de intimidad en el que recuerdan su pasada historia. En un momento dado de su conversación Kara dice:

¿Adivinas lo que pensé cuando estaba en tus brazos? Los brazos de un hombre por primera vez en mi vida. Qué le pudiera dar a entender que aquello era tan hermoso o él nunca creería que fue el primero. Era muy importante para mi que supieras que fuiste el primero [...] No se si entonces me creíste o no. Era tan difícil disimular y yo estaba tan enamorada de ti. Grité con toda mi alma.

Anthony Quinn e Ingrid Bergman.

Luego Kara ya nos muestra que Serge la abandonó para casarse con otra mujer porque su padre tenía unos almacenes, a la vez que también le dice que conoció a su esposo en un burdel. Más adelante Kara, en lo que será el inicio de su venganza, detalla las humillaciones sufridas en aquella época delante de una fiesta que organiza el pueblo para recibirla y promete donar dos millones a Guellen (uno para el pueblo, el otro a repartir entre las familias) a cambio de que se haga justicia. Y lo hace por boca de un ex-juez ahora asesor de la viuda. La condición que pide para donar el dinero es la muerte de Serge como reparación a las humillaciones sufridas. En ese momento se nos da a conocer que Kara tuvo un hijo de Serge que éste negó alegando la bajeza moral de ella. Para ello se recurrió a falsos testimonios  comprados por Serge que testimoniaron que habían tenido relaciones con ella. Kara tuvo el hijo de Serge y lo apartaron de ella y murió en menos de un año. En cuanto a ella se fue del pueblo y fue prostituta, y allí conoció al magnate del petróleo de la que fue su esposa. La venganza de Kara se trata de comprar al pueblo con el dinero para lograr que un juicio le declare culpable y que lo castigue con la pena de muerte.

Esta situación que retorna tantos años después de que ocurrieran nos permite observar una de las características fundamentales del resentimiento, aquello que se llama la "viscosidad de la libido", es decir, la "pegajosidad" de la víctima para apegarse al que considera su maltratador y así legalizar una situación de víctima privilegiada que la habilita para reparar aquello que fue dañado y saldar las cuentas que quedaron pendientes. Como dice Kancyper: "La vivencia del tiempo en el sujeto resentido es la permanencia en el rumiar indigesto de un rencor para culminar o no con su pasaje a la venganza" [2]. Una vez lanzada la "oferta"Karla se sienta a observar las evoluciones del pueblo para ir viendo como, poco a poco, sus gentes van acorralando a Serge para llevarlo a un juicio y que se le declare culpable.

¡Quiero justicia!

Evidentemente el sujeto maltratador juega un papel especial en la psique del sujeto resentido, se trata de un sujeto idealizado y que, por idealizado, es por ello percibido como el responsable de la pérdida de la completud. Es lo que observamos en un diálogo que Karla mantiene con Anya (Irina Demick), una joven que, como ella, mantiene relaciones con un hombre casado, el capitán Dobrick (Hans Christian Blech), el jefe de policía del pueblo. Veamos

Anya:¿Va a hacer eso de verdad?
Kara: Si Anya, lo haré.
Anya: En ese caso no lo ha querido nunca.
Kara: Si, le quise mucho, le quiero aún, siempre. Pero el hecho de amar a alguien no quiere decir que sea bueno.
Anya: Pero cuando se ama de verdad no se hacen preguntas.
Kara: Después de lo que me pasó a mi si. Tu amigo será casado, ¿no?
Anya: Si.
Kara: ¿Cuánto tiempo llevas con él?
Anya: Tres años.
Kara: Abandónalo. Déjale antes de que entre tan profundamente en ti que no exista nadie más.

Aquí vemos (en negrita) ese aspecto del sujeto maltratador que es a la vez idealizado y, por tanto, cargado de esa dimensión de completud que se ha visto rota. Kara aun lo quiere, siempre le ha querido. Es en ese sentido que el sujeto resentido es esclavo de un pasado que no puede ni quiere olvidar y que, como vamos diciendo, tiene que ver con la restitución de la completud y, por lo tanto, tiene también que ver con el goce y la pulsión de muerte en el sentido que Lacan nos propuso. O dicho en palabras de Kancyper:"es el producto de la insistencia del castigo reivindicatorio,  que de un modo compulsivo se erige como estructura de deseo dominante sobre el sustrato temporal del rencor" [3]. Observemos también que esta fijación del tiempo en el pasado, que implica la fijación de la libido en el objeto (sujeto maltratador) impide todo porvenir. La expresión de Kara de "le quise mucho, le quiero aún, siempre" y "que entre tan profundamente en ti que no exista nadie más" nos hablan claramente de estas facetas del resentimiento. Más allá de que la acción vengativa de Kara pueda estar justificada por la crueldad de los hechos que narra, la cuestión es que parece que toda su vida haya estado fijada a ese momento y que toda su acción se haya orientado a través de él. De hecho en su encuentro con Serge en la estación de tren, al principio de la película, y acerca de su vuelta a Guellen le dice: "Hace años que lo proyectaba. Desde que me marche de aquí".

Kara con Anya: "Déjale antes de que entre tan
profundamente en ti que no exista nadie más".

Serge, desesperado por el acorralamiento cada vez más opresivo que sufre por parte de las autoridades y gentes de Guellen, entra en la casa de Karla para hablar con ella. Y aquí asistimos a otra de los momentos clave de la película y aún más importante para comprender la dinámica del resentimiento. En esa escena asistimos a la amenaza de Serge de que si Kara no retira su oferta al pueblo a cambio de su ejecución la matará. Y mientras la sujeta por el cuello Kara le dice:

¿Recuerdas ahora cómo empezó Sergio? Yo si. En un balcón como este. Una noche suave y cálida como esta. Tú estabas aquí abajo y me mirabas sin moverte. Yo quería entrar de nuevo en la habitación, me sentía más segura - mientras hace que su mano le acaricie el rostro -. Pero tú seguías mirándome, con rabia, muy enfadado, como si quisieras herirme. Tus ojos estaban llenos de pasión. No se por qué abandoné el balcón, baje y me puse a tu lado. No dijiste nada. Luego echamos a andar juntos en silencio, como si lo tuviéramos todo hablado. Como si los dos supiéramos donde habíamos de ir y lo que teníamos que hacer.

En todas estas palabras suena y resuena aquello que Lacan nos dijo acerca del estadio del espejo y que puede concluirse diciendo: "el yo se define por una identificación con la imagen del otro. El narcisismo no es un estado en el que faltaría toda relación intersubjetiva, sino la interiorización de una relación" [4]. No es acaso esta escena la escenificación de este proceso que culmina con la frase que Kara dice a Anya de que el ser amado "entre tan profundamente en ti que no exista nadie más"? A través de esos conceptos podemos ahora comprender por que una ruptura afectiva puede experimentarse como una pérdida de completad y, en conclusión, como una profunda herida en sí mismo.

¿Recuerdas ahora como empezó Sergio?

II. LA CONGELACIÓN EN EL PASADO Y LA IDEALIZACIÓN.

Y tras estas palabras de Kara estalla de nuevo su pasión por unos instantes... En esta escena se clarifica un poco más la historia entre ellos y Serge da una visión matizada de la historia:

Serge: Al menos no me hubieses obligado a casarme...
Kara: ¿¡Cómo, cómo te obligué yo a ti!?
Serge:¡Exigiendo ante los tribunales que me casara contigo! No podía...
Kara:¿Por qué no podías? ¡Dijiste que me amabas!
Serge: Quería llegar a ser alguien, no un vulgar obrero como mi padre. ¡Quería ser mi propio jefe, tener un negocio!
Kara: ¡Y sobornaste a los dos testigos!
Serge: Te hubiese mandado dinero...
Kara: A cambio de que yo fuera razonable.
Serge: ¡Kara, la vida es así!
Kara: Si... la vida es así. Los errores se pagan...
[...]
Kara: Bien Sergio... ¿Vas a matarme ahora?
Serge: No soy un asesino Kara.

Poco a poco se van clarificando más detalles, y tanto en su salida del pueblo como que le retiraran la custodia de la niña estuvo implícito prácticamente todo el pueblo. Y así también nos enteramos que fue Kara quien lleva a la ruina el pueblo: ella compró y cerró la fábrica, la mina y de hecho compró todo el pueblo que ahora es suyo.

Antes del juicio que Serge sufrirá por parte del pueblo - que ha restablecido la pena de muerte para dar satisfacción a Kara -, ambos se ven en la cabaña en que fueron aquella noche cuando ella bajó para irse andando con él. Allí Kara nos da testimonio de aquello que dijimos de que el sujeto resentido es esclavo del pasado, que no puede ni quiere olvidar: "Lo he sentido durante veinte años... He llevado conmigo dos cadáveres, el de la niña y el de una muchacha de diecisiete años a la que tú mataste. Alegre, llena de vida, de amor. Toda ella maravillosa, murió aquel día, en el momento que preséntaste los dos testigos". Es una forma precisa de decir que su vida quedó congelada aquel día. De hecho añade momentos después ratificando esta congelación: "Desde entonces ningún hombre ocupó tu puesto. Muerta a los diecisiete años". Un Serge arrepentido - que paralelamente va haciendo su proceso personal - le responde que "mañana seremos iguales"- en referencia a la sentencia de pena de muerte que le sobrevendrá en el juicio -. Y aquí aparece la respuesta clave de Kara cuando le dice: "Mañana no existirá nada que me estimule a vivir, Una vida vacía,". Esta es, por definición, el estímulo y el temor del sujeto resentido. Después de esto Kara se abraza a Serge y estallan en una nueva escena de apasionamiento en la que ella dice: "Los dos juntos, los dos juntos... Sergio, no hay nada más en todo el mundo. Tú y yo, yo y tú. ¡Ah, que hermoso! Tendremos una vida maravillosa juntos", lo cual también nos confirma la idealización de su amor con Serge y la consecuente e insoportable herida narcisista que su traición le causó, lo cual tiene su conclusión en la continuidad de la escena.

III. LA IMPOSIBLE COMPLETUD. GOCE VERSUS DUELO.

Efectivamente, tras este estallido de apasionamiento sigue el desmoronamiento por parte de la realidad de la imaginaria fusión en el espacio y en el tiempo siempre deseada impoluta, es decir, sin fisura o fractura. Tras las palabras apasionadas de Kara, que parecen retornar del pasado en el que se quedaron frustradas, surge la realidad, y así, de repente, dice: "Amo tu pelo, es tan negro, tan negro, tan negro... [aquí cambia su expresión como sorprendiéndose de repente] ¡Es gris! ¡Si, es gris! ¡Sergio, tu pelo es gris! ¡¡Habríamos tenido una vida llena de amor, un gran amor, un gran amor!! ¡No, no, porque mataste nuestro amor! ¡¡Muere, muere, muere... muere!!" - y sale corriendo dejando a Serge, dejándolo al juicio que le espera por la mañana. Esta es la aplastante cuestión que se impone al resentido: el tiempo - el paso del pelo negro al pelo gris -, el tiempo que a través de la venganza intenta restituir la totalidad perdida, se torna, al mismo tiempo, en el testimonio implacable de la fractura definitiva de la fusión deseada, de la completud sin mancha. Podemos aplicar a Kara las palabras de Kancyper acerca de un paciente suyo:

abandonar su baluarte (en el caso de Kara la idealización del amor con Serge) implicaba la renuncia a toda acción reivindicatoria. Conducía a ingresar a una resolución normal de duelo [...] con la consiguiente asunción de la propia incompletud y la pérdida de la fantasía de la fusión de los espacios fuera del tiempo, constituyentes del mito, de la Totalidad Eterna. Pero esta resolución no acontecía [...] En él resurgía compulsivamente la venganza, en un segundo tiempo, sucediendo al resentimiento, como la añoranza de "en busca del tiempo perdido". [5]

¡Es gris! ¡Es gris! ¡Sergio, tu pelo es gris!
Por lo tanto, podemos ver como fundamento del resentimiento el goce que veiamos en Sonata de Otoño a traves de la esperanza ciega... ambas son formas de insistencia indebida. En ese sentido la venganza es tan ciega como la esperanza. Tanto en un caso como en el otro nos encontramos con una feroz resistencia a asumir el duelo de la perdida y una tenaz persistencia para reintegrar la completud perdida.

El final de la pelicula es interesante. Kara logra que el tribunal constituido para juzgar a Serge le declare culpable y le condene a muerte. Tras entregar el dinero, el climax de la escena sucede cuando Kara pregunta a todo el pueblo si alguien, aunque tan solo sea uno, considera injusta la sentencia. Nadie dice nada. "Este es el momento que he estado esperando todo este tiempo" exclama llena de júbilo. Pide entonces que no se ejecuteva Serge, y hablando al pueblo les dice que ellos no son mejores que él, que fueron tan miserables como él . Le deja vivo para que el pueblo recuerde su miseria, que por dinero fue capaz de ejecutar a un amigo suyo, y a Serge le "condena" a vivir como un fantasma entre ellos, ninguno de los cuales dudó en traicionarle por dinero.

Veamos así que la venganza del resentido aspira a que el sujeto del cual se venga comparta su mismo destino: ser fantasmas, muertos en vida.No pudiendo compartir la fusión de la completud,  quiere compartir el goce del sufrimiento por la plenitud imposible.


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[1] Kancyper, Luis.Resentimiento y remordimiento. Estudio psicoanalítico. Lumen Tercer Milenio, pág. 17
[2] Ídem anterior, pág. 35
[3] Ídem anterior, pág. 37
[4] Laplanche & Pontalis. Diccionario de psicoanálisis. Ver narcisismo. Editorial Labor.
[5] Ver nota 1, pág. 43



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